viernes, 5 de noviembre de 2010

Hoy 5 de noviembre, se cumplen 5 años de la fecha en que Kirchner y Chávez impidieron que la gestión de Bush impusiera el tratado del ALCA en América Latina.
“El ALCA, al carajo!! “ fue la sentencia que pasará a los textos de historia como una de las felices frases del siglo XXI para los pueblos del hemisferio sur.
De habernos asociado al ALCA ya tendríamos una dependencia de los Estados Unidos que limitaría considerablemente la soberanía económica y el poder de decisión propia.
El ALCA iba a profundizar la flexibilización laboral, expresado en lo que se llama el trabajo “maquila” que consiste en trasladar a otro país partes de la producción que antes se desarrollaba en una sola empresa para aprovechar costos más bajos de mano de obra y otras ventajas comparativas: posibilidad de extender la jornada de trabajo, ausencia de amparo legal, inexistencia o limitación de accionar de los sindicatos, explotación del trabajo infantil.
En México, desde la aplicación del TLC se han reducido los salarios en un 25 % y ocho millones de familias han pasado a incorporar la categoría de pobres por falta de trabajo, o por trabajo mal remunerado. Las condiciones laborales sufrieron gran deterioro en la zona de las maquilas afectando sobre todo a las mujeres.
Si hubiéramos estado dentro del ALCA la crisis económica de Estados Unidos nos hubiera retrotraído a la negra etapa del 2001.
Ahora bien, el periodista Joaquín Morales Solá poco después sacó una nota en el diario La Nación, of course, mostrando su indignación por lo que consideraba un mal trato a George Bush, como si se tratara de un familiar querido y no del patán, que desequilibró la paz mundial, hizo jugosos negocios con la invasión de Iraq y arrastró a su país a la crisis económica más grave después del big crash de 1929.
Veamos algunos párrafos de la nota de Morales Solá:
“Decepción. Esa es la palabra más habitual en Washington cuando se reclama, en medios políticos o académicos, un balance de la visita de Bush a la Argentina y de la cumbre americana en Mar del Plata. Sin rodeos: fue la peor de las tres reuniones bilaterales de Kirchner con Bush y la peor de todas las cumbres americanas que se realizaron en la última década.”
Aquí va otra perla:
El Fondo Monetario tomó nota, internamente, de que la Argentina carece ya del respaldo de Washington. Resultado: el acuerdo con el Fondo es "imposible" en las actuales condiciones, según adelantaron funcionarios argentinos. Sólo rezan ahora por la buena voluntad de Rato. “
Siguen más:
“Un problema nuevo surgido en Mar del Plata fue que Kirchner se alejó de casi toda América Latina, que antes lo había respaldado en el Fondo. Los presidentes latinoamericanos sintieron que sus ideas fueron subestimadas por el presidente argentino.”
Agrego otra:
La crisis desatada en Mar del Plata debilitó también a los sectores intelectuales y diplomáticos de Washington que defendían ante la administración Bush una apuesta por la Argentina y por Kirchner. Argumentaban que el país merecía un respaldo washingtoniano y que Kirchner era un político de palabra fácil, pero de decisiones previsibles. Los funcionarios que acompañaron a Bush volvieron a su país con aquellos argumentos destruidos. “
Si Morales Solá fuera más honesto, tuviera más criterio y se tomara el trabajo de leer retrospectivamente, lo menos que debería decir es: “¡Que sarta de pelotudeces que suelo escribir”!
Pero Morales Solá es demasiado soberbio para tener la más mínima capacidad de autocrítica.
Nada de lo que dijo este agorero se cumplió. Los países de América Latina están más unidos que nunca, el prestigio de Kirchner es inmenso en el continente, el Fondo Monetario es una pesadilla del pasado y nuestras relaciones con Washington son excelentes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario