jueves, 6 de noviembre de 2014

LA CANTANTE DEL PAÍS PROFUNDO

Dulce vecina de la verde selva
Huésped eterno del abril florido
Grande enemiga de la zarzamora
Bailarina del agua transparente
Árbol lleno de pájaros cantores
Violeta Parra.
Estrofas del poema Defensa de Violeta Parra, de su hermano Nicanor Parra.

                                Nicanor Parra

Un cantante es bueno cuando su voz es armoniosa y dulce al oído, es mejor si además compone y es excelente cuando esas composiciones tienen contenido social que penetra en el pueblo. La voz de Violeta Parra era dulce e inconfundible, con una fuerza para expresar sus bellísimas composiciones que la constituyeron en una referente de la música popular chilena y de América latina. Su contacto directo con el obrero, el minero y el labrador de su país, le permitió tomar conciencia de las desigualdades e injusticias sociales que padecían las clases bajas. 

La irreverencia de su discurso y su apasionada defensa de los derechos de los sectores más postergados la convirtieron en adalid de diversos movimientos sociales y su vida ha inspirado varios libros biográficos. Todos los vocalistas destacados de la América hispana no dudaron en incorporar las canciones de Violeta en sus repertorios, entre ellos nuestra incomparable Mercedes Sosa.

                                 Violeta Parra (1917-1967)

Violeta nació en 1917 en Chillán, una ciudad y comarca del centro sur de Chile, famosa por sus pistas de esquí y sus termas, pero sus intereses no pasaban por las zonas turísticas sino por los barrios pobres de Santiago, Valparaíso y las comunidades mineras, que le nutrieron sobre la vida y las costumbres de los sectores sumergidos y que más tarde volcó en composiciones sencillas, pero hermosas y profundas.

Tempranamente se inició en el canto. Ello le permitió en forma precoz, a los 17 años, cantar en distintos restaurantes acompañada de su hermana Hilda, en el dúo Las hermanas Parra. El constante viajar por todo el país la puso en contacto con la realidad social chilena, plagada de desigualdades económicas, que la impulsó a la adopción de posturas militantes de izquierdas y le permitió indagar en las raíces de la música popular. Gracias a Violeta, se lograron preservar numerosos temas anónimos que ella incorporó en su repertorio

En 1938 se casó con el empleado ferroviario Luis Cereceda, quién viajaba en su bicicleta para escucharla en los distintos pueblos donde ella actuaba. Con él tuvo dos hijos: Ángel e Isabel, quienes se convertirían en importantes músicos, adoptarían el apellido materno al ingresar en el ambiente artístico y continuarían divulgando las canciones de la madre.

   Francisca Gavilán en el papel de Violeta Parra de la película "Violeta se fue a los cielos de Andrés Wood, año 2011.

Violeta sin embargo, no estaba hecha para el matrimonio, al menos el de la típica estructura convencional de esposa y ama de casa. Su carácter inquieto la llevó a cantar en escenarios teatrales de todo tipo. Era previsible que con el correr del tiempo se multiplicaran las desavenencias y al término de 10 años vino la separación.

La década del 50 fue de mucha actividad en la vida de Violeta. Volvió a intentar el matrimonio, esta vez con Luis Arce, del que nacieron Carmen Luisa y Rosa Clara. Cuando las musas se ausentaban de su cabeza, recorría los asentamientos humildes de Santiago para enriquecerse con el cancionero popular. Participó en una serie de programas radiofónicos para Radio Chilena, que la catapultó a la vanguardia del folclore nacional. Su hermano Nicanor la estimuló a asumir con personalidad propia la defensa de la auténtica música chilena, en contra de los estereotipos que hasta ese momento se manejaban. Violeta abandonó boleros, cantos españoles y corridos mexicanos y se volcó hacia las canciones tradicionales de Chile que le permitieron descubrir la riqueza de la identidad nacional como ningún otro artista lo había hecho hasta entonces.

Los hijos del primer matrimonio de Violeta: Ángel e Isabel Parra

Realizó extensos viajes por Europa y en París presentó en el Louvre una muestra de su artesanía en cerámica y tejidos, porque Violeta era también una hábil tejedora y creadora de cántaros y adornos de arcilla que pintaba con exquisita gracia. Pero estos viajes contribuyeron al distanciamiento de su familia y durante uno de ellos murió su hija Rosa Clara a la edad de diez meses. Argentina la conoció en 1961 cuando se instaló temporariamente en la ciudad de General Pico en La Pampa y más tarde en Buenos Aires. Allí actuó en la televisión y la radio y grabó una serie de canciones que las dictaduras militares se encargaron de prohibir.

Cuando Violeta regresó a Chile, se desarrollaba el movimiento de “la nueva canción chilena”, estrechamente vinculado a sus ideales. Se plegó a la explosión creativa de esos días, junto a sus hijos y armó una gigantesca carpa en la comuna de La Reina, un suburbio de Santiago, que fue a su vez escenario y vivienda. Estaba llena de ilusión y entusiasmo al montar esa especie de circo, como los de su infancia, que quería llenar de muestras artísticas, música y expresiones culturales. Diariamente, Violeta y su hija Carmen Luisa encendían un gran fogón en el centro de la pista, preparaban comidas típicas, y esperaban al público.

Profundamente desilusionada, observó que la asistencia se podía contar con los dedos de la mano, pero el espectáculo no se interrumpía aunque hubiera tres personas. Violeta sacaba fuerzas para cantar, bailar, hacer presentaciones de títeres y mostrar sus bordados y esculturas a los pocos interesados. No hay mayor decepción para un artista que enfrentarse a una sala vacía. Su temperamento se deterioró notablemente y quienes la rodeaban la encontraban hosca, intolerante e irascible. Ni la presencia de Gilbert Favre (Run run), su último amor que trajo de París, lograba consolarla. Éste finalmente puso distancia y se fue a Bolivia, lo que dio origen a una de sus canciones más conocidas Run Run se fue pa'l norte. Hacer click aquí para escuchar la canción 

                                                         Gilbert Favre

A fines de 1966, Violeta se deprimía sin remedio. Su proyecto de la carpa era a todas luces un fracaso y llegó al convencimiento de que su música y su arte no eran valorados en su país. Le dolía la incomprensión y el desamor. Algo en ella se iba desgarrando irremediablemente.

La calurosa tarde del 5 de febrero de 1967 se escuchó un balazo en la carpa donde Violeta vivía, cantaba, bailaba y componía; su refugio favorito de creaciones artesanales y donde escribió poesía y amó con vehemencia. Fue un tiro certero de aquella juglar que a los 50 años decidió acabar con su existencia cuando irónicamente acababa de componer una de sus mejores canciones: Gracias a la vida. Hacer click aquí para escucharla


Momento en que los restos de Violeta Parra son retirado de la carpa en el barrio de La Reina


Memoria Chilena. Violeta Parra. Biblioteca Nacional de Chile. http://www.memoriachilena.cl/602/w3-article-7683.html
Violeta Parra, Cronología. http://www.violetaparra.cl/
Rocío García. Violeta Parra fue malherida por el amor. Diario El País, 02/07/2013.
No llores por mi, Chile. Página 12, 04,02,2003.
Fernando D’addario. La mujer que cantaba el Chile profundo. Página 12, 14,09,2002.



5 comentarios:

  1. Hubiera sido interesante ver un artículo sobre el 25 aniversario de la caíada del Muro de Berlín, símbolo del oprobio y la opresión de la Rusia soviética.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Samuel, el miércoles va a salir un blog sobre el tema del muro y de las esperanzas de una humanidad mejor, pero que no solo no se cumplieron sino que empeoraron
      Saludos

      Eliminar
    2. Espero el artículo. Me interesa ver el sesgo de su enfoque. Aunque presiento hacia qué lado va a ser, atento al enorme cambio producido en la manera de ingresar un comentario en su blog.
      Deben atravesarse dos filtros. Fuerte señal de censura previa / intolerancia.

      Eliminar
    3. Nadie es imparcial, ni usted, ni yo ni ningún medio informativo.
      Respecto de la censura previa me limito a eliminar los comentarios rastreros, insultantes y que no aportan contribución alguna al tema que se trata.

      Eliminar
  2. Estimado Samuel, quien te podría haber dado una extensa clase sobre censura, es Violeta Parra, si viviera.

    ResponderEliminar