miércoles, 29 de enero de 2014

EL LOCO DE LOS GATOS





                                                 Louis Wain (1860-1939).

En el mundo periodístico de la Londres victoriana, Louis Wain estaba catalogado como un buen dibujante de animales, escenas campestres, ferias y exposiciones que figuraban en varias revistas y diarios de la época. Su situación económica era estrecha, ya que con sus dibujos debía mantener además de su esposa, a su madre y sus cinco hermanas que permanecieron solteras por el resto de sus vidas. Sus trabajos eran apreciados porque Louis estudió en la Escuela de Arte de Londres, donde llegó a ser profesor, pero los editores eran mezquinos con quienes colaboraban en sus publicaciones.

Su esposa, Emily Richardson, era 10 años mayor que él, detalle que no era bien visto en la rígida y puritana sociedad victoriana. Louis amaba mucho a su esposa, llevaban sólo tres años de casados cuando a ella le surgió un cáncer de mama. Ya en una etapa avanzada de la enfermedad estaba postrada en cama y el trataba de llevarle un poco de alegría y distracción al escaso tiempo que le quedaba de vida. 

Los gatos humanos
Wain observó que el gato Peter, la mascota de la casa, reconfortaba y distraía a Emily, y eran los únicos momentos en que lograba sacarle una sonrisa a su pálido y emaciado rostro. Wain utilizó a Peter para entretener a su mujer y pronto comenzó a realizar dibujos de los felinos. A la enferma le encantaron los bocetos de gatos en distintas actitudes y lo estimuló a que los publicara.

                                       Primeros gatos

Pronto, los gatos de Wain adquirieron características antropomórficas y comportamientos humanas. En algunas escenas estaban jugando al golf o sentados platicando mientras tomaban el té. Más tarde empezó a vestirlos, les agregaba monóculos, galeras, bastones y frack y como era de esperar empezaron a caminar en dos patas. Este estilo, sumamente original para la época, lo hizo bastante famoso. 

Los felinos comenzaron a aparecer en tapas de revistas, tarjetas de Navidad, ilustraciones satíricas y libros infantiles.
Durante los treinta años siguientes, Wain fue un artista prolífico llegando a producir anualmente varios cientos de gatos. A menudo, los animalitos parodiaban actitudes y comportamientos de la época, satirizando modas, acontecimientos y costumbres. De esta manera, Wain se convirtió en un candidato indiscutido para la presidencia del National Cat Club, cargo que ejerció durante varios años, y también participó en otras sociedades relacionadas con estos mamíferos hacia los que los ingleses sienten una especial predilección.

                                Reunión social de gatos

A pesar de su fama y originalidad, Waine nunca se enriqueció ni supo especular con su brillante creatividad, era tímido, retraído y aceptaba sin discutir las ofertas que le hacían, que en varias ocasiones eran pagas miserables que no guardaban relación con su arte.

Los gatos psicodélicos
Hacia finales de la década de 1910 y después de su regreso de un viaje a Nueva York, Wain comenzó a sufrir cambios en su personalidad, se tornó excéntrico y retraído y pocos años después aparecieron síntomas de insania. Éstos se caracterizaron por trastornos en el lenguaje y falta de discernimiento entre la realidad y la fantasía, también aparecieron los primeros delirios que, con el transcurso de los años, se hicieron frecuentes.

         Gatos durante la primera etapa de la enfermedad mental de Waine

Pocas veces en la historia del arte se dio un caso como el de Wain, en el que sus obras, es decir los gatos, siguieron un paralelismo con la progresión de la enfermedad. Los felinos dejaron de ser convencionales para transformarse, poco a poco, en animales de expresión feroz y agresiva, rodeados de halos de distintos colores y formas fantásticas con explosión de radiaciones cargadas de energía. En sus últimas obras, es difícil distinguir la imagen de un gato. La evolución de sus pinturas ha sido incluida en libros de texto de psiquiatría para demostrar el deterioro progresivo de un trastorno mental como la esquizofrenia.

                  Gatos durante la etapa avanzada de la enfermedad

Varias conductas agresivas y violentas motivaron que, en 1924, a la edad de 64 años, sus hermanas lo internasen en el Springfield Mental Hospital, un hospital para indigentes. Sin embargo, Wain era ya lo suficientemente conocido como para que su situación se hiciera pública y, entonces, el Primer Ministro inglés gestionó su traslado al Napsbury Hospital, un sitio mucho más decoroso y confortable con extensos jardines… y con gatos.
Wain pasó los quince años restantes de su vida recluido en esa institución, donde siguió pintando gatos hasta su muerte en 1939. 

Aunque resulte cruel admitirlo, el trastornado mundo interior de la esquizofrenia de Wain fue el motor que transformó sus gatos convencionales en formas de notable originalidad y estilo revolucionario.
   
Referencias
·                    Fitzgerald, Michael. “Louis Wain and Asperger’s Syndrome”. Irish Journal of Psychological Medicine. 2002; 19:101.
·                    McGennis, Aidan. “Louis Wain: his life, his art and his mental illness”. Irish Journal of Psychological Medicine. 1999; 16:27.
·                    Parkin, Michael. “Wain, Louis William (1860–1939)”. Oxford Dictionary of National Biography. Oxford University Press. 2004.


jueves, 23 de enero de 2014

LA ECONOMÍA DURANTE LA "LIBERTADORA"


Los pueblos nunca deben perder la memoria.

El período de la autotitulada “Revolución Libertadora”, que ocupó el gobierno durante casi tres años, desde septiembre de 1955 hasta mayo de 1958, se puede analizar desde varios aspectos, uno de ellos es el económico, que pavimentó un terreno de cambios que afectaron fuertemente a la clase obrera y los estratos sociales bajos.

El primer presidente de este golpe militar fue Eduardo Lonardi, de duración efímera en el poder, ya que estuvo menos de dos meses en el sillón de Rivadavia. Fue sacado en forma destemplada por sus mismos socios del movimiento que derrocó a Perón, por ser demasiado contemplativo y no tener suficiente espíritu revanchista.

                                      General Eduardo Lonardi (1896-1956)

De mentalidad neoliberal, Lonardi se rodeó de los representantes de la oligarquía tradicional más rancia al incorporar como ministro de Agricultura y Ganadería al presidente de las Confederaciones Rurales Argentinas y al de CARBAP. El ministro del Interior y Justicia era Eduardo Busso, presidente de la Sociedad Rural Argentina y en el Ministerio de Comercio fue posicionado Augusto Bunge, secundado por un personaje que sería figurita repetida en posteriores gobiernos, tanto cívicos como militares: el ingeniero Álvaro Alsogaray. En puestos menores de esas carteras ingresaron personajes de neto corte conservador.

    Eduardo Busso                          Raúl Prebisch                            Álvaro Alsogaray

En la estratégica jefatura del Estado Mayor, el general Pedro Eugenio Aramburu se hizo inmediatamente a la tarea de complotar para desestabilizar a Lonardi. También desde el comienzo, Álvaro Alsogaray junto con Bunge, se propusieron instalar un modelo económico a medida de las minorías que jamás accederían al poder mediante el voto popular. Necesitaban un consejero, alguien de prestigio y recurrieron a Raúl Prebisch, por entonces presidente de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina). 

Los antecedentes de Prebisch no eran precisamente los mejores. Fue miembro de la delegación que en 1933 firmó el Pacto Roca-Runciman una rendición incondicional a todas las exigencias económicas que impuso Inglaterra. El mismo Julio Roca (hijo), sinceró la situación al decir “Se puede afirmar que Argentina es ahora parte económica integral del Imperio Británico”.
Prebisch puso en marcha su famoso plan cuyos objetivos eran:
  • impulsar al sector agropecuario en detrimento de la industria, siguiendo el ordenamiento internacional de la economía establecido por las grandes potencias;
  • reducir la ayuda crediticia para la industria, especialmente las PyME;
  • cierre del Banco de Crédito Industrial;
  • devaluación del peso y liberación de los precios;
  • congelación de los salarios;
  • ingreso al Fondo Monetario Internacional.
Estas políticas económicas y sociales impactaron en forma directa y negativa sobre la clase trabajadora, produciendo deterioro en su calidad de vida, inestabilidad laboral y pérdida de las conquistas sociales adquiridas a partir de 1945. Entre los integrantes del equipo de Prebisch, emergió a la luz un personaje que resultaría nefasto para la economía del país durante la dictadura de Onganía: Adalbert Krieger Vasena.

La producción se estancó por ausencia de inversión del sector industrial para renovar sus maquinarias. Es llamativo que Prebisch en sus tratados y conferencias estando al mando de la CEPAL expresó ideas contrarias a las que más tarde aplicó bajo el gobierno de la “Libertadora”. Por entonces sostenía que la economía mundial estaba dividida por un lado en el centro industrial constituido por Estados Unidos y Europa occidental y por otro lado la llamada periferia en la que se hallaban los países productores de materias primas o commodities. En ese entonces y con buen criterio, Prebisch declaraba que el intercambio comercial sería siempre en detrimento de los países periféricos que cada vez se empobrecerían más. Proponía como solución, incentivar la industria para aumentar la fabricación de productos elaborados. El de Prebisch es uno de esos casos de la historia, en que el personaje al llegar al poder hace exactamente lo opuesto a lo que proclamó desde el llano. A su favor, podemos decir que creó el Instituto de Tecnología Agropecuaria.

Con la incorporación de la República Argentina al Fondo Monetario Internacional quedaron suprimidos los tratados y acuerdos comerciales bilaterales y se jibarizó la presencia del Estado en la expansión del comercio exterior. El control de cambios quedó prohibido por el FMI, lo que desató una especulación incontrolable con la compraventa de moneda extranjera y el acaparamiento de dólares reemplazó a la producción de bienes. Se puede decir que la “Libertadora” dio inicio al hábito nefasto de los argentinos de acaparar dólares.

Uno de los objetivos de los flamantes economistas fue demostrar que el régimen peronista había sido funesto para la economía de Argentina. Aseveraron que el producto por habitante había crecido sólo el 3,5% entre 1945 y 1955, cuando las propias fuentes de la CEPAL en trabajos posteriores, señalaron que dicho crecimiento había sido del 14,6%. También dijeron que Argentina le debía 579 millones de dólares al Banco de Exportaciones e Importaciones de Estados Unidos, cuando la cifra real eran 57 millones destinados al desarrollo de SOMISA.

El diario La Nación, como era de esperar, recibió alborozado las medidas económicas de Prebisch sobre el mercado libre de cambios señalando que “significa el retorno gradual, pero firme y decidido, a la libertad económica que hemos preconizado constantemente…” El equivalente actual de ese libre cambio es el NAFTA entre Estados Unidos y México en detrimento de la economía de éste último.

Eufóricos titulares de la tapa del diario de los Mitre, elogiando al gobierno de facto, actitud que conservó hacia todas las dictaduras

Para el sector duro de la “Libertadora”, el general Lonardi resultaba demasiado tolerante con los gremios y blando en la persecución a los peronistas. Entre gallos y medianoche lo expulsaron del gobierno informando falsamente a la opinión pública que había renunciado. A pesar de ser un católico ferviente, la jerarquía eclesiástica no movió un dedo para salvarlo. 

La presidencia fue ocupada por el general Aramburu que acentuaría todas las medidas sociales y económicas iniciadas por Lonardi reduciendo aún más el ya deteriorado estilo de vida de la clase trabajadora.

Álvaro Alsogaray fue ascendido a ministro de Industria y comenzó la aplicación de los postulados de la escuela neoliberal de Milton Friedman que sostenían que el Estado de Bienestar, destruía la libertad de los ciudadanos y la competencia, era la base de la prosperidad general. Según esta escuela, la desigualdad social era un valor positivo, necesario para el sano desarrollo del capitalismo de mercado. Era el darwinismo económico en su máxima expresión.

La Constitución de 1949, con sus derechos del trabajador, del niño y de la ancianidad, fue derogada y se volvió a la Constitución de 1853, que atrasaba un siglo con su impronta liberal e individualista. Para apreciar este retroceso, tomemos como ejemplo el del personal doméstico: quedó privado de todos los derechos laborales, incluyendo la licencia por maternidad.

Cuando la “Libertadora” tomó el poder no había deuda externa y el Banco Central tenía 371 millones de dólares. Al retirarse en 1958, la deuda externa era de 1800 millones de dólares y en el Banco Central quedaban 125 millones de dólares.

El déficit fiscal que en 1955 era de 27.000 millones de pesos, en 1958 se elevó a 38.000 millones. En sólo dos años se habían liquidado 3 millones de cabezas de ganado, había caído la producción industrial y aumentado exponencialmente la inflación y la desocupación.

Fuentes
Felipe Pigna. Los mitos de la historia argentina. Planeta, 2013, Buenos Aires.

Arturo Jauretche. En respuesta al plan económico de Raúl Prebisch. Biblioteca Escolar de Documentos Digitales. http://archivohistorico.educ.ar/sites/default/files/VII_03.pdf

Julio C González. Geopolítica y empréstitos. http://www.argentinaoculta.com/geopolitica.htm
Daniel Yergin, Joseph Stanislaw.Raul Prebisch and Dependencia Theory. Commanding Heigths 2002. 

Juan Domingo Perón. Los vendepatria, en Obras Completas, Buenos Aires 1997.

José Natanson. Las últimas de la fila. Le Monde Diplomatique, julio 2013.


Blog de Economía. Economía Argentina, Deuda Externa. Publicado el 15/7/2008. http://www.economix.com.ar/deuda-externa-argentina/

viernes, 17 de enero de 2014

EL NEGRO CELE

Era 1920 cuando Hipólito Yrigoyen estaba en la mitad de su primera presidencia, el negro Cele pateaba las calles de Villa Crespo, el barrio que lo vio nacer, sin un mango en el bolsillo. Ávido lector de los poetas contemporáneos Alfonsina Storni, Amado Nervo, Rubén Darío y muchos otros, había tomado conciencia de que ese género romántico y finamente elaborado, no era su fuerte. Imposible competir con esos gigantes de rima exquisita y por momentos edulcorada. Él pertenecía al ambiente de los cafés, donde filosofaban y discutían soñadores, anarquistas, bohemios y tahúres.

                         Celedonio Flores (1896-1947)

En esas andaba, pensativo y sin dinero cuando se enteró que el diario “Última hora” en su sección “El gorro de dormir” premiaba con cinco pesos semanales al autor de los versos que allí se publicaban. El negro Cele envió su poema titulado “Por la pinta” y ganó los cinco pesos, pero logró algo infinitamente más importante: que lo leyera Carlos Gardel.

Según la anécdota, Gardel lo citó a un encuentro y cuando vio al negro Cele que sólo tenía 18 años pero que por su rostro aniñado y baja estatura, parecía menos, le preguntó su nombre. “Celedonio Flores” fue la respuesta. “Y decime ché pibe ¿quién escribió estos versos tu papá o tu tío?
El negro Ricardo, el guitarrista de Gardel le puso música y le cambió el nombre y así nació “Margot”, una de las letras más famosas de la poesía tanguera. Tal es el nombre del personaje central del tango, en que la mina es descrita con rencor y despecho por su novio del barrio al cual abandonó en busca de una vida más holgada que la del conventillo en que vivía:
Yo recuerdo, no tenías casi nada que ponerte,
hoy usas ajuar de seda con rositas rococó,
¡me reviente tu presencia... pagaría por no verte...
si hasta el nombre te han cambiado como has cambiado de suerte:
ya no sos mi Margarita, ahora te llaman Margot!

Grabaciones en pasta de Margot, una cantada por Carlos Gardel y la otra por Alberto Castillo

A partir de allí nació una entrañable amistad entre Gardel y Celedonio y el Zorzal le grabó 21 temas, entre los cuales se encontraba uno de los mayores éxitos de toda su trayectoria: "Mano a mano", tango en el que un varón salda cuentas con la mujer a la que amó y le ofrece su desinteresada ayuda para cuando ella sea "descolado mueble viejo".

                       Portada de Mano a Mano, cantado por Carlos Gardel

Quizás uno de los pocos tangos de Celedonio, que Gardel no cantó fue “Corrientes y Esmerada”, por la sencilla razón de que ya había fallecido en el accidente de Medellín. Celedonio lo homenajea en las últimas estrofas:
En tu esquina criolla cualquier cacatúa
Sueña con la pinta de Carlos Gardel.

En la poesía tanguera se puede decir que hay dos vertientes principales: una rica en bellísimas metáforas no superadas por ningún otro género musical y en ese grupo se encuentran Homero Manzi, los hermanos Virgilio y Homero Expósito, Cátulo Castillo y otros autores valiosos. Celedonio pertenece junto con Discépolo a un estilo con abundancia de términos lunfardos, ubicados con gracia y exquisita precisión que permiten describir con un trazo, escenas que uno se imagina como si las estuviera viendo.

Ya, después, en la carpeta, empecé a probar fortuna
y muchas veces la suerte me fue amistosa y cordial...
Otras veces salí seco a chamuyar con la luna,
por las calles solitarias del sensiblero arrabal...
“Canchero”. con música de Arturo De Bassi.
Hacer click aquí para escucharlo por Carlos Gardel

Decime
si conocés la armonía,
la dulce policromía
de las tardes de arrabal,
cuando van las fabriqueras
tentadoras y diqueras
bajo el sonoro percal...
Muchacho, con música de Edgardo Donato.

Cotorrito mistongo, tirado
en el fondo de aquel conventillo,
sin alfombras, sin lujo y sin brillo,
¡cuántos días felices pasé,
al calor del querer de una piba
que fue mía, mimosa y sincera! ...
El bulín de la calle Ayacucho, con música de los hermanos Servidio.

Ya se lo había dicho: “Del laburo
sin hacer estación, venite a casa.
No es que yo esté celoso, te lo juro,
pero si vos no estás... no sé qué pasa...”
Pero ella se olvidó, sucia y borracha
llegó como a las nueve la muchacha
por seguirle la farra a un gigoló.
Los sopapos, me dijeron los vecinos,
Parecían, me dijeron, parecían,
Los aplausos de una noche de gala en el Colón.
Biaba, con música de Edmundo Rivero.


               Edmundo Rivero cantando el tango Biaba


Celedonio llegó a componer alrededor de ciento cuarenta tangos. Como no puede ser de otra manera, hay varios prescindibles pero cualquier aficionado sabe que otros muchos son la historia del tango y en varios aspectos alcanzó la categoría de pionero. 
El gobierno que se instaló tras el golpe militar de 1943, por consejo del vicario castrense Monseñor Franchesqui, prohibió la difusión de los tangos que tuvieran palabras lunfardas en su contenido. Celedonio y Discépolo fueron los más afectados por esa absurda medida, tomada por quienes que no entendían el sentimiento popular y su modo de expresión, y mucho menos los tangos. Las letras de las composiciones fueron modificadas a tal punto que amargaron los últimos años de vida de Celedonio. La censura fue desapareciendo después, pero él no vivió para verlo. Falleció el 28 de julio de 1947 a punto de cumplir 51 años.   

Javier Barreiro. La elegía en los tangos de Celedonio Flores. http://javierbarreiro.wordpress.com/2010/01/19/la-elegia-en-los-tangos-de-celedonio-flores/
Julio Nudler. Celedonio Flores. Todo tango. http://www.todotango.com/spanish/creadores/celedonio.asp


domingo, 12 de enero de 2014

LA MAGIA DE LA MÚSICA

Gustavo Dudamel
En 2005 se tenía que presentar en Buenos Aires el Festival Argerich y todos los preparativos para el evento se venían desarrollando de acuerdo a lo programado, cuando súbitamente los músicos del teatro Colón, caprichosamente se declararon en huelga. A Martha le ofrecieron el Coliseo, pero no tenía orquesta. Fue entonces que alguien pensó en Gustavo Dudamel quién se vino desde Venezuela para salvar el Festival.

                                      Gustavo Dudamel (1981-)

¿Pero quién era Dudamel, un personaje prácticamente desconocido que para colmo se trajo una orquesta compuesta por adolescentes? Sin embargo, las funciones fueron impecables, pero la irracional huelga de los músicos nos privó para siempre de ver a Argerich nuevamente en Buenos Aires.

A partir de 2006, Dudamel escaló posiciones rápidamente dirigiendo la orquesta sinfónica de San Francisco y actualmente es el director estable de la Filarmónica de Los Ángeles. Este fenómeno, considerado uno de los mejores directores contemporáneos, le debe mucho a un líder político que falleció hace poco tiempo y a cuya despedida de este mundo acudió Dudamel, pese a las advertencias sobre lo negativo que tal acto sería para su carrera. Ahí estuvo. Y fue justo. El presidente Hugo Chávez ayudó a Dudamel a formar, a pulir, la Orquesta Sinfónica Juvenil Simón Bolívar
Esa orquesta es obra de ambos. Esa es la orquesta de Dudamel, aunque hoy dirija a las más grandes de este mundo. La Simón Bolívar suena como los dioses.

                                       Hugo Chávez con Gustavo Dudamel

Hace poco lo tuvimos por aquí y dirigió en el Colón a Stravinski y al mexicano Silvestre Revueltas. Un programa bien armado, ya que si de Stravinski ofreció La consagración de la primavera, de Revueltas entregó La noche de los Mayas, un intento ambicioso, bien orquestado, latinoamericano hasta el tuétano, que con toda dignidad podía acompañar la obra cumbre del maestro ruso.

El público se sorprende de la energía que poseen esos jóvenes que logran transformar la música clásica con su aire mesurado y circunspecto en un estallido de exultante alegría. Porque una de las rutinas de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Venezuela es, que al terminar las piezas de rigor expuestas en el programa, hacen un bis que ya es marca registrada en las funciones. Las luces se apagan y al encenderlas todos llevan chaquetas con la bandera venezolana. Y tocan uno de los pasajes de Mambo de West Side Story, la obra de Leonard Berstein. Es un espectáculo de felicidad pura. Los chicos de la orquesta se levantan, bailan y gritan "¡Mambo!" sin dejar de tocar sus instrumentos. Cuando finalizan, arrojan las chaquetas a un público alborozado que no termina de aplaudir.

El director argentino-israelí Daniel Barenboim, hizo escala en Caracas para ofrecer un par de conciertos con su orquesta la West Eastern Divan. Lo que no se esperaba es que lo recibiría la Sinfónica Infantil Venezolana, nada menos que con la compleja obra de Mahler, la Sinfonía N°1. Pasados los primeros minutos, Barenboim no salía de su asombro, no podía creer cómo una pieza tan difícil fuera tocada por músicos de entre 7 y 17 años. "Esto es un ejemplo único, estos niños tienen un enorme entusiasmo y una gran profesionalidad", manifestó.



                                Gustavo Dudamel con Daniel Barenboim en Caracas

Todo comenzó con Abreu
José Antonio Abreu nació en Venezuela en 1939 y a lo largo de su vida alcanzó a ser compositor, pianista, clavecinista y organista, pero también tuvo tiempo de estudiar economía y medicina. Con fuerte inquietud social, le preocupaba la gran cantidad de niños pobres de su país, sin futuro y proclives al robo y la droga. Basado sobre el lema de que la música es un instrumento irreemplazable para unir a las personas y desempeñar una función social útil, desarrolló un método de educación juvenil innovador donde la música sería la herramienta principal para elevar la condición social e intelectual de los niños.



José Antonio Abreu (1939-) con miembros de la Orquesta Infantil de Venezuela

Abreu fundó y dirigió la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil y las Orquestas Infantiles y Coros. Todo este conjunto esta englobado dentro de lo que Abreu denominó “El Sistema”, que actualmente cuenta con 286 centros musicales en todo el país que enseñan a 400.000 niños y adolescentes. Un fenómeno socio cultural sin antecedentes en el mundo por su magnitud y creatividad. Antes de ingresar al plan, la mayoría desconocía lo que era un instrumento musical. La obra titánica de Abreu es que partiendo de esa base de total ignorancia, los convirtió en músicos, muchos de ellos virtuosos. La posta fue seguida por Gustavo Dudamel hasta que su fama lo llevó a dirigir en otros países y alterna entre Venezuela y el extranjero.

La Orquesta Infantil de Venezuela en el festival musical de Sazburgo
Salzburgo, la cuna de Mozart, es una pintoresca ciudad de 150.000 habitantes atravesada por el río Salzach. Combina zonas montañosas en la parte sur con suaves ondulaciones hacia el norte. Conserva intacta arquitectura romanesca, gótica y barroca que contrastan con edificios modernos.

                                                                      Salzburgo

Todos los años Salzburgo realiza festivales musicales que convocan a las mejores orquestas, directores y solistas del mundo. El último de estos eventos se desarrolló entre el 24 de julio y el 11 de agosto de 2013. Alicia y Sergio, corresponsales de El Mordaz en Austria, se trasladaron a Salzburgo para hacer una nota de aquél acontecimiento.

El aspecto más destacado del festival fue la presencia de 1300 niños y adolescentes de numerosas orquestas que forman parte del Sistema Musical de Venezuela. En total ofrecieron 14 conciertos ante un público con sólido conocimiento, que no terminaba de sorprenderse al ver como niños de 7 a 17 años tocaban sus instrumentos con tanta sincronía y virtuosismo. Uno de los momentos más extraordinarios fue cuando bajo la dirección del inglés Simon Rattle interpretaron en forma impecable, una de sus especialidades, la difícil y compleja sinfonía número uno de Mahler. La ovación de 10 minutos del público de pie, muchos con lágrimas en los ojos, fue el merecido agradecimiento que recibieron los niños.

       Simón Rattle dirigiendo en Salzburgo a la Orquesta Infantil de Venezuela

La otra cara de la moneda
El pianista Claudio Espector ex director del Conservatorio Manuel de Falla fue el creador y principal impulsor, a fines de los noventa, del Programa de Orquestas Infantiles y Juveniles de la ciudad de Buenos Aires. Se trata de un proyecto muchísimo más modesto que el Sistema de Venezuela, pero no por ello menos valioso. Por el programa pasaron más de 15.000 alumnos a lo largo de 16 años, muchos de ellos sumamente humildes y una buena cantidad proveniente de villas de emergencia. Espector atravesó varias gestiones sin sobresaltos, pero con la última tuvo varios cortocircuitos. La última es la del Procesado jefe de la Cuidad. Es que el arte y Mauricio Macri son una contradicción.

El gobierno de la Ciudad viene siendo acusado por docentes y padres de alumnos de quite de viandas, suspensión de conciertos, de talleres, y falta de presupuesto de cooperadora para la reparación y reposición de instrumentos (aseguran no haber recibido los 1000 que se habrían comprado).

Espector fue despedido de su cargo y quién lo reemplaza es un ignoto clarinetista llamado Eduardo Idhiyope, cuyo principal antecedente es haber sido compañero de la primaria del Procesado jefe de la Ciudad. En 2008 fue ascendido por decreto a la Filarmónica de Buenos Aires y de tercer clarinete pasó a ser director ejecutivo de esa orquesta, actividad que debió abandonar por conspirar contra el director del Teatro Colón García Caffi. Lo interesante es que sigue percibiendo el sueldo del cargo que dejó.

El contraste entre el apoyo incondicional que recibe el Sistema músico social por parte del gobierno venezolano y lo que ocurre en la ciudad de Buenos Aires, duele, humilla e indigna.

      Claudio Espector con miembros de la orquesta juvenil de Buenos Aires

José Antonio Abreu Anselmi (Valera, Trujillo, Venezuela, el 7 de mayo de 1939) es un músico, político, activista y educador venezolano. Fundó la Orquesta Nacional Juvenil de Venezuela y el Sistema Nacional de Orquestas Sinfónicas Juveniles, Infantiles y Pre-Infantiles de Venezuela
José Pablo Feinmann. Dudamel. Página 12, 21/04/2013
Vuelta por el Universo. La Nación 26,08,2012
José Antonio Abreu. El maestro creador de orquestas. 11/03/2012
Mauro Apicella. Demasiado ruido en la orquesta. La Nación 05/01/2014.
Orquesta y Coro Juvenil venezolano ovacionado en el Festival de Salzburgo. Telesur. http://www.telesurtv.net/articulos/2013/07/25/orquesta-y-coro-simon-bolivar-de-venezuela-triunfan-en-salzburgo-3083.html
Diego Fischerman. Vidas paralelas. Página 12, 24/12/2013.


lunes, 6 de enero de 2014

EL JUGADOR

Viajando por avenida del Libertador al pasar por el Hipódromo se ven las playas de estacionamiento totalmente colmadas durante las 24 horas del día. Es que en forma corrida y sin interrupción, funcionan alrededor de mil máquinas tragamonedas. Muchas de las personas que frecuentan este casino, sufren un estado compulsivo por el juego y me trajeron a la memoria la novela El jugador de Fiódor Dostoievski.

                                         Fiódor Dostoievski (1821-1881)

Un libro en siete días
Dostoievski se pasea nervioso por la habitación mientras le dicta a su secretaria, Anna Grigoryevna, su nueva creación literaria, que lleva por título El jugador. La ansiedad de Dostoievski está plenamente justificada, debe completar la obra en tan solo una semana. ¿Por qué tanta exigencia? El hecho es que Dostoievski había dilapidado su fortuna en la ruleta y había contraído una deuda importante con su editor. Vencido el plazo estipulado, éste podía enviarlo a la cárcel, experiencia que Dostoievski no quería repetir.

Sus amigos lo veían tan angustiado que se ofrecieron para escribir la novela en conjunto, pero Dostoievski se negó rotundamente. Entonces, uno de ellos sugirió que contratara a una amanuense y allí está ahora Anna Grigoryevna, cada día de la semana, hasta bien entrada la noche, exhausta, después de largas horas de escribir, tachar y enmendar a toda velocidad. Finalmente, el manuscrito puede ser terminado justo a los siete días.

El jugador: un reflejo fiel del trastorno patológico del juego
El jugador, además de ser una de las obras literarias escritas en menos tiempo, es la expresión más acabada de un personaje trastornado por la compulsión al juego. Es notable que, habiendo sido elaborada con tanta premura, no se trate de una novela ligera ni de gestación forzada. Es tan meditada y profunda que, como las demás producciones de Dostoievski, se introduce de lleno en los caracteres de los personajes.

Sin duda la obra está alimentada con experiencias vividas por el autor, ya que sólo aquel que ha padecido la pasión por el juego puede describir con tanta objetividad la excitación y el deseo incontrolable que surge ante una mesa de cartas o el característico tintinear de la bola saltando en la ruleta. En la novela hay muchos párrafos relatados en primera persona –probablemente el mismo Dostoievski– que son verdaderamente elocuentes: "Aposté a los pares veinte federicos de oro y gané, volví a poner y de nuevo gané. Y así dos o tres veces. En unos cinco minutos había reunido casi cuatrocientos federicos de oro. Era el momento de irme, pero una extraña sensación se apoderó de mí, algo así como un desafío al destino, un deseo de burlarme de él, de sacarle la lengua. Hice la máxima apuesta permitida, cuatro mil florines y los perdí. En un arrebato saqué el resto, repetí la jugada y de nuevo perdí".

Al final de la novela hay otra escena que describe claramente al jugador compulsivo: "Salí del casino, hurgué el bolsillo del chaleco y encontré un florín. Tendré con qué comer, pensé, mas apenas hube dado cien pasos, cambié de idea y regresé a la sala de juego. Puse aquel florín a pleno y puedo jurar que se experimenta una sensación particular cuando uno que está solo, en un país extraño, lejos de la patria, de los amigos, no sabiendo si va a comer aquel día, arriesga su último florín".

Portada de una de las ediciones en lengua española de El Jugador, La figura de tapa representa el cuadro de Paul Cézanne Los jugadores de cartas.

Estas escenas constituyen ejemplos perfectos del paciente que sufre de ludopatía, el trastorno patológico del juego. En el primer fragmento, el personaje no puede dejar de apostar pese a que el sentido común le está indicando que la suerte no es permanente y que ya embolsó una ganancia sustancial; en el segundo, sabe que se puede quedar sin comer si arriesga el último florín.

En los relatos surgen nítidos varios aspectos característicos de la ludopatía: la pasión incontrolable, la tendencia a apostar grandes sumas y una excitación y energía producidas no tanto por el dinero que se puede ganar, sino por el juego en sí mismo.

Anna Grigoryevna
La amanuense devenida en esposa, fue para el escritor un apoyo invalorable que soportó sus crisis epilépticas, la pobreza que permanentemente los rodeó, su pasión descontrolada por el juego y la pérdida del primer hijo. También es probable que, gracias a ella, Dostoievski no cayera en situaciones peores como el robo, el suicidio y el crimen, que son los efectos colaterales de quienes padecen ludopatía.

                              Anna Grigoryevna

Durante los primeros años del matrimonio, la pareja se refugió en el extranjero escapando de los prestamistas. Sin embargo, Dostoievski no abandonó la pluma y produjo varias novelas, entre las que se destacan El idiota, La vida de un gran pecador y Los poseídos. Esta última tuvo gran éxito y constituyó un punto de inflexión que se profundizó con Los hermanos Karamázov.

Era el año 1880 y Dostoievski, reconocido como celebridad nacional, comenzó a recibir distinciones y membresías en sociedades literarias. Lamentablemente, gozó poco tiempo del éxito, ya que falleció en 1881 a la edad de sesenta años.
Actualmente, Dostoievski se encuentra entre los autores más leídos, quizás porque dramatizó en sus ficciones los problemas morales, religiosos y políticos que alteraron a las generaciones entre las dos grandes guerras y las décadas siguientes.



                               Tumba de Dostoievski en San Petersburgo

Fuentes
   Brasol, B. The diary of a writer, 2 vol. (1949, reissued 1979).

  Dostoievski, F. El Jugador. Unidad Editorial SA. 1999.

 Encylopaedia Britannica. "Dostoyevsky". Macropedia. vol. 17, págs. 451-54. Encyclopaedia Britannica Inc. 1995.

  Folino, J. O., Abait, P. E. "Pathological gambling". Curr Opinion Psychiatry. 2009; 22:477-481.

Koteliansky, S. S. Dostoievsky: Letters and Reminiscence. (1923, reprinted 1971).