sábado, 11 de junio de 2011

AYER TIRÁBAMOS PIEDRAS

“Ayer tirábamos piedras, hoy ponemos un satélite artificial en el espacio.” Eso dijo la Presidenta Cristina.

El siguiente es un extracto del artículo que escribió Adrian Paenza en Página 12 (ver artículo completo haciendo click aquí).

En una misión conjunta de la Conae y la NASA, el cohete Delta II puso en órbita con éxito al Aquarius, el mayor satélite construido en el país. En la misión participaron más de 200 científicos argentinos. Cristina Kirchner resaltó la importancia de la inversión en el área en los últimos años.



Una y otra vez, desde la NASA se encargaron de aclarar que Argentina es un par. Es que la construcción de todo el artefacto, que en un principio se anunció como de 320 millones de dólares pero Gay dijo que fue de cerca de 400, fue posible gracias a un convenio entre la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) y la NASA. Además, cinco de los ocho instrumentos que llevará el satélite son de íntegra producción argentina.

Las actividades que realizará el Aquarius permitirá tener datos del hemisferio sur que no se tuvieron nunca y son:
Monitorear la concentración de sal en los océanos y evaluar el ciclo del agua en sus distintas fases.
Detectar los barcos pesqueros que están en zonas prohibidas.
Estudiar la humedad de los suelos.
Estudiar la actividad volcánica
Mapeo de migraciones de animales.

Ese satélite argentino hoy ya está en órbita, viajando a 25.000 kilómetros por hora da 14 veces por día la vuelta al mundo, pero lo más importante es que se lleva adentro el fruto del trabajo de los científicos de nuestro país. Y puso en evidencia, una vez más, que esta Argentina no sólo es parte del mundo, sino que ahora, junto con sus socios en el espacio, va por más.

Adrián Paenza manifestó que le conmovió y sintió orgullo cuando vio que el satélite argentino estaba en el aire. No son sólo los más de 200 científicos argentinos que participaron del proyecto o que construyeron el SAC-D, o los que diseñaron el instrumental que lleva. Es el hecho de que son todos miembros de organismos estatales, de universidades nacionales y públicas. Una vez más tenemos mucho para exhibir ante los que viven y vivieron las privatizaciones con júbilo, a quienes les da asco todo lo que es compartido.

La Argentina tiene una tradición científica extraordinaria, a pesar de los combates que recibió en condiciones desiguales de quienes gobernaron este país durante décadas y décadas.

Probablemente nunca más vea el lanzamiento de un cohete en mi vida, pero me deja tranquilo saber que eso antes les pasaba a los otros y ahora nos pasó a nosotros- señala Paenza-. Antes la mirábamos desde afuera y con “la ñata contra el vidrio”. Hoy ya no. Por supuesto no es éste el primer acontecimiento para sentir orgullo en la historia de la ciencia argentina. Afirmar eso sería un agravio para esa misma historia. Pero en algún lugar, esta Argentina, que sigue buscando su lugar en el mundo, ayer lo encontró una vez más.

Agrego esta reflexión a la nota de Paenza: No se escuchó ningún comentario de la mezquina oposición, su pequeñez les impide congratularse de un logro argentino porque se produjo durante este gobierno.




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