jueves, 28 de noviembre de 2019

REICHE Y EL ENIGMA DE LAS LÍNEAS


El desierto de Nazca está constituido por una planicie de 1000 kilómetros cuadrados rodeada de montañas de baja altura. El clima es relativamente benigno con temperaturas que rara vez alcanzan los 40 grados. Durante la noche se comporta como todo desierto, la atmósfera se enfría y el termómetro marca unos pocos grados. También como todo desierto hay ausencia casi total de humedad, porque en Nazca, la lluvia nunca ha osado asomarse por ese territorio. Durante la noche, una atmósfera totalmente limpia permite ver la Vía Láctea en todo su esplendor.
Penetrar en esa monótona vastedad sin compañía alguna es temerario, no hay disponibilidad de agua y cualquier accidente se puede transformar en mortal al no poder el infortunado recibir ayuda de nadie. Sin embrago, durante gran parte del siglo XX una mujer lo habitó en soledad, fascinada por el misterio de unas gigantescas figuras que una civilización preincaica desconocida trazó hace 1500 años. Algunas hipótesis posicionan el origen de estos geoglifos mucho más atrás en la historia remontándolos a varios siglos antes de Cristo.
María Reiche nació en Dresden, Alemania en 1903 y llegó a Perú con el título de matemática cuando tenía 25 años y durante un tiempo se desempeñó como institutriz del cónsul alemán en Cuzco. La civilización Inca, la arqueología y la geografía del lugar la fascinaron, pero le faltaba un toque más de magia para quedar totalmente cautivada por aquel país tan lejano de su hogar. Ocurrió cuando conoció al doctor Paul Kosok, un antropólogo norteamericano, para quien ofició de traductora al castellano sus trabajos en inglés.


                                                María Reiche (1903-1998)

En esos trabajos Kosok había expuesto sus observaciones sobre las líneas de Nazca. Líneas rectas que no parecen conducir a ningún lado y otras con distintas curvaturas que carecen de significado. Algunas son como canales de escasos centímetros donde la corteza superficial fue removida exponiendo el subsuelo blanquecino que hace un fuerte contraste con el polvo del terreno. En otras, el trazado está constituido por cordones de piedras que como minúsculas murallas sobresalen en la superficie. La situación cambia totalmente cuando se las ve desde la cima de una sierra, pero mucho mejor aún desde una avioneta a más de 300 metros de altura.
Fue desde el aire que Kosok le mostró a Reiche las líneas de Nazca y ante ella se abrió un mundo maravilloso de figuras y las más destacadas eran las de un mono, con su cola enrollada, una araña y un colibrí, pero hay muchas más. Reiche se enamoró sin concesiones de esa gigantesca pizarra natural y se dispuso a estudiar su significado.


                                     Araña

Kosok se volvió a su país en 1949 y ella se quedó en aquel desierto hasta el día de su muerte. Munida de un sextante, escoba, binoculares, una brújula, cinta métrica y una silla escalera intentó descifrar su contenido. En Lima la llamaban la “dama de las líneas de Nazca” o “la guardiana de las líneas” y los habitantes de los pueblos cercanos la apodaron “la mujer que barre el desierto.” No faltaron quienes la tomaron como una bruja que se pasaba el tiempo barriendo y midiendo el terreno.
                                    
                                  Mono

Las líneas de Nazca están envueltas en un halo de misterio cualquiera sea el ángulo en que se las quiera analizar y en cada uno abundan las teorías. Uno de los primeros interrogantes es la razón de todas esas figuras y líneas. Sobre este aspecto hay múltiples hipótesis, para Reiche, que investigó su orientación astronómica, se trataría de marcadores del inicio del verano, una especie de calendario de tamaño descomunal. Las líneas estarían destinadas a fijar los ciclos y los cambios climáticos en las sociedades agrarias de la civilización nazca. En 1949 publicó su primer artículo sobre las figuras: ‘Mistery on the desert. A study of the ancient figures and strange delineated surface’ (Misterio en el desierto. Un estudio de las figuras antiguas y la extraña superficie delineada).
Otra teoría que prevalece es la religiosa, como los dioses se encuentran en los cielos, los nazcas realizaron esas gigantescas figuras como ofrendas para que las vean desde las alturas en que se encuentran. Solo pueden ser vistas desde el cielo, fueron hechas por el hombre no para que goce contemplando la perfección de su obra, porque simplemente no las puede ver, sino para los dioses. Resulta maravilloso que estos habitantes fueran los únicos en la historia del arte en realizar sus dibujos sin perspectiva alguna, sin poder situarse a una distancia lo suficientemente lejana como para apreciar la evolución de su obra y evaluar si el diseño es correcto, porque son figuras de tamaños que oscilan entre 100 y 400 metros. Sin embargo, la geometría y proporciones de las figuras son perfectas.
La incógnita que prevalece sobre cualquier aspecto que pretende ser abordado sobre las líneas de Nazca, dio pie a que surgiera la hipótesis de que una civilización extraterrestre fuera la creadora de estos geoglifos. El paladín más entusiasta de esta teoría fue El escritor suizo Erich von Daniken que la dio a conocer en 1968 en Recuerdos del futuro, libro del cual vendió millones de ejemplares. Las consideraba una de las pruebas de que las sociedades del pasado habían recibido la visita de extraterrestres que habían influido en la historia. Para muchos académicos e investigadores, se trata de una fantasía sin sostén alguno, pero la nebulosa de desconocimiento que envuelve a las líneas de Nazca hace difícil descartar de plano la hipótesis alienígena.

                               Colibrí
Gracias a las gestiones y esfuerzos de Reiche las líneas de Nazca forman parte del Patrimonio de la Humanidad de acuerdo a lo establecido por la UNESCO en 1994. Esto permite generar reglamentos y leyes que contribuyen a la preservación del lugar.
María Reiche falleció el 8 de junio de 1998 a los 95 años, sus restos descansan en un sencillo museo de la ciudad de Nazca. Allí se puede encontrar toda la información sobre las misteriosas líneas a cuyo estudio dedicó la mayor parte de su vida.

Alberto López. María Reiche, la guardiana del misterio del desierto de Nazca. El País, 15/05/2018.
Julián Varsavsky. Arte de la tierra al cielo. Página 12, 21/02/2016.
Oscar Mercado. El verdadero misterio de las líneas de Nazca. Los Divulgadores, 23/07/2011.

2 comentarios:

  1. Muy interesante!
    Una posibilidad es que usaran el método de la cuadrícula. Yo lo usaba cuando era chico-adolescente para agrandar a voluntad dibujos pequeños.
    Cómo están? Todo bien? Tu pié?
    Cariños

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  2. Desconocía la historia de Reiche y su hipótesis del calendario. Re interesante!

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