domingo, 30 de enero de 2011

Barack Obama no hace escala en Buenos Aires



BO visitará Brasil y Chile, pero no recalará en Argentina. Desde el punto de vista de Washington es razonable, Chile forma parte del ALCA y es el alumno que siempre hizo bien los deberes con el imperio. Brasil, es más independiente, pero habitualmente tuvo  políticas de relaciones previsibles y ordenadas y sobre todo, es una de las grandes potencias mundiales.
Argentina, salvo momentos esporádicos nunca fue nación fácil para Estados Unidos. Mientras América Central era juguete de ese país, nosotros estábamos volcados en cuerpo y alma a la otra gran potencia, o sea Inglaterra. La generación del 90 y los que le siguieron entablaron relaciones de increíble dependencia con Londres y los grandes terratenientes con su economía agroganadera a ultranza, se sentían muy cómodos de ese status quo con Inglaterra. Además, era más fino depender de lores que de los palurdos del norte. Muchas familias tradicionales adineradas contrataban governess como la de la película Miss Mary que enseñaban buen inglés a sus hijos. Encima, el dinero les entraba a raudales, tenían como se dice la vaca atada. La diplomacia norteamericana estaba cansada de los desplantes de la oligarquía vacuna completamente sometida a los dictados del Foreign Office.
En las décadas siguientes, las relaciones no mejoraron, la revolución de Uriburu fue fascista y los gobiernos militares que le siguieron también. Mientras Brasil mandaba batallones a pelear junto a los aliados en Europa, nosotros seguíamos siendo neutrales hasta que agotadas las posibilidades y con los aliados cercando Berlín, no quedó más remedio que declararle la guerra al Eje a último momento.
Perón estaba rotulado como fascista y la entrometida campaña de Braden en las elecciones del 45 se basó en esa premisa. Años más tarde, cuando el mismo gobierno peronista hizo contratos petroleros con la California, la oposición saltó indignada y fue uno de los argumentos de la autotitulada “Revolución Libertadora”, para derrocarlo.
Eso no impidió que las dictaduras militares que vinieron después empezaran a mimar a Washington. Fue así que gracias a los uniformados ingresamos al FMI y al Banco Mundial. Los generales argentinos dejaron de lado las teorías de guerra prusianas y adoptaron con fervor las normativas de combate, de seguridad interior y las hipótesis de conflicto hacia nuestros vecinos, que nos venían del Pentágono. En algún momento, muchos militares argentinos empezaron a realizar cursos en la siniestra Escuela de las Américas donde aprendieron como se debe combatir a sus propios ciudadanos que pensaban feo. Galtieri fue uno de ellos.
Obsecuente hasta el paroxismo, el gobierno peronista de la rata entabló relaciones de grado e intensidad carnales con Estados Unidos, lo que hizo que Bill Clinton viniera a visitarnos en un periplo que incluyó a la Sociedad Rural Argentina, donde el roedor se sentía a sus anchas. Efectivamente, ambos fueron recibidos con fervor cipayo por los grandes señores del campo que se habían olvidado de sus queridos ingleses.
En los últimos 8 años Argentina, pese a las presiones, no le compró armas a Estados Unidos, le dio la espalda al FMI y lo que fue peor desairó al patán de George Bush en Mar del Plata con una rotunda negativa de ingresar al ALCA.
Por otra parte, nuestros principales socios comerciales, además de Brasil, son Venezuela y China, dos países que por diferentes razones le producen intenso escozor a los gobiernos yanquis. Más aún, la presidenta Cristina sale en misiones económico culturales sin el visto bueno de Washington.
Washington tiene suficientes razones para que BO no haga escala en Buenos Aires.
¡Y que bueno que así sea!


viernes, 28 de enero de 2011

Personajes


Biolcatti el señor feudal
Al señor Biolcatti le falta una cadena de oro que vaya de un bolsillo a otro del chaleco para completar el prototipo de estanciero oligarca de principios del siglo pasado. En realidad se ajusta con precisión a la imagen de todos sus antecesores presidentes de la Sociedad Rural Argentina. Sus manos se parecen a las de un peón porque tiene callos, pero es de tanto contar dólares.
Hace un año vaticinó que íbamos a tener que importar carne y trigo, cuando actualmente estamos exportando a raudales ambos rubros. Se incorporó a la lista de economistas agoreros (aquí también podemos agregar a la Carrió), que pronosticaron desastres económicos que nunca se cumplieron.
Hubiéramos tenido que importar carne y trigo si se le hubiera hecho caso a este señor de liberar totalmente la exportación a expensas de las necesidades de los argentinos. Casi todos los países del mundo regulan las cuotas de exportación para salvaguardar el consumo interno.
Ahora está peleado con Buzzi, lo que indica que a la mesa de enlace nunca los unió el amor sino el espanto. La brecha entre la SRA y la Federación Agraria se venía ampliando desde hace tiempo. Es bueno que Buzzi se reinstale en el casillero que le corresponde, que es defender los intereses de los pequeños y medianos productores, algo que a Biolcatti lo tiene sin cuidado. Por si queda alguna duda de lo poco que le importa ese sector del campo, la SRA que él preside acaba de denunciar la operación de compra de trigo a la Cooperativa Agricultores Federados Argentinos.


 El Guasón y Pinocho












Macri, el papelito y El Cacho
El diario La Nación todavía considera a Macri, o más bien es una expresión de deseo, como personaje presidenciable. Parece que el matutino empezará a sacar una serie de notas sobre este aspecto y empezó con Mauricio. Cuando el periodista le pregunta sobre la legalización del aborto, él contesta: “No hay solución. Hay que trabajar en el tema de fondo. Alguna vez tenemos que entender que lo urgente no puede distraernos de lo importante.”
¿Alguna vez alguien escuchó una respuesta tan clara, aportando soluciones tan evidentes y precisas? ¿Cómo no se nos ocurrió que había conceptos tan esclarecedores? Con Macri ya tenemos solucionado el problema de la ley del aborto.
Cuando el periodista le pregunta ¿Va a terminar los subtes? La pregunta viene por su promesa de hacer 10 km por año que no cumplió ni remotamente. Mauricio responde: “si, pero antes de los subtes hay que hacer los trenes”
¿Cuántos kilómetros por año?, le pregunta el periodista. Sin ponerse colorado Mauricio responde: “Vamos a hacer 6000 kilómetros en 4 años” En ese momento la nariz le creció 2 centímetros.
Después aseguró con todo desparpajo que iba a bajar los impuestos. Eso había prometido cuando fue candidato a jefe de la ciudad y después agobió a los sufridos porteños con cargas que no se vieron volcadas ni en hospitales, ni en escuelas ni en viviendas. La nariz le volvió a crecer otros 2 centímetros
Es muy cómico ver a Macri con su balbuceo torpe repetir desde hace un año el relato del papelito que recogió en la calle y la historia de cuando tocó el timbre en una vivienda y salió una señora contándole una experiencia de asalto plagada de detalles entre los que sobresale un tal Cacho. Mauricio las repite y repite como si le hubiera pasado ayer. Es notable el pésimo asesoramiento que tiene de su asesor de imagen el señor Duran Barba. Sabemos que Macri es un negado y es capaz de hacer estas idioteces, pero ¿de que la va Duran Barba?
El video es imperdible (hacer clik aquí)

domingo, 23 de enero de 2011

El silencio de los no inocentes




Paul Krugman                                     Medalla del Nobel             Joseph Stiglith

Por Eduardo Anguita (extracto) Fuente: Miradas al Sur

Dos artículos publicados en la edición del domingo pasado (16/1) por el diario madrileño El País  (hacer click en El Pais) ponen otra perspectiva mucho más interesante respecto de la valorización del actual modelo argentino. Dos premios Nobel de Economía, ambos heterodoxos y críticos acérrimos del neoliberalismo, Paul Krugman y Joseph Stiglitz, elogiaron desde las páginas del diario emblema del grupo Prisa a la Argentina. La nota de Krugman –“¿Tiene salvación Europa?”– salió en la sección de Economía mientras que la de Stiglitz –“Contra toda esperanza, la esperanza de 2011”– en Tribuna. Como si los editores no se hubieran enterado de que estaban publicando en lugares distintos dos artículos que se parecen como dos gotas de agua. En ambos se habla de la gravedad de la crisis europea, y en ambas se destaca el caso argentino con su particular manera de desendeudarse y encaminarse a una economía consistente. Parece mentira que El País haya dedicado –involuntariamente– una edición tan importante como la dominical para posicionar a la Argentina en el cuadro de honor. Vale la pena recordar que el grupo Prisa tiene una posición abiertamente contraria al gobierno argentino. Es aficionado en publicar notas del ex candidato a presidente de Perú con nacionalidad española Mario Vargas Llosa, quien ahora tiene más predicamento por haber ganado un Nobel de Literatura y en vez de hablar de sus historias con la tía Julia tiene compulsión por denostar a este país que lo trató siempre tan bien. El grupo Prisa tiene Radio Continental en la Argentina, un medio intoxicado de anuncios de glifosato y lecciones de Magdalena Ruiz Guiñazú, María O’Donnell y el devenido pensador Fernando Bravo. Con la excepción, por supuesto, del gran maestro Víctor Hugo Morales, quien pudo conservar su espacio en esa radio para este año.
Stiglitz es académico en Columbia y Krugman, en Princeton, dos universidades muy importantes que parecen opacar ahora la preeminencia de Harvard, con su Escuela de Negocios que formó a tantos directivos de transnacionales y a no pocos ministros de Economía. Uno de ellos fue el devaluado Domingo Cavallo, quien trató de encontrar espacio en los medios para lanzar dardos contra Stiglitz y Krugman por las notas mencionadas.
Lo llamativo es que Clarín y La Nación no se dieron por enterados. Es delicado el asunto porque no se puede tapar el cielo con las manos. Es un ejercicio de antiperiodismo recorrer las páginas de las ediciones de ayer sábado. Clarín pone en tapa que la edad de imputabilidad a menores divide al Gobierno y a Scioli (sic). En páginas interiores no se entiende dónde está la división, pero sí se encuentran la división de la Mesa de Enlace y la del PJ disidente y la de los radicales por el tema internas abiertas. La tapa de La Nación, por su parte, muestra chicas brindando en Playa Grande y, por supuesto, publica un artículo de Vargas Llosa.
El silencio es un recurso de los grandes medios para tratar de manipular la agenda noticiosa. La edición informativa tiene, pese a todo, algunas reglas que no pueden violarse fácilmente. La solidez de la economía argentina no fue el fruto del impulso de los empresarios alineados en el neoliberalismo. Por el contrario, ante la deserción de los bancos, la fuga de dólares y el default, Néstor Kirchner encabezó un plan integral de soberanía nacional que incluyó lineamientos económicos que siguen más vigentes que nunca: desendeudamiento, superávit fiscal y comercial, fortalecimiento de las reservas del Banco Central y mantenimiento de la paridad cambiaria, obra pública, inversión energética y vial, impulso al consumo, creación de empleo genuino, mejoramiento de las políticas previsionales y de los planes sociales, entre otras cosas. Decían los grandes medios, para desprestigiarlo, que él era el ministro de Economía y desoía a los expertos. A principios de 2011, los resultados son tan contundentes que no sólo Stiglitz y Krugman toman el caso argentino como modelo, sino que la relación con China es impecable, la integración con Brasil da frutos estratégicos y, ahora, se suman los fondos de inversión árabes como una pata potente. Se acabó la era de Fútbol de Primera y empezó la de Argentina de Primera

sábado, 22 de enero de 2011

Masculinidad hegemónica y enfermedad coronaria


Hay que revisar la masculinidad hegemónica para evitar infartos

La semana pasada, la psicoanalista Débora Tajer, autora del libro Heridos corazones. Vulnerabilidad coronaria en varones y mujeres, advirtió sobre los nuevos problemas cardíacos en las mujeres. Sin embargo, la actualidad mostró otra cara del corazón: las operaciones de urgencia de Néstor Kirchner y Bill Clinton. La relación entre el poder, enfermedad y género son analizados, esta vez, y al ritmo de la actualidad, por la misma psicoanalista.

Por Debora Tajer (suplemento las 12 de Página 12)
Frente al impacto que tuvo el problema de salud que aquejó al ex presidente (Néstor) Kirchner podemos visualizar cómo se expresa uno de los núcleos de la vulnerabilidad coronaria en los varones. La construcción de subjetividad necesaria para el ejercicio de altos cargos de poder y liderazgo social genera vulnerabilidad coronaria y vascular. Esto es muy diferente a colocarlo como un problema de patología psiquiátrica (como dijeron algunos periodistas) ya que no es un problema individual y no se resuelve sólo con la gestión técnica médico-psicológica.
Es un modo de construir subjetivi Edades, que tiene un alto impacto en el cuerpo, y que genera que sea la enfermedad con mayor incidencia, en nuestras sociedades, en varones luego de los 35 años. Los hombres que lo padecen, por lo general, tienen una cuota concentrada de masculinidad hegemónica porque, paradójicamente, casi las mismas “virtudes” que se les piden para los cargos de liderazgo (hacerse cargo de todo y de todos, que todas las tareas se conviertan en trabajo y/o militancia, desdeñar el tiempo libre no reglado, confiar en muy pocos, sobresalir y destacarse) son las pautas que los conducen a enfermarse.
Por eso, el hincapié debe estar en revisar este ideal social, ya que, de no hacerlo, muchos de los que supusieron que sólo a Kirchner le podría pasar, deberán empezar a poner sus barbas en remojo. Incluso, esta semana también ha sido hospitalizado Bill Clinton por un problema agudo coronario que se resolvió con la colocación de dos stents.
Pero no sólo el camino al éxito gatilla la enfermedad coronaria, también las traiciones las generan. Como bien señala el tango, se produce por “el dolor de ya no ser”. Es un tipo de problemática cuyo desencadenamiento agudo puede acontecer luego de un gran esfuerzo, pero también en un momento de desencanto con respecto al lugar que –se supuso– se ocupaba. O en una situación en la cual el sujeto percibe que no estuvo, según sus parámetros, a la altura de la circunstancias.
Podemos destacar la importancia de entender que gran parte de la determinación del riesgo de esta problemática en salud son los costos en el cuerpo del sostenimiento de la hegemonía. Y comprenderlo puede ser un modo de ingreso al convencimiento de los varones de que ser el género con mayor poder social tiene sus costos.
De hecho, en casi todas las sociedades como las nuestras, los varones tienen 7 años de expectativa de vida menos que las mujeres. Y las razones que arman esta sobremortalidad masculina son dos: los accidentes y muertes violentas (entre los 15-25 años) y las enfermedades coronarias (a partir de los 35 años). Ambas, determinadas por los modelos de género masculinos que idealizan estas mismas sociedades.
Por lo tanto, nuevas relaciones entre los géneros pudieran pronosticar un cambio en estos perfiles epidemiológicos. No es poco decir, ¿verdad?

jueves, 20 de enero de 2011

La perversidad de los medios

 Avram Noam Chomsky (Filadelfia, Estados Unidos, 7 de diciembre de 1928) es un lingüista, filósofo y activista estadounidense. Es profesor emérito de Lingüística en el MIT y una de las figuras más destacadas de la lingüística del siglo XX, gracias a sus trabajos en teoría lingüística y ciencia cognitiva. A lo largo de su vida, ha ganado popularidad también por su activismo político, caracterizado por una visión fuertemente crítica de las sociedades capitalistas y socialistas, habiéndose definido políticamente a sí mismo como un anrquista o socialista libertario.[






Los llamados "mass media" y su influencia sobre el pensar y actuar de las masas, son objeto de una creciente preocupación por parte de los que todavía se preocupan, vistos los ejemplos variados que países como Italia y Estados Unidos ofrecen respecto de tales reacciones.
En un año de elecciones y con una relación "poder político/poder mediático" de fuerte conflicto y en el que los medios han asumido posturas opositoras destituyentes, puede resultar de utilidad buscar apoyo en aquéllos que no han dejado de pensar, ni de preocuparse.
El lingüista Noam Chomsky elaboró la lista de las “10 Estrategias de Manipulación” a través de los medios

1. La estrategia de la distracción El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las elites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes. La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética. ”Mantener la Atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a granja como los otros animales (cita del texto ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.

2. Crear problemas y después ofrecer soluciones. Este método también es llamado “problema-reacción-solución”. Se crea un problema, una “situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. O también: crear una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos.

3. La estrategia de la gradualidad. Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. Es de esa manera que condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo) fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990: Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de una sola vez.

4. La estrategia de diferir. Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente. Luego, porque el público, la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “todo irá mejorar mañana” y que el sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento.

5. Dirigirse al público como criaturas de poca edad. La mayoría de la publicidad dirigida al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental. Cuanto más se intente buscar engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantilizante. Por qué? “Si uno se dirige a una persona como si ella tuviese la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestionabilidad, ella tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico como la de una persona de 12 años o menos de edad (ver “Armas silenciosas para guerras tranquilas”)”.

6. Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión. Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional, y finalmente al sentido critico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos…

7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad. Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud. “La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible, de forma que la distancia de la ignorancia que planea entre las clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca imposibles de alcanzar para las clases inferiores (ver ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.

8. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad. Promover al público a creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto…

9. Reforzar la autoculpabilidad. Hacer creer al individuo que es solamente él el culpable por su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se autodesvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. Y, sin acción, no hay revolución!

10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen. En el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y aquellos poseídas y utilizados por las elites dominantes. Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el “sistema” ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí mismos.

Transcripto desde "Visiones alternativas" de Noam Chomsky
JC

sábado, 15 de enero de 2011

La SRA

SRA: es el acrónimo de Sociedad Rural Argentina
La primera vez que se rozó suavemente el poderío e intereses de la SRA fue cuando en 1944 se puso en vigencia el Estatuto del Peón que integrado por 30 artículos, tenía como objeto regir las condiciones del trabajo rural, su retribución, las normas de su desenvolvimiento higiénico, el alojamiento, la alimentación, el descanso y las reglas de disciplina.
Hasta entonces, el peón rural estaba sometido a las arbitrariedades del patrón que en el mejor de los casos tenía una actitud paternalista donde abundaban frases como “quedate tranquilo, vos ya votaste” y en el peor de los casos eran simples esclavos donde regía hasta el derecho de pernada como en tiempos del Medioevo.
El Estatuto del Peón no dañaba los intereses económicos de los terratenientes, pero reaccionaron como si hubieran recibido un zarpazo feroz. Las sociedades rurales lanzaron una proclama a través de sus medios que terminaba diciendo: Queremos expresar nuestro desacuerdo por la forma belicosa y hostil hacia los productores rurales sin discriminación alguna, con que se ha hecho pública la aparición del estatuto del peón, creando un clima de violencia y de resentimientos recíprocos en un medio donde reinaba la armonía y el mutuo entendimiento. La justicia social no puede tener nunca su base en la violencia ni menos en la fuerza, pues sobre ellas no ha podido edificarse nada sólido ni duradero.
No hay espacio para analizar la hipocresía de estas palabras, pero resulta obscena la frase “donde reinaba la armonía y el mutuo entendimiento”.
No se puede obviar la actitud que tuvo la SRA con los gobiernos democráticos a los cuales combatió y denostó sistemáticamente, excepto al gobierno de la rata que prácticamente les regaló el enorme predio que poseen y tuvo una actitud servil hacia todos sus requerimientos. Por lo demás, sólo los presidentes uniformados de facto podían ir a la SRA con la seguridad de ser recibidos con vítores y aplausos.
Cumplido un año de la dictadura de Videla, la SRA sacó una solicitada que terminaba diciendo que reiteraba su apoyo a “toda acción que signifique completar el proceso iniciado el 24 de marzo de 1976, para lograr así los fines propuestos que en definitiva son los grandes objetivos nacionales”. Para la SRA los “grandes objetivos nacionales” era mantener al país en un estado exportador de materias primas a ultranza y hacia ese logro se abocó enconadamente uno de sus socios más ilustres: el ministro de Economía de la dictadura José Alfredo Martinez de Hoz.


El mensaje que emitieron esta semana las entidades agropecuarias es que no van a negociar nada, que quieren otra política agropecuaria y que se vaya el gobierno kirchnerista en general y Moreno en particular. Quieren otro gobierno y otra política.
Comienza un año electoral y en el dispositivo de la oposición se encuadra una Mesa de Enlace que debuta en la campaña con un paro en la comercialización de granos. El intento es incidir como lo hizo abiertamente en las elecciones de medio término del 28 de junio del 2009 aunque su discurso de confrontación ya no sea tan representativo como durante el conflicto.
Como bien señala Luis Bruschtein en su columna de hoy en Página 12, la puja por la 125 fue también un laboratorio cultural. Hubo una intervención corporativa de los grandes medios que presentó a los productores como las víctimas de un Estado injusto y autoritario, instalando categorías como “el campo” o “la guerra gaucha”, haciendo una mezcla con los orígenes de la patria, el trabajo esforzado, el hombre sencillo, de palabra honrada y sin doblez. Los medios corporativos se esforzaron en resaltar esos paradigmas más allá del contenido del conflicto. El sujeto victimizado, esforzado y leal, eran las patronales rurales.
Sobre este contexto, el lenguaje ferozmente descalificador y violento de los ruralistas era presentado como el grito desesperado de una protesta legítima. Del lado oficial también hubo exabruptos. La diferencia fue que mientras los insultos y las groserías de las patronales rurales eran recibidos como “chistosos”, los discursos duros del oficialismo eran usados para reforzar la imagen de autoritarismo e ignorancia que construía la corporación mediática sobre el Gobierno.
Los señores del campo que nunca hicieron tanto dinero como en estos años van por más, van por todo.



miércoles, 12 de enero de 2011

Luces y sombras del periodismo

Hoy en La Nación, salió un artículo firmado por un tal Silvio Waisbord (ver original aquí) quien critica como algo negativo a un tipo de periodismo que él designa “militante”. Bajo este término señala a las publicaciones que defienden un gobierno o partido y obviamente, aunque no los nombra, es fácil deducir que apunta los cañones a los periódicos y programas oficialistas.
Para el comentarista del diario La Nación, todo periódico o periodista que no piense dentro de su línea, y peor aún que ataque algunos de sus editoriales de fondo, estaría haciendo un periodismo “militante”.
Se olvida este comentarista que durante la dictadura de Perón, se cerraron periódicos “militantes” como Nuestra Palabra, La Vanguardia y la Prensa con lo que al desaparecer la crítica y la diversidad, se terminó la libertad de expresión.
Si de periodismo “militante” vamos a hablar, el diario La Nación, representa a la Sociedad Rural y a la oligarquía ganadera, por lo tanto ejerce periodismo “militante”, pero debemos reconocer que no deja de ser informativo. No así el Clarín, que hace tiempo dejó de ser un diario para transformarse en periodismo “militante” a ultranza de las grandes corporaciones y de sus propios intereses.
Pruebas al canto, cuando salieron las denuncias de trabajadores esclavos en la filial argentina de la trasnacional Nidera, el diario Clarín tapó la noticia, simplemente porque Nidera es uno de sus auspiciantes y en cuanto a La Nación, minimizó y cuestionó la veracidad de la noticia.
Y es que Nidera, por su actividad en la genética de los granos está vinculada al campo y el campo es intocable, es sagrado, es químicamente puro. El hombre de campo es aquél que trabaja de sol a sol, es el granjero o chacarero que desafía los avatares climáticos. Dios y el campo decían los carteles durante el lock-out patronal por la 125.
Todo esto sobre el hombre de campo es cierto, pero no lo podemos hacer extensivo a todos los grandes terratenientes y menos a las grandes empresas exportadoras de granos y productoras de semilla genéticas como Nidera y Cargill o de fertilizantes muy cuestionados como los que produce Monsanto. Nidera además es una de las principales organizadoras de Expoagro.
El periodismo “militante”, como así lo llama Waisbord, es por lo tanto una necesidad, un verdadero anticuerpo ante la desinformación de la prensa mediática que antes de cuestionar a los medios que piensan distinto, debería hacer autocrítica y admitir que el papel con el que producen sus periódicos, fue adquirido durante la dictadura con métodos extorsivos.
¿Y como deberíamos designar el periodismo de TN? Quizás periodismo degradado o de la mala onda ya que si hay un asalto o crimen lo pasa 70 veces acompañando de zócalos alarmantes para crispar a la audiencia y hacerle creer que Buenos Aires es la ciudad más insegura del mundo. Las buenas noticias son deliberadamente excluidas.
El señor Silvio Waisbord al criticar a ese periodismo que llama “militante”, está atentando contra la libertad de prensa, pero sabe que ni ADEPA ni la SIP lo van a cuestionar.

domingo, 9 de enero de 2011

De categorías y excesos



Por Mempo Giardinelli
Carta a Santiago Kovadloff

Estimado amigo: creo que te consta cuánto te respeto y aprecio. Pero en tu artículo del 31 de diciembre (hacer click aquí) leo una inesperada cantidad de afirmaciones que me impiden callar. Y sobre todo me alarma el uso de tantas categorías de descrédito nada rigurosas, como las que uno escucha todo el tiempo en cierta clase social porteña, y que no esperaba de vos. Veamos tus preguntas:
"¿Fin de la autocracia?" Ante todo, me pregunto de qué país hablás, porque autocracia significa "gobierno en el cual la voluntad de una sola persona es la suprema ley" y eso no impera en la Argentina, donde vivimos una democracia participativa como nunca antes. Sin dudas conflictiva y con aspectos reprobables, con instituciones sometidas a fuertes presiones corporativas y con un funcionamiento ejecutivo, legislativo y judicial muchas veces cuestionable. Pero desde diciembre de 1983 aquí se puede opinar lo que se quiera; impera la más absoluta libertad de expresión, y la fenomenal recuperación económica de nuestro país tiene que ver con esto.
"¿Murió con Néstor Kirchner la necesidad de concebir el ejercicio de la política como beligerancia perpetua?" Otra vez pregunto: ¿Cuál beligerancia? Porque el estilo de NK podía ser cuestionable por chabacano, desaliñado y provocador, y yo lo señalé en muchos artículos. Pero beligerante es quien está en guerra, y no fue ni es el caso argentino de los últimos siete años, por lo menos. NK pudo ser polémico y poco propenso a conciliar, pero tanto como decenas de dirigentes, por caso Carrió, Morales, Duhalde, Macri y tantos más. Beligerantes son los antidemocráticos y golpistas, que los hay, nostálgicos de un autoritarismo a cuya superación vos contribuiste de modo ejemplar. Y también son beligerantes los resentidos que agravian e insultan y hace poco descorcharon champán practicando un repudiable "viva la muerte".
"¿Enviudar significó también poner fin al ostracismo del sentido común?" Me sorprende este desaliño lingüístico. Porque enviudar para la Presidenta ha de haber significado solamente dolor y desamparo, como cuando se muere tu compañero/a de más de treinta años. Eso merece simplemente respeto, en lugar de cuestionamientos a la exclusión o retorno del sentido común, materia discutible si las hay, toda vez que se define como "el modo de pensar y proceder tal como lo haría la generalidad de las personas".
"¿Ante quién estamos? ¿Ante una presidenta liberada de una tutela despótica? ¿Ante una voz postergada que recupera protagonismo y se abre al diálogo con sus adversarios?" Me pregunto de qué tutela despótica hablás, Santiago, porque lo que a mí me impresionaba era precisamente el acuerdo de esa pareja, el modo de resolver sus naturales forcejeos y el proceder siempre a dúo. Me cuesta creer que un intelectual como vos caiga en ese machismo ramplón que supone que la Presidenta era sometida por su marido. Yo no crucé ni diez palabras con ellos, juntos ni de a uno, pero conozco mucha gente que puede testimoniar la unidad en disenso que practicaban. Y que a mí y a muchos argentinos nos parece una experiencia original, interesante y valiosa.
Tampoco se entiende lo de "voz postergada que recupera protagonismo" porque si algo no perdió jamás CFK, como jefa de estado, fue protagonismo. De igual modo que si de "diálogo con adversarios" se trata, es ella la que viene poniendo mejilla todo el tiempo frente a la cerrazón de la oposición, devenida masa amorfa de gritones y exasperados que acusa sin cesar pero a la que no se le cae una idea de gestión con sentido social ni de casualidad.
También acusás al Gobierno del "estallido de los hechos recientes", lo cual sorprende porque está claro que en el armado de las ocupaciones de tierras de las últimas semanas hubo operadores no precisamente gubernamentales. Podrá gustarte o no la designación de Nilda Garré al frente de un para mí tardío Ministerio de Seguridad, pero fue una respuesta a las provocaciones. Y en cuanto a que "abundan los muertos sembrados por la violencia", yo respondo que no hay tal abundancia y que ni un solo cadáver es atribuible a este gobierno, y menos a la Presidenta.
Por lo demás, es cierto que CFK se aferra al populismo. ¿Y qué? Se aferra a su ideología como la oposición al liberalismo, cierta derecha al fascismo y cierta izquierda al marxismo o al troskismo. Pero eso no autoriza a que afirmes que "optó por la inoperancia" cuando este gobierno es el que más cambios ha producido, y ha desarrollado a la Argentina como ningún otro en varias décadas, precisamente con leyes, propuestas y obras de todo tipo. Debieras viajar por el interior, Santiago, para ver cómo han cambiado las cosas, muchas para bien y algunas para mal, desde luego. Y verás cuánto tiene que ver lo malo con la soja, el desmonte, el abuso empresarial y el atropello a históricos campesinos expulsados de sus tierras y forzados a indignas migraciones internas, todo lo cual se relaciona con cierto liberalismo salvaje y con el menemismo y una corrupción, esa sí, incontrolable.
Por eso no se entiende la supuesta "ola de inconformidad" que mencionás, cuando la inmensa mayoría está de vacaciones y el consumo ha crecido de manera inusitada, posibilidades que miles de familias hasta ahora no tenían.
"No encaró a fondo el problema de la vivienda y menos aún el de la pobreza". Ay Santiago, pareceré oficialista (lo cual deploro porque no lo soy) pero jamás en la Argentina se construyó tanta vivienda social como en los últimos cinco años. Y no hablo de datos oficiales, sino de lo que se ve en todo el país. Y ni qué decir de la Asignación Universal por Hijo, medida que no sólo provee de unos pesos a millones de personas que estaban fuera de la economía, sino que además sus hijos (casi cuatro millones) se documentan masivamente y han aumentado la escolaridad de manera impactante, generando una extraordinaria crisis pero de crecimiento.
Aspectos cuestionables. Es claro que hay muchísimo que este gobierno no hizo, y son sus aspectos más cuestionables los que me impiden declararme kirchnerista. No han movido un dedo para limpiar las malditas policías de todo el país y no sólo la Federal o la Bonaerense. Mantienen un sistema carcelario inhumano que fue creado por el genocida Camps. No han mejorado sustancialmente el sistema de salud pública, y además hay bolsones de corrupción que perduran en el país y para mí -como para vos- son intolerables. No hay un solo preso por corrupción de estos siete años en la Argentina, y eso es tremendo. Y es poquísima respuesta llevar a juicio oral a Ricardo Jaime, aunque esté bien.
Pero no ignoro, Santiago, lo que muchos olvidan: que a esta corrupción no la inventó el kirchnerismo, cuya culpa es no haber cortado las cadenas de coimas. Por eso el odio de cierta oposición es mentira que esté vinculado a objetar la corrupción. Ese odio es resentimiento puro ante una de las mejores cosas del kirchnerismo: que ha recortado poder y privilegios a ciertas corporaciones.
Finalmente, rechazo que "el año que despedimos no termina bien". Yo digo que termina mejor que cualquiera de los últimos veinte años, por lo menos. Con inflación dura pero controlada, con medio país de vacaciones y un consumo fenomenal, con una industria recuperada y exportaciones record, con la deuda externa achicada y políticas sociales que no existían. A ver, Santiago, ¿qué fin de año fue mejor? ¿Acaso alguno de nuestro querido Raúl Alfonsín que terminó sometido por lo peor del golpismo -primo hermano del actual- pero también por su propia inoperancia? ¿O alguno de Menem, al que aborrecimos porque era ejemplar solamente en su inmoralidad? ¿O los tres fines de año infames que nos regaló el autista De la Rúa, rodeado de Cavallos y López Murphys para horror de los radicales de ley, y te lo dice quien viene de una familia de radicales de ley?
Tampoco puedo dejar pasar eso de "la volatilización del Estado" y de que "la República linda con lo espectral". Madre mía, Santiago, ni en tiempos de los militares a los que vos lúcidamente combatiste con la pluma y la palabra; ni en los de Menem que nos rifó el país a cambio de nada y sembrando desempleo y desindustrialización; ni en los sucesivos reinados económicos de Cavallo; ni cuando las decenas de muertos del final de De la Rúa y el circo que vino después te escuché o leí decir algo semejante. Ni vos ni nadie puede definir hoy a nuestro país como "república que linda con lo espectral". Es excesivo, por decirlo suave.
Con el mayor respeto y ninguna ironía, amigo mío, he intentado decirte que no me parece bien que un filósofo y columnista serio como vos dé por ciertas categorías y asertos propios de cualquier pelafustán exasperado. Vos no lo sos; de ahí mi sorpresa al leer tu nota. Y de ahí esta nota, que cierro con el abrazo cordial de siempre.

viernes, 7 de enero de 2011

El robo más grande de la historia

El objeto del robo
Cuando se habla del robo más grande de la historia no debemos considerar el desfalco a un banco por más grande que sea la suma, o la sustracción de alguna joya famosa como el Koh-i-Noor, el diamante de mayor tamaño existente y que después de múltiples peripecias que llenarían un libro, hoy forma parte de las joyas de la corona de Su Majestad Elizabeth II.
Cuando se habla del robo más grande de la historia debemos pensar en la obra de arte más emblemática, de la cual más se habló, se escribió, se la desfiguró (Dechamps), se la utilizó como publicidad y se la reprodujo millones de veces.
No cuesta mucho deducir que se trata de La Gioconda. La fascinación que ha ejercido a lo largo de los siglos y el poder que tiene sobre la mirada del espectador obstaculizan un análisis objetivo, dado el ícono en que se ha convertido para la cultura del mundo moderno y contemporáneo. En ella se citan todas las características de la pintura de Leonardo: el empleo del sfumato, esa técnica que desdibuja suavemente los rasgos hasta hacer indefinibles los contornos; el hermoso paisaje del fondo, que suavemente va desapareciendo en tonos azules y por sobre todo, la ambigüedad del rostro, que intenta esbozar una sonrisa, la más melancólica y misteriosa de la historia del hombre.

Leonardo nunca se desprendió de ella y la llevaba consigo en todos sus viajes, mientras la pintaba por etapas. Dicen que cuando se la mostró a Rafael, éste se quedó mirando la obra sin decir palabra y de sus ojos brotaron lágrimas.
La Gioconda siempre estuvo envuelta en un halo de cierto misterio que también incluyó a la mujer del retrato. Cortesanas, duquesas, princesas y campesinas, fueron oportunamente consideradas a lo largo de los tiempos como el personaje que posó para Leonardo. Hoy se acepta, aunque no hay seguridad absoluta, de que se trata de Lisa del Giocondo, esposa del rico florentino comerciante en sedas Francesco del Giocondo, quien le encargó a Leonardo la obra. Sin embargo, el pintor, quizás intuyendo que había pintado el cuadro más famoso de la historia, nunca se la entregó.
De los millones de turistas que desfilan todos los años y la fotografían o se fotografían junto a La Gioconda, son muy pocos los que saben que una vez fue robada y como el autor del dolo fue un argentino vale la pena que rescatemos ese episodio.
El gran robo
Para llevar a cabo el robo de la historia participaron 3 personajes: el ladrón, el empleado del Louvre que debía ser sobornado y un hábil artista que pudiera hacer una copia lo más exacta posible.

Eduardo de Valfierno












El ladrón era Eduardo de Valfierno, pero se hacía llamar Marqués de Valfierno, venía de Buenos Aires y arribó a París en 1911 con la decisión de apoderarse de La Gioconda y hacerse millonario, no con el original sino con copias que vendería a varios magnates. El plan era descabellado, pero contra toda lógica resultó un éxito rotundo. Lo primero que hizo el autotitulado marqués fue buscar al más talentoso experto en copiar obras de arte y éste fue el marsellés Yves Chaudron a quién Valfierno le encargó 6 copias de La Gioconda. A Chaudron le llevó más de un año concluir sus trabajos usando pigmentos y técnicas del 1500 y sobre maderas tan añejas como las del original que está pintado sobre una tabla de álamo.
Mientras tanto, Valfierno se contactó con sus presas, media docena de discretos millonarios que estaban dispuestos a distraer buena parte de sus fortunas con tal de tener La Gioconda en su poder en caso de que “desapareciera”.
Vincenzo Peruggia, carpintero del Louvre, de origen humilde, corazón patriota y escasas luces, estaba trabajando en la carpintería del museo cuando se le apareció “el marqués” quien con su finísimo olfato había detectado al hombre indicado. Porque Peruggia, era crédulo y reservado y se entusiasmó con la idea de que La Gioconda volviera a su patria.
El operativo
El domingo 20 de agosto, cuando el público empezó a vaciar las salas a la hora de cierre, Peruggia se ocultó en un pequeño cuarto donde se guardaban herramientas, próximo al Salón Carré. Al día siguiente, un lunes, el museo cerró sus puertas y cuando el guardia del salón  dejó su puesto para ir a fumar un cigarrillo, Peruggia bajó La Gioconda de la pared, le sacó el marco, la ocultó bajo su amplio guardapolvo de trabajo y salió del Louvre como un trabajador más que culminaba su jornada.



Recreación del robo según la Domenica del Corriere




El martes 22, el mundo se despertó con la noticia de que La Gioconda había sido robada, en su lugar quedaba la señal triste del espacio descolorido en la pared. Se cerró el museo durante una semana y con él todas las fronteras de Francia, mientras cientos de policías y detectives buscaban afanosamente la pintura más importante del Louvre y del mundo.
Eduardo de Valfiemo no volvió a tomar contacto con el carpintero italiano. No necesitaba tener a la verdadera Mona Lisa. Con máxima discreción, retomó el contacto con los seis coleccionistas de arte interesados en el original --cinco norteamericanos y un brasileño-, y a cada uno le vendió las copias hechas por su socio Chaudron a precios exorbitantes. Los millonarios jamás fueron identificados, ni siquiera cuando reapareció La Gioconda ya que no hicieron la denuncia porque ellos mismos habían cometido el delito de adquirir una obra de arte robada.
Epílogo
Durante dos años, La Gioconda estuvo amontonada entre ropa y trastos viejos en un baúl de la humilde vivienda de Peruggia y volvió a la luz cuando este se la quiso vender a un anticuario. Peruggia fue a prisión y jamás denunció a sus cómplices y al cabo de un año y 15 días fue liberado por deficiente mental y más que nada porque se había hecho popular y famoso ante la opinión pública que lo consideraba un romántico héroe nacional.
En cuanto al “marqués” vivió como un duque en Estados Unidos con una fortuna calculada entre 30 y 60 millones de dólares. ¿Fue o no el robo de la historia?
Ahora, La Gioconda está sobreprotegida de alarmas y detrás de un blindex donde sigue sonriendo a los admiradores, pero ¿será la verdadera?
Ricardo


martes, 4 de enero de 2011

El Teatro Colón: una cáscara vacía

La filarmónica del Colón tocando en la calle en señal de protesta


El teatro Colón, nuestro primer coliseo, uno de los más grandes del mundo, con acústica excepcional y bellísima arquitectura, se arrastra penosamente bajo la gestión de Macri. Procesado por la justicia por actos de espionaje, por haber elegido casi delincuentes en puestos clave como el “Fino” Palacios, Macri convirtió al Colón en una cáscara vacía. Una fachada a la cual le lavó la cara para hacer ostentaciones con juegos de imágenes durante el Bicentenario en un acto inaugural con asistencia de gran parte de la farándula que poco sabe de arte musical, o para festejar el cumpleaños de la anciana y frívola dama que le da letra en sus programas.
La infraestructura, detrás de los cortinados, las salas de ensayos, están en estado deplorable. El patrimonio del Colón constituido por trajes, partituras, objetos, etc, está deteriorándose en contenedores no se sabe donde ni por cuanto tiempo.
No debe sorprendernos esta desaprensión total de Macri por el Colón, él es un ignorante del género musical y un empresario neoliberal para quién lo que no es rentable no sirve. Ni el teatro Colón, ni los hospitales de la ciudad ni las escuelas son rentables y por eso se mantienen lastimosamente en pie y desabastecidos.
El hospital Rivadavia, donde en la guardia el inodoro del baño debe ser vaciado con un balde sucio, ha sido objeto de codiciosas miradas de Macri para tirarlo abajo y vender esos terrenos a emprendimientos inmobiliarios, quizás para testaferros amigos.
El desarrollo del programa de este año del Colón es impredecible, porque el personal quiere mejoras salariales que el Jefe de la Ciudad no les va a dar, mientras los descalifica de cuasi mafiosos, que es la actitud de Macri con aquél que desacuerda con su pobrísima gestión.
Hablando con la torpeza que lo caracteriza, tropezándose con las palabras y frecuentemente con alguien atrás que le sopla al oído lo que tiene que decir, Macri niega que el piso del Colón no sirva para el ballet. Parece que él sabe más que las bailarinas que se lesionaron la columna por ensayar en ese escenario. ¿También le habrán soplado lo que tenía que hacer en su noche de bodas?

lunes, 3 de enero de 2011

Impedirás los derechos sexuales y reproductivos


La UCA y la Universidad Austral forman “especialistas en bioética” que luego operan en los comités de los hospitales. Enfermeras ligadas a la Iglesia alertan sobre los pedidos de aborto no punible. Y hay abogados que completan el trabajo de pinzas.

Por Mariana Carbajal (extracto)
La Iglesia Católica formó un ejército de especialistas en bioética que se desempeñan en hospitales públicos, con la intención de influir a través de los comités de bioética en las decisiones que tienen que ver con la regulación en torno al inicio, la reproducción y el fin de la vida y los límites de la ciencia. Particularmente les interesa obstruir el acceso a los abortos no punibles, entre otras prácticas legales sobre salud sexual y reproductiva, con el argumento de que es la Iglesia Católica y no el Estado la que debe establecer las normas de lo posible en lo concerniente a la vida de los individuos. Enfermeras formadas en cursos de la pontificia Universidad Católica Argentina (UCA) y de la Universidad Austral, ligada al Opus Dei, son las que alertan cuando una mujer solicita la interrupción voluntaria del embarazo amparada en los permisos vigentes. La tropa se completa con médicas y médicos, otros profesionales de la salud y también abogados, que son quienes concurren a los debates parlamentarios sobre las reglamentaciones para los abortos no punibles, y litigan en tribunales federales y locales contra el Programa Nacional de Salud Sexual y Reproductiva, y en la judicialización de los casos de aborto no punible.
El tema está siendo investigado desde el CEIL-Piette-Conicet, que encabeza Fortunato Mallimaci, ex decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA y presidente de la Asociación de Cientistas Sociales de la Religión del Mercosur.
La estrategia
Una de las estrategias que utilizan para frenar los abortos no punibles es la demora: postergan las decisiones con la idea de que el embarazo avance y sea cada vez más complicada su interrupción. También tratan de influir sobre la mujer o los familiares que la acompañen, sobre todo en el caso de menores de edad, transmitiéndole la falsa idea de que un aborto puede poner en riesgo su vida, cuando –se sabe– es una intervención más segura, incluso que un parto, si se realiza en condiciones adecuadas (ver aparte).
La UCA y la Austral son dos de los sitios encargados de la capacitación y formación de los agentes católicos especializados en bioética. Los docentes que se consideran “maestros” formando “discípulos” –describe la investigación– son generalmente filósofos y médicos que han realizado posgrados y especializaciones en bioética en universidades de Europa y Estados Unidos. “Actualmente, las primeras cohortes de egresados de posgrados en las universidades confesionales locales ya están comenzando a dictar sus propios cursos”, indicó el investigador. Se caracterizan, agregó, por hablar “desde la ciencia”, aunque los mueve una misión celestial. “Ellos están convencidos de que así van a ir al cielo, creen que están haciendo un bien a la Humanidad”, contó.
De acuerdo con la investigación que se lleva adelante desde el CEIL–Piette, varios de los bioeticistas formados con la línea de pensamiento del Vaticano, especialmente aquellos que responden al Opus Dei, son jefes de servicios de Ginecología y Obstetricia o de Cuidados Paliativos.

domingo, 2 de enero de 2011

Insólita Navidad

Es el 24 de diciembre de 1914, el frente se encuentra en Flandes, hacia el este están las trincheras alemanas y a menos de 100 metros de distancia se encuentran las trincheras aliadas ocupadas por franceses, ingleses y belgas. Hacía pocos meses que la guerra había comenzado, el disparador fue el asesinato de un ignoto archiduque que adquirió trágica fama cuando en Sarajevo, un extremista arrojó una bomba a su carruaje.
La causa de la guerra, como siempre hay que buscarla en intereses económicos, la presión de la industria bélica y la incapacidad de los seres humanos para resolver las discrepancias por la vía diplomática.
El termómetro marca varios grados bajo cero, el terreno está cubierto de nieve y el espacio que separa ambas zonas está sembrado de cadáveres que nadie se anima ni tiene fuerzas para enterrar.
Mientras los generales festejan la navidad en salones versallescos a cientos de quilómetros del frente, los soldados infestados de piojos tiritan de frio y comienzan a aparecer los primeros signos del pie de trinchera, el preludio de una inevitable amputación del miembro.



Entonces ocurre lo insólito, de la trinchera alemana asoma un árbol de Navidad con velas encendidas que recibe algunos disparos que pronto cesan cuando se oye el “Stille Nacht, Heilige Nacht”. Del lado aliado responden con el villancico “Silent Night” y lentamente, como provenientes de la entraña de la tierra, sucios y barbudos comienzan a surgir de ambas trincheras los soldados, sin las armas, algunos con velas encendidas y saludándose.
Cada uno se da cuenta que el enemigo no es ese monstruo asesino como les habían contado sus superiores. Días anteriores, el capellán les había dicho que esta guerra era una cruzada donde ellos luchaban en nombre de Dios y el enemigo representaba al demonio.


Como de la nada surgen algunas botellas de champagne y se intercambian regalos. Cuando los superiores de ambas partes se enteran cunde la furia y la indignación, la guerra debía seguir y como castigo se hicieron cortes marciales. Se envían nuevos batallones en reemplazo de estos soldados pusilánimes, que cometieron el gravísimo delito de intercambiar saludos navideños con el enemigo.
Si esa noche se hubiera puesto fin al conflicto, se hubieran ahorrado millones de vidas, cientos de miles de combatientes con daños físicos y psíquicos irreparables y la humanidad se habría salvado de Hitler.
Existe una coproducción europea llamada Feliz Navidad (ver video), que recrea ese episodio y es uno de los alegatos más fuertes contra la locura de la guerra.