martes, 19 de febrero de 2013

EL BLOQUEO A VENEZUELA



La Doctrina Monroe
La doctrina Monroe, sintetizada en la frase “América para los Americanos”, fue elaborada por John Quincy Adams, sexto presidente de los Estados Unidos y atribuida aJames Monroe en el año 1823. Establecía que cualquier intervención de los estados europeos en América Del Norte o Sud América sería visto como un acto de agresión e implicaría la intervención de Estados Unidos. Fue una señal de advertencia a las potencias colonialistas europeas y también una demostración del poder hegemónico de los Estados Unidos.

Sin embargo, los gobiernos de Washington nunca pusieron en práctica la doctrina Monroe que pasó a ser un documento perdido en algún archivo de la Casa Blanca. No impidieron el bloqueo de la flota anglo francesa a los puertos argentinos, en 1839, en el célebre Combate de la Vuelta de Obligado, ni la invasión española a la República Dominicana en 1861, ni la intervención francesa en México en 1862, ni la ocupación de la Guayana por Inglaterra en 1895.

                 John Quincy Adams (1767-1848)  James Monroe (1758-1831)

Un episodio ignorado
Tampoco Estados Unidos aplicó la Doctrina Monroe cuando una flota anglo alemana bloqueó y bombardeó los puertos de Venezuela en 1902. Fue éste un episodio donde el gobierno argentino tuvo una participación importante en defensa de la soberanía de Venezuela. Este aspecto fue intrascendente para quienes confeccionaron los libros de texto de historia y que determinó que en nuestra época de estudiantes, jamás nos hablaran aquél episodio. En realidad, los acontecimientos en América latina fueron un tópico ignorado en la enseñanza escolar. Por lo tanto, vale la pena desempolvar los archivos y rememorar aquél acontecimiento.

Las causas del bloqueo
Las potencias europeas decidieron castigar a Venezuela, un país cercano a la bancarrota, con conflictos internos graves por la lucha entre caudillos. El móvil de la invasión se escudaba en el cobro compulsivo de deudas morosas y el reconocimiento de reclamos pendientes, a pesar de que sobre estos últimos el gobierno venezolano mantenía objeciones doctrinarias sustentadas en principios de derecho internacional. El otro motivo era poner a prueba la eventual respuesta de los Estados Unidos, que había adquirido envergadura después de derrotar a España, borrándola definitivamente como potencia colonial. Ingleses y alemanes suponían que la doctrina Monroe era una bravata norteamericana que no se llevaría a la práctica y no estaban equivocados.

Es así que los imperios europeos tomaron la decisión de elevar al máximo nivel de la conflictividad, un desacuerdo de características comerciales y económicas que se podía dirimir sin arrogancia, ni violencia ni soberbia.

El operativo bloqueo
El 9 de diciembre de 1902, la población ribereña y portuaria del puerto de La Guaira en Venezuela, observó sorprendida la aparición de numerosos barcos de guerra con bandera alemana, italiana e inglesa que se acercaban a la costa con aviesas intenciones. Ese mismo día, desembarcaron tropas que se apoderaron de los muelles y a medianoche, fuerzas alemanas atravesaron la ciudad para conducir sus representantes diplomáticos a bordo de la flota y así ponerlos a salvo de una eventual represalia venezolana. Los ingleses actuaron acorde en la madrugada del día siguiente.
La pequeña marina de guerra venezolana no opuso ninguna resistencia al no estar a la altura de las circunstancias ya que la componían buques de procedencia civil, armados con anticuados cañones y lanzatorpedos para uso militar. Se enfrentaban del lado europeo con una fuerza marítima de igual número, pero con una capacidad de fuego, considerablemente superior.

                          Bloqueo naval al puerto de La Guaira
 
Habiendo puesto a resguardo a sus ciudadanos, la flota europea comenzó a destruir y apresar los buques de guerra venezolanos y esto se acompañó con maniobras terrestres y tomas de fortalezas previo bombardeo de alta precisión que inutilizó sus cañones.

Si alguna arista positiva tuvo esta agresión fue lograr el inmediato cese de los conflictos internos entre venezolanos que se unieron monolíticamente con su presidente Cipriano Castro para rechazar la agresión.

Se produjeron numerosas escaramuzas y enfrentamientos, destacándose el episodio del cañonero inglés SMS Panther que al perseguir a una goleta mercante que había burlado el bloqueo, quedó varada y a merced de los cañones del Castillo de San Carlos de la Barra. Se inició un duelo de artillería donde el Panther quedó muy averiado. En represalia al día siguiente, una cañonera inglesa, bombardeó al indefenso pueblo de San Carlos causando numerosas víctimas.
                                       SMS Panther

La Doctrina Drago
En América latina se produjeron movimientos de solidaridad con Venezuela, pero sólo un país: la Argentina, protestó de manera expresa a través de su canciller Luis María Drago, quién expidió un documento doctrinal sobre la ilegalidad del cobro violento de deudas, ejercido por grandes potencias en detrimento de Estados pequeños. Por entonces, el presidente era Julio Argentino Roca y es una pena que el historiador y periodista anarquista Osvaldo Bayer, en su obsesión patológica contra Roca, no haya tomado nota de este hecho.
                            Luis María Drago (1859-1921)

Finalmente, el presidente norteamericano Theodore Roosevelt, quién al principio fue renuente a toda intervención, actuó como mediador y Venezuela formalizó el pago de la deuda que se redujo a la mitad y se realizó en forma más llevadera.

La peligrosa enmienda de la Doctrina Monroe
Las consecuencias alejadas de este conflicto no fueron beneficiosas para América latina. A través de una sustancial enmienda de la Doctrina Monroe, el presidente Roosevelt afirmó que si un país latinoamericano y del Caribe situado bajo la influencia de los EE.UU. amenazaba o ponía en peligro los derechos o propiedades de ciudadanos o empresas estadounidenses, su gobierno estaba obligado a intervenir en los asuntos internos del país "desquiciado" para reordenarlo, restableciendo los derechos y el patrimonio de su ciudadanía y sus empresas.

La enmienda constituía una carta blanca para la intervención de Estados Unidos en América Latina y el Caribe y establecer de hecho derechos "quasi o neocoloniales" sobre los países de la región.

Efectivamente, en las décadas siguientes los marines desembarcaron en varias oportunidades para destituir gobiernos que no eran afines a los intereses de las empresas del país del norte. Entronaron gobiernos militares y a través de sus embajadas presionaron y desestabilizaron gobiernos democráticos. 

¿No es curioso que nunca se nos haya enseñado en las clases de historia este episodio? Sorprende también que ni siquiera Felipe Pigna en su obra Los Mitos de la Historia Argentina lo mencione.

Estos episodios muestran claramente la importancia y necesidad de pactos como el UNASUR y el MERCOSUR, en lugar de la OEA y el ALCA que nos ponían bajo la hegemonía de Estados Unidos.

Fuentes



1 comentario:


  1. En efecto, jamás había oído mencionar el episodio.
    Muy interesante y con connotaciones actuales.

    Espero que la reprimenda les llegue a Bayer y a Pigna y hagan su correspondiente descargo ante El Mordaz.

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