miércoles, 24 de septiembre de 2014

EL LADO OSCURO DEL ALMIRANTE

Desde hace meses hay propuestas discordantes sobre la nueva ubicación del monumento a Cristóbal Colón que durante décadas adornó con su presencia la plaza que lleva su nombre frente a la Casa de Gobierno. El almirante genovés yace desguazado a la espera de que se llegue a un consenso sobre el lugar que ocupará definitivamente. 

Una costumbre inveterada y caprichosa de nuestros gobernantes en sus distintos estamentos, consiste en cambiarle el nombre a calles, plazas y hasta desplazar monumentos, por otros personajes que, según el criterio de la autoridad de turno, tienen más derecho histórico que el existente.

                   Colón desmontado de su pedestal

Si el nuevo prócer que se quiere imponer se lo merecía más que el anterior, no justifica el reemplazo. Si la Presidenta Cristina quería reivindicar la figura de Juana Azurduy, está en todo su derecho de hacerlo, pero era totalmente innecesario desplazar el monumento a Colón para ubicar en su lugar a la valiente patriota que combatió en las guerras de la independencia. Estos caprichos revisionistas son tan nefastos como la historia que nos enseñaron durante décadas, lo cual me hace regresar a Colón.

Todos conocemos la gran aventura y audacia del marino genovés que descubrió el nuevo continente. Personaje intachable y sin fisuras de conducta, según pontificaban los libros que nos dieron en la escuela. Pero es interesante conocer el lado oscuro de Colón, sin desmedro de su hazaña y sin la intención de justificar el arbitrario y caprichoso traslado de su monumento.

Detrás de la aventura, hazaña, epopeya o como se la quiera llamar, la mente de Colón albergaba sin duda una enorme codicia, afán de poder y de fama y en eso se asemejaba a la casi totalidad de españoles que intrépidos, buscaron en las Indias revertir la miserable existencia que tenían en España. 

El almirante exigió y logró, después de agobiantes y prolongadas gestiones, ser el dueño vitalicio y hereditario de las tierras que descubriera, virrey y gobernador de las mismas y recibiría el diez por ciento de todo el tráfico mercantil. Pese a estas pretensiones sin dudas desmesuradas, los reyes católicos estuvieron de acuerdo con las mismas y con el proyecto, pero se encargaron de agregar en el contrato, lo que hoy día llamamos la letra chica, que incluía algunas cláusulas que en el futuro serían un verdadero dolor de cabeza para el almirante y sus descendientes.

El variado número de retratos del Almirante, sin que ninguno sea el fiel reflejo de su persona, parecería evocar su polifacética personalidad, mezcla de héroe empecinado, aventurero codicioso y explorador sin escrúpulos. El primer retrato de la izquierda de Sebastiano del Piombo, aceptado como uno de los más fidedignos, fue pintado en 1519, pero Colón hacía 13 años que había muerto.

El primer gesto mezquino de Colón fue negarle a Rodrigo de Triana la recompensa de 10.000 maravedíes al primer marinero que avistara tierra, sosteniendo que había sido él quien primero vio en el horizonte el ansiado continente. Según relata Gonzalo Fernández de Oviedo en su Historia General de las Indias, a su regreso, el indignado Rodrigo de Triana se trasladó al África convirtiéndose al Islam.

En su libro de viaje, Colón mencionó la palabra “oro” setenta y cinco veces y una vez en tierra comprobó que "los nativos, eran dóciles, ignorantes, fácilmente manejables e ideales para ser esclavizados". Pero esta tarea la llevaría a cabo más adelante, en la segunda expedición. 

Según relata Eliot Morison, historiador norteamericano de la universidad de Harvard, Colón comenzó a esclavizar a los nativos y les ordenó que le trajeran todo el oro que encontrasen. Quienes regresaban con las manos vacías, terminaban con una sola, la otra se la habían cortado los españoles, con la anuencia de Colón, por no haber cumplido con su deber. Muchos indios huyeron a las montañas y fueron cazados con perros, mientras que otros murieron en la selva o se suicidaron con veneno de yuca.

En el segundo viaje, compuesto por 14 carabelas, la tripulación estaba constituida por nobles, aventureros y ex prisioneros, ya que hubo que vaciar las cárceles para completar los 1500 tripulantes necesarios para conducir semejante flota. Según relata Fray Bartolomé de las Casas: “Los cristianos con sus caballos y lanzas, comenzaron a hacer matanzas y crueldades entre los indios. Entraban en los pueblos, ni dejaban niños ni viejos, ni mujeres preñadas y paridas que no desbarrigaran.” Colón regresó con 500 nativos encadenados, de los cuales sobrevivieron 200, el resto murió durante la travesía.

Una de las tantas representaciones de Colón ante los Reyes Católicos en Barcelona al regreso de su primer viaje

Bartolomé Colón, hermano del Almirante, consiguió por gracia de los reyes católicos, disponer de tres pequeños navíos con lo que siguió a su hermano, quién en 1494 lo nombró arbitrariamente adelantado, así como gobernador civil y militar de la isla La Española. Allí Bartolomé ejerció el poder con tanta impericia que logró algo insólito en la historia de América, que tanto indios como españoles se opusieran a su gobierno.

La tercera expedición fue mucho más austera y se limitó a ocho carabelas y 220 hombres, ente ellos diez condenados por homicidio. Los reyes católicos habían recibido versiones muy negativas sobre el comportamiento de Colón con los indígenas y además el oro recaudado era escaso. Sin embargo, este viaje se llevó a cabo para frenar el avance portugués.

Mientras tanto, Bartolomé Colón durante los 4 años de su gobierno, o sea entre la segunda y la tercera expedición, siguió realizando desmanes. Las crueldades cometidas por el gobernador de La Española llegaron a oídos de la corona que mandó a Francisco Bobadilla como juez pesquisador. Éste llegó en el año 1500 a Santo Domingo, la ciudad fundada por Bartolomé. A poco de arribar comprobó las injusticias cometidas por su gobernador y al ver que su hermano Cristóbal no había tomado ninguna medida para poner orden, llegó a la conclusión que era su cómplice. Los hermanos Colón fueron encarcelados y enviados a España, esta vez no en la popa de la nave donde viajan más cómodos el capitán y sus oficiales, sino con el resto de la tripulación y encima engrillados.

Interpretación de Carpani sobre el descubrimiento de América. A la izquierda, un porteño le informa al indio sobre el peligro que les acecha con la llegada de los conquistadores

En España, Colón logró revertir la situación, fue liberado y ni lerdo ni perezoso se embarcó en una cuarta expedición que fue un fiasco. Trató de desembarcar en Santo Domingo, pero su gobernador Ovando, por órdenes reales se lo impidió. Regresó con las manos vacías y desde entonces dedicó su tiempo a tratar de que el rey Fernando le reconociera sus derechos y porcentajes sobre los territorios descubiertos. El monarca nunca lo recibió y puso en vigor la letra chica del contrato, que llevó a Colón a interminables pleitos.
En 1506, el rey Fernando estaba en Valladolid para la consagración de su hija Juana y su esposo Felipe de Hasburgo, cuando se le apareció el marino genovés, envejecido y con la ropas raídas reclamando su parte del contrato. Murió el 21 de mayo de ese mismo año, sin enterarse de que había descubierto América, pobre y con su buen nombre y honor muy vapuleados. Para colmo, el nuevo continente recibió el nombre de América, en homenaje a Américo Vespucio, una mezcla de comerciante, cosmógrafo y marino. 

Este personaje, con pragmatismo, astucia y mucha promoción a través de numerosas cartas a príncipes y reyes, en los que relataba sus numerosos viajes al Nuevo Mundo, varios de ellos ficticios, le arrebató a Colón el honor de que las tierras descubiertas, llevaran su nombre.


Felipe Pigna. Los mitos de la Argentina, tomo 1. Editorial Norma, Buenos Aires 2004.

Biografías y vidas. Bartolomé Colón. http://www.biografiasyvidas.com/biografia/c/colon.htm

Columbus. Enciclopaedia Britannica. Macropaedia, vol 16 pag 605-610. Chicago 1995.


6 comentarios:

  1. En el barrio de Triana, en Sevilla, hay una estatua en homenaje a su hijo dilecto Rodrigo, en la que aparece aferrado a un mástil en actitud de estar gritando "tierra".

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  2. Dudo mucho que a Colón y hermano los hayan engrillado por consideración a los indios. Me parece más bien que la corona se debe haber arrepentido de darle tantas atribuciones y porcentajes al Almirante.

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    1. Es probable que el aspecto economico haya tenido importancia, pero es cierto que Colón fue despiadado con los nativos de América. En todos los viajes la tripulación estaba constituida por presidiarios sacados de las cárceles y enviados de prepo a las naves. Nada que ver con los primeros colonizadores de Estados Unidos que eran protestantes de moral rígida que huían de la ultracatólica Queen Mary

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    2. "Bloody Mary" Tudor. Hija de Enrique VIII y nieta de los Reyes Católicos. Joya.

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  3. Si hay una injusticia histórica y geográfica es el nombre de América. Una estupidez ya irreparable.
    Muy interesante relato y bien ilustrado. Gracias.

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