domingo, 29 de julio de 2018

EL PADRE DE LOLITA

“Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía.”…En la mañana era Lo, simplemente Lo. En pantalones era Lola. En la escuela era Dolly. Era Dolores cuando firmaba, pero en mis brazos era siempre Lolita.”

Así comienza la novela que Vladimir Nabokov escribió e intentó publicar en cuatro oportunidades hasta que una mediocre editorial francesa lo aceptó. Pasaron tres años más para que los norteamericanos pudieran enterarse de su existencia y acto seguido se desataron polémicas de todo tipo y las ventas del libro se dispararon, especialmente cuando el gran Stanley Kubrick lo llevó a la pantalla. Allí se aprecia la magistral actuación de James Mason junto con la seductora adolescente Sue Lyon, porque en la novela un profesor de mediana edad tiene una obsesión sexual con una niña de doce años, quien además es su hija política.

Escena de la película con James Mason y Sue Lyon

Lo-li-ta, la palabra encierra una textura atractiva, provocadora y morbosa como el relato que surge a medida que transcurren las páginas. La obra tiene tintes eróticos, sin caer en ningún momento en la pornografía, pero además es sórdida y el lector presiente que el desenlace no puede ser feliz.
Volviendo a la excelente versión de Stanley Kubrick, merece destacarse que Sue Lyon resultó ser la de aspecto más seductor entre 800 candidatas y que cuando la película se estrenó, ella no la pudo ver porque estaba prohibida para menores de 16 años. Lolita la lanzó al estrellato y participó en varias películas hasta que se hizo adulta y dejó de ser interesante. Su vida pasó por numerosos altibajos, tuvo cinco matrimonios y se separó de cada esposo al poco tiempo. Más tarde se le diagnosticó trastorno bipolar. Es que Hollywood, puede destruir a cualquiera si no está bien armado, especialmente si se trata de una adolescente que debe interpretar el papel de ninfa seductora. Terminó siendo un juguete roto más en la lista de la meca del cine.

                                     Sue Lyon (1946-)

En cuanto a Nabokov, antes de escribir Lolita sufrió muchos avatares que comenzaron cuando en 1917 estalló en Rusia la revolución y el país pasó a llamarse Unión Soviética. Entonces, la familia decidió emigrar. Algo olfatearon que iban a tener más problemas con los bolcheviques que con el régimen zarista. El abuelo paterno de Vladimir había sido ministro de justicia del zar Alejandro II y su abuela paterna era una baronesa alemana, suficientes antecedentes para caer en la mira del nuevo gobierno. Tanto el joven Vladimir como su padre, eran de ideas liberales y se oponían a las iniquidades autocráticas del régimen zarista mediante publicaciones en los periódicos y en este aspecto, hay que admitir que en la Rusia prerrevolucionaria se gozaba de cierta libertad de expresión que quedaría totalmente truncada durante todo el régimen soviético.

                                    Vladimir Nabokov (1899-1977)

Los sueños del orgulloso y altanero Vladimir de poder ser el mayor escritor ruso de su época se desvanecían a medida que el tren lo llevaba junto con su familia hacia Crimea. Consideró a la revolución comunista una afrenta personal que le arrebató un futuro promisorio al nivel de Pushkin y Dostoievski.

Poco tiempo después se trasladó a Inglaterra y como dominaba desde su infancia el francés y el inglés a la perfección, estudió en Cambridge zoología y lenguas romances con notas satisfactorias. De allí Vladimir se trasladó a Berlín para unirse con el resto de su familia donde sufrió el primer golpe de la vida cuando su padre, a quien quería y admiraba, fue asesinado por un fanático de la ultraderecha.

El ambiente se tornó irrespirable con el advenimiento del nazismo y Vladimir con su esposa Vera Slonim de origen judío tomaron la sabia decisión de huir a tiempo de Berlín. Su hermano prefirió quedarse, jamás le pasó por su mente que por ser homosexual, terminaría su existencia en un campo de concentración nazi.

La familia escapó a Francia y permanecieron en París hasta que el ejército alemán desfiló a través de los Campos Elíseos. Entonces se embarcaron para asentarse definitivamente en Estados Unidos.

En Manhattan Vladimir se desempeñó como entomólogo en el American Museum of Natural History, donde pudo desarrollar su placer favorito: la investigación de los lepidópteros, es decir las mariposas. En este terreno era mucho más que un aficionado, e incluso descubrió una nueva especie de mariposa y la entomología se lo agradeció bautizándola Nabokovia. En una ocasión manifestó que estudiar las mariposas le otorgaba muchísimo más placer que la literatura.

Por entonces se ganaba la vida enseñando los grandes escritores rusos en diversos ciclos de conferencias y en la Universidad de Cornell, con un estilo que resultaba muy atractivo para los estudiantes.

En una de sus excursiones por el oeste de Estados Unidos en busca de mariposas, comenzó a escribir Lolita y cuando faltaba poco para finalizarla, decidió que no servía y el manuscrito hubiera sido presa de las llamas, si no fuera por su esposa que lo alentó a terminar la novela. A Vera, Vladimir le debe su salto a la fama, la posteridad y la riqueza y los lectores le debemos el placer de leer el éxito planetario de LolitaEl libro llegó años después a la Unión Soviética, pero la traducción era tan mediocre que el propio autor decidió traducirla al ruso.

Nabokov pertenece a ese escaso grupo de escritores que siguen produciendo después de muertos. Su fiel hijo Dimitri se encargó de recopilar varias obras, algunas de ellas como sus Cuentos Completos que fueron publicados diecisiete años después de su muerte. Muchas de las piezas de esta recopilación son consideradas obras perfectas y la versión española de Alfaguara, compensa su aparición un poco tardía, con una excelente traducción de María Lozano.

El personaje de Lolita es tan atrapante que además de la versión fílmica de Stanley Kubrick, en 1997 surgió otra versión del director Adrian Lyne con un elenco constituido por Jeremy Irons, Melanie Grifith y Dominique Swain y en mi opinión no le va en zaga a la de Kubrick.

En los ámbitos sociales el término “lolita” se ha popularizado para referirse a preadolescentes consideradas muy seductoras, especialmente si son menores de edad. En Japón se ha desarrollado el término “lolicon”, para referirse al complejo de lolita y la obsesión por las niñas jóvenes, sobre todo en la ficción.

Al mencionar esta obra, el Premio Nobel de literatura Mario Vargas Llosa en 1987 señaló que se trataba de “las más sutiles y complejas creaciones literarias de nuestro tiempo”.

Winston Manrique Sabogal. “Lolita” o el triunfo de la libertad y la belleza. El País, 15/09/2015.
Rodrigo Fresan. Caviar. Radar Libros, suplemento Página 12, 26/08/2001.
Cinco libros para conocer a Nabokov. La Nación, 08/07/2016.
Eloy Tizón. Ruleta Rusa. Revista de Libros. Enero 2018.

Vladimir Nabokob. Lolita. Corgi Books 1955, London.

jueves, 19 de julio de 2018

"EL MEJOR EQUIPO DE LOS ÚLTIMOS 50 AÑOS"

Una selección deslucida
Cita de Eduardo Febbro en la contratapa de Página 12 del 16/07/2018:
“En este mundial de fútbol, Argentina y Brasil, dos países desestabilizados por la corrupción, la instrumentalización de la justicia y la rendición ante los ladrones del liberalismo planetario, hicieron un papelón descomunal. Lo de Argentina fue un despropósito penoso agrandado por el canibalismo y el servilismo y una prensa deportiva al servicio de alcahuetes internos y traidores, de chusmas y cobardes.”

Argentina en proceso de desintegración en todos sus estamentos: economía, salud, educación, arte, cultura, estabilidad laboral, justicia y calidad de vida, donde el único ejemplo que en este momento puede ofrecer es el de la corrupción, no podía tener una selección ganadora. El equipo fue un reflejo de lo que sucede en el país gobernado por una runfla de malandras, un grupo de mafiosos que alcanzaron el poder mintiendo y lo siguieron haciendo en estos dos años y medio de gobierno con total impudicia, porque en la gestión de Macri, la mentira es soberana.

Un gabinete de millonarios mafiosos
“El mejor equipo de los últimos 50 años” como lo autobautizó Macri, resultó ser el peor gobierno desde Rivadavia hasta la fecha, incluyendo las dictaduras militares excepto la de Videla y sus secuaces porque mataron a 30000 personas. No obstante, Macri le guarda una gran simpatía a ese gobierno de la era de plomo y ha hecho todo lo posible, hasta ahora infructuosamente, para liberar a los genocidas.

El “mejor equipo de los últimos 50 años” está constituido en su mayoría por CEOS que están de ambos lados del mostrador, violando en forma reiterada lo que se conoce como conflicto de intereses, mientras que Laura Alonso, la directora de la Oficina Anticorrupción (debería llamarse "Oficina para la promoción de la corrupción"), mira para otro lado. Para eso la puso Macri, para que dicha oficina fuera una fachada vacía.

En cualquier país del primer mundo, ese comportamiento es motivo de expulsión del gobierno. Pero nosotros ya no pertenecemos al primer mundo, ni siquiera somos un país en vías de desarrollo; Macri y sus secuaces nos transformaron en una republiqueta bananera.

Esta banda se instaló en el poder para llenar sus bolsillos de dólares; la gente no les interesa y tampoco el país. Son el paradigma de los cipayos vernáculos: pago inmediato a los fondos buitres, genuflexión ante el FMI, Prat Gay pidiendo perdón a los empresarios españoles por haberles sacado Iberia, etc. Pese a todos estos gestos de repugnante pleitesía y de haber manifestado ante el decrépito rey de España que “nuestros patriotas debían haber sentido una gran angustia por tener que separarse de España", la respuesta de ese país fue cero de inversión. Y es lógico. En el extranjero conocen muy bien a la pandilla que nos gobierna. Pero si les quedaban dudas, estas se disiparon cuando en Madrid un profesor de la Universidad Complutense le dijo a Dujovne que las cifras de pobreza eran más altas que las que señaló y que cómo pretendía que fueran inversiones a la Argentina cuando él, Dujovne, tenía sus ahorros en paraísos fiscales. Jaque mate rematado por un periodista que le dijo en la cara: “usted está mintiendo”.

No solo Dujovne, todos o la inmensa mayoría del gabinete del “mejor equipo de los últimos 50 años”, tienen cuantiosas sumas de dólares en esos lugares donde se guarda el dinero evadido al fisco, del narcotráfico y de las redes de trata de blancas y de negras.

Pobreza mental
En el “mejor equipo de los últimos 50 años” muchos de esos chorros, también son semianalfabetos. Los ejemplos abundan:
Macri: "a todas las mujeres les gustan los piropos, aunque les digan qué lindo culo tenés”. Cuando le preguntaron sobre el creciente aumento de los impuestos: “estoy intentando hacer lo mínimo posible para tratar de que acompañemos todos juntos este proceso”. 
Esteban Bullrich escribió una “Oda al feto”, digna de un niño de 10 años.
Michetti con su voz de papa en la boca: “no veo porqué la historia tiene siempre que referirse al pasado”, o “la población urbana se concentra cada vez más en las ciudades”, o “el aumento de las naftas es a favor del ciudadano.”

Declaraciones como estas abundan y hay que poner un corte para no fatigar al lector, pero se puede decir que Michetti, que no da pie con bola para manejar el Senado, es la más burra del grupo. Parece que no solo tiene paralizados los miembros inferiores, sino también sus comunicaciones neuronales.

El escándalo de los aportes truchos
De todos los escándalos e irregularidades de este gobierno, uno de los peores, está en plena evolución. Fue un trabajo exhaustivo del periodista Juan Amorín del programa El Destape de Navarro. Para las elecciones del 2015, Macri y sus secuaces sacaron los padrones de los beneficiarios sociales y les asignaron sumas arbitrarias de dinero que supuestamente habrían aportado a la campaña. Es gente pobre a la que le terminaron truchando su identidad, su documento como aportantes cuando se trataba de gente humilde que no podía poner un peso de las asignaciones que cobraban. Un manoseo repugnante.

Al principio fueron varias decenas, después centenas y cuando se investigaron los “aportantes” durante las elecciones de 2017, ya eran miles, y millones la suma del dinero, cuyo origen no sabemos de donde proviene. Como la mayoría de los casos correspondían a la Provincia de Buenos Aires Vidal no pudo permanecer más callada y muy nerviosa respondió que se trataba de una maniobra kirchnerista. Esto lo dijo cuando ya ex candidatos a intendentes y legisladores de Cambiemos denunciaron que estaban incluidos como aportantes, pero no habían puesto un solo peso. La maniobra también fue señalada por Margarita Stolbitzer, furiosa antikirschnerista, en un reportaje encabezado con el título: “Venían a salvar la República y se la llevaron puesta”.

Las denuncias de los damnificados, de políticos y de diputados, además de numerosas notas de diarios del interior, los programas radiales y TV C5N han hecho que se transforme en una bola de nieve imparable. Si Macri y su pandilla no huyeron todavía en helicóptero es gracias al blindaje mediático y a un grupo importante de jueces corruptos.

Penosa soledad
En la historia de los presidentes argentinos, Macri introdujo una novedad: comportamiento fugitivo en los actos públicos. Sabe que lo van a rechiflar insultar y cantar el hit del verano. El 25 de mayo caminó circunspecto en soledad junto con su gabinete de “el mejor equipo de los últimos 50 años”. La plaza estaba totalmente vallada y había un silencio de cementerio. Entró a la Catedral resignado a recibir los sopapos que le diera el cardenal Poli. ¡Qué diferente con los millones que llenaron a la 9 de julio y las diagonales durante los días del Bicentenario!

Este 9 de julio se escapó a Tucumán y el día de la memoria del atentado a la AMIA, no asistió. Hizo bien, lo hubieran rechiflado.

Una sociedad donde abunda la apatía y la falta de memoria
El blindaje mediático y las reiteradas mentiras sobre “la pesada herencia” y “se afanaron todo”, lograron que Pinocho ganara en las dos elecciones, pero no explica el comportamiento de la parte importante de la sociedad que los votó.

La gente sabía, o al menos debería saber o recordar, que estando Macri a cargo de la ciudad la endeudó más que cualquier otro intendente, no cumplió con muchas de sus promesas y vetó la mayoría de las leyes de la legislatura. Señales rojas de que ese candidato no debía ser votado y menos cuando prometió pobreza cero, y esto lo dijo hasta el cansancio, cuando se sabe que en el capitalismo esta situación no existe.

¿Tal es el grado de boludez de esta gente, o tenemos que buscar fallas gruesas en la educación, que determinan la falta de capacidad de análisis, de sentido común y de crítica de las situaciones? Porque los argentinos no dejan de repetir los errores, o perdieron la memoria. ¿No les dice nada a estos papamoscas el número alarmante de gente en situación de calle y sin techo, los robos en aumento escandaloso por la incorporación de la gente desocupada y que no tienen ni para comer, las tarifas impagables y una inflación que Macri hace dos años dijo desdeñosamente: “nosotros no vamos a tener inflación, eso es propio de los gobiernos que fracasan”; pues bueno, Macri fracasó por goleada.

Es necesario multiplicar las protestas, salir a la calles, despertar de su marasmo a los lelos que pululan como zombies para terminar con el “mejor equipo de los últimos 50 años”.

Ya empezó la desobediencia civil, en muchas ciudades de la provincia de Buenos Aires donde las tarifas adquirieron valores escandalosos, los vecinos se confabularon para impedir que los operarios del gas cortaran el servicio. Ponen carteles que dicen “cámara protegida” y la gente les impide realizar la tarea. En la mayoría de los casos el conflicto se dirime pacíficamente ya que los obreros además de comprender la situación crítica de los vecinos, también la viven personalmente.

Ahora todo el esfuerzo tiene que volcarse para impedir la acción del FMI. Ya se enviaron cartas a Lagarde de todas las agrupaciones políticas, sociales, culturales, artísticas, gremiales y derechos humanos, diciéndole que aquí no queremos a esa institución. Un ex miembro del FMI confesó que el objetivo es endeudar el país a un grado tal, que, imposibilitado de pagar, llegue a la situación de hacer concesiones que afectan la soberanía, como la entrega de territorio, la instalación de bases militares y la privatización de empresas del Estado.


Al “mejor equipo de los últimos 50 años”, estas entregas del patrimonio nacional, lo tienen sin cuidado, solo el pueblo puede impedirlo. Se tienen que ir y en Flybondi

sábado, 14 de julio de 2018

LA GESTA DE ESPARTACO

La rebelión de los esclavos fue un acontecimiento que sacudió los cimientos del Imperio Romano en el año 73 antes de Cristo (a. C.). Fue una epopeya que se destaca a lo largo de toda la historia porque los esclavos se enfrentaron con el ejército más poderoso, disciplinado y mortífero de aquellos tiempos. Los registros históricos provienen de las narraciones de Plutarco, Floro, Salustio y Apiano.

Espartaco nació en Tracia, territorio que actualmente corresponde a Bulgaria. Los tracios eran un pueblo indoeuropeo milenario conocido por su larga tradición militar, motivo por el cual Roma solía reclutar tracios para incorporarlos a sus legiones como mercenarios y Espartaco fue uno de ellos. Su espíritu de hombre libre lo llevó a desertar con la intención de regresar a su hogar. Fue atrapado y condenado a trabajar como esclavo en las minas de yeso de Nubia.

De allí nadie salía vivo, el exceso de trabajo, los castigos físicos, la escasa comida y peor aún la insuficiente cantidad de agua que recibían, los mantenía deshidratados y la mayoría moría por destrucción de los riñones. El desprecio que tenían los encargados de las minas por la vida de los esclavos, sugiere que la oferta de estos era abundante y bajo el valor de compra.

El destino de Espartaco cambió súbitamente cuando un obeso individuo, elegantemente vestido y rodeado de un pequeño séquito de esclavos, realizó una visita a las minas. Se trataba de Léntulo Batiato, un “lenisti” o entrenador de gladiadores y por lo tanto era dueño de un “ludus” que así se llamaban las escuelas de gladiadores. A medida que los circos romanos se fueron expandiendo, se profesionalizaron las luchas de gladiadores, la atracción favorita de la época, y así surgieron los ludus, donde los esclavos eran sometidos a una rígida disciplina de entrenamiento. La compra de esclavos a bajo precio y la venta a otros circos de gladiadores formados, generaba una diferencia muy redituable y como la escuela de Batiato gozaba de buena reputación, había logrado amasar una fortuna respetable.

El ojo experto de Batiato detectó, y no se equivocaba, que Espartaco reunía las condiciones para transformarse en un excelente gladiador y se lo llevó a Capua en las afueras de Roma donde tenía su escuela. Las condiciones de vida mejoraron considerablemente para Espartaco, era bien alimentado y la dura disciplina de entrenamiento resultaba un bálsamo comparado con el trabajo agotador de las minas. Pero él no estaba dispuesto a divertir al pueblo romano arriesgando su vida en la arena y se sublevó en compañía de otros 74 gladiadores.


Espartaco, por Denis Foyatier, Museo del Louvre

Vencer a la pequeña guarnición y a los entrenadores fue tarea fácil y el grupo huyó hacia el monte Vesubio. Estaba constituido por tracios, celtas y germanos y durante el trayecto se les unieron numerosos campesinos y esclavos provenientes de las residencias y palacios que asolaban. Fueron despiadados con sus ocupantes y se apoderaron de su ganado y riquezas que Espartaco, que ya era el jefe indiscutido, repartía equitativamente entre sus hombres.

Compungido porque su negocio estaba en la ruina Batiato acudió a Roma en busca de ayuda. El Senado envió 3 cohortes urbanas bajo el mando de Cayo Claudio Glabro. Las cohortes urbanas, cada una compuesta por 1500 hombres, tenían como función el cuidado de Roma y sus alrededores. Los hombres que la componían estaban lejos de poseer la disciplina y la capacidad de combate de las legiones. Esta decisión del Senado se debió a dos razones, por un lado menospreció al enemigo, al fin y al cabo eran solo esclavos, pero además, las legiones en ese momento estaban en los confines del imperio sofocando revueltas en Hispania y Asia Menor.

Cayo Claudio Glabro también subestimó a aquellos rebeldes que estaban refugiados en las laderas del Vesubio. Cuando llegó al pie del monte estableció el campamente en el único sitio accesible, las demás laderas eran escarpadas e imposibles para trepar o descender. Violando las reglas vigentes de doctrina militar solo puso guardias de vigilancia en el frente, pensando que por allí podría venir el ataque. Espartaco mostró que tenía mucho mejores nociones de táctica que su rival. Sus hombres fabricaron lianas de los árboles de olivos y descendieron durante la noche por la zona escarpada, atacando al campamento por la retaguardia y creando gran confusión sobra la tropa que dormía.

Entre ambos bandos había profundas diferencias respecto del espíritu de lucha, los soldados peleaban en cumplimiento de una orden de sus superiores, los esclavos lo hacían por la propia supervivencia y la esperanza de llegar a ser libres.
Pocos días después, Cayo Claudio Glabro y unos pocos soldados se presentaron ante el Senado, eran los únicos sobrevivientes de la feroz derrota y tuvieron que soportar las recriminaciones e insultos de los senadores por su impericia y su imprudencia. 

Esta vez, patricios y magistrados tomaron conciencia de la gravedad de la situación, los esclavos se habían convertido en un ejército dirigidos por un comandante astuto e inteligente, estaban mejor armados gracias a las armas sustraídas a las cohortes derrotadas y eran muy numerosos, ya que superaban los setenta mil hombres y contaban con una modesta caballería.

Espartaco decidió abandonar el Vesubio y dirigirse hacia el norte con el objeto de cruzar los Alpes e ingresar en territorios que no estaban bajo el control del Imperio Romano. Mientras tanto, los cónsules Léntulo y Gelio al mando de veinte mil soldados salieron en forma separada a enfrentarse con los esclavos. 

A esta altura de los acontecimientos Caxio, uno de los hombres de Espartaco decidió quedarse en Italia y se separó junto con cuatro mil esclavos. Fue la primera escisión dentro de las fuerzas rebeldes y Caxio y sus hombres pagaron caro su capricho al ser sorprendidos por las fuerzas de Gelio que los aniquiló totalmente.

Por su parte Espartaco se enfrentó con los dos cónsules y los venció en batallas separadas. Como homenaje póstumo a su camarada sacrificó a trescientos prisioneros, obligándolos a combatir entre ellos como si fueran gladiadores en lucha a muerte. Continuó su marcha hacia el norte, para atravesar los Alpes y junto a Módena se enfrentó con otro ejército romano, acaudillado por Cayo Casio, el pretor de la Galia Cisalpina, al que también derrotó.

A esta altura de los acontecimientos cometió su primer error, abandonó la idea de cruzar los Alpes y realizando un giro enigmático retornó rumbo al sur. La hipótesis más aceptada por los historiadores es que Espartaco fue presionado por sus hombres quienes convencidos de que eran invencibles estaban en condiciones de sitiar y conquistar Roma, algo que Aníbal, cien años atrás y con un ejército mucho más poderoso no se atrevió a consumar. 
En Roma, el pueblo aterrorizado veía como el ejército de Espartaco, que ya superaba holgadamente los cien mil efectivos, se aproximaba a la ciudad, Espartaco logró convencer a su gente que conquistarla era una misión arriesgadísima. El contingente siguió rumbo al sur con la idea de cruzar el mar y fortalecerse en Sicilia, para ello había hecho un trato con piratas turcos que proveerían naves para el traslado a la isla. Cuando llegó a la costa comprobó que ningún barco los estaba esperando: los piratas lo habían traicionado.

Quiso regresar, pero se encontró con Marco Licino Craso al mando de un ejército formado por 6 legiones y fuerzas adicionales que totalizaban setenta mil soldados. Craso no solo era el hombre más rico de Roma, también era inescrupuloso, despiadado y tenía vasta experiencia militar por haber participado en batallas anteriores. Envió a uno de sus lugartenientes con dos legiones, que fueron derrotadas por las fuerzas de Espartaco y muchos de los sobrevivientes desertaron. Craso mostró su capacidad de crueldad y para imponer la disciplina aplicó la decimatio, un terrible castigo en el que debía morir a manos de sus compañeros uno de cada 10 hombres de su propio ejército.

Espartaco y sus hombres estaban acorralados y obligados a dar batalla. En un gesto de grandeza, cargado de dramatismo, sacrificó su caballo diciendo que si triunfaba tendría otros para reemplazarlo y si moría en combate no lo necesitaría. La batalla fue feroz, nadie pedía ni daba cuartel, Espartaco pereció en el combate y su cadáver quedó irreconocible entre los millares de muertos. Craso obtuvo una aplastante victoria. Para escarmiento de cualquier rebelde, ordenó crucificar a los seis mil prisioneros. Todo el recorrido de la Via Apia desde Capua hasta Roma ofreció un espectáculo dantesco con miles de buitres revoloteando a la espera de la muerte lenta de los crucificados.

Varios miles de esclavos lograron huir, pero fueron masacrados por las legiones de Pompeyo que habían sido enviadas por el Senado para consolidar la victoria. Con habilidad política Pompeyo se las arregló para compartir el triunfo junto con Craso.

La guerra de los esclavos fue desastrosa para la economía de Roma, pero el imperio lo resolvió en poco tiempo con nuevos esclavos obtenidos de las exitosas campañas de Julio Cesar en la llamada Guerra de las Galias.

La epopeya de Espartaco no cambió la institución de la esclavitud ni mejoró sus leyes que prevalecieron durante todo el Imperio Romano y perduraron hasta el siglo XIX. El valor de esta gesta radica en el mensaje que dejó a la humanidad, mostrando que el ser humano, cuando lucha por sus derechos, es capaz de enfrentarse al poder de turno por más grande que éste sea. La figura de Espartaco pasó a la posteridad como sinónimo de justicia, rebeldía y libertad.

En aquellos tiempos eran pocos los que fallecían de muerte natural, especialmente si detentaban cargos importantes y comandaban ejércitos. Pompeyo y Marco Lisino Craso no escaparon a esta regla. El primero cayó en una trampa durante su campaña en Egipto, fue apuñalado por sus propios compañeros y su cabeza presentada como trofeo al rey Ptolomeo, tenía 58 años. Craso también fue víctima de una traición a la edad de 62 años cuando luchaba en Irán contra los Partos. Hecho prisionero le hicieron tragar oro derretido en alusión a su avaricia.

Spartacus. Encyclopaedia Britannica. Tomo 11, pag 73. Chicago 1995.

Spartacus. Encyclopaedia Britannica. Tomo 11, pag 73. Chicago 1995.


miércoles, 4 de julio de 2018

LA PIEDRA QUE REVOLUCIONÓ LA HISTORIA

El año 394 de nuestra era, bajo los designios del emperador romano Teodosio, se escribió en Egipto el último jeroglífico. Pocas centurias más tarde, aquel idioma había pasado al olvido. Los árabes invadieron el territorio, doblegaron a la población e impusieron su lengua. El mundo de las pirámides pasó a ser un sueño y más de 3000 años de historia parecían perdidos para siempre.

En 1798 Napoleón Bonaparte soñaba con seguir los pasos de Alejandro Magno y decidió conquistar Egipto y Siria para cortar el movimiento comercial de Inglaterra con la India, su más importante colonia. La expedición fue un completo fracaso porque el almirante Nelson destruyó la flota y más tarde derrotó a los franceses en tierra.

Sin embargo, aquella aventura tuvo un final sorprendentemente feliz ya que logró levantar el velo de desconocimiento y misterio que rodeaba a la antigua civilización egipcia. Durante el conflicto, una patrulla francesa se hallaba realizando trabajos para la defensa de la ciudad de Rosetta a 45 kilómetros de Alejandría, cuando las palas de los excavadores chocaron contra algo duro. Al remover la tierra surgió a la superficie una especie de lápida de 112 centímetros de altura y cerca de 800 kilos de peso, totalmente cubierta de inscripciones, de las cuales, los científicos de la expedición francesa solo reconocieron el texto inferior que estaba escrito en griego, mientras que los dos textos restantes contenían signos indescifrables. 
Fue el 15 de junio de 1799, fecha que cambiaría la historia de la arqueología ya que la pieza resultaría ser un elemento clave para descifrar los jeroglíficos egipcios y conocer el mundo de los faraones y su civilización.

             Piedra de Rosetta. British Museum

Ese día el calor era infernal y la patrulla, agotada y sedienta dejó la piedra donde fue hallada, con el propósito de trasladarla en otra oportunidad. Dos años más tarde fue encontrada por soldados ingleses y terminó recalando en el British Museum. A partir de entonces se la conoce como la piedra de Rosetta. Con ella se quedó Inglaterra, pero fue un francés quien lograría descifrar su contenido.

De acuerdo al segmento escrito en griego se pudo saber que la piedra de Rosetta representaba un homenaje al faraón Ptolomeo V y que se remontaba al año 196 a.C. La escritura del medio estaba escrita en demótico, el idioma que surgió en la última etapa del Antiguo Egipto y pasó a ser lengua muerta en el año 452. Hasta aquí, la traducción era posible, pero el texto superior estaba constituido por jeroglíficos y por lo tanto totalmente incomprensible, indescifrable para cualquiera que lo intentara, hasta que Champollion tuvo acceso a su contenido.

                          Jean-Francois Champollion (1790-1832)

Jean-Francois Champollion nació el 23 de diciembre de 1790 y los médicos que asistieron a la madre que se encontraba muy enferma, notaron que el niño tenía un tinte amarillento en las córneas, que sumado poco después a su renegrido cabello, le valió el mote de “el Egipcio”, toda una premonición. 

Cuando la piedra vio la luz del día, Champollion tenía 9 años. Era una mente brillante, a la edad de cuatro sabía leer y escribir y al término de su paso por la escuela de Genoble dominaba, guiado por el apoyo de su adorado hermano Jacques-Joseph, además del griego y latín, las diversas lenguas de Medio Oriente: persa medio, árabe, sirio, hebreo y copto, idioma lejanamente emparentado con el demótico.
Jacques-Joseph, 12 años mayor que Jean-Francois, fue su tutor y su guía y siendo arqueólogo le inculcó a su hermano la pasión por la antigua civilización egipcia. 

Además de una gran inteligencia y enorme facilidad para los idiomas, el joven “le jeune” Champollion, era sumamente curioso, perseverante y con una capacidad ilimitada para el trabajo de investigación. Pese a todas estas cualidades, ignoramos si hubiera podido alcanzar su gran logro sin el apoyo incondicional de su hermano mayor Jacques-Joseph.

              Jacques-Joseph Champollion

A la edad de 23 años Champollion escribió un tratado titulado: Egipto bajo los faraones, que resultó ser la descripción más completa sobre aquel país, pese a que aún no lo había visitado. Siete años después se abocó en forma exclusiva a descifrar la piedra de Rosetta, llegando a dedicarle hasta 20 horas diarias. Fue una compulsión obsesiva que le ocupó todo el año de 1821.

Le llamó la atención una figura que consistía en una cuerda ovalada con los extremos anudados que contenía varios jeroglíficos. A este conjunto lo llamó cartucho. El mismo cartucho se repetía varias veces en los jeroglíficos y coincidía con la palabra Ptolomeo en la parte correspondiente a los idiomas demótico y griego, que Champollion dominaba. Ese mismo año recibió copias de las inscripciones contenidas en un obelisco que el viajero inglés William Bankes había traído de Egipto. El monumento homenajeaba a dos Cleopatras y cada una estaba dentro de sus respectivos cartuchos. Por lo tanto los cartuchos señalaban que el contenido de los mismos correspondía al nombre de un Faraón.


                      Cartucho que representa a Ptolomeo

Champollion comprendió que los signos representaban letras individuales y logró identificar los jeroglíficos que correspondían a las letras P, L y O. Consiguió dibujos del templo de Karnack y allí encontró un nuevo cartucho que contenía tres figuras, la superior era un disco solar. 

Champollion sabía que en el idioma copto el sol se pronunciaba “RA”. En la parte inferior había un signo que el egiptólogo inglés Thomas Young, quien por entonces estaba empeñado en la misma tarea que el francés, había identificado como la letra “S”, pero no había conseguido descifrar el signo central. Champollion observó que en la piedra de Rosetta el signo aparecía varias veces y en todas las ocasiones la traducción en griego significaba nacimiento o nacer y se escribía “MESE”. Había detectado que el nombre de ese faraón era Ramsés.



Cartucho que representa a Cleopatra. Cada figura corresponde a una letra.

Champollion se dio cuenta de que por fin quedaba develada la escritura egipcia al saber combinar su dominio del copto, los avances de Young y su conocimiento del antiguo Egipto. 

Cuenta la historia que Jacques-Joseph estaba trabajando en su escritorio, como cuidador de los manuscritos de la Biblioteca Nacional de París, cuando escuchó ruidos de pasos que subían precipitadamente la escalera, la puerta se abrió de golpe y surgió como una tromba su hermano quien transfigurado alcanzó a decir “¡lo logré!”, e inmediatamente cayó desmayado. Se había evaporado la escasa energía que le quedaba luego de un año de trabajo intensísimo y permaneció en estado semicomatoso durante varios días.

Apenas trece días después, el 27 de septiembre de 1822, presentó su descubrimiento ante la Academia de Inscripciones de París, de manera formal, por medio de la siguiente misiva: Carta para M. Dacier relativa al alfabeto fonético jeroglífico utilizado por los egipcios. Por aquel entonces Bon-Joseph Dacier era el secretario de la Academia. La carta se tradujo y publicó en varios idiomas. 

Hubo elogios y críticas, entre estas la de Thomas Young, quien habiendo perdido la carrera en el descifrado de los jeroglíficos, lo acusó de robar sus ideas. Con el tiempo, Champollión recibió total crédito de ser el artífice genial que puso fin al enigma de los jeroglíficos y permitió que el mundo conociera la milenaria sociedad egipcia, sus costumbres, sus batallas, sus conquistas y la dinastía de los faraones.

En 1828 convirtió en realidad el sueño de toda su vida, como conservador de la colección Egipcia del Museo del Louvre, organizó una expedición científica que durante dos años catalogó los jeroglíficos de templos y palacios de Memphis, Tebas y Luxor. La comitiva de 15 egiptólogos trabajó intensamente recopilando 3000 años de historia de aquella civilización. Lo hicieron con las cabezas rapadas y con vestiduras de la época para sentirse más consubstanciados con aquel mundo milenario.

Volvió a Francia agotado para escribir su obra más grande y ambiciosa, la Grammaire égyptienne (Gramática egipcia), pero la muerte lo sorprendió y fue su hermano quien la terminó. Todas las partes de su organismo estaban afectadas por el esfuerzo de tantos años y un ataque al corazón acabó con su vida a la edad de 41 años. En el cementerio de Pere Lachaise la placa al pie de su tumba solo dice “Champollion Le Jeune”. No se necesita más, a un costado se erige una pirámide egipcia con jeroglíficos que señala que allí yace el hombre que develó el misterio de los faraones.


                                      Tumba de Champollion


Ana Fernández Beobide. Champollión y la piedra de Rosetta. La Piedra de Rosetta. http://www.jimena.com/egipto/apartados/Champollion.htm, subido el 08/11/2017.
Marta Pérez. Egiptología para todos. Champollion. https://www.youtube.com/watch?v=QtWN9UE0lfU, subido el 08/11/2017.
Juan Antonio Cebrian. Jean F Champollion y la piedra Rosetta. Pasajes de la Historia. La Rosa de los vientos. https://www.youtube.com/watch?v=ukaSdGEJHfo, subido el 08/11/2017.
Champollion, Jean Francois. Encyclopaedia Britannica. Volumen 3, pag 75. Chicago 1995.