martes, 12 de marzo de 2013

LA ARTISTA DE SENLIS



                              Catedral se Senlis
 
Séraphine


Senlis es una comuna francesa en la región de Picardía perdida en el tiempo. Situada en el noreste de Francia conserva intacta su estructura medieval e incluso posee ruinas romanas de cuando la ciudad se llamba Augustomagnus bajo el imperio romano. Allí vivía Séraphine, de cuyo pasado los habitantes de la comarca conocían muy poco. Todo lo que se sabía de ella, es que era una huérfana que trabajó como doméstica en el Convento de las Hermanas de la Providencia en Clermont. Más tarde, en alguna fecha imprecisa apareció en Senlis, donde siguió desempeñándose en la misma actividad trabajando en varios hogares. Cuando despuntó el siglo XX, Séraphine era una mujer de 36 años que había ascendido un peldaño en la escala social ya que servía como ama de llaves para algunas familias.

La loca del bosque
Amaba el bosque lindero a la ciudad y lo recorría siempre con su canasta en la mano. Los vecinos conocían sus hábitos y ocasionalmente alguno se acercaba y tímidamente le preguntaba que hacía con las flores y yuyos que recogía del suelo. Ella los miraba con gesto hosco y sin respuesta, hasta que cansados, dejaron de molestarla. En el pueblo se consideraba que tenía algo de tonta y otro poco de loca, los más benévolos la calificaban de excéntrica. 

Durante las noches, en secreto aislamiento e iluminada por la luz de un par de velas sustraídas del altar de la imponente y bellísima catedral gótica de Senlis, Séraphine molía los pétalos de las flores recogidas, las combinaba con cera de velas, con tierra del cementerio y sangre de animales. De esta manera, producía colores que guardaba en frascos. En sus ratos de ocio y, según ella inspirada por la virgen y los ángeles, pintaba sobre telas compradas con el dinero ahorrado de su trabajo.


 Séraphine era semi analfabeta y jamás había recibido lecciones sobre estilos o técnicas de pintura. Sin embargo, de su pincel surgían plantas carnales con frutos rodeados de pestañas, ornamentos foliáceos hechos de suntuosas plumas delicadamente coloreadas, en cuyo resplandeciente nervio se abren ojos. Extraña malla de susurrantes y concupiscentes ramajes con sartas de perlas y ramilletes de flores cuyos pedúnculos formaban una especie de paraguas psicodélico.


El marchand descubre a Séraphine
Cierto día llegó al pueblo Willhem Uhde: reconocido coleccionista, marchand, galerista y crítico de arte, particularmente interesado en la pintura naif. De origen alemán, pero establecido en París; Uhde se había trasladado a Senlis en busca de paz y reflexión. Un día visitando a sus vecinos descubrió tirada en el suelo una naturaleza muerta que lo impactó y les preguntó sobre el artista. Los dueños de la casa le contestaron con indiferencia que se trataba de la misma mucama que limpiaba la suya. 

                     Séraphine (1864-1942)          Willhem Uhde (1874-1947)
                 
Uhde llevó las pinturas de Séraphine a París y las expuso en su galería, pero estalló la primera guerra y fue expulsado de Francia. En 1927 regresó al país y se radicó en Chantilly y en cuanto tuvo oportunidad visitó Senlis y encontró que el arte de aquella extraña mujer había evolucionado y se había tornado más fascinante. Bajo la asistencia de Uhde, Séraphine comenzó a pintar en canvas de mayor tamaño que alcanzaron hasta dos metros de altura. 

Con Uhde como marchant, los cuadros figuraron en galerías de exposición naif compartiendo espacios junto con los de Henri Rousseau. La fama y el dinero empezaron a ingresar con cierta abundancia, pero fue in período de éxito financiero para el cual Sérpahine no estaba preparada. Por el contrario, su rutinaria y pacífica vida se vio perturbada por el acoso de vecinos y algunos periodistas que incursionaron por el pueblo. 

Para una persona como Séraphine, de precaria estabilidad mental, esta invasión de su privacidad empeoró su cuadro psiquiátrico, descuidó la vestimenta y el aseo personal y se agudizaron sus delirios místicos. Finalmente, fue internada en un asilo donde terminó sus días en 1942 a la edad de 78 años.

En 2008 su vida fue llevada a la pantalla por el director Martín Provost, la película, que lleva el nombre de Seraphine, es una joyita muy recomendable.



Las obras de Séraphine se encuentran en museos y colecciones particulares y están consideradas como valiosas expresiones del arte visionario y naif. Los pigmentos que utilizó, elaborados con exóticos ingredientes y que Séraphine jamás reveló, superaron la prueba del tiempo y sus cuadros mantienen la misma frescura y vivacidad que el día que los pintó.

Fuentes:
Hamilton, George Heard. Painting and Sculpture in Europe 1880-1940. Yale University Press. p. 226. ISBN 0-300-05649-4.
Alain Vircondelet, Séraphine: de la peinture à la folie, éditions Albin Michel, Paris, 2008, pp 211.
Seraphine de Senlis. Palette Museum. http://www.palettemuseum.com/?p=104

3 comentarios:

  1. Ya me estaba empezando a preocupar por la ausencia del Mordaz. Este fue un reencuentro muy interesante. Es un ejemplo más, triste pero muy válido, de cómo el espíritu puede actuar como una crisálida, superar la prisión del capullo del físico y volar como mariposa hacia la Belleza. La pregunta es: ¿Cómo hubiera sido ella si hubiera tenido las oportunidades que no tuvo? Y la otra: ¿Cuántas crisálidas se mueren en el capullo porque no les llega la oportunidad que les permita volar?
    Mañana lo resolvemos en la cena.

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  2. QUERIDO RICARDO
    UNA NOTA CONMOVEDORA DE GRAN BELLEZA. EN SEPTIEMBRE PASADO ESTUVE POR ALLÍ Y ES TAL CUAL LO RELATAS.
    MUCHAS GRACIAS Y UNA CÁLIDO ABRAZO
    IQT

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