miércoles, 2 de noviembre de 2011

CUMBRES IBEROAMERICANAS


Las Cumbres Iberoamericanas se iniciaron en 1991 a instancias de España y la primera reunión tuvo lugar en Guadalajara. El motivo oficial sería estrechar vínculos entre España y los países de habla latina para crear lazos más sólidos y promover el intercambio económico y cultural.
Ese sería el objetivo oficial, pero extraoficialmente y rascando un poco el barniz conque está pintada la Cumbre, cualquiera que tenga cierto grado de suspicacia tiene todo el derecho a suponer otras razones. Por ejemplo, de que España lo que pretendía era recuperar de alguna manera, lo que Estados Unidos ha venido controlando durante un siglo mediante intromisiones flagrantes unas veces y más sutiles otras, sobre lo que peyorativamente considera “su patio trasero.”
En esta última reunión que acaba de finalizar, España es un país agobiado por la situación económica, con desempleo galopante y escaso margen de influencia en la región. De todas maneras, el rey Juan Carlos se esforzó en venir secundado por Zapatero quién ya tiene un pie afuera del gobierno y pronto será reemplazado por otra gestión aún peor. La ausencia de 10 de los 22 presidentes de la Cumbre, puso al descubierto el magro peso que tiene España actualmente.
La hegemonía del país galo se vio afectada en esta ocasión por la presencia de la vicepresidenta del Banco Mundial Pamela Cox. No sabemos si se auto invitó o su presencia se debió a la gentileza del anfitrión, el presidente Lugo de Paraguay.


                                             Pamela Cox
Hasta ese momento la Cumbre venía deslizándose en un marco formal y no exento de monotonía. Fue entonces cuando el presidente de Ecuador, Rafael Correa, pidió la palabra y preguntó: "¿Porqué en este foro tenemos que escuchar al Banco Mundial, histórico defensor de las políticas neoliberales que tan mal nos han hecho? " Seguidamente el mismo Correa se encargó de dar la respuesta: "Cuando yo era ministro de economía de Ecuador, esta señora nos negó un crédito porque cambiamos el plan económico, así que yo me voy a retirar para no escuchar la palabra de quién chantajeó a mi país, y retornaré cuando hablen los integrantes de este foro iberoamericano", afirmó el mandatario andino.


                           Momento en que Correa abandona la sesión
La discusión no terminó allí. “Saludo la reacción del presidente Correa”, se sumó Morales a la polémica. El presidente boliviano destacó que el FMI y el Banco Mundial “son responsables” de las crisis y de “las políticas impuestas” a América latina y remarcó que “algún día tendrán que resarcir los daños que ocasionaron. “Estas políticas importadas desde arriba y afuera no han sido solución para los pueblos de Latinoamérica”, indicó Morales.
La indignación de Correa estaba justificada por el trato arbitrario y el incumplimiento que tuvo el Banco Mundial con Ecuador al no adjudicarle un préstamo previamente acordado a través de Pamela Cox. Realmente, la presencia de esta mujer era una incongruencia en un foro donde la gran mayoría de los países están orientados hacia políticas sociales y no los planes neoliberales del Banco Mundial.
El diario La Nación, incondicional y obsecuente cipayo del Banco Mundial, del FMI y de los Estados Unidos (hasta 1945 era de Inglaterra), montó en cólera y en su editorial del día 1 de noviembre bajo el título “Grotesca intolerancia de Correa”, calificó al presidente ecuatoriano, además de grotesco, de desmesurado, totalitario, soberbio, pretencioso, insignificante, intemperante y arbitrario. Si no incluyó más epítetos descalificadores fue porque ya no alcanzaba el espacio editorial o porque agotó los de la Real Academia.
El diario de los Mitre pretende ignorar que América latina tomó otros rumbos, los de la soberanía y la unión latinoamericana estrechando lazos y llevando a cabo su propio desarrollo donde antes reinaba la división y los intereses ajenos implantados por dictaduras con el visto bueno de Washington.

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