sábado, 7 de abril de 2012

IRÁN: ¿LA PRÓXIMA GUERRA?

“No albergo la menor duda de que Estados Unidos está a punto de cometer y conducir el mundo al mayor error de su historia”.
Fidel Castro

Hace décadas que el Golfo Pérsico se mantiene como zona caliente de conflictos bélicos y no debe sorprender este fenómeno, considerando que allí se encuentra la mayor reserva de petróleo del mundo, vital para Europa y los Estados Unidos.
En este momento el blanco elegido por la pareja, hasta ahora indisoluble constituida por el país del norte e Israel, es Irán. El argumento es que el gobierno iraní pretende desarrollar una bomba nuclear, circunstancia que no ha sido debidamente comprobada por inspecciones internacionales.
El gobierno de Teherán reivindica su derecho a disponer de energía nuclear civil y recuerda a las potencias de que el país firmó y ratificó el Tratado de No Proliferación Nuclear, mientras que Israel jamás lo hizo.
Por su lado, el gobierno israelí considera que no se debe esperar más y sus estrategas estiman que ha llegado el momento propicio para realizar el ataque, debido a que Irán estaría debilitado por el bloqueo ejercido por los Estados Unidos y Europa.
                                      Netanyahu y Obama
Con este objetivo el servicio secreto israelí ya infiltró espías en Irán y se puede afirmar con certeza que los 5 científicos nucleares iraníes asesinados en atentados, son producto de estos agentes.
Washington está lejos de simpatizar con Irán, pero guarda cierta reticencia hacia un nuevo conflicto bélico, porque hasta ahora en esa zona, no le ha ido nada bien. Por el contrario, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu en sus conversaciones con Obama, ensayó toda la elocuencia y capacidad de convicción de la que es capaz para convencer al “Premio Nobel de la Paz” de no demorar el ataque a Irán.
Israel desarrolla un lobby feroz a través del AIPAC (American Israel Public Affairs Committee), estrucutra que se remonta a la época de Eisenhower y que realiza tareas en el Capitolio y en la Casa Blanca. AIPAC figura en segundo lugar entre las primeras 25 organizaciones lobistas de los Estados Unidos. Con un presupuesto de 65 millones de dólares y más de 100.000 afiliados, ha puesto su energía en involucrar a los Estados Unidos junto con Israel en una guerra contra Irán.
Como señala Ignacio Ramonet en Le Mode Diplomatique de febrero, el ataque contra Irán tendría consecuencias no sólo militares (no se puede descartar que algunos misiles balísticos iraníes alcancen el territorio israelí o consigan golpear las bases estadounidenses de Kuwait, Bahrein u Omán) sino, sobre todo, económicas. La réplica mínima de Irán a un bombardeo de sus sitios nucleares consistiría, como sus responsables militares no cesan de prevenir, en el bloqueo del estrecho de Ormuz, cerrojo del Golfo Pérsico, por donde pasa un tercio del petróleo mundial y unos 17 millones de barriles de crudo cada día. Sin ese aprovisionamiento, los precios de los hidrocarburos alcanzarían niveles insoportables, lo cual impediría la reactivación de la economía mundial y la salida de la recesión.

                    Hallibollah Sayyari, comandante de la Armada Iraní
Se han levantado varias voces contra un posible conflicto. El general Martin Dempsey, jefe del Estado Mayor Conjunto de las fuerzas armadas de Estados Unidos, provocó un duro rechazo por parte del gobierno israelí cuando señaló que un ataque prematuro a Irán sería “desestabilizador e imprudente”. The Washington Post publicó una solicitada a página entera firmada por cuatro generales, un coronel y dos ex altos funcionarios de los servicios de Inteligencia. Se titula “Sr. Presidente, diga no a la guerra con Irán”.
La vía diplomática no está totalmente agotada, pero nadie apostaría a que en 2012 no habrá un nuevo conflicto bélico, esta vez de consecuencias imprevisibles.
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Recientemente, Barack Obama firmó el 16 de marzo de 2012 una nueva Orden Ejecutiva que amplía considerablemente los poderes presidenciales. Gracias a este nuevo instrumento legal, el “Premio Nobel de la Paz” está facultado para asumir el control absoluto de todos los recursos de Estados Unidos en tiempos de guerra o emergencia nacional. Dependerá de él elegir el momento en que decida hacer uso de tan vastas prerrogativas y los alcances específicos de la misma.
Se le otorga la facultad de controlar y distribuir por decreto la energía, la producción, el transporte, la alimentación e incluso el agua en caso que la defensa y seguridad nacionales estén en peligro. Cabe destacar que esta orden no limita su aplicación a tiempos de guerra, sino que se extiende también a tiempos de paz. Quedan asimismo comprendidos bajo la misma el control sobre los contratistas y proveedores, los materiales, los trabajadores calificados y el personal profesional y técnico.
Mediante esos dispositivos jurídicos el Ejecutivo pasa a disponer de facultades dictatoriales sobre los ciudadanos, cuya implementación queda librada a la discrecionalidad del ocupante de la Casa Blanca.
El cambio operado en el clima ideológico norteamericano, el avance del belicismo y la sutil y persistente manipulación belicista sobre la opinión pública, descartan la irrupción de un debate sobre la constitucionalidad, u oportunidad, de la nueva Orden Ejecutiva.
Con todo, la sorpresiva decisión del presidente Obama abre serios interrogantes, entre otros la certeza de que los planes israelíes para atacar a Irán habrían entrado ya en una cuenta regresiva que Washington sería incapaz de detener.

2 comentarios:

  1. Hola Sr. Ricardo.
    La única verdad:es que, el señor Fidel castro lleva más años de dictador, que el dictador al que echo.
    En fin, que curiosa es la historia…

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  2. Hola Ricardo,

    Sabes de donde se viene lo que parece ser un exceso de precaucion de Israel con respecto a Iran :

    "la nación iraní está de pie por su causa, que es la aniquilación total de Israel". dijo el jefe de las FFAA iranies a ppio de año.

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