domingo, 28 de junio de 2015

CHARLES DE GAULLE


Es el 26 de agosto de 1944, los aliados liberan París y el general De Gaulle precede a una multitud de civiles y militares que se dirige al Tedeum desde los Champs Élysées hacia la Place de la Concorde. Su altura y su porte erguido lo destacan del resto de la gente y también lo hacen un blanco fácil para los francotiradores alemanes, lo último que queda del orgulloso ejército que había entrado triunfal en 1940.


Entrada triunfal de DeGaulle en París

Súbitamente, desde varios edificios surgen disparos en todas direcciones, la multitud se dispersa, otros se arrojan al suelo, pero De Gaulle sigue marchando impasible. Hace 4 años que está esperando este momento de gloria y no se lo van a estropear unos alemanes que todavía creen que París les pertenece. Este episodio es relatado por un corresponsal de la BBC de la siguiente manera: “fue una de las escenas más dramáticas que presencié, el general de Gaulle caminaba incólume sin apurar el paso en medio del fuego mientras los proyectiles caían a su alrededor. Fue el ejemplo más extraordinario de coraje que haya visto.”

Durante la década del 30, De Gaulle, un veterano de la Gran Guerra, había escrito varios tratados sobre el combate y tenía una visión moderna acerca de la táctica y la estrategia. Era consciente que las fuerzas armadas francesas estaban totalmente atrasadas en estos aspectos y que la gravosa línea Maginot, producto de un concepto estático de la guerra, estaba destinada al fracaso ante fuerzas alemanas ágiles que la rodearían cortando en dos a los ejércitos aliados.

Una vez que cayó Francia, De Gaulle se trasladó a Londres para seguir la lucha desde allí: “Franceses”, había dicho a través de transmisiones de la BBC, “Francia perdió una batalla, pero no la guerra”.


El general de Gaulle hablando a través de la BBC a la resistencia francesa

En una claudicación sin precedentes el general Petain, héroe de la Primera Guerra Mundial, formó parte del armisticio por el cual Alemania terminaba ocupando gran parte del territorio galo, excepto la zona de Vichy que quedó a cargo de Petain y que se transformó en una dictadura estilo fascista. La consigna de la Revolución Francesa “libertad, igualdad, fraternidad”, se cambió por los insustanciales términos “trabajo, familia y patria.” En agosto de 1940, una corte marcial condenó a De Gaulle en ausencia, a la pena de muerte por alta traición, degradación y confiscación de sus bienes. Francia volvía a repetir el mismo error que había cometido con Dreyfus.

Los años transcurridos en Londres no fueron fáciles para De Gaulle, carecía de status político y era un general sin ejército, pero tenía una fe absoluta en su destino y una total convicción de que la historia le tenía reservada el liderazgo de su país. Su obstinación y devoción por Francia y su fuerte y orgulloso carácter le ocasionaron fricciones con Churchil y los comandos ingleses. No obstante, se las arregló para organizar las llamadas Fuerzas de la Francia Libre, estrechando contactos con los grupos de resistencia y los servicios de inteligencia británicos.

Terminada la guerra, se opuso a la Cuarta República que se formó en 1946 y a su nueva constitución, a la que consideró una repetición de los errores políticos y de gobierno de la Tercera República. 

Permaneció recluido y escribiendo sus memorias mientras su país, después de ocho años de guerra estéril, sufría una humillante derrota en Indochina cuando las fuerzas colonialistas francesas sucumbieron en 1954 ante la táctica brillante del general vietnamita Vo Nguyen Giap. Cuatro años después, la insurrección en Algeria puso a Francia al borde de la guerra civil y llevó a la Cuarta República a un callejón sin salida.

Convocado por el presidente Rene Coty quién estaba dispuesto a renunciar si De Gaulle no se hacía cargo del gobierno, se presentó ante la Asamblea Nacional que lo designó primer ministro. Pero De Gaulle exigió la reforma de la constitución y mediante un referéndum fue elegido presidente de la república con poderes extraordinarios, porque sabía que la situación caótica del país exigía un líder con un estado fuerte y capacidad para tomar decisiones.

Ya en el poder, una de sus principales preocupaciones fue darle a Francia libertad de acción en el plano político y militar ante las pretensiones de liderazgo de los Estados Unidos sobre Europa, el gran ganador y beneficiario del conflicto. Esto conduciría a profundas divergencias con ese país, que culminaron con la entrevista que tuvo lugar en 1958 entre de Gaulle y el secretario de estado norteamericano John Foster Dulles. Este personaje había sido el artífice junto con la CIA, de la invasión de marines en Guatemala que derrocó al gobierno democrático de Jacobo Arbenz por haber tratado de limitar el poder omnímodo de la United Fruit. Por entonces, el hermano de Foster Dulles era uno de los principales accionistas de esa compañía.

Por lo tanto, las cartas de presentación del secretario de estado norteamericano, estaban lejos de ser honorables y seguramente de Gaulle tenía en claro que Foster Dulles era un político inescrupuloso. Así lo demostró cuando hizo una descripción poco menos que apocalíptica de la situación mundial dominada por la amenaza de la Unión Soviética sobre Europa, Asia y África. Pretendía que Europa permitiera la instalación de misiles norteamericanos, incluyendo al territorio francés, lo que llevaría al mundo a un límite peligroso de la guerra fría.


               John Foster Dulles 1888-1959)
De Gaulle desarmó todos los argumentos de Foster Dulles y afirmó que su país no aceptaría ningún tipo de arma extranjera en su territorio a menos que estuvieran bajo su propio control. Más aún, le aseguró al norteamericano que Francia construiría su propio armamento nuclear. El enviado de Washington regresó a su país rumiando su furia y con las manos vacías. Más tarde, De Gaulle solicitó al presidente Eisenhower que se realizara una concertación permanente entre Estados Unidos, Inglaterra y Francia para tratar todos los problemas internacionales incluyendo los temas nucleares, pero Washington no aceptó.

En la crisis de los misiles que la Unión Soviética pretendió instalar en Cuba, De Gaulle apoyó al entonces presidente Kennedy, pero se negó a participar en el bloqueo comercial que los Estados Unidos impusieron a la isla.

De Gaulle puso fin al grave problema que Francia venía arrastrando con Algeria y sus movimientos de liberación y en 1962 mediante un referéndum sobre autodeterminación, Algeria se constituyó en una nación independiente. Esta decisión le generó un enemigo peligroso: la OAS (Organisation de l’armée secrete), constituida por militares que habían participado en la guerra de Algeria y que en su mentalidad colonialista consideraron una traición la independencia argelina. Muchos de ellos, encontraron nueva ocupación en la tristemente célebre Escuela de las Américas donde enseñaron a los uniformados de América Latina los métodos de tortura que aplicaron sin éxito a los prisioneros argelinos.

De Gaulle hizo una amplia política de apertura con todos los países del mundo y fue el primer presidente francés que visitó la Argentina en su gira por América. Junto con el presidente Arturo Illia inició un programa de cooperación entre Francia y Argentina que aún está vigente y que abarcó áreas de la cultura, la técnica y la ciencia.

Encuentro entre el general de Gaulle y el presidente Arturo Illia

Finalmente, hay que destacar la dura oposición que adoptó ante el sistema monetario internacional que daba al dólar la condición de moneda de reserva. Esto brindaba a Washington una poderosísima herramienta dispensándolo de todas las reglas habituales de gestión de su déficit. Sin duda alguna, de Gaulle resultó un personaje sumamente incómodo para las pretensiones imperiales norteamericanas.

Hoy día, los gobiernos franceses y los del resto de Europa, han venido claudicando ante la expansión económica y militar de los Estados Unidos que se apropió totalmente del control de la OTAN y no frenó su poderío a pesar del derrumbe de la Unión Soviética. Por el contrario, se multiplicaron las bases norteamericanas cuando ya no había ninguna necesidad de ellas, si es que alguna vez las hubo. Europa ha cedido ante el poder de los mercados y su especulación desenfrenada, que controlando las finanzas y los medios de difusión, transformaron a los gobiernos europeos en estados débiles e inoperantes.

Los tratados de libre comercio que Estados Unidos está negociando con los países europeos son una farsa, ya que en los futuros litigios entre las grandes corporaciones y los respectivos países, no intervendrá la Justicia del Estado en cuestión sino un equipo de árbitros privados. Eso equivale al desmantelamiento de los andamiajes jurídicos europeos y el surgimiento de una Justicia privatizada y al servicio del mercado. Basta que el dinero haya pasado por los Estados Unidos o un simple correo electrónico que utilizó los servicios de un servidor norteamericano para que se habilite la Justicia de ese país: Estaríamos en presencia de la maniobra más brutal del neocolonialismo financiero, que ya no pasa por la extensión territorial sino por la ampliación de su jurisdicción para dictar reglas de juego.
Lo dramático de la situación es que el país galo, desde hace tiempo, no cuenta actualmente con un líder de la talla de de Gaulle que eleve a Francia al lugar que se merece entre las grandes naciones.


                    Charles de Gaulle (1890-1970)

Paul-Marie de la Gorce. El sueño de una política autónoma. Suplemento 5 sobre Francia de Le Monde Diplomatique.
Gaulle Charles de. Encyclopaedia Britannica, vol. 5 pag 149 -50. Chicago 1995.
Periodismo por periodistas. Hace 50 años De Gaulle visitaba Buenos Aires. Tea&deportea. http://www.teaydeportea.edu.ar/archivos/hace-50-anos-de-gaulle-visitaba-la-argentina/
Charles de Gaulle. Wikipedia. The Free Encyclopedia. http://en.wikipedia.org/wiki/Charles_de_Gaulle
Sandra Russo. Los 90 globales. Página 12, 27,06,2015.


12 comentarios:

  1. A Europa le falta un estadista de la talla de Cristina

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  2. arnoldo: te agrego que el 80% de los que lo seguian eran españoles del maqui y muchos de ellos sembraron muchas baldosas de Paris con sus nombres como homenaje a pesar de ello Francia siguio con Inglaterra apoyando a Franco. esto no invalida tu muy buen trabajo

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  3. Comparto tu admiración por De Gaulle, Ricardo. Un gran hombre. Tan decidido en su hora más adversa...

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  4. La mentalidad militar, excluye la posibilidad de un razonamiento afinado y por eso, los altos mandos franceses, rechazaban las teorías de De Gaulle sobre el papel de las armas de movimiento, expuestas en su libro "L'armée de métier", y continuaron empecinados en la línea Maginot. El general von Manstein, comandante de las "Panzerdivisionen" que invadieron Francia en 1940, admitió en su momento que dichas teorías eran de lectura corriente entre los jefes alemanes y la creación de los Panzer una de sus consecuencias.
    Si bien De Gaulle era un militar de carrera, herido en varias ocasiones durante la Gran Guerra , su pasión por la Historia, "maestra de la vida", como decía Cervantes, le permitió romper el cerco del pensamiento marcial y desarrollar un sentido y olfato políticos que no dejan de sorprender.

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  5. Como Presidente Provisional , entre la Liberación y la 4a. República, fue el organizador e impulsor de la "Seguridad Social" en Francia, por ejemplo. Entre 1958 y 1969, como Presidente de la 5a. República, surgida de la Constitución que promulgó con el voto referencial del 60% del padrón electoral, puso fin al secular enfrentamiento con los germanos mediante el Pacto de cooperación firmado con Adenauer, e impulsó un desarrollo en todas las áreas de la actividad de su país, dentro del arraigado principio de la presencia del Estado en ese desarrollo, y de la vigencia del "Estado de Bienestar", que permitió a los franceses el disfrute de una situación no conocida antes, y que le valió a ese período el calificativo de "los treinta gloriosos".
    Sin duda, la prolongada permanencia en el poder, y la edad, que no espera, provocaron un cierto anquilosamiento en la gestión última de su gobierno, que derivó en el famoso "Mayo francés" del '68.
    Poca cosa era aquello, bien mirado lo que sucede hoy en Francia y en Europa en general, pero, lo más penoso es que se ha perdido la capacidad de reacción. Cada día te sacan algo y se lo acepta como si así tuvieran que ser las cosas.

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  6. Julito de Laferrere30 de junio de 2015, 8:00

    Los mismos necios que fueron a la marcha por Nisman ¿irán ahora a la convocada por la opo y la prensa mediática en favor del juez Cabral, o se avivarán de que nuevamente los están usando?

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  7. Excelente artículo, Ricardo. DE gaulle es una demostración de lo que se puede hacer cuando hay patritismo, valentía, e inteligencia. Es una lástima ver a Francia en las actuales condiciones, pero creo que en Europa, lentamente se está gestando un movimiento de resistencia que, esperemos, haga renacer esos ideales de la REvolución FRancesa que inspiraron a la modernidad. Abrazo grande.

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  8. Hola Ricardo, soy Mercedes. Estoy de nuevo en el ciberespacio. Besos

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  9. Hola Ricardo, como estas, apelo a tu mayor conocimiento en historia y política y quería saber si tenes algún artículo en tu blog u otro que relacione lo que está pasando en Grecia con el default nuestro del 2011 y las propuestas del Pro u otros partidos de derecha.
    Gracias

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  10. Específicamente no saqué nada recientemente sobre el caso de Grecia, sí hablé sobre los fondos buitres, el FMI, las corporaciones financieras como Lehman Brothers, las calificadoras de riesgo como Standard & Poor. También hay un artículo sobre Alexis Tsipras que tiene 2 años pero te puede servir. Solo tenés que poner en el buscador arriba a la izquierda cuaquiera de estos nombres como palabras clave y te aparecen los artículos.

    Abrazo

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