martes, 4 de enero de 2011

El Teatro Colón: una cáscara vacía

La filarmónica del Colón tocando en la calle en señal de protesta


El teatro Colón, nuestro primer coliseo, uno de los más grandes del mundo, con acústica excepcional y bellísima arquitectura, se arrastra penosamente bajo la gestión de Macri. Procesado por la justicia por actos de espionaje, por haber elegido casi delincuentes en puestos clave como el “Fino” Palacios, Macri convirtió al Colón en una cáscara vacía. Una fachada a la cual le lavó la cara para hacer ostentaciones con juegos de imágenes durante el Bicentenario en un acto inaugural con asistencia de gran parte de la farándula que poco sabe de arte musical, o para festejar el cumpleaños de la anciana y frívola dama que le da letra en sus programas.
La infraestructura, detrás de los cortinados, las salas de ensayos, están en estado deplorable. El patrimonio del Colón constituido por trajes, partituras, objetos, etc, está deteriorándose en contenedores no se sabe donde ni por cuanto tiempo.
No debe sorprendernos esta desaprensión total de Macri por el Colón, él es un ignorante del género musical y un empresario neoliberal para quién lo que no es rentable no sirve. Ni el teatro Colón, ni los hospitales de la ciudad ni las escuelas son rentables y por eso se mantienen lastimosamente en pie y desabastecidos.
El hospital Rivadavia, donde en la guardia el inodoro del baño debe ser vaciado con un balde sucio, ha sido objeto de codiciosas miradas de Macri para tirarlo abajo y vender esos terrenos a emprendimientos inmobiliarios, quizás para testaferros amigos.
El desarrollo del programa de este año del Colón es impredecible, porque el personal quiere mejoras salariales que el Jefe de la Ciudad no les va a dar, mientras los descalifica de cuasi mafiosos, que es la actitud de Macri con aquél que desacuerda con su pobrísima gestión.
Hablando con la torpeza que lo caracteriza, tropezándose con las palabras y frecuentemente con alguien atrás que le sopla al oído lo que tiene que decir, Macri niega que el piso del Colón no sirva para el ballet. Parece que él sabe más que las bailarinas que se lesionaron la columna por ensayar en ese escenario. ¿También le habrán soplado lo que tenía que hacer en su noche de bodas?

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