miércoles, 7 de marzo de 2012

EL RETORNO DE LOS CIPAYOS

Florencio Varela fue un poeta y escritor destacado que se vio obligado a emigrar a Montevideo en 1829, poco después de la derrota del General Lavalle, el militar que fusiló al gobernador de Buenos Aires, Manuel Dorrego. Dicho sea de paso, se trató de un asesinato sin juicio previo hecho a un patriota de bien. Lavalle, “el sable sin cabeza”, como lo denominó la historia, fue inducido por un grupo de unitarios entre los cuales estaban los hermanos Florencio y Juan Cruz Varela.


                               Florencio Varela (1807-1848)
                                
Dentro del núcleo de los emigrados políticos en Montevideo, por la tiranía de Rosas, Varela fue uno de los hombres de mayor talento. Desde que Lavalle se puso en campaña con el apoyo de Francia para derrocar a Rosas, él era el hombre de pensamiento y de acción de la Comisión Argentina, cuyo encargo principal era proveer de recursos al Ejército golpista.

En 1843 fue enviado a Inglaterra por el gobierno colorado de Montevideo en carácter no oficial pero con la misión especial de que el Gobierno británico tomara parte en los negocios del Plata mediante la invasión por medio de una flota. Misión que desempeñó sin conseguir el resultado que se esperaba.

Dos años después, Inglaterra, en defensa de sus intereses, invadió el Río de la Plata, episodio que fue festejado por Varela. Claramente dejó por escrito su entusiasmo con la llegada de la flota anglo-francesa y propició la separación de la Confederación Argentina de Paraguay, Uruguay y la creación de una república mesopotámica con la unión de Entre Ríos y Corrientes.

Hasta aquí llegamos con las actividades de este “patriota” tan ensalzado por los historiadores clásicos. Florencio Varela tenía todo el derecho de combatir a Rosas con su pluma y con sus actos, Rosas era un dictador, mientras que un hombre de pensamiento liberal como Varela no podía tolerar la falta de libertad y el control absoluto de los medios de expresión que ejercía el gobernador de Buenos Aires.

Sin embargo, Florencio Varela perdió la brújula cuando ofuscado por el odio hacia Rosas se puso del lado del bloqueo francés y de la invasión anglo-francesa que culminó con la batalla de la Vuelta de Obligado. Es difícil predecir que hubiera pasado si las dos principales potencias extranjeras hubieran logrado su cometido y como sería el diseño del mapa actual de la Argentina, seguramente con un par de provincias menos.

Florencio Varela no supo diferenciar estas circunstancias, cuando en el mejor de los casos, debió haberse mantenido prescindente, porque fuerzas extranjeras estaban invadiendo su patria. Pero, cargado de inquina y aborrecimiento en lugar de actuar como político opositor a la dictadura rosista, se transformó en embajador plenipotenciario de Gran Bretaña.

En estos días una mezcla de intelectuales, periodistas y escritores variopintos, de calibre muy desparejo, juntaron sus cabezas para redactar un comunicado a favor de la autodeterminación de los isleños de Malvinas. Son 17, en el grupo hay un escritor destacado como Kovadloff, periodistas como Eliaschev que asombró por una nota totalmente bizarra sobre el bicentenario y el voluble señor Lanata que hoy forma parte de las plumas adictas al CEO Magneto. También engrosa el grupo Fernando Iglesias, ex diputado y mediocre escritor y periodista. Todos odian a los K, pero en el caso de Iglesias alcanza un estado obsesivo compulsivo.

       Eliaschev                                     Kovadloff                       Lanata         Iglesias

Este grupo considera que hay que respetar la autodeterminación de los “kelpers”, que es lo mismo que decir que las Malvinas son inglesas. En su odio irracional hacia el gobierno han perdido la brújula y adoptaron una actitud tan cipaya como la del Florencio Varela de la historia.

Cuentan con el apoyo de los diarios La Nación y Clarín. El diario de Magneto lo hacer por pura confrontación con el gobierno, en cuanto al diario de los Mitre además de su posición acérrimamente contraria, lo hace por ideología. Desde sus orígenes, hace ya más de 100 años, el periódico siempre simpatizó con Inglaterra y defendió sus intereses en el Río de la Plata.

Debemos admitir que tiene una línea coherente. Cuando la Rubia Albión perdió peso en el contexto internacional y fue reemplazada por los Estados Unidos, el diario La Nación pasó a representar los intereses del país del norte, pero nunca perdió su cariño por Gran Bretaña que ahora vuelve a resurgir como la amante olvidada.

El grupo de los 17, apoyado por estos dos diarios, va a contramano de la historia, de las demás naciones de América latina, de toda la clase política argentina y de la inmensa mayoría de los ciudadanos. Y lo peor de todo es que va a contramano del país.

3 comentarios:

  1. El grupo pudo haber sido el de los 18, ya que lo dejaron con las ganas de firmarlo a San Nelson Castro.

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  2. CIPAYO
    Real Academia Española

    (Quizá del port. sipay, y este del persa sepāhi, soldado).

    1. m. Soldado indio de los siglos XVIII y XIX al servicio de Francia, Portugal y Gran Bretaña.

    2. m. despect. Secuaz a sueldo.

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  3. Es cierto que Rosas fue un dictador, pues gobernó con la suma del poder publico. Sin embargo no fue un tirano, pues no utilizó el poder para beneficio propio, sino para lo que él consideró que era el Bien Comun y el interes nacional. Hoy en dia la dictadura es algo incmprensible e indeseable pero en aquella epoca era muy comun que se gobernara de ese modo, con poderes extraordinarios o con la suma del poder; muchos de los enemigos de Rosas así lo hicieron tambien.

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