domingo, 22 de julio de 2012

HONDURAS, VENEZUELA Y LA EMBAJADA NORTEAMERICANA

Estados Unidos nunca va a tener golpes de estado porque no tiene embajada norteamericana
Rafael Correa

Honduras
Desde el preciso instante de la asunción de Manuel Zelaya como presidente de Honduras, la embajada norteamericana lo consideró un individuo peligroso y por lo tanto, indeseable. Dos elementos resultaban intolerables para Washington: la gran afinidad de Zelaya con Hugo Chávez y la intención de cerrar o renegociar la base militar yanqui de Soto Cano.
                                      Manuel Zelaya, lo expulsaron de Honduras en ropa de dormir


La embajada norteamericana era consciente de la mediocridad y corrupción de la clase alta hondureña, enemiga de Zelaya y la calificaba como un grupo constituido por dos centenares de familias con intereses comunes y dueñas de casi todos los medios informativos, carentes de toda cultura democrática y funcionando a base de prebendas. Sin embargo, cuando llegó el momento oportuno, Washington se unió a este sector apoyando el golpe contra Zelaya.
Los cables difundidos por WikiMediaKeaks mostraron la estrecha relación entre la Embajada y los principales medios periodísticos hondureños. Estos habían dejado en claro a los diplomáticos norteamericanos que estaban del lado de Washington en la incipiente, pero ya declarada lucha contra Zelaya.
A la embajada también fueron a recalar, el presidente del Congreso y futuro mandatario de facto, Roberto Micheletti y Porfirio Lobo quién ganaría las discutidas elecciones en 2009 con Zelaya ya en el exilio.
Los mensajes internos de la embajada contra Zelaya se fueron endureciendo hasta alcanzar términos agraviantes donde el mandatario era mostrado como una caricatura de caudillo terrateniente inescrupuloso y hasta drogadicto.
La embajada norteamericana y los empresarios de los medios, denunciaron que había restricciones a la libertad de prensa, pero después de haber sido expulsado Zelaya, Honduras se transformaría en uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer la profesión. Hasta la fecha han sido asesinados 20 periodistas, sin que los diplomáticos norteamericanos ni la SIP, se sintieran mayormente perturbados.
                Manifestación por los periodistas asesinados en Honduras

Venezuela
El fallido golpe de Estado contra el presidente Hugo Chávez, en abril de 2002, dejó expuesta a la embajada norteamericana y a Washington. Su embajador, Charles Shapiro, fue a saludar al presidente golpista Pedro Carmona a las 24 horas de que asumiera como mandatario de facto. En una flagrante intromisión en los asuntos internos de Venezuela, a Shapiro no pareció importarle que Carmona hubiera suprimido el Congreso, el Tribunal Supremo de Justicia y la Fiscalía General.
                                                                Charles Shapiro

Los golpistas no se cansaron de repetir su agradecimiento a los medios de comunicación: RCTV, Globovisión, Televén, Venevisión y otros. Todos estos medios, tenían la simpatía y el afecto de la embajada norteamericana.
El 14 de abril, a sólo 24 horas de asumido el gobierno de facto, Chávez fue repuesto en el cargo. Agobiados por el masivo apoyo del pueblo, un sector del Ejército que se separó de los rebeldes y el repudio de la mayoría de los países de América Latina, excepto Colombia y El Salvador, los golpistas con Carmona a la cabeza, se retiraron con el rabo entre las piernas.
Con Chávez consolidado, la embajada norteamericana quedó muy descolocada y a partir de entonces pasó a una táctica más solapada. Conviene siempre señalar que los diplomáticos del país del norte nunca se atrevieron a desarrollar actividades en soledad, siempre la oposición venezolana y los emisarios mediáticos acudieron a sus puertas con propuestas desestabilizantes y aún lo siguen haciendo.
Después del golpe de 2002, Chávez tomó conciencia de que para preservarse en el poder debía neutralizar a los medios opositores y para lograr este objetivo, adoptó la estrategia de crear medios de difusión afines al gobierno y como segunda medida, cerrar Radio Caracas Televisión (RCTV). Tenía dos fuertes razones para hacerlo: el apoyo indisimulado de la empresa al golpe de Estado y la caducidad de su licencia. Sobre éste último aspecto, Chávez disponía de una herramienta legal y la aplicó sin titubear.
RCTV era poderosa y desarrolló una campaña feroz con el argumento de la restricción a la libertad de prensa. Tuvo apoyo de numerosas organizaciones internacionales encabezadas por la SIP y los grupos monopólicos mediáticos de América Latina, que están representados en la propia SIP. Varios diarios y medios de la radio y televisión española, fueron los más enfervorizados defensores de RCTV y en Argentina se destacaron el diario La Nación y el grupo Clarín. De más está decir, que la embajada norteamericana y el gobierno de Bush participaron activamente para que RCTV siguiera en el aire. Las manifestaciones populares a favor y en contra del monopolio llenaron las calles de Caracas, pero las oficialistas fueron multitudinarias. Sin defensa judicial y con la ley en contra, RCTV cerró el 27 de mayo de 2007.
¿Está más cómodo Chávez actualmente? El 7 de octubre se piensa reelegir y tiene a su favor que para entonces, Venezuela formará parte del MERCOSUR y que el candidato opositor Henrique Capriles Radonski, es una visión desmejorada del procesado Mauricio Macri, con total vacío de proyectos y liderazgo.

                                                Enrique Capriles Radonski

En su contra está su enfermedad, el no haber pensado en un sucesor de envergadura y en la oposición sostenida de Washington, cotidianamente inundada con los cables que le llegan de su embajada en Caracas.
El contenido de este blog está basado sobre el informe de Wiki-Media-Leaks, el libro de Martín Becerra y Sebastián Lacunza.

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