viernes, 19 de agosto de 2016

NIETZSCHE, LOU ANDREAS SALOMÉ Y WAGNER: TRIÁNGULO DE PASIÓN Y LOCURA


Friedrich Nietzsche


                                  Friedrich Nietzsche (1844-1900)

Friedrich Nietzsche fue un pensador que ejerció enorme influencia en la filosofía, la religión y la moral del mundo moderno. Sus ideas y escritos impactaron profundamente sobre las generaciones siguientes de teólogos, filósofos, psicólogos, poetas, novelistas y dramaturgos de todo calibre.
Paladín del nihilismo, aplicó el término para describir la depreciación de los más altos ideales. Describió a la cristiandad como una religión nihilista porque evadía el desafío de encontrar sentido en la vida terrenal.

Lou Andreas Salomé



                       Lou Andreas Salomé (1861-1937)

Quienes conocieron a Lou Andreas Salomé la describen como alta, de ojos azules, muy luminosos, nariz perfecta, boca suave y cuerpo esbelto. Pese a esta imagen, Lou no era una gran belleza, pero ejercía fuerte atracción en los hombres por su personalidad y su bagaje cultural que le permitía abordar con comodidad cualquier tema. 

En los círculos intelectuales se decía que quien conocía a Lou Salomé, a los 9 meses traía un libro al mundo y en lo que respecta a Nietzsche, este vaticinio se cumplió al producir una de sus obras más famosas: “Así habló Zarathustra”.

Cuando Lou tenía veinte años conquistó el corazón de Nietzsche, una especie de atracción fatal porque Lou era una seductora asexuada que ni siquiera tuvo relaciones carnales con su esposo, el doctor Andreas. Nietzsche y Lou se conocieron a través del filósofo Paul Ree, ella era su eterna amiga y sintonizaba intelectualmente con él, pero físicamente lo rechazaba. Veinte años después Paul Ree se suicidó en el mismo lugar donde Lou Andreas Salomé le negó su amor.

Nietzsche estuvo a punto de correr la misma suerte, después que Lou le cerró las puertas de su corazón en varias oportunidades: Perdidas sus esperanzas pensó en el suicidio, pero afortunadamente sublimó la atracción por ella y escribió “Así habló Zarathustra”, que en 1896 inspiró a Richard Strauss para componer el poema sinfónico homónimo.

Mientras tanto, Lou se había asociado con Sigmund Freud y sin pasión y con indiferencia escribió ensayos con enfoque psicológico sobre su relación con Nietzsche.

Richard Wagner


                                            Richard Wagner (1813-1883)

Wagner y Nietzsche eran dos mentes unidas en su oposición al mundo racionalista y mezquino que lo domina todo. Pero Wagner nunca se sometió o se dejó influenciar por otros, simplemente porque se consideraba superior al resto de los mortales. En cambio Nietzsche fue discípulo apasionado de Wagner durante gran parte de su vida, es más, seguramente fue el discípulo más importante de y para Wagner.

Wagner era un genio musical quien convencidos de sus atributos consideraba que todos debían servirle y complacerle, prestarle dinero para pagar sus deudas perpetuas, sabiendo que nunca se los devolvería, e incluso haciendo la vista gorda cuando Wagner seducía a sus esposas. El caso más flagrante fue la relación entre el compositor y Cósima Listz quien estaba casada con Hans von Bulow, un brillante director de orquesta. Éste sabía de la relación y la aceptó sin la menor queja, le bastaba con poder dirigir las obras de Wagner a quien admiraba. Todos formaban parte de ese malsano cortejo que giraba alrededor del autor del Anillo del Nibelungo.

De la veneración al desprecio
Durante años, Nietsche encontró en Wagner al maestro absoluto y con ardor formó parte del selecto círculo wagneriano. Es probable que esta época de idilio con Wagner, fuera quizás la mejor etapa de la vida de Nietzsche. Wagner lo respetaba y admiraba, mientras que el filósofo sentía por el músico devoción ilimitada, como ante un ser que es superior al resto de los mortales.

Sin embargo, la relación comenzó a resquebrajarse lentamente. Los motivos siguen siendo tema de especulación entre los académicos: la vanidad y soberbia de Wagner, sus ideas antisemitas, que Nietzsche detestaba, o la hipócrita “conversión cristiana” de Wagner que el filósofo atribuyó a oportunismo con el poder de turno.

Son muy elocuentes dos notas de Nietzsche sobre Wagner, la primera en pleno idilio cuando se inauguró Bayruth, el templo musical que Wagner erigió a expensas de las arcas del rey Ludwig de Bavaria, otro de sus admiradores incondicionales. En esa carta decía:
“¿Dónde podemos hallar algo de grandeza comparable en otro artista? El Anillo de los Nibelungos contiene la música más elevadamente moral que yo conozca. En tales momentos Wagner alcanza la culminación divina de la realización y uno llega a imaginar que allí resplandecen los picos nevados de los Alpes”. La nota escrita en 1876 es extensa y mantiene ese tenor de elogio y admiración que Nietzsche profesaba hacia Wagner.

Doce años más tarde su opinión sobre el compositor había cambiado radicalmente y por entonces escribiría: “¿Puede afirmarse que Wagner es una persona o una enfermedad? Todo lo que toca se infecta: ha enfermado a la propia música. Su poder de seducción alcanza proporciones masivas; nubes de incienso envuelven su cabeza y los errores acerca de su persona se convierten en el evangelio.” El resto de la nota que también es extensa mantiene el tono lapidario y descalificador hacia su ex ídolo.

Ocaso y locura
A partir de 1877, la salud física de Nietzsche comenzó a deteriorarse y tuvo que renunciar a su cargo de profesor en Basilea. Sufría de constantes cefaleas y dolores generalizados y perdió parte de la visión. Sus amigos a través de las cartas que recibían empezaron a considerar seriamente que Nietzsche estaba perdiendo la razón. 

Algunos párrafos por su extravagancia son demostrativos de principios de delirio:
Carta al escritor sueco Strindberg: "He convocado una reunión de príncipes en Roma, quiero hacer fusilar al joven Kaiser…."
Carta a su amigo Gast: "Debes saber que necesito para mi lucha todo el gran capital judío".

Carta a su amigo Brades: "Necesito traducir este texto a las principales lenguas de Europa. Necesitaría un millón de ejemplares en la primera tirada de cada lengua. Como se trata de un golpe destinado a aniquilar al cristianismo, creo que la única potencia internacional que tiene también interés en hacerlo son los judíos.”

Además del contenido absurdo de la esquela, se destaca que “un millón de ejemplares en cada lengua”, cuando sus obras se editaban con suerte en número de 1000 ejemplares, son señales claras de desvarío. Por esos tiempos escribió “El Anticristo” y recrudecieron sus ataques a Wagner en “Nietzsche contra Wagner”.

Sobre la causa de su demencia existe controversia y se barajaron 3 posibles factores: sífilis, tumor cerebral y toxicidad por medicamentos que Nietzsche ingería por sus dolencias.

En 1889 se desplomó en las calles de Turín y a partir de entonces perdió totalmente el control de sus facultades mentales siendo alojado en asilos y bajo el cuidado de su hermana.

La que en un tiempo fue una mente brillante se apagó definitivamente el 25 de agosto de 1900.



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