viernes, 17 de enero de 2014

EL NEGRO CELE

Era 1920 cuando Hipólito Yrigoyen estaba en la mitad de su primera presidencia, el negro Cele pateaba las calles de Villa Crespo, el barrio que lo vio nacer, sin un mango en el bolsillo. Ávido lector de los poetas contemporáneos Alfonsina Storni, Amado Nervo, Rubén Darío y muchos otros, había tomado conciencia de que ese género romántico y finamente elaborado, no era su fuerte. Imposible competir con esos gigantes de rima exquisita y por momentos edulcorada. Él pertenecía al ambiente de los cafés, donde filosofaban y discutían soñadores, anarquistas, bohemios y tahúres.

                         Celedonio Flores (1896-1947)

En esas andaba, pensativo y sin dinero cuando se enteró que el diario “Última hora” en su sección “El gorro de dormir” premiaba con cinco pesos semanales al autor de los versos que allí se publicaban. El negro Cele envió su poema titulado “Por la pinta” y ganó los cinco pesos, pero logró algo infinitamente más importante: que lo leyera Carlos Gardel.

Según la anécdota, Gardel lo citó a un encuentro y cuando vio al negro Cele que sólo tenía 18 años pero que por su rostro aniñado y baja estatura, parecía menos, le preguntó su nombre. “Celedonio Flores” fue la respuesta. “Y decime ché pibe ¿quién escribió estos versos tu papá o tu tío?
El negro Ricardo, el guitarrista de Gardel le puso música y le cambió el nombre y así nació “Margot”, una de las letras más famosas de la poesía tanguera. Tal es el nombre del personaje central del tango, en que la mina es descrita con rencor y despecho por su novio del barrio al cual abandonó en busca de una vida más holgada que la del conventillo en que vivía:
Yo recuerdo, no tenías casi nada que ponerte,
hoy usas ajuar de seda con rositas rococó,
¡me reviente tu presencia... pagaría por no verte...
si hasta el nombre te han cambiado como has cambiado de suerte:
ya no sos mi Margarita, ahora te llaman Margot!

Grabaciones en pasta de Margot, una cantada por Carlos Gardel y la otra por Alberto Castillo

A partir de allí nació una entrañable amistad entre Gardel y Celedonio y el Zorzal le grabó 21 temas, entre los cuales se encontraba uno de los mayores éxitos de toda su trayectoria: "Mano a mano", tango en el que un varón salda cuentas con la mujer a la que amó y le ofrece su desinteresada ayuda para cuando ella sea "descolado mueble viejo".

                       Portada de Mano a Mano, cantado por Carlos Gardel

Quizás uno de los pocos tangos de Celedonio, que Gardel no cantó fue “Corrientes y Esmerada”, por la sencilla razón de que ya había fallecido en el accidente de Medellín. Celedonio lo homenajea en las últimas estrofas:
En tu esquina criolla cualquier cacatúa
Sueña con la pinta de Carlos Gardel.

En la poesía tanguera se puede decir que hay dos vertientes principales: una rica en bellísimas metáforas no superadas por ningún otro género musical y en ese grupo se encuentran Homero Manzi, los hermanos Virgilio y Homero Expósito, Cátulo Castillo y otros autores valiosos. Celedonio pertenece junto con Discépolo a un estilo con abundancia de términos lunfardos, ubicados con gracia y exquisita precisión que permiten describir con un trazo, escenas que uno se imagina como si las estuviera viendo.

Ya, después, en la carpeta, empecé a probar fortuna
y muchas veces la suerte me fue amistosa y cordial...
Otras veces salí seco a chamuyar con la luna,
por las calles solitarias del sensiblero arrabal...
“Canchero”. con música de Arturo De Bassi.
Hacer click aquí para escucharlo por Carlos Gardel

Decime
si conocés la armonía,
la dulce policromía
de las tardes de arrabal,
cuando van las fabriqueras
tentadoras y diqueras
bajo el sonoro percal...
Muchacho, con música de Edgardo Donato.

Cotorrito mistongo, tirado
en el fondo de aquel conventillo,
sin alfombras, sin lujo y sin brillo,
¡cuántos días felices pasé,
al calor del querer de una piba
que fue mía, mimosa y sincera! ...
El bulín de la calle Ayacucho, con música de los hermanos Servidio.

Ya se lo había dicho: “Del laburo
sin hacer estación, venite a casa.
No es que yo esté celoso, te lo juro,
pero si vos no estás... no sé qué pasa...”
Pero ella se olvidó, sucia y borracha
llegó como a las nueve la muchacha
por seguirle la farra a un gigoló.
Los sopapos, me dijeron los vecinos,
Parecían, me dijeron, parecían,
Los aplausos de una noche de gala en el Colón.
Biaba, con música de Edmundo Rivero.


               Edmundo Rivero cantando el tango Biaba


Celedonio llegó a componer alrededor de ciento cuarenta tangos. Como no puede ser de otra manera, hay varios prescindibles pero cualquier aficionado sabe que otros muchos son la historia del tango y en varios aspectos alcanzó la categoría de pionero. 
El gobierno que se instaló tras el golpe militar de 1943, por consejo del vicario castrense Monseñor Franchesqui, prohibió la difusión de los tangos que tuvieran palabras lunfardas en su contenido. Celedonio y Discépolo fueron los más afectados por esa absurda medida, tomada por quienes que no entendían el sentimiento popular y su modo de expresión, y mucho menos los tangos. Las letras de las composiciones fueron modificadas a tal punto que amargaron los últimos años de vida de Celedonio. La censura fue desapareciendo después, pero él no vivió para verlo. Falleció el 28 de julio de 1947 a punto de cumplir 51 años.   

Javier Barreiro. La elegía en los tangos de Celedonio Flores. http://javierbarreiro.wordpress.com/2010/01/19/la-elegia-en-los-tangos-de-celedonio-flores/
Julio Nudler. Celedonio Flores. Todo tango. http://www.todotango.com/spanish/creadores/celedonio.asp


10 comentarios:

  1. ¡Muy buen artículo! Me hubiera gustado que hubiera incluído a otro grande, Don Enrique Santos Discepolo y su genial tango “Chorra”, también lleno de giros lunfardos, hilvanando realística poesía.

    ResponderEliminar
  2. Gracias por tu comentario Fede. Si vas al buscador de El Mordaz (arriba a la izquierda) y ponés "Discepolín" te aparece un atículo completo sobre Enrique Santos Discépolo que escrbí en febrero del año pasado
    Un cordial saludo

    ResponderEliminar
  3. Me gustan los temas de tango, muy bueno el artículo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Alejandro, si ponés en el buscador la palabra "tango", te aparecen varios artículos sobre el bandoneón, la metáfora en el tango, su relación con el escolazo, el rey del firulete, etc.
      Saludos

      Eliminar
  4. Hoy es Celedonio, ayer... estimado Doctor Ferreira, me agrada leer las notas de su blog, y me entusiasma ante todo la versatilidad temática y la óptica ideológica que manifiestan esas notas. No se canse ni se desanime que hay muchos lectores agradecidos, como quien le escribe. Cordialmente
    Jorge Lafforgue

    ResponderEliminar
  5. Hola Ricardo
    Segui con la música …
    El del otro dia y
    El de tango me encantaron!
    Gracias
    Abrazo

    ResponderEliminar
  6. Como creo haberte comentado alguna vez, cuando el "gobierno" de Ramírez estableció la censura para salvaguardar la "pureza" del idioma, si la sugerencia fue del Vicario, la aprobación calurosa fue del ministro de Instrucción Pública, Gustavo Martínez Zuviría, reconocido escritor, ferviente católico, antisemita confeso y disimulado simpatizante del Neue Ordnung del tío Adolfo.
    Por supuesto, corrieron los chistes: Guardia Vieja se transformó el Cuidado Mamá, Cucha Cucha en A casa perro y así por el estilo. Para completar el cuadro de estupidez, por la radio, los nombres extranjeros debían decirse en español, de donde Gigli pasó a ser Benjamín, Verdi, José, Wagner, Ricardo y así hasta llegar a Sviatoslav, que, imagino, habrán decidido mencionar sólo el apellido.
    Para el caso de Pedro Pablo Ramírez se lo convirtió en Presidente Para Rato, cosa que, para bien o para mal, no sucedió.
    En aquellos lejanos días, yo cursaba los últimos años de mi escuela primaria.
    JC

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Como dijo Groucho Marx: la inteligencia militar es una contradicción y entre el fanatismo y la estupidez, el margen es muy estrecho

      Eliminar
  7. Ver excelente versión de Chorra por Edmundo Rivero en: http://youtu.be/63sb3WZdzEs

    ResponderEliminar
  8. Gracias Ricardo por este articulo. Soy un reciente lector del Mordaz y en este caso me transportaste a este maravilloso mundo del tango y sus protagonistas. Si tuviera la posibilidad de acceder a un boleto en el tunel del tiempo una de las cosas que eligiria , a lo mejor, es tener un puestito de diario por el Abasto o una ferreteria en Boedo, alla ponele por los 20.
    Punto aparte, sumando anecdotas desgraciadas de nuestros militares y sus censuras, por ejemplo, sin ir mas lejos en la ultima dictadura, censuraron a troche y moche, pero gracias a su limitada inteligencia se les escaparon algunas letras de rock increibles, por ejemplo, una de Charly Garcia, 'La cancion de Alicia en el pais', No tiene desperdicio. No la entendieron.Saludos

    ResponderEliminar