jueves, 1 de marzo de 2012

PEDOFILIA Y CELIBATO

Marie Collins
“Esos dedos que habían abusado de mi cuerpo en la noche anterior me ofrecían la hostia al día siguiente. Las manos que habían fotografiado mi cuerpo expuesto, sostenían a la luz del día un libro de oraciones cuando escuchaba mi confesión”.

                                     Marie Collins
Recién a los 64 años, Marie Collins pudo relatar en el Vaticano ante un grupo de obispos y expertos, cómo fue abusada sexualmente por un sacerdote cuando tenía 13. En ese entonces, estaba internada en un hospital. “Me sentí más segura cuando un capellán católico vino a visitarme para las lecturas de la tarde”. “El cura comenzó a manosearme, pretendiendo al principio que era un juego”. “Quedé conmocionada, resistí, le pedí que parara. Pero no se detuvo. Mientras me manoseaba me decía que él ‘era un sacerdote’ y que ‘no podía actuar mal’. Sacó fotos de mis partes más íntimas y de mi cuerpo, y me dijo que era ‘estúpida’ si pensaba que actuaba mal. Yo rezaba para que no lo hiciera más... pero volvió a la carga”, dijo Collins.
Este episodio relatado por Collins es un de los últimos que salieron a la luz y que se agregan a las decenas de miles de casos de abuso sexual y pedofilia por parte de sacerdotes católicos. Sin embargo, hay muchos otros casos que quedaron en el anonimato por miedo, vergüenza y cobardía de hacer la denuncia, en gran parte porque sabían que de víctimas se transformarían en victimarios. Es muy difícil luchar solo contra una institución milenaria fuertemente enquistada en el poder. Además los abusadores, no se ensañan con cualquiera sino con niños semi abandonados o de bajos recursos y por lo tanto socialmente indefensos.

La plaga se extiende por todo el mundo occidental
Con la supervisión de abogados pertenecientes a la ONG estadounidense Center for Constitutional Rights (CCR), se elaboró un extenso documento que detalla los casos de abuso sexual cometidos en distintos países de Europa y de Estados Unidos.
La abogada del CCR, Pamela Spees, dijo que los “crímenes contra decenas de miles de víctimas, en su mayoría niños, fueron camuflados por responsables de más alto nivel del Vaticano. En este caso, todos los caminos llevan a Roma”.
En Alemania, el gobierno designó a Christine Bergmann, la ex ministra de Familias, "encargada independiente para el estudio del abuso sexual de niños". Reunió a un grupo de expertos y después de meses de investigación presentó su informe, de más de mil páginas, ante el gobierno alemán. Entre las llamadas instituciones culpables marcha a la cabeza y con ventaja la Iglesia Católica. Más del 40 por ciento de los criminales pedófilos pertenece a sus filas. Alejados a gran distancia en este deporte siniestro le siguen miembros de la Iglesia Evangélica, de clínicas y consultorios médicos, de clubes deportivos y, por supuesto, de las mismas familias de las víctimas.

Escándalo en Holanda
Un informe holandés reveló que en los últimos 65 años, al menos, unos 800 sacerdotes católicos abusaron sexualmente a “decenas de miles de niños” –entre 10 mil y 20 mil, según los cálculos–. La Comisión Deetman, que realizó el informe, señaló que los abusos tuvieron lugar principalmente en orfanatos.

¿Y por casa como andamos?

                                                 
                                        Padre Grassi
Salvo rarísimas excepciones, estos delitos fueron tapados por las jerarquías eclesiásticas y el sacerdote involucrado a lo sumo era desplazado hacia una parroquia distante. En Brasil, Argentina y demás países de América latina ocurre lo mismo. En Buenos Aires tenemos el caso emblemático de la Fundación Felices los Niños, algo parecido a la casa de chocolate y golosinas de Hansel y Gretel, pero en lugar de la bruja estaba el padre Grassi que los hacía ingresar para después violarlos. Fue condenado a 15 años de prisión, pero la protección de la jerarquía eclesiástica logró que aún permanezca en libertad.
En estos días acaba de fallecer el arzobispo Edgardo Storni, condenado en 2009 a 8 años de prisión por abuso sexual sobre seminaristas en la provincia de Santa Fe, aunque en realidad sólo cumplió un año de prisión domiciliaria. El cardenal Primatesta y el Nuncio Apostólico Ubaldo Calabresi, lo protegieron hasta donde pudieron y terminaron mandándolo a La Falda.


                                                Arzobispo Edgardo Storni

                                       Gregorio VII

Gregorio VII y el celibato
No está en las enseñanzas y prácticas del antiguo ni del nuevo testamento, ni tampoco en las demás religiones la prohibición de las relaciones sexuales normales y la reproducción de la especie. Esta imposición antinatural fue obra de Gregorio VII en el siglo XI para evitar que las viudas heredaran los bienes de sus difuntos obispos. A partir de entonces, las tierras y demás beneficios quedaron en poder de la Iglesia.
Recientemente, Benedicto XVI, abrumado por el aplastante número de casos y denuncias, no tuvo otra opción que enfrentar la situación. En un mensaje habló de implantar una política de "tolerancia cero" contra lo que calificó como "la tragedia de los abusos de niños", y destacó que la recuperación de las víctimas debe ser prioritaria.
Además de severísimos castigos, en lugar de ocultar hipócritamente los hechos y proteger a los culpables, es necesario ir a las causas del problema, es decir eliminar el celibato. Conociendo los lentísimos tiempos de la iglesia para adoptar cualquier tipo de cambio y con la interna de poder político y económico entre los cardenales del Vaticano, recientemente filtrada por wikileaks (llamado vatinleaks), es difícil que los sacerdotes sean liberados de la pesada carga de la castidad.  

5 comentarios:

  1. ¡Impresionantes las cifras!
    ¿Será el celibato lo que los hace abusar, o ser cura ya implica una estructura mental retorcida?

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  2. Creo, respondiendo a Anónimo, que ambas cosas son causales y se potencian entre sí.
    Creo que ya es hora de sacarnos de encima gastar ni un peso del patrimonio nacional en bancar a ningún culto. Que los mantengan sus feligreses que se la creen.

    En la Argentina existe separación entre el Estado y la Iglesia Católica. Esa separación no impide, porque así lo ordena la Constitución Nacional, que el Estado Federal sostenga el culto católico apostólico romano. Sostener el culto es tanto como financiarlo. Asimismo, la Iglesia Católica tiene carácter de persona jurídica de derecho público por lo que a ese respecto se asimila al Estado. En cuanto al Presidente, cualquier ciudadanos puede serlo, sea creyente, agnóstico o ateo; no existe actualmente ningún requisito constitucional o legal de que deba profesar un culto determinado o ninguno.

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    1. Es correcto, desde la Reforma Constitucional de 1994.

      Algunos propusieron que no se "sostenga" más el culto, pero no estaba entre los puntos del pacto de Olivos.

      Lo de la religión presidencial sí estaba. La única limitación es ser ciudadano/a argentino nativo y ser mayor de edad.

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  3. Un aporte al tema:
    "¿De qué hablamos cuando planteamos la total separación de la Iglesia del Estado? Justamente de todo esto. No sólo de no seguir solventando económicamente a la Iglesia y a sus instituciones, que en muchos casos promueven la intolerancia hacia quienes no pensamos igual. La no injerencia no debe ser sólo en las políticas estatales de salud reproductiva y despenalización del aborto, sino también en políticas educativas y sociales. ¿Hasta cuándo tendremos que seguir soportando las presiones de la jerarquía católica para que las políticas del Estado estén de acuerdo con su doctrina? ¿Hasta cuándo querrán imponer su retrógrada argumentación sobre que sólo la fidelidad o la castidad son las únicas herramientas posibles para luchar contra el VIH-SIDA? ¿Hasta cuándo vamos a tener que recibir dictados morales sobre sexualidad, de personas que en el mejor de los casos son castos y en el peor, abusadores? ¿Hasta cuándo vamos a tener que soportar que miles de personas se contagien enfermedades de transmisión sexual por los mensajes falsos que transmite esa institución? ¿Hasta cuando miles de mujeres, adolescentes y aún niñas van a tener que afrontar embarazos no deseados por no haber recibido educación sexual, a causa de la presión de la Iglesia?" (Rubén Dri: ¿Cuánto le cuesta al Estado Argentino sostener a la Iglesia Católica?).

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  4. "La gestión de Benedicto XVI,atraviesa su peor momento, uno de los más delicados jamás vividos en la historia moderna del Vaticano. El aluvión de duras acusaciones parece no cesar. El aumento de las denuncias por violencia sexual se ha convertido en un tsunami mediático que pone en cuestión todo el andamiaje y discurso crítico de la Iglesia sobre los valores y prácticas de la sociedad contemporánea, especialmente los sexuales.
    Algunas argumentaciones defensivas sobre las agresiones sexuales del clero que tratan de minimizar el daño causado desde el punto de vista cuantitativo y comparativo, sin duda muestran una estrategia errónea que ha provocado mayor indignación, especialmente entre las víctimas. También se ha recurrido al desgastado argumento del complot y las conspiraciones internacionales de judíos neoyorquinos y de masones washingtonianos, que resultan poco convincentes como explicaciones centrales para entender la extensión y alcance mundial de las altas traiciones causadas por depredadores sexuales del clero.
    Igualmente, ha provocado indignación la patológica protección sistemática que la estructura eclesiástica ofrece a su clero transgresor. Sobre todo esa desesperante actitud a minimizar, acallar, silenciar y amedrentar a las víctimas. Las recriminaciones han llegado a tocar la puerta del propio pontífice.
    Ver: http://www.ciberdroide.com/wordpress/%c2%bfes-digna-de-indulgencia-la-iglesia/

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