viernes, 15 de julio de 2011

CRISIS EN LA EDUCACIÓN CHILENA

                                           Carátula de La Reforma Universitaria
El “grito” de Córdoba
En 1918 los estudiantes de la Universidad Nacional de Córdoba iniciaron una huelga universitaria en reclamo de profundas reformas, que se convirtió rápidamente en un amplio movimiento en todo el país y en América Latina, con cierto impacto también en España y Estados Unidos.
Fueron barridos de aulas y rectorados los viejos carcamanes enquistados en forma vitalicia en la docencia y designados a dedo según amistades y conveniencias políticas. Los principios establecidos por la Reforma Universitaria fueron muchos y de carácter revolucionario y contribuyeron a que las universidades argentinas pasaran a ser las más destacadas en el hemisferio sur. Uno de los tantos aspectos introducidos por la reforma, fue la enseñanza libre y gratuita.
Diversas dictaduras y el segundo gobierno peronista quisieron dar marcha atrás a este progreso, logrando afectar en forma temporaria la autonomía universitaria y en el caso de las dictaduras de Videla y de Onganía, el daño fue mayor debido a la fuga de cerebros. Afortunadamente, se trata de episodios del pasado ya superados.
El viento sagrado de la Reforma Universitaria hizo cambiar las estructuras en varios países de América Latina, pero a la altura de Chile, la cordillera de los Andes, resultó ser un muro infranqueable, pese a que personajes como Pablo Neruda, Salvador Allende, Ricardo Lagos y otros eran fervientes admiradores de este movimiento. Sin embargo, aunque no se logró la enseñanza libre y gratuita, hubo varios avances como la elección del rector y de las autoridades por claustro pleno. La sangrienta dictadura de Pinochet dio marcha atrás con estos logros.

Chile en llamas
El hecho es que Chile se quedó con un sistema universitario obsoleto en varios aspectos siendo el más grave que se trata de una universidad elitista, donde sólo tienen acceso los muy pudientes. Las cuotas mensuales oscilan entre 400 y 800 dólares y los créditos para estudiar tienen tasas muy elevadas que están reguladas por los bancos. Los sucesivos gobiernos de la democracia no invirtieron ni tomaron medida alguna para socializar la educación y las universidades se transformaron en empresas lucrativas en lugar de centros dedicados esencialmente a la formación.
Ahora, los estudiantes dijeron basta, hay protestas masivas de hasta cien mil personas a todo lo largo del país con incorporación de profesores y académicos junto con los estudiantes.
A diferencia de las anteriores, estas manifestaciones lograron convocar por primera vez a estudiantes de colegios particulares pagos, Centros de Formación Técnica, Institutos Profesionales y universidades privadas, es decir, a todo el sistema educacional chileno.
La popularidad de Piñeira que trató de hacer modificaciones superficiales, un mero barniz, cayó estrepitosamente de más del 50% cuando ascendió, a menos del 35% en el momento actual.
Los estudiantes y los organizadores de este movimiento suelen citar como ejemplo el sistema educativo argentino. Chile tiene muchas asignaturas pendientes en materia de equidad y beneficios sociales y los cambios en la educación serían un buen comienzo para revertir las políticas neoliberales que afectan al país vecino. Difícil que se pueda lograr con Piñeira y su gabinete, donde abundan los empresarios para quienes la rentabilidad es el objetivo primario.



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