jueves, 30 de mayo de 2013

ENCUENTRO DE TITANES







El Papa guerrero
Corría el año 1508, cuando los dos hombres se encontraron frente a frente. Uno de ellos frisaba los 65 años, edad demasiado avanzada para una época en que el promedio de vida no llegaba a los 50 años. Con su larga barba blanca y el pelo canoso, algo cargado de hombros tenía todo el aspecto de un anciano, pero su mirada expresaba una fuerza interior que hacía temblar a quienes convocaba a su lado. Su hábito religioso, confeccionado con finísimas telas, señalaba el alto rango que poseía. Cuando nació, lo bautizaron con el nombre de Giuliano della Rovere, pero hacía 5 años que habiendo asumido como Sumo Pontífice, pasó a llamarse Julio II.


                             Julio II (1443-1513)

Los retratos de la época lo pintaron como un viejo bondadoso, pero la realidad era otra. No estaba moldeado para ser Papa, si por tal se entiende la práctica del amor, la paz y la humildad. Era violento, impulsivo, ambicioso, disoluto, impetuoso en su cólera y terrible con quién no cumpliera sus órdenes. Porque Julio II no sugería ni pedía, simplemente ordenaba. Había pasado más tiempo de su vida portando el yelmo en lugar de la tiara. Era un condottiero de legiones más que un pastor de rebaño de fieles. Antes y después de ser Papa había conducido ejércitos para recuperar los territorios vaticanos dilapidados por su antecesor Alejandro VI, muerto en forma misteriosa. Julio II había jurado que, si perdía una batalla nunca sería tomado prisionero, porque en su morral llevaba un frasco con veneno dispuesto a ingerirlo antes de caer en manos del enemigo.

Una relación tormentosa
Frente a este temible personaje, se encontraba un hombre mucho más joven, sencillamente vestido y que a todas luces se detectaba que era un artesano o un artista que el Papa había convocado para encargarle una obra. Miguel Angel Buonarotti ya era reconocido en toda Italia y considerado por muchos, el más grande escultor de todos los tiempos. Su fama estaba respaldada por dos de sus obras cumbres: el David y La Pietá


                    Miguel Angel Buonarotti (1475-1564)

Hacía tiempo que ambos se conocían, una relación plagada de escenas de amenazas, respeto y mutua admiración. En una ocasión, escapando del agobiante control que ejercía el Papa sobre sus obras, Miguel Ángel abandonó su trabajo y se refugió en Florencia, su ciudad. Julio II le mandó varios mensajeros ordenándole el regreso y ante la negativa de aquél, amenazó con invadir la ciudad con su ejército. El artista no tuvo más remedio que presentarse ante el Papa quién iracundo, le espetó su conducta, pero Miguel Ángel había adoptado una actitud desafiante mientras los testigos de la escena temblaban por la suerte del pobre escultor.

El cardenal Soderini, queriendo conjurar la tormenta se excusó por el artista: “Santo Padre, perdonad a este hombre, pues no sabía lo que hacía. Si ha pecado ha sido por torpeza e ignorancia”. Julio II le aplicó un bastonazo al cardenal mientras le dijo: “¡Infeliz! ¿Cómo te atreves a injuriar a mi escultor? ¡Tú eres el ignorante y el pecador, sal de mi presencia!” Los lacayos cumplieron con la ingrata tarea de arrojar al cardenal fuera de la estancia. Esa misma noche Julio II y Miguel Ángel celebraron el encuentro como si nada hubiera sucedido. De episodios como ese, estaba plagada la tormentosa relación entre estos dos titanes.

¡Te ordeno pintar la capilla!
Ahora estaban reunidos nuevamente, el lugar era la capilla Sixtina y el escultor estaba a la espera del nuevo pedido del Papa.
“Esta capilla lleva su nombre en homenaje a mi tío Sixto IV”, comenzó a a decir Julio II, “Las paredes, como tú sabes están pintadas por Botticelli, Perugino, Ghirlandaio, quién fue tu primer maestro y otros más. Eso hace que la bóveda quede completamente deslucida. Tú te encargarás de pintarla y decorarla, transformándola en una de las maravillas de la humanidad”.

“Creo no haberos oído bien”, le replicó Miguel Ángel, mientras miraba atónito el techo de 540 metros cuadrados de superficie. El Papa nuevamente le explicó su deseo y el artista estupefacto exclamó: “Su Santidad se burla de su pobre servidor, yo soy escultor, mi oficio es manejar el cincel y la maza, jamás he pintado en mi vida, e ignoro la técnica de los frescos. Los músculos de mis brazos están hechos para enfrentar la dureza del mármol y no la delicadeza del pincel”. Julio II impaciente le contestó que era una orden.

Al poco tiempo Miguel Ángel después de haber montado los andamios, convocó a los más grandes pintores expertos en la práctica del fresco y los hizo trabajar a su lado. En pocas horas aprendió la técnica, les pagó generosamente y los despidió. A partir de allí seguiría solo.


                                   
Comenzó con el Diluvio Universal”, el tema que le insumió el mayor esfuerzo, porque el fresco se desprendía hasta que logró hacer la mezcla correcta. Pintaba acostado, con la pintura que le caía por el brazo y le manchaba el rostro. Todo el cuerpo le dolía por la posición incómoda y el brazo permanentemente levantado. Hubo momentos en que por el cansancio, tenía una visión borrosa que le impedía pintar y en otras oportunidades, presa de la desesperación abandonaba el trabajo temporariamente.

Con el transcurso del tiempo fueron surgiendo los demás episodios bíblicos hasta que al cabo de 4 años finalizó la obra más extraordinaria en la historia del arte. Veinte años más tarde, a pedido del Papa Paulo III, pintaría El Juicio Final, en la pared del altar de la capilla. Julio II no vería esta nueva maravilla, murió dos años después que Miguel Ángel terminara la bóveda.



Fuentes
Sistine Chapel. Encyclopaedia Britannica, tomo 10, pag 847. Edición 1995, Chicago.
Alejandro Dumas. Pintores del Renacimiento. Ediciones Claridad, 2008, Buenos Aires.
Jeffrey D. The Sistine Restoration. National Geographic. Diciembre 1989.
Stone I. La Agonía y el Éxtasis. Grandes Novelistas. EMECE Editores, 1978, Buenos Aires.
Gontard F. Historia de los Papas, tomo II. Compañía Fabril Editora, 1961, Buenos Aires.

domingo, 26 de mayo de 2013

LA DÉCADA GANADA






El flaco que vino del sur
Cuando Néstor Kirchner asumió el poder en 2003, la Argentina no existía, concepto  no  vertido por mí, sino por políticos y observadores extranjeros. El país era una imagen geográfica vacía en los mapas, estaba devastado moralmente, económicamente y socialmente. Muchos ciudadanos parecen haberse olvidado de aquellos años, uno de los defectos de los argentinos es su escasa memoria. Son los mismos que se olvidaron que con la misma rabia con la que hoy golpean las caceloras, en 2001 lo hacían en las puertas de los bancos para recuperar los ahorros que Cavallo les había confiscado. 


 Parecía imposible que ese larguirucho desconocido, con un ojo desparejo que venía del sur profundo y que encima asumía el cargo con apenas un poco más del 20% de los votos, pudiera encarrilar a un país desquiciado. Además, excepto la corporación militar que estaba totalmente desacreditada por sus asesinatos, la destrucción de la economía y una aventura bélica loca y desastrosa, el resto de los grupos de poder: Iglesia, medios, terratenientes y empresas que medraron con la dictadura, estaban intactos.
Alfonsín con el apoyo de la mayoría del pueblo lo había intentado. Los militares amagaron y le cercenaron sus proyectos de juicio y condena a los genocidas, pero no tenían cuerda para ejercer mayor daño. 

Alfonsín pudo evitar el golpe militar, pero no tuvo tela para hacer lo mismo con las fuerzas del mercado. Las demás corporaciones se unieron y con el apoyo de Clarín, diario ante el cual su hijo fallido Ricardito coquetea temeroso, generaron una hiperinflación brutal que lo obligó a entregar el poder prematuramente. Ese episodio y años más tarde el gobierno del autista, hicieron que el partido radical se desinflara como un globo pinchado a una mínima expresión, desde la cual lucha sin éxito y sin conductores, para no caer en la banquina de la historia.

 La recuperación de la esperanza
Esa era la situación cuando Néstor Kirchner inició su gobierno. Sabía que lo más inmediato era eliminar el escepticismo y recuperar la esperanza en la población. En ese sentido, su discurso de asunción se caracterizó por frases innovadoras que no habían sido dichas por presidentes anteriores: “Por mandato popular, por comprensión histórica y por decisión política, ésta es la oportunidad para la transformación, para el cambio cultural y moral que demanda la hora. Cambio, es el nombre del futuro”, “Vengo a proponerles un sueño”, “Sabemos a dónde vamos y sabemos a dónde no queremos ir o volver”, “No he venido para dejar mis convicciones en la puerta de la Casa Rosada”. Si uno se toma el trabajo de releer el discurso inaugural de Néstor Kirchner comprobará que cumplió todas sus promesas, aspecto hasta entonces desconocido en la larga lista de quienes se sentaron en el sillón de Rivadavia.

Muy pronto el flamante presidente empezó a detectar quienes serían sus adversarios. Claudio Escribano, el “bastonero” de los periodistas de La Nación se introdujo en su despacho con ese desparpajo que caracteriza a los que siempre se consideraron que imponían las condiciones. Portaba una carpeta de recomendaciones sobre cómo debería ser su gestión. Según relata Néstor Kirchner, entre las propuestas se incluía el alineamiento incondicional con los Estados Unidos, abandonar toda revisión sobre la lucha contra la subversión y reivindicar el desempeño de las Fuerzas Armadas en el contexto histórico que les tocó actuar. Era volver al pasado que había hundido al país. Escribano se retiró refunfuñando y decidido, a que a partir de ese momento, el diario de los Mitre se opondría sistemáticamente a todas las medidas que adoptase el gobierno.


                    Claudio Escribano, "bastonero"del diario La Nación

Para gobernar con cierta holgura, Kirchner se dio cuenta que debía desprenderse del cerrojo asfixiante del FMI y los acreedores externos, resultado de las desastrosas políticas de los economistas neoliberales. Negoció magistralmente basándose en el concepto de que “los muertos no pagan”. Superada esa carga agobiante, impidió con ayuda de Chavez y Lula que el país se alineara con el ALCA en una jugada dialéctica que dejó a Bush descolocado para regresar a la Casa Blanca con las manos vacías.

¡Proceda Bendini!
Las agrupaciones de los Derechos Humanos encabezadas por las madres y abuelas de los desaparecidos, jamás fueron escuchadas por los presidentes que sucedieron a la dictadura. Pronto se dieron cuenta que Kirchner era diferente, un individuo de principios y dispuesto a hacer justicia. La señal más emblemática fue el histórico gesto que pasará a la posteridad durante los siglos venideros cuando ordenó descolgar los retratos de Videla y Bignone del salón de Colegio Militar. A partir de entonces, los genocidas se empezaron a vestir con trajes a raya.


En 2009, la presidenta Cristina enfrentó a una oposición mayoritaria que fue incapaz de marcar agenda, pero que además cometió la canallada de no aprobarle el presupuesto nacional, hecho inédito en la historia del Congreso de la Nación. Los dirigentes opositores son una doliente anemia comandada por un grupo mediático que posee un mínimo grado de honestidad intelectual.

Principales medidas
La presidenta Cristina profundizó la política de inclusión soberanía y bienestar que inició su esposo y durante esta década se pueden mencionar los logros más importantes:
  • clausura del negocio especulativo de las AFJP y la recuperación del sistema de seguridad social;
  • la estatización de YPF y Aerolíneas, desguazadas por el menemato y que jamás debieron privatizarse.
  • la modificación de la Carta Orgánica del Banco Central, poniendo las reservas al servicio de la Nación y no de intereses foráneos;
  • la Asignación Universal por Hijo y la repartición de millones de computadoras a escolares;
  • el formidable impulso a la industria y el descenso de la desocupación a niveles similares a los países escandinavos;
  • el apoyo irrestricto al CONICET y la educación;
  • la ley de matrimonio igualitario.
La ley Audiovisual merece un capítulo aparte porque es el enfrentamiento a los monopolios mediáticos que intentan marcar agenda con un lenguaje surgido de las letrinas amarillistas, donde todo vale, a pesar de lo cual pretenden inyectar en la población de que hay persecución a la libertad de prensa. En realidad, ningún gobierno en la historia argentina fue atacado con tanta vileza como lo hace el monopolio Clarín incluyendo mentiras grotescas e insostenibles de las que jamás se retractan. Tiene el apoyo irrestricto de jueces corruptos y de su socio el diario La Nación, con el que comparte la usurpación y arrebato de Papel Prensa. ¿Será una lucha contra los molinos de viento, o será David lanzándole un certero y mortal guijarro a la cabeza de Goliat/Magnetto?

Estuve en el acto de ayer y me considero fogueado en experiencia sobre manifestaciones a lo largo de décadas. Excepto la festividad del Bicentenario, nunca vi tanta gente como en esta oportunidad, cada agrupación alegremente al ritmo de sus bombos, tan lejano del cacofónico ruido de cacerolas histéricas sin líderes ni objetivos. Para desazón del monopolio mediático no se produjo un solo acto de violencia.

Junto con la muchedumbre, canté con sentimiento el himno nacional que otrora los militares nos habían robado.



jueves, 23 de mayo de 2013

LA BANCA MORGAN Y EL ARREPENTIDO ARBIZU



John Pierpont Morgan
                           John Pierpont Morgan (1837-1913)

El JP Morgan es, junto con los bancos UBS y Goldman Sachs, una de las entidades que manejan grandes sumas de dinero y especulan con esos fondos, lo que les generó en la historia diversos escándalos de corrupción. En 1885, John Pierpont, multimillonario estadounidense, se decidió a fundar un banco de inversiones y así nació el JP Morgan, que se fusionó en el 2000 con el Chase Manhattan Corporation y empezó a llamarse JP Morgan Chase. Con sede central en Nueva York, maneja activos por más de 1,5 billones de dólares. En Argentina posee oficinas, en la calle Bouchard, donde trabajan más de 110 empleados. 

                           La sede central en Nueva York 

En medio de la crisis internacional y de los Estados Unidos, el Morgan compró el banco Bearn Sterns, otra entidad especulativa quebrada luego de la debacle de las hipotecas. El Morgan maneja ingentes sumas de dinero en numerosos países y en paraísos fiscales facilitando negocios legales y de los otros. Por citar un caso, hace unos años dos clientes del ex financista Bernard Madoff –preso con una condena por 150 años por estafa– demandaron al Morgan por haber sido cómplice de ese millonario fraude. Días después, fue el propio Madoff quien reconoció que el banco conocía su estafa y lo ocultó. 

El 14 de marzo de este año, el Senado de Estados Unidos concluyó que JP Morgan Chase intentó esquivar a los reguladores, mintió a los inversores y trató de ocultar las pérdidas desencadenadas por apuestas excesivamente arriesgadas por un corredor de Bolsa en Londres.

El arrepentido Hernán Arbizu


                                     Hernán Arbizu
 
A mediados del año 2006, Hernán Arbizu abandonó su actividad en la sección de JP Morgan dedicada a recolocar dinero de inversionistas. En 2008, quizás agobiado por su propia conducta, se autoincriminó ante la justicia nacional por haber fugado y lavado dinero de 469 grandes empresas y personas físicas de la Argentina. Presentó nombres, números de cuenta y montos en dinero de grandes corporaciones como el Grupo Clarín y sus directores, los dueños de Edenor, Ledesma, el Grupo Constantini y Bunge.

Se trataba de peces muy gordos y como sucede en estas situaciones, la causa quedó encajonada durante casi 5 años a pesar de la existencia de un material testimonial único para un caso de lavado de dinero en todo el mundo. 

Un documento al que tuvo acceso Tiempo Argentino, y que es parte del expediente de la causa, muestra que el 29 de abril de 2009, un año después de la auto denuncia de Arbizu, Estados Unidos presionó fuerte y en forma directa al magistrado Torres para tener acceso a información del caso, evadiendo todos los protocolos y acuerdos internacionales de cooperación entre Washington y la Argentina, y yendo directamente a operar sobre el juez. El escrito dirigido a Torres por la Embajada de los Estados Unidos en la Argentina, estaba firmado por la agregada jurídica del Federal Bureau of Investigation (FBI). El documento fue directamente al despacho del juez sin ingresar por mesa de entradas en el Juzgado Nacional en los Criminal y Correccional Federal Nº 12.

Fuentes de la investigación deducen que se hizo con el objetivo de lograr extraditar a Arbizu para juzgarlo en los Estados Unidos, parando la causa en la Argentina y de esa manera callar al ex banquero para que deje de verter en los medios de comunicación información que perjudica directamente a JP Morgan, investigado en todo el mundo por especular con activos financieros. 

La doble vara del fiscal Marijuan


                                   Guillermo Marijuan

El fiscal de la causa es Guillermo Marijuan, el mismo que inició con rapidez inusitada, para lo que es el ritmo de la justicia argentina, pesquisas de oficio en la causa Báez, que según los diarios La Nación y Clarín salpicaría al gobierno. En contraposición a este inusitado celo laboral y activa diligencia, Marijuan, tiene parado desde hace 4 años la denuncia de Arbizu por lavado de dinero que involucra montos infinitamente superiores al de la causa Báez. Esto determinó la intervención de la Unidad de Información Financiera (UIF) para actuar como querellante. Desde entonces, Clarín y La Nación que tienen, la conciencia sucia, atacan persistentemente al titular de la UIF José Sbatella, porque según él, estos medios junto con Perfil tienen depósitos en paraísos fiscales. Clarín triangula operaciones entrando dinero por Delaware a sus empresas locales. Esta situación se agrava e involucra también al diario La Nación por el tema de los fondos mal habidos de delitos de lesa humanidad, que es el caso de Papel Prensa donde tienen una situación compleja, y ninguno imaginó que serían acusados de cómplices de lavado de dinero derivado del terrorismo de Estado.

Arbizu es sin dudas, un reo, él se reconoce como tal ante cualquier tribunal, y debe ser juzgado con la misma vara que el resto de aquellos que fueron por él incriminados. Ahora bien, el proceso de extradición del ex Morgan responde a intereses políticos y económicos de peso. 

Cuando Arbizu llegó a la Argentina en 2008, en plena explosión de la crisis de las hipotecas subprime, él ya sabía de ese estallido hacía por lo menos dos años. En 2007, el Morgan le había bajado línea para que busque clientes en la región sudamericana, aprovechando los efectos de la crisis. Es decir, Arbizu –como el resto de sus compañeros del banco, incluido el hoy diputado Alfonso Prat Gay– conocía la quiebra de Bearn Sterns y Lehman Brothers antes de que ocurrieran y no lo develaron. 

En pocas palabras, Arbizu sabía cómo especulaba con dinero ajeno esa entidad, que ahora lo cerca para que no devele semejante estructura operativa. Y a la par están las 469 empresas y personas de la Argentina, entre ellas Clarín, Ernestina Herrera de Noble, Héctor Magnetto, José Aranda, el agro nacional y los ricos dueños de countries y negocios inmobiliarios, que apuestan al congelamiento de una megacausa que, de prosperar, será un hito en la lucha contra el lavado y la evasión en toda la región.
Fuentes

·         Senado de EE.UU. asegura que JPMorgan intentó ocultar sus pérdidas en Londres. Washington, 14 mar 2013 (EFE) http://cl.noticias.yahoo.com/senado-ee-uu-asegura-jpmorgan-intent%C3%B3-ocultar-p%C3%A9rdidas-003000151.html

  • Gustavo Cirelli. La matriz de la fuga de divisas que organizó la JP Morgan en el país. Tiempo Argentino. 12/05/2013.
  • Leandro Renou, Ignacio Chausis. El FBI presionó para frenar la causa por lavado de dinero contra Clarín. Tiempo Argentino 19,05,2013