lunes, 11 de abril de 2011

SOMBRAS Y LUCES



Sombras. En Chubut el advenedizo Das Neves montó un circo mediático con fuerte olor a fraude que lo sumergió en el barro del cual sólo saldrá marcado para siempre con el rótulo de tramposo. Todavía no hay gobernador electo y el candidato del gobernador contempla con pánico como se van impugnando urnas y el trecho de ventaja se achica irremisiblemente. Hacía tiempo que no ocurría una desprolijidad semejante en los escrutinios del país. Tendríamos que remontarnos al 2 de marzo de 2003 cuando Barrionuevo mandó quemar las urnas en Catamarca.
Luces. En elecciones impecables, organizadas y estrenando el voto electrónico, Urtubey fue la contracara del bochornoso episodio de Chubut. Su victoria fue aplastante arañando el 60% de los votos. Ante un resultado de tal magnitud a los diarios La Nación y Clarín que publican las noticias en tándem, no les quedó otro recurso que expresar que no fue un triunfo de Cristina y que Urtubey no comulga con la presidenta. Para ello, sustrajeron del discurso del reelecto gobernador, las expresiones en las que manifestó su agradecimiento a Cristina por el apoyo que le dio a la provincia y que estará encolumnado al proyecto nacional del gobierno. Fue una pobre táctica de desinformación que cuenta cada vez con menos lectores que caen en esta metodología.
Existen otros aspectos llamativos de esta elección. Es sorprendente, el 25% que logró el cavernícola Olmedo con un discurso que nos recuerda los sermones de monseñor Basceoto o de Aguer. El representante de Macri en Salta y amigo del rabino Bergman si bien sufrió una derrota contundente, dejó muy atrás a los demás partidos. Es indudable que en Salta hay un fuerte núcleo conservador y fuertemente clerical resistente a todo cambio y progreso.
Fue lamentable la elección de Proyecto Sur, la Coalición Cívica y el Partido Radical. Todos juntos no alcanzaron el 6%, no existen, no se los menciona. Guarda bastante lógica que el partido de Carrió y el de Pino Solanas apenas puedan asomar la cabeza al 3%, pero debe ser muy preocupante para Ricardo Alfonsín quién estuvo allí hace muy poco haciendo proselitismo a favor de su candidato. Después del que “se vayan todos”, momento en que De la Rúa hizo caso al pueblo y se escapó en helicóptero, el partido de Alem no para de caer en picada. No tiene un solo representante que pueda frenar este descenso vertiginoso. Es increible que un personaje como Olmedo, un recién arribado a la arena política, le saque 20 puntos de ventaja al centenario partido radical. Esto es preocupante, porque no es bueno el unipartidismo.