viernes, 15 de febrero de 2013

OCASO DEL VATICANO



Si el diario La Nación dedicó el pasado martes, 14 páginas llenas a la renuncia de Benedicto XVI (si no me creen fíjense), considero que el episodio merece un artículo del blog.

La culpa fue del emperador Constantino

En la historia del papado, Ratzinger fue mejor que unos cuantos de sus antecesores y peor que otros tantos. La Iglesia católica es la estructura más antigua de la humanidad, que sigue detentando influencia desde que en el siglo III de la era cristiana, el emperador Constantino antes de enfrentarse a los ejércitos de Maxentius vio en el cielo una cruz que en latín decía “Con este signo vencerás”. 

                             Busto del emperador Constantino

Cuando Maxentius cruzaba el Tiber a través del puente de Milvian, la estructura colapsó y su cabeza fue enarbolada como trofeo en Roma. Constantino proclamó al cristianismo como iglesia oficial y durante los17 siglos siguientes, la institución se aferró al poder, para no abandonarlo jamás. Siempre del lado de los poderosos, los papas influyeron fuertemente en las decisiones políticas de occidente, soltándole la mano a un rey o emperador para apoyar a otro, no tanto por cuestiones de fe, sino por intereses políticos y materiales. 

El poder de los papas

En el siglo XI el Emperador Enrique IV, del Sacro Imperio Romano osó enfrentarse a Gregorio VII, quién lo excomulgó. Abandonado por todos, debió pedirle perdón al Papa arrodillado durante 3 días sobre la nieve hasta que se le permitió la entrada. El hecho figura en la historia como la Humillación de Canossa.

                               La Humillación de Canossa
 La Iglesia, actuando incluso de árbitro, llegó a establecer divisiones territoriales como el Tratado de Tordesillas que se inició con Alejandro VI y finalizó con Julio II y determinó la distribución de todo el territorio del Nuevo Mundo entre España y Portugal. 

Comienzo de la declinación política del papado

En el siglo XVI, un monje alemán de la Universidad de Wittenberg, asqueado de la venta de sacramentos e indulgencias (simonía), de la vida licenciosa de muchos conventos y del diezmo que había que pagar a la Iglesia, se rebeló contra la autoridad papal. Las 95 tesis de Lutero se distribuyeron fácilmente gracias a la imprenta, invento que la Iglesia no veía con buenos ojos porque el control de la palabra escrita dejaba de ser un monopolio de los frailes.


La reforma Protestante fue un golpe que hizo tambalear al Vaticano y del cual nunca se recuperó totalmente. En el mismo siglo, Enrique VIII creó la Iglesia anglicana y se formaron otras ramas del protestantismo. 


Un punto notorio de inflexión en el poder político del papado ocurrió cuando Napoleón se coronó emperador en 1804. Sin arrodillarse frente a Pío VII, él mismo se colocó la corona, gesto que demostraba sin equívocos que el emperador estaba por arriba del papa. 

       Jacques Lous David. Coronación de Napoleón en Notre-Dame. El Emperador corona a su esposa Josefina, dándole la espalda al papa que está sentado detrás. Museo del Louvre

En el siglo XX, el crecimiento explosivo de las sectas evangélicas le sacó paladas de fieles al catolicismo y actualmente, el poder del Vaticano es un pálido reflejo del que poseía en el pasado. Atrás quedó la Inquisición, el brazo punitivo de la Iglesia con sus instrumentos de tortura y el olor a carne quemada. La excomunión ya no asusta a ningún príncipe o estadista y los Estados Vaticanos que dividieron a Italia en dos partes, son hoy una estructura geográfica mínima.

El ortodoxo e inoportuno Ratzinger

Llegamos al papa actual, el número 265, Joseph Ratzinger, que con el nombre de Benedicto XVI subió al trono de San Pedro. Pasemos por alto que formó parte de las juventudes hitlerianas, ya que era obligatorio estar en ellas bajo el régimen nazi. Lo que no gustaba a muchos, era su mentalidad ultraconservadora en momentos en que la Iglesia necesitaba cambios drásticos, perdía fieles a puñados y disminuía el número de sus sacerdotes.

                           Últimos días de Benedicto XVI

Ratzinger se encontró con una institución que había perdido la autoridad moral y ética (¿alguna vez la tuvo?), así como la influencia en la vida política y social. Persistió tercamente en negar los nuevos modelos de familia que surgen en el mundo y que hasta ahora el catolicismo se niega a reconocer. Atacó los avances en la bioética y estando en África, un continente diezmado por el SIDA, se opuso al uso de preservativos, actitud considerada por muchos como genocida. 

En otra oportunidad en Ratisbona, una ciudad de Alemania, manifestó que el Islam era una religión violenta, con lo que enardeció al mundo musulmán. La frutilla del postre fue cuando le levantó la excomunión al autoconsagrado cardenal Richard Williamson, abierto simpatizante del nazismo, que negó la existencia del Holocausto y esta vez les tocó a los judíos ser los indignados. Sin duda que el carisma y la diplomacia no eran el fuerte de Benedicto.

En un nido de víboras

El ortodoxo Ratzinger fue durante su mandato un papa solitario, intelectual, débil y sorprendido por los pecados, la suciedad y los delitos de la Iglesia, y rodeado de lobos ávidos de riqueza, poder e inmunidad. La Curia forjada en tiempos de Juan Pablo II era un conjunto de lo peor de cada diócesis, desde evasores fiscales hasta abogados de pederastas, pasando por contrarrevolucionarios latinoamericanos y por integristas de la peor especie. Esa curia, digna de El Padrino III, siempre vio con malos ojos los intentos de Ratzinger de hacer una limpieza a fondo, mientras los movimientos más pujantes y rentables, como los Legionarios, el Opus Dei y Comunión y Liberación, torpedeaban a conciencia cualquier atisbo de regeneración.

 José María Escrivá de Balaguer, brazo espiritual del generalísimo Franco y fundador del Opus Dei, una institución que adquirió un poder económico descontrolado.


Modificar todo ese entramado era una tarea hercúlea que Ratzinger no pudo o no quiso alterar. Pero hubo dos situaciones que rebasaron su resistencia: los miles de casos de pedofilia que le estallaron en la cara y los vatileaks. Las denuncias de abuso sexual cayeron sobre la Santa Sede de todas partes del mundo y sólo en los Estados Unidos las demandas judiciales le costaron a la Iglesia 600 millones de dólares. Al principio, impuso el silencio cuando era presidente de la Congregación para la Doctrina de la Fe y luego tomó decisiones tibias, sin aplicar las medidas que contempla el derecho canónico para estos casos y sin colaborar con los tribunales civiles. Era además una buena oportunidad para abolir el celibato, pero su mentalidad ortodoxa se lo impidió. Ver Pedofilia y celibato


Los llamados “vatileaks” fueron filtraciones del mayordomo papal Paolo Gabrieli, que involucraron al propio secretario de Estado, el cardenal Tarcisio Bertone, segundo en la jerarquía romana, como uno de los posibles conspiradores contra Benedicto XVI. Poco antes, el cardenal Carlo María Viganó, había escrito al Papa denunciando casos de corrupción en el Governatorato (la administración del Vaticano) donde entonces se desempeñaba. Viganó fue removido y enviado a Estados Unidos, bien lejos de Roma. La lucha por el poder en el Vaticano, a la que en otros tiempos tampoco fue ajeno el cardenal Ratzinger, llegó a niveles que probablemente el Papa mismo no sospechó.
           Cardenal Tarcisio Bertone, acusado de conspirar contra el papa
 Achacado por los años, agobiado por las intrigas y la corrupción de una institución a la que no le queda ningún resabio del respeto y dignidad de la primera era cristiana, Ratzinger tomó la medida más sensata de su papado: renunciar.

 Fuentes
Austen Ivereigh, Alban McCoy, Tina Beattie. As Pope Benedict resigns, where did the Catholic church go wrong in the west? The Guardian, 12,02,2013.
Martín Granovsky. Lecturas en el día del papadiós. Pagina 12, 12,02,2013.
Elisabetta Piqué. La última sorpresa del papa impredecible. La Nación 12,02,2013.
Boff y la acción por los ricos del pontífice. Tiempo Argentino 12,02,2013.
Friedrich Gontard. Historia de los papas. Compañía General Fabril Editora, Buenos Aires 1961.
Max Fisher. El poderío político de los papas, en un declive que lleva siglos. La Nación 15,02,2013.

12 comentarios:

  1. Y todo empezó con Constantino fumándose algo y mirando al cielo... caramba....

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    1. Fumándose algo es mucho más probable que lo del cielo, pero entre tanta mentira la única certidumbre es que fue en el siglo IV y no en el III como sentencia el columnista.

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  2. Los cacerolazos en el Vaticano.

    El clima está pesado. El aire que se respira en la Ciudad del Vaticano es muy denso. Se puso fiera la cosa.
    La gobernabilidad viene floja de papeles, la legitimidad del máximo pontífice está por el piso y los saqueos en las Santerías de la Ciudad exasperan una tensión que ya no puede ocultarse.
    La clase media cristiana salió masivamente a las calles para protestar en contra del nuevo "Corralito Célibe" que les impide por ley usar más de 1 preservativo por día. Se escuchan los primeros cacerolazos. Los bancos de esperma son el blanco de los primeros piedrazos y botellazos de los manifestantes, enojados como sindicalista en elecciones.
    El Papa piensa en renunciar. Aparentemente, ya no queda otra. Los curas y monaguillos reprimieron violentamente en las movilizaciones espontáneas que se dieron en las zonas aledañas al Vaticano. Hubo varios muertos.
    La comunidad exige respuestas que probablemente nunca lleguen.
    Ya nadie confía en éste Papa. Sus Ministros y asesores son odiados por el conjunto de la ciudadanía. Mientras el Pueblo apenas puede juntar lo necesario para comer, la cúpula papal gasta fortunas diarias para mantener limpia la Capilla Sixtina. Lluvia de indignados.
    Llega una columna masiva de manifestantes a la puerta del Vaticano. Están furiosos. Portan una bandera que dice "Si querés terminar con la pobreza, vendé los techos de oro"
    ¿Y ahora?
    El cura cabezón prepara el terreno. Comienza a hablar con todos para marcar los horrores de gestión del actual Papa. Las salidas a la crisis están cada vez más lejos de las vías institucionales.
    Un helicóptero llega al Vaticano y aterriza en los Jardines de Pío XII. El papa, que unas horas había decretado el Estado de Sitio y ordenó reprimir a quienes no acaten la medida, se escapa por la puerta trasera del Poder. Huye volando. En helicóptero.
    "Esta vez busquemos uno que no sea tan Nazi ni se haya morfado un par de pibes" es Trending Topic en el Vaticano.
    El futuro es incierto. ¿5 Papas en una semana? Imposible saberlo.

    Renunció el Papa. Dios está muy triste.
    Pero nosotros estamos felices
    Que no nos quiten la alegría, camaradas.


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    1. Se viene un papa K y soluciona todo.

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    2. Hasta que una parte de los mismos indignados comienza a indignarse más aún con el Papa K... "¿Por qué los pobres pueden acceder a la misma cantidad de hostias que yo, que siempre pagué mis diezmos?" se preguntan rencorosos... Y así comienza...

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    3. ...y el papaK dice que TODOS debemos tenerle miedo y allí caemos en la Krispación ..., que conduce a la Inseguridad.
      Con los K nuestras almas no encuentran paz...

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  3. Digamos que todo este asunto de la renuncia de Benedicto XVI alias Ratzinger alias Darth Sidious puede resumirse en esa pregunta a él sabiamente formulada por el gran Fidel Castro:

    "¿Qué hace, un Papa?"

    Y como sabiamente expresó Laura en su comentario, de Constantino no sólo se da documento de la Iglesia como institución influyente en la política; sino también del uso de alucinógenos.

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    1. La visión de Constantino
      Para los verdaderos creyentes. fue el signo de la cruz, dibujado milagrosamente en los cielos, y sobran más explicaciones.

      Para algunos estudiosos seculares, resulta más convincente la explicación de un juego de luz sobre los cristales de hielo de la atmósfera, fenómeno que puede producir el efecto de una cruz superpuesta a un halo.

      Para los analistas más exigentes, el incidente al completo es un cuento pío o incluso algo más: el efecto alucinógeno del hongo amanita muscaria.

      Vemos en la vida de Jesús el uso de la amanita muscaria, que abundaba en la zona, en el contexto de experiencias místicas como la tentación en el desierto.

      Abrazo fraterno.

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    2. La pregunta de Fidel ¿qué hace un papa? es devastadora ... Un gol en el último minuto... Bien adicto debe haber tenido pesadillas apenas se dio cuenta del significado político de la pregunta.

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    3. La pregunta completa sin edicion fue: que hace un papa pedofilo dirigiendo la iglesia? Buena pregunta Castro: pues ni mierda. Cuando hacen sus giras es para vanagloriarse de cuán ignorante sigue este mundo gracias a ellos.

      Un papa traslada pedofilos de capilla en capilla, y los surte de vaselina mensualmente, pues el Vaticano tiene una fabrica en Roma.

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  4. Sería un buen momento para que la santa iglesia católica se libere de lastres como el aberrante celibato.

    Y para que el Estado Argentino se libere de mantener económicamente a los católicos, pagando sueldos y jubilaciones cuyos montos y sentido son de privilegio.

    Todo dicho muy simplificadamente...

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  5. Proximo Papa un obispo catolico chino...solo faltaria un "sindicato solidaridad" y un "Gorbachof" al gobierno chino despues el Dto. de Estado y la CIA harian el resto

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