lunes, 29 de julio de 2013

DRONES Y KAMIKAZES








Un hombre negro se desplaza en motocicleta por una ruta de Nigeria, sobre la costa de África que da al océano Atlántico. Detrás dejó el cartel que en francés da la bienvenida a quienes llegan a la ciudad de Niamey, la capital del país. A la izquierda del motociclista, hay una extensa muralla con torres de vigilancia y alambrada de púa electrificada. El conductor tarda varios minutos en recorrer esa estructura, la última base que Estados Unidos instaló en África y que a semejanza de muchas, otras sirve de plataforma de despegue a los drones. Por el momento se limitan a destruir grupos guerrillero de Al-Qaida. Mañana atacarán el objetivo que según el caprichoso criterio de la CIA puede resultar peligroso para Estados Unidos. Hacer click aquí para ver Drones y mercenarios 




     Base norteamericana de Naimey con un dron a punto de despegar



El uso de los drones, aviones sin piloto, que transformó las reglas de la guerra, no despierta en la opinión pública de Occidente un rechazo masivo. Sin embargo, es esa misma opinión la que condena los atentados suicidas como el colmo de la barbarie. El ataque suicida, llamémoslo kamikaze, involucra al hombre tanto como sea posible, el dron no lo implica en absoluto. Por un lado es el compromiso total, por el otro la ausencia total de compromiso. Para el kamikaze su cuerpo es el arma, para el dron, el arma no tiene cuerpo.


Allí donde por un lado habrá valerosos combatientes, dispuestos a sacrificarse por la causa, por el otro no habrá más que aparatos fantasmas. Esta polaridad es ante todo económica. Enfrenta a aquellos que no tienen más que su cuerpo para combatir contra los que poseen el capital y la tecnología. Es difícil imaginar a un kamikaze estadounidense.


¿Por qué sería menos horrible matar sin exponerse a perder la vida que hacerlo compartiendo la suerte de sus víctimas? ¿Por qué una tiene que ser menos repugnante que la otra? Para los dirigentes occidentales lanzar racimos de bombas desde el aire, no solo es menos repulsivo, sino además, moralmente superior.


Los habitantes de los países que sufrieron ataques de drones los consideran operaciones cobardes, porque quien dirige el dron, desde el espacio seguro de una estructura climatizada en el estado de Nevada, mata gente en el terreno sin el menor riesgo de ser asesinado por aquellos a los que ataca.


El ser humano cree que su complicidad ante un acto criminal se va reduciendo considerablemente cuanto más lejos está del teatro de operaciones. Los ingenieros especialistas en robótica que fabrican los drones trabajan en una zona aséptica lejos del ruido de las bombas, de los gritos de los moribundos y de la visión de la masacre que produce el ataque de un dron, pero aunque no lo crean son responsables directos, con el agravante que no lo hacen a cara descubierta, sino a cientos de kilómetros de distancia. Temblarían de miedo y huirían cobardemente si tuvieran que enfrentarse cara a cara con el enemigo.
           Daños colaterales de los drones sobre la población infantil





La guerra es un comportamiento egoísta por excelencia porque se basa en infligirle al enemigo el mayor daño sufriendo el mínimo riesgo. Un concepto que no era prioritario en los combates de la antigüedad. Los drones son el egoísmo llevado a su máxima expresión.


Los diseños actuales de estas máquinas siniestras, son relativamente pequeños y pueden alcanzar objetivos sin ser detectados. Logran permanecer en el aire en un mismo lugar durante horas, realizando funciones de vigilancia o estudiando el punto más vulnerable del enemigo. En esto superaron ampliamente al helicóptero, e incluso a los satélites de espionaje que se encuentran a gran distancia de la tierra y están en continuo movimiento de rotación. Por lo tanto, la capacidad de los drones es enorme y no se circunscribe a las actividades bélicas. Pueden realizar funciones de espionaje, incluso contra los propios ciudadanos de su país.


El boom de los drones obedece en gran parte, sino la mayor parte, a las jugosas ganancias de las empresas involucradas en su manufacturación que ejercen un lobby activísimo en el Pentágono, el Senado de los Estados Unidos y la Casa Blanca. Sumas importantes van destinadas a miembros del Senado para que aprueben nuevas bases y proyectos. Actualmente tiene sindicato propio, la Association for Unmanned Aerial Systems International, que incluye algunas de las empresas líderes en industria aeroespacial. 





                           John Brennan


John Brennan, el consejero de la Casa Blanca sobre contraterrorismo, es el arquitecto de un programa para la acción de los drones llamado “killing program”, que se puede traducir libremente como “programa para matar o para asesinar”. Brennan trabajó durante 25 años en distintos cargos de la CIA y es actualmente su presidente designado por Obama, Premio Nobel de la paz. Organizó el grupo de tareas que realizó el operativo que eliminó a Ben Laden y durante el gobierno de Bush apoyó los actos de tortura de la CIA. Que este hombre con ese lúgubre bagaje haya logrado que los programas de espionaje y destrucción de los drones pase, al menos en parte a su control, no constituye un mensaje halagüeño para la paz del mundo.






                 Manifestación contra drones en Europa


Actualmente los drones salen de bases situadas en Turquía, Italia, Arabia Saudita, Qatar, Emiratos Árabes y Filipinas, además de las que se instalaron recientemente en el Cuerno de África. Sus zonas operativas, por el momento, son: Afganistán, Iraq, Paquistán, Yemen, Libia y Somalía. Los drones están provistos de misiles Hellfire, guiados por láser y diseñados para reducir daños colaterales, propósito que hasta ahora nunca lograron, porque se calcula que son cerca de 5000 las personas, la mayoría civiles, víctimas de estos artefactos, verdaderos predadores emergidos de una siniestra novela de ciencia ficción.

                        Civilización occidental y cristiana de León Ferrari



Fuentes:
Gregoire Chamayou. Atentados fantasma. Le Monde Diplomatique. Abril 2013.
Greenwald G. Domestic drones and their unique danger. The Guardian 29,03,2013

Chris Anders. Obama's drone killing program slowly emerges from the secret state shadows. The Guardian 23,03,2013

Craigh Withlock. Drone warfare: Niger becomes latest frontline in US war on terror. 26,03,2013

jueves, 25 de julio de 2013

JANO




 El dios de dos caras
En la mitología romana, Jano era el dios de dos caras porque miraba hacia el pasado y hacia el futuro, también marcaba el comienzo y la terminación de las guerras. Actualmente suele aplicarse el término a quienes tienden a mantener una posición de equilibrio entre dos ideas contrapuestas. El intendente de Tigre, Sergio Massa quién se postula como candidato de su nuevo partido, llamado Frente Renovador, se manifiesta impoluto de conflictos entre la derecha y la izquierda, entre la oposición y el kirchnerismo. El objeto de esta táctica es la de sustraerle votos tanto al gobierno como a sus otros oponentes que como de Narvaez o el rejunte entre Binner, Stolbizer y Ricardito Alfonsín, miran con recelo como los grandes medios lanzaron una feroz campaña para posicionar a este Jano de la política (me dijeron que así lo representó Lanata en su payasesco programa).


Massa es de derecha, pero no lo manifiesta abiertamente como Macri que es más auténtico y quizás sea ésta la única virtud del procesado Jefe de la Ciudad. Ha puesto en su lista gente que comulga con las políticas neoliberales como Redrado y por si queda alguna duda sobre su derechismo, recientemente Massot, el director de La Nueva Provincia, el filo nazi defensor de Videla, manifestó que apoyará al intendente de Tigre. 

Antes de que comenzara la campaña, encuestas sacadas de dudosas galeras, posicionaron a Massa con ventaja sobre Insaurralde, pero lo que no dice ni siquiera el propio candidato, es cuál fue su gestión en el municipio, ni cuáles son sus proyectos como gobernante.


Insaurralde asumió la intendencia de un partido devastado, por donde habían pasado las 7 plagas de Egipto y lo reconstruyó en forma asombrosa, superando a Massa en la inversión en infraestructura y seguridad. Por su parte, Jano tomó en sus manos el partido de Tigre en muy buen estado de salud por la gestión de Ubieto y es poco lo que agregó. Se benefició con el espectacular negocio inmobiliario de Nordelta, puso unas cuantas videocámaras callejeras para registrar delitos y con ese acotado bagaje, los medios lo catequizaron como la gran esperanza futura.

Recientemente, firmó ante escribano público, que ninguno de los diputados de su lista votará a favor de la reforma constitucional. ¿Por qué un dirigente político necesita acudir a un escribano para validar su promesa? Todo hace suponer que Massa considera que la palabra del dirigente político, o al menos la suya, carece de valor y que necesita la legitimidad externa, de un escribano. Para el electorado, el mensaje suena a: “nosotros, los políticos, no somos confiables. Nuestra voluntad es débil y corrupta. Por suerte, están los escribanos”. Los diarios Clarín y La Nación destacaron en tapa la actitud de Massa, para muchos otros, entre los que me incluyo, me parece una soberana estupidez.

El odio opositor
Ante cualquier micrófono o cámara de TV, los candidatos opositores y sus respectivos economistas, expresan un grado de antikirchnerismo que atemoriza. Este comportamiento oportunista, asociado a la irresponsabilidad de confundir shows mediáticos con programas periodísticos, de hacer acusaciones generalizadas sin pruebas, muestra el total vacío de ideas que tiene el cambalache de la vereda de enfrente.

El lenguaje que está utilizando gran parte de la oposición sugiere, que si triunfa, existe riesgo de persecución, cacería de brujas y revanchismo y el votante debe tomar conciencia que si alguno de estos sujetos gana, un sector numeroso de la sociedad será perseguido por lo que piensa.

Notables contradicciones: el contrato YPF/Repsol y el ascenso de Milani

          Ali Moshir y Miguel Galuccio firman el contrato entre Chevron e YPF
 
Durante la gestión petrolera de Repsol, en 10 años se perforaron 4 pozos en Vaca Muerta, una de las mayores reservas mundiales de gas y petróleo no convencional. La empresa giraba la totalidad de sus ganancias a España con mínima inversión local. Sin embargo, cuando el gobierno le retiró la concesión, por ir contra los intereses de la Nación, los medios y la oposición clamaron al cielo por la falta de respeto a una empresa extranjera. Más tarde, con la incorporación de Chevron que perforará 115 pozos en el corto plazo, croaron en coro Redrado, Melconian, Sturzenegger, Prat Gay y la infaltable Carrió, quienes habían profetizado que ninguna petrolera de Europa o Estados Unidos vendría a invertir. La firma del convenio de explotación con Chevron, trocó a estos agoreros neoliberales en conversos ultranacionalistas, incluyendo, aunque parezca asombroso, al diario La Nación, que originariamente se editaba en Londres y en las últimas décadas viene haciéndolo en Washington. En cuanto a la existencia de “cláusulas secretas” –hasta donde se conoce– es una chicana.

El gobierno postuló al general César Milani, para ocupar el cargo de Jefe del Estado Mayor General del Ejército. Súbitamente, surgió un testigo que lo denunció como cómplice de un operativo durante la época de la dictadura. 

                                     César Milani

Sin aguardar, más datos, ni confirmar la veracidad de la denuncia, La Nación, la red Clarín y varios personajes de la política, que jamás se preocuparon por los derechos humanos, o si durante la época de plomo los desaparecidos fueron 10 o treinta o treinta mil, clamaron al cielo por justicia y se lanzaron en tropel para linchar a Milani. Movilizados exclusivamente con fines electoralistas, aplicaron la táctica de la doble moral en su máxima expresión.


                   Horacio Verbitsky, presidente del CELS
 
Recientemente el CELS a través de Horacio Verbitsky, que sí tiene autoridad moral y es un investigador respetable y escrupuloso, desaconsejó el ascenso de Milani porque lo consideró sospechoso de haber participado en un operativo en Tucumán. Con buen criterio, la Presidenta Cristina canceló el ascenso y el caso será analizado como corresponde más adelante, cuando las mentes no estén empañadas con objetivos espúreos. 

Conviene agregar que será muy difícil encontrar entre los cuadros del ejército un general, que habiendo sido subteniente o teniente durante la dictadura, no haya participado en al menos uno de los siniestros operativos de aquella oscura época. En su columna del diario La Nación, Mariano Grondona señaló este aspecto, pero agregó: que de no haber sido así,” la Argentina democrática de hoy habría sido reemplazada por alguna versión castrocomunista”.
              Junto con Neustadt dialogando amigablemente con Emilio Massera

Además de mostrar su afecto por la época de plomo y justificar sus atrocidades, el sofista, incurre en una contradicción al decir “la Argentina democrática de hoy”, cuando en sus columnas suele acusar al gobierno de dictatorial.

Fuentes
Dante Augusto Palma. La escribanización de la política. Veintitrés 20/07/2013.
Eduardo Aliberti. La vaca Flora. Página 12, 22/07/2013.
Luis Bruschtein. Mafia. Página 12, 20/07/2013.
Mariano Grondona. Por la puerta de atrás, ¿vuelven los militares? La Nación, 25/07/2013.
Horacio Verbitsy. Tigre de papel. Página 12, 21/07/2013.

domingo, 21 de julio de 2013

MORIR CON DIGNIDAD





                                                       Jack London (1876-1916)

La ley de la vida
Dentro de los cuentos del Ártico de Jack London, uno de los más atrapantes se llama La Ley de la Vida. El anciano esquimal Koshkoosh es abandonado por la tribu famélica que debe migrar siguiendo a las manadas de caribú. Está casi inválido, las cataratas de sus ojos solo le permiten ver el bulto de su hijo al cual identifica por la voz y que viene a despedirse de su padre. Le ha dejado un poco de alimento y leña para que no muera congelado, pero ambos saben que ese será su fin a muy corto plazo cuando se consuma la última brasa. 

No hay crueldad en el hijo, es la ley de la vida. El clan, que está en el límite de la supervivencia no se puede dar el lujo de mantener a un inválido. De la misma forma, él abandonó a su padre y su hijo que ahora lo despide, correrá la misma suerte si es que llega a viejo. Koshkoosh sabe que en el mundo animal sucede lo mismo. El alce envejecido queda rezagado del resto de la manada y es atrapado por los lobos, sin que los demás acudan en su ayuda. 

Cuando la última rama hubiese entregado su calor, el frío empezaría a adquirir fuerzas. Primero se dormirían los pies, luego dejaría de sentir las manos y el embotamiento recorrería, poco a poco, desde las extremidades hasta el resto del cuerpo. La cabeza se le caería sobre las rodillas, y descansaría. Era fácil, el anciano esquimal no se quejaba. Era el modo de vida, y era justo, era la ley de la vida.

El exceso terapéutico
Para el individuo que vive en el primer mundo, el comportamiento de la tribu con el anciano esquimal resulta atrozmente cruel. Sin embargo, se trata de la supervivencia del grupo, no hay margen para alimentar a quien le queda poco tiempo de vida y no puede contribuir a las actividades del clan. 

En la sociedad actual occidental, obramos en forma opuesta: le prolongamos la vida a pacientes terminales haciéndolos sufrir mediante un exceso terapéutico. Los médicos egresan de la facultad con dos ideas grabadas a fuego: nunca, nadie debe morir y siempre hay que hacer algo para evitarlo. Con el transcurso de los años, muchos, no todos, se dan cuenta que estaban equivocados al tratar de cumplir con ese mandato. La medicina moderna dispone de herramientas y medicamentos que retrasan la vida a enfermos terminales. En realidad lo que se está haciendo es prolongarles la agonía. 

Muchas veces, recuperar a un enfermo de un paro cardíaco o mantenerlo por tiempo indefinido con respirador y canalizaciones de las venas para administrarle sueros y medicamentos, son maniobras vistas como exitosas, pero para el paciente representan un fracaso. 


Para los profesionales de la salud, incluyendo enfermeras y técnicos, la muerte del paciente equivale a una derrota, no pueden concebir permanecer indiferentes e inoperantes. No importa que el enfermo tenga un cáncer avanzado e incurable o una insuficiencia cardíaca irreversible que lo mantiene inválido. Cuando uno de ellos hace un paro cardíaco, tratamos de reanimarlo y salvo que el paciente en forma explícita haya manifestado su deseo de seguir viviendo, estamos cometiendo un error.

La absurda aplicación de la tecnología
En muchos de estos casos, el médico, por falta de comunicación, conoce muy poco acerca de los deseos, costumbres, principios filosóficos y religiosos de los pacientes y sus familiares y es probable que tanto unos como otros consideren agobiante toda la parafernalia de equipos y medicamentos abocados a prolongar la vida de personas moribundas. 

He tenido oportunidad (afortunadamente en forma pasiva), de presenciar casos donde el exceso terapéutico estaba fuera del sentido común. Citaré dos ejemplos, el primero era una mujer de 92 años con enfermedad de Alzheimer a la cual se le colocó un marcapaso cardíaco. El segundo caso era una paciente mayor de 70 años que estaba en lista para ser operada del corazón. La mujer pedía a gritos que la dejaran morir. En ambas circunastancias las pacientes fallecieron a pocas horas de terminadas las cirugías. ¿Cuál es la lógica de llevar a cabo estos procedimientos a menos que exista un interés puramente comercial de por medio?

Los médicos no han tomado conciencia de que crearon una multitud de pacientes totalmente inválidos, muchos de ellos en estado vegetativo o semiinconscientes, desparramados en unidades de cuidados intensivos, camas de hospital y centros de cuidados paliativos. Son la trágica derrota del triunfo de la tecnología, del mandato inculcado que nos impide aceptar la muerte. 

Un enfoque humanista sobre el paciente terminal
Algunas sociedades, están aprendiendo a respetar la dignidad de los pacientes y evitar que se prolongue el calvario que significa para ellos y para sus familiares. La mayoría de los hospitales del Reino Unido emplean el LCP (Liverpool care pathway) para orientar la atención del paciente terminal. El LCP es un programa multidisciplinario destinado a ejercer la mejor práctica para el paciente terminal en la institución en que se encuentra. No establece tratamientos, pero aporta recomendaciones para el cuidado físico, psicológico, social y espiritual del paciente. Se isuspenden las intervenciones inadecuadas o prescindibles como las determinaciones de laboratorio y los agotadores controles de rutina y la atención se concentra en cuatro controles por hora de los síntomas físicos, el bienestar y la dignidad.

La recomendación de iniciar el LCP se lleva a cabo sobre la base de un acuerdo multidisciplinario de que el deterioro del paciente no obedece a una causa reversible y que es posible que se encuentre en sus últimos días u horas de vida. La puesta en práctica del LCP se analiza, de ser posible con el paciente y siempre con el familiar resaltando que el enfermo está entrando en la fase terminal y que el cambio de planes es con el exclusivo fin de lograr su bienestar y dignidad, sin descuidar su control ni la medicación sintomática necesaria.

Hay una sola cosa que el ser humano sabe con certeza: que se va a morir, por lo tanto que sea una muerte digna, sin agonías prolongadas, sin que nos quede la imagen de un esqueleto con piel que mira al vacío y sobrevive gracias a una tecnología diseñada para salvar a pacientes recuperables y no para prolongar la agonía de enfermos terminales. Aprendamos la lección de los esquimales.

Fuentes



Fuentes