jueves, 27 de febrero de 2014

LOLA LA TRANSGRESORA


La artista rebelde
“¡Si usted me rechaza, yo me vuelvo a Buenos Aires!”. En la puerta de su taller de Roma, el escultor y maestro Giulio Monteverde observó curioso a la joven que tan directamente lo encaró. La mirada intensa de la hermosa dama y su actitud decidida ante el creador de la estatua del Rey Emanuelle II, lo convenció de que esta mujer de 30 años, porte elegante y aspecto seductor tenía un núcleo de talento que valdría la pena desarrollar.

                            Dolores “Lola” Mora (1866-1936).

De esta forma, en 1897, Lola Mora, originaria de la provincia de Tucumán, inició en la ciudad eterna, su crecimiento como escultora. En Buenos Aires había estudiado pintura logrando una beca del gobierno nacional para perfeccionarse en Europa. Quien se la había concedido fue el presidente Julio Argentino Roca y en los corrillos de la sociedad porteña se comentaba que la artista tuvo un “affaire” con el hombre fuerte de la Argentina. Esto nunca se comprobó, pero en una de sus misiones diplomáticas por Europa, concurrió al taller de la escultora. Así lo acredita una foto donde se la ve a ella junto con Roca y otras personalidades.

Impactada por las esculturas de Bernini, Lola abandonó la pintura trocando el pincel por el cincel. No fue una creadora ya que siguió la línea neoclasicista, pero su habilidad manual y el enfoque genial que puso en sus obras, hizo que de los bloques de mármol de Carrara surgieran maravillas que sorprendieron a sus contemporáneos.

Al poco tiempo ya era famosa, el gobierno y la alta sociedad italiana le encargaban obras y el dinero ingresaba generosamente. Mientras la mayoría de los artistas sobrevivían en humildes buhardillas, Lola adquirió un palacete próximo a la vía Veneto donde instaló su atelier y recibió a figuras famosas seducidas por su encanto, talento, y fama. Se le atribuyeron relaciones con el poeta Gabriel D'Annunzio, que la llamaba "la argentinita con los cabellos peinados por el viento". Otro asiduo visitante fue el Premio Nobel en física Guglielmo Marconi. También recalaron en su estudio personajes de la realeza como las reinas Margherita y Elena. Al ser informada de la visita de ésta última, Lola cambió sus características bombachas salteñas de trabajo por un vestido convencional, lo cual decepcionó a la reina que esperaba verla con el curioso atuendo que tanto le habían comentado.

Lola Mora trabajando en su taller de Roma (1905). Foto del Archivo General de la Nación

La fama de Lola Mora pronto llegó al Río de la Plata y el gobierno argentino y la intendencia de Buenos Aires comenzaron a encargarle trabajos, lo que determinó que la artista cruzara el Atlántico en varias oportunidades. En uno de sus viajes, sedujo a Luis Hernández Otero de 27 años de edad y mucho más joven que ella. Hijo del senador por Entre Ríos, el casamiento fue un escándalo para la pacata sociedad porteña que ya veía con malos ojos que una mujer fuera escultora y además se vistiera como hombre. Asombraba a todos que Lola, proveniente de la aristocracia provinciana, fuera capaz de romper lazos tan firmes adoptando un estilo de vida fuertemente transgresor para la sociedad de entonces.

Como era de esperar, el matrimonio fue turbulento, pasional y efímero. Otero le fue infiel y ella finalmente lo abandonó y regresó a Buenos Aires, porque además comenzaba la gran guerra y los pedidos declinaron sensiblemente. Dolorida, triste y marginada por la hipocresía porteña, Lola abandonó la escultura y se sumergió en terrenos en los cuales carecía de experiencia. Diseñó un túnel subfluvial, se introdujo en el 
arte de la cinematografía y finalmente, su proyecto más 
ambicioso y también el más extravagante, fue la búsqueda 
de petróleo en Salta, emprendimiento en el que dilapidó su 
fortuna.
Soberbia y obsesionada, se quedó sola, convencida de que lograría exprimirle a la montaña el petróleo añorado. Intolerante ante el fracaso, pasaban los días y ella seguía excavando en soledad. No comía ni bebía y es probable que por entonces, a los sesenta años, comenzara a presentar signos de insania. Tres días después, un arriero la encontró inconsciente y deshidratada al borde de una senda.

En 1934, vuelve a Buenos Aires con su equipaje: un bolso de mano que incluía planos y proyectos. Se instaló en un hotel de la Avenida de Mayo, pero como era insolvente, el hotelero contactó a una de sus sobrinas, quien la llevó a su casa. Un día fue hasta la costanera sur a visitar su fuente. El calor del verano despertó una lluvia torrencial. Lola, empapada e indiferente, contemplaba ensimismada su obra, hasta que un policía la sacó de ese ensueño. Poco tiempo después, sufrió un ataque cerebral  y el 7 de Junio de 1936 se apagó la vida de quien fuera la más grande escultora de la Argentina.


               Tumba de Lola Mora en el Cementerio del Oeste, Tucumán

La fuente de las Nereidas
Lola estaba en Roma haciendo bocetos para una fuente a solicitud del gobierno de Buenos Aires. Un primer proyecto utilizaba a Nereo, dios de las profundidades del mar, como personaje principal. Luego lo cambió por la diosa Venus, rodeada de un séquito de nereidas y tritones. Todas las figuras carecían de ropaje y no es de extrañar que desde el comienzo la fuente y su autora fueran objeto de resistencia y de ataques. Para un sector de moral formal de la sociedad, era inconcebible que la obra luciera su desnudez en plena Plaza de Mayo y a sólo veinte metros de la catedral.

                     Fuente de las Nereidas. Detalle.

Lola recorrió despachos y fue venciendo obstáculos para que el proyecto de la fuente pudiera llegar a término. Descartada la ubicación original, se sugirieron otros lugares y finalmente, se impuso el criterio de un grupo de prestigiosos ciudadanos de instalar la obra en el Paseo Colón, donde hoy se cruzan las calles Perón y Leandro Alem. Resuelto este punto, Lola se instaló en el lugar y puso manos a la obra.

Finalmente, el 21 de mayo de 1903, tuvo lugar la ansiada inauguración, con la presencia de Joaquín V. González, ministro del Interior, el intendente Casares y otras personalidades. Las fotos de la época la muestran entre todos los funcionarios siendo la única mujer en el palco. Terminado el acto, también estuvo sola entre el numeroso grupo de caballeros que la agasajó en el Club del Progreso.
Pasado el primer entusiasmo, comenzaron a publicarse juicios críticos entre los que se enjuiciaba su vida transgresora, que las mujeres de la sociedad porteña secretamente envidiaban, por ser incapaces de romper sus ataduras sociales.

Aun cuando los ánimos se tranquilizaron, en 1918 por sugerencia del francés Forestier, -encargado de la urbanización del Balneario de la ciudad, se trasladó la fuente a su actual ubicación en la Costanera Sur, donde quedó emplazada definitivamente. En la base del grupo escultórico hay una placa que reza Fuente de las Nereidas, pero para los habitantes de Buenos Aires será siempre la “Fuente de Lola Mora”.





Lola Mora: la pasión de la forma. Buenos Aires, Editorial Alfaguara, 2006.
Haedo OF. Lola Mora. Vida y obra de la Primera Escultora Argentina, Editorial EUDEBA, 1974.
Soto M. Lola Mora. Buenos Aires, Editorial Planeta, 1991.
Película: Lola Mora, dirigida por Javier Torres e interpretada por Leonor Benedetto.

Félix Luna. Soy Roca. Editorial Sudamericana. Buenos Aires.

sábado, 22 de febrero de 2014

EL SAQUEO MÁS GRANDE DE LA HISTORIA

El reducido cortejo se dirigía hacia el sur y estaba constituido por un grupo de indios del imperio Inca que transportaban en literas a tres españoles de las fuerzas de Francisco Pizarro. Dos de ellos, Martín Bueno y Pedro Martín de Moguer eran marineros analfabetos y el tercero era el notario (escribano) Juan Zárate. Se dirigían de Cajamarca a Cuzco, una distancia de casi 2000 kilómetros entre picos nevados, precipicios y valles. Tardarían semanas en llegar, pero esto no preocupaba a los tres hombres que eran transportados cómodamente, cuidados y alimentados, por los indios relegados prácticamente a la condición de esclavos.

                          Francisco Pizarro (1471? – 1541)

Para explicar tan absurda situación tenemos que retroceder al momento en que Francisco Pizarro, logró con un puñado de 168 hombres secuestrar en maniobra audaz y sorprendente al emperador Atahualpa. Con la aprobación del sacerdote Valverde que les dijo: “Matad que os absuelvo” y al grito de guerra: “¡Santiago!”, Pizarro y varios de sus hombres en una carga de caballería arrancaron al emperador inca de su litera y lo hicieron prisionero. 

El ejército inca quedó moralmente destrozado, su rey, el hijo del Sol, había sido atrapado por esos barbudos blancos. Atahualpa para salvar su vida, ofreció un rescate consistente en una habitación llena de oro. A partir de entonces, todos sus súbditos se abocaron a buscar el dorado metal por todos los confines del imperio. Para acelerar el proceso, Pizarro mandó a estos tres hombres a que trajeran del Cuzco todo el oro y plata posibles.

                  Captura de Atahualpa

Extraños en tierra extraña, los tres españoles fueron los primeros europeos en ver el mundo andino intacto, un mundo con una civilización floreciente y un orden y equilibrio socio-económico no imaginable en ninguna sociedad europea. Cuando llegaron a Cuzco, resguardada en una ladera que se abría sobre un extenso valle a 3500 metros de altura, los europeos quedaron deslumbrados y manifestaron que era tan bella y con edificios tan buenos que serían notables hasta en España. En lo alto de una de las cumbres que presidía la ciudad, se erguía la imponente fortaleza de Saqaywaman, cuyos muros estaban construidos con gigantescas piedras tan bien encajadas que entre las uniones no podría penetrar la punta de un cuchillo.

El minúsculo grupo tomó posesión de la ciudad de Cuzco en nombre de su Majestad, el rey Carlos V. Juan Zárate, el notario, se encargó de redactar un documento y lo firmó con rúbrica y sello ante una multitud de indios curiosos, que no imaginaban que su ciudad que habían construido durante décadas, pasaba súbitamente a ser propiedad de un monarca desconocido, situado al otro lado del mundo.

El general Quisquis, uno de los hombres más brillantes de Atahualpa, tenía ocupada la capital con treinta mil guerreros y aunque hubiera podido eliminar instantáneamente a esos usurpadores, debió tragarse su orgullo, ya que Atahualpa había ordenado que la función de los extranjeros era recoger todo el oro posible. Tuvo que permitir que los españoles entraran en el recinto más sagrado de los incas, el templo del sol de Qorincacha. 

Los dos marineros y el notario, ajenos e indiferentes a la cultura inca y solo preocupados por saquear todo cuanto pudieran lo antes posible, ingresaron en el templo y se abrieron paso a empujones entre los presentes. Con la ayuda de palancas de bronce fueron arrancando las placas de oro que cubrían las paredes ante los horrorizados y enfurecidos sacerdotes. Cada placa pesaba cerca de dos kilos, lo suficiente como para comprar una carabela y equivalía a nueve años de salario para aquellos marineros.

Extrapolemos los hechos a la actualidad, e imaginemos que ingresan al Vaticano un grupo de facinerosos que ante la mirada azorada del Papa y su séquito de cardenales comienzan a embolsar todas las reliquias de la Iglesia de San Pedro.

Cuando todo este tesoro regresó a Cajamarca, los españoles habían recolectado cerca de veinte mil kilos de oro. Pizarro ordenó fundir a toda aquella riqueza para transformarla en barras. Al fuego fueron a parar las estatuillas de dioses, el collar de la novia, el brazalete de la esposa, platos, bandejas, ánforas y copas. Onza a onza, los objetos más exquisitos creados por los artesanos del imperio fueron arrojados a los moldes para hacer lingotes, ante la mirada inyectada de codicia de aquellos españoles que ya se sabían los hombres más ricos del mundo. Actualmente, los museos de Perú conservan escasas obras en oro de la civilización Inca, casi la totalidad formó parte del saqueo más grande de la historia.



                    Tortura y muerte de Atahualpa

Pizarro no cumplió su promesa e hizo matar a Atahualpa. Luchas entre facciones de los españoles y posteriores ataques de los indios, hicieron que muy pocos de los 168 hombres que acompañaron aquella expedición pudieran disfrutar de sus riquezas mal habidas, ni siquiera el propio Pizarro que fue asesinado por una facción de los hombre de Almagro.

El oro y la plata proveniente de América, en lugar de ser una bendición fue una condena para España, creyeron que ese flujo sería eterno. Su monarquía y burguesía carecieron de grandeza y de visión de futuro y España no pudo subirse al tren de la Revolución Industrial quedando rezagada durante siglos en relación con el resto del continente. Ver: Gloria y decadencia de España 

Fuentes
Kim Macquarrie. Los últimos días de los incas. Inkaterra, Perú 2013.

William Prescott. History of the conquest of Peru. Lippnicott, Philadephia, 2009.


lunes, 17 de febrero de 2014

DE LAS ESCUELAS-PALACIO A LOS CONTAINERS DE MACRI

Quién recorra Buenos Aires, admirando los estilos de sus edificios, observará con asombro que varios de ellos, que se alzan como hermosas estructuras palaciegas, son escuelas. El esplendor de muchas de esas construcciones fue el resultado de la visión y empuje de Domingo Faustino Sarmiento, quién en sus dos viajes a Estados Unidos entre 1847 y 1868 se inspiró en la arquitectura y el sistema educativo de aquél país.

Escuela Petronila Rodríquez, hoy Palacio Pizzurno y sede del Ministerio de Educación de la Nación

Para Sarmiento, los educadores debían ser inteligentes, preparados y con abnegación hacia la docencia y tanto ellos como los alumnos, debían realizar sus tareas en edificios limpios, bien aireados e iluminados. Si la enseñanza era una de las piedras fundamentales para el desarrollo de una nación, el lugar en que se llevara a cabo debía estar acorde con tan alta función. Sarmiento eliminó las escuelas rancho y dio origen a la creación de edificios escolares qué hoy son parte del patrimonio arquitectónico de la ciudad.

Ya siendo presidente trajo de Estados Unidos a un grupo de maestras que debieron aprender el idioma, las costumbres y adaptarse a las condiciones sociales y estrechez de comodidades de nuestro país, que estaba en plena etapa de formación y mucho más atrasado, que el estado de Massachusetts de donde provenían estas mujeres. La odisea de las educadoras está plasmada en el libro de Julio Crespo: Las maestras de Sarmiento, que por las aventuras, riesgos y peripecias que debieron afrontar, merecen un capítulo aparte. Lo menos que podía ofrecerles el país a estas abnegadas mujeres, era que pudieran desempeñarse en instalaciones adecuadas y esa fue una razón más para eliminar las escuelas rancho de la época.

En su libro La educación popular, de 1849, Sarmiento recomendaba adoptar el "sistema simultáneo" de enseñanza, es decir, la división del alumnado por niveles de conocimiento y para ello había que construir escuelas que tuvieran tantas aulas como niveles según la graduación de los estudios. Pero además, Sarmiento estableció las bases arquitectónicas de las escuelas, señalando que debían ser austeras y al mismo tiempo contar con cierto lujo decorativo.
La primera escuela primaria, construida en 1858 de acuerdo a sus ideales, fue la de Catedral al Norte, en Buenos Aires. Diseñada por el arquitecto Miguel Barabino, poseía una fachada neorrenacentista.

Durante la presidencia de Sarmiento (1868-1874), se abrieron cerca de 800 escuelas en todo el país, se triplicó la matrícula escolar y se crearon establecimientos para formar maestras. Su ideal era el de convertir las instituciones educativas en "templos del saber", siguiendo el estilo grecorromano, porque Sarmiento apoyaba la enseñanza laica, obligatoria y gratuita.

En 1884, Benjamín Zorrilla, a cargo del Consejo Nacional de Educación, inauguró varios edificios escolares entre los que se destaca la Escuela Juan de Garay y la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini (M.T. de Alvear 1851).

                               Colegio Carlos Pellegrini

Julio Argentino Roca, durante su primera presidencia impuso la ley 1420 de enseñanza obligatoria gratuita y laica y continuó a buen ritmo con el proyecto sarmientino en todos sus aspectos. El escritor y periodista Osvaldo Bayer debería tomar nota de los aspectos positivos de Roca, que son muchos, y dejar de lado esa obsesión maniquea que caracteriza su campaña destinada a borrar su nombre de las calles y eliminar los monumentos a su memoria. Es una pena que un hombre como Bayer, de conducta y coherencia intachables, haya caído en ese estado compulsivo que le roba gran parte de su vida útil. Sería bueno que leyera la declaración de Roca al anunciar en 1886 el plan de construcción de escuelas-palacios en Buenos Aires: "Todo niño por humilde que sea, al pisar los umbrales de estos soberbios monumentos y entrar en estos recintos, se sentirá por este sólo hecho, dignificado e igual a sus tiernos compañeros, aun cuando desciendan ellos de la más elevada y pudiente alcurnia". Palabras que resultan llamativas saliendo de un estadista de neto corte conservador.


                      Escuela Presidente Roca

Las dos primeras grandes obras que se realizaron en Buenos Aires fueron el Normal Nº 1, proyectado por Ernesto Bunge, y la Escuela Petronila Rodríguez, proyectada por Carlos y Han Altgelt, sede del actual Ministerio de Educación. Otro tanto hacía en la ciudad de La Plata, Dardo Rocha. Le siguieron la Escuela Sarmiento de Carlos Morra y la Escuela Nicolás Avellaneda de Francisco Tamburini, el mismo arquitecto que diseñó el Teatro Colón. 

En plena euforia del Centenario, en 1910, se proyectaron y levantaron muchas escuelas-palacio, una de ellas fue el Colegio Nacional de Buenos Aires, del arquitecto Norbert Maillart, con su majestuosa fachada y las suntuosas escaleras de mármol del interior.

             Biblioteca y salón de actos del Colegio Nacional de Buenos Aires

La arquitectura de escuela-palacio perduró a lo largo del tiempo y como ejemplo tenemos en la década de 1920, el Instituto Félix Bernasconi, en Parque de los Patricios que abarca una manzana y combina el estilo renacentista florentino con signos de modernidad. Está dotado de teatro, gimnasio, natatorio, salas de música, talleres de manualidades, consultorio médico y muchas otras instalaciones. Gracias a la majestuosidad del edificio, el barrio, que era humilde, progresó hasta convertirse en una localidad atractiva.

                                       Instituto Féix Bernasconi

En su artículo del diario La Nación escrito en 2011 sobre las escuelas-palacio, Hugo Beccacece, termina diciendo: “Sería bueno que esa tradición continuara y se incrementara con experiencias que respetaran lo que ya se ha hecho e incorporaran nuevos avances.” 

Nada más alejado de esta expresión de deseo es lo que está ocurriendo con la educación en Buenos Aires bajo la gestión del procesado jefe de la ciudad Mauricio Macri. Desde el comienzo mostró un desprecio absoluto por la educación, especialmente la enseñanza pública a la cual le retaceó presupuesto y no mantuvo los edificios. Pero además, eliminó numerosos talleres educativos de arte y de música como ocurrió con el pianista Claudio Espector ex director del Conservatorio Manuel de Falla, creador y principal impulsor, del Programa de Orquestas Infantiles y Juveniles de la ciudad de Buenos Aires, a quién echó de su cargo. Ver: La magia de la música 

A fines de 2013 Esteban Bullrich, Ministro de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, pergeñó un sistema de inscripción escolar por internet que resultó desastroso, ya que quedaron sin matrícula más de 10.000 alumnos. Para paliar la situación, el gobierno de Macri adquirió aulas containers. La línea argumental de sus discursos de que esas aulas “son más cómodas que las aulas construidas” (sic de Rodríguez Larreta en entrevista por radio Continental del 28/1) o que “para cubrir las vacantes no se están construyendo aulas, sino nuevas escuelas” (sic del ministro Bullrich en entrevista por radio Continental del 23/1), pretende tomar por estúpidos a los miles de padres cuyos hijos se quedaron sin matrícula. Además, contradice las normas que tiene la ciudad para la construcción de escuelas, emanadas del propio Código de Edificación porteño.


Container destinado como aula escolar. Seguramente que Macri no va a mandar a su hija Antonia a ese cubículo

Esteban Bullrich comenzó a instalar containers en los pasillos del Instituto Félix Bernasconi, una de las escuelas-palacio, afeando y denigrando un edificio, Patrimonio Histórico Nacional, de arquitectura y belleza exquisitas. Afortunadamente, este operativo fue suspendido gracias a una medida cautelar que tuvo curso favorable en la justicia.

El gobierno de la Ciudad denomina a estos engendros con el eufemismo de “aulas modulares”, pero todo el mundo las considera containers. Esta degradación de la educación pública, además de violar las normas vigentes, constituye un grotesco contraste con las escuelas-palacio que idearon nuestros próceres y una demostración más del desprecio que tienen Macri y su equipo por la educación pública.

Rodriguez Larreta (el Guasón), Mauricio Macri (el procesado), Estaban Bullrich (el incompetente)

Fabio Grementieri y Claudia Shmidt. Arquitectura, educación y patrimonio.

Hugo Beccacece. Templos del saber. La Nación. 15/02/2011.

Gustavo Vallejo. Máquinas de educar para la nueva capital. Anuario del Instituto de Historia Argentina. 2004, no. 4, p. 273-303. http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.3257/pr.3257.pdf

José Machain. De aulas, containers, códigos, e inteligencias. Página 12, 30/01/2014.

Sergio Viñesky. Comentario sobre las escuelas-palacio en el programa Gente de a pie, del día 11/02/2014 por Radio nacional.

Freno judicial a las aulas pasillo. Página 12, 14/02/2014.


jueves, 13 de febrero de 2014

LA GUERRA TERCERIZADA

                                       Boogie el aceitoso de Fontanarrosa


El mercenario es un personaje apátrida, con entrenamiento militar adecuado que participa en un conflicto bélico a cambio de una paga. Como el motivo es esencialmente pecuniario, el término mercenario tiene connotaciones peyorativas. No son una creación de los dos últimos siglos, existían dese tiempos antiguos y en el Renacimiento italiano se denominaban “condottieri”.



Estatua ecuestre del condottiero Bartolomeo Colleoni en Venecia, por Andrea del Verrocchio.

En 1989, la Naciones Unidas pasaron una resolución que se llamó: Convención Internacional contra el Reclutamiento, Empleo, Financiación y Entrenamiento de Mercenarios, en la que se prohibía la existencia de estas fuerzas. Prácticamente, fue acatada por todos los países, pero a Estados Unidos parece que se le pasó de largo. Por las dudas, les cambió el nombre de mercenarios por el término más elegante de “contratistas”. El eufemismo no evita que las funciones sean las mismas. Los contratistas constituyen un importante porcentaje del personal que se encuentra en las bases norteamericanas en todo el planeta. Son empleados de poderosas compañías multinacionales, la mayoría posee vínculos sólidos con la Casa Blanca, el Departamento de Estado y el Pentágono.

                               Mercenarios

Estas empresas ejercen enorme influencia cuando se analizan y deciden conflictos bélicos en alguna parte del globo. Para el gobierno de Estados Unidos, su existencia es altamente ventajosa, ya que realizan el trabajo sucio que el país trata de evitar. Ignoran todas las leyes internacionales, pero impiden que el Pentágono o la Casa Blanca sean culpados de violar los derechos humanos y los acuerdos establecidos. Las irregularidades de las empresas de contratistas, son escandalosas, actúan al margen de la ley, sus actividades son secretas y su cartera de clientes no está regulada por normativa alguna, ni es inspeccionada por ningún organismo internacional. Los contratos son hechos a dedo, sin licitación y para lograr eso tienen amigos en el senado y en altos cargos del Pentágono.

En 2011 en Irak había más de 40 empresas militares privadas y cerca de sesenta mil contratistas, la mayoría de ellos norteamericanos. Para mostrar el crecimiento exponencial de la industria mercenaria, se aprecia que durante la guerra del Golfo en 1991, por cada 100 soldados regulares había un mercenario. Al comenzar la invasión de Irak la relación se redujo de 10 a 1 y actualmente, en ese mismo país es de 1 a 1. Los sueldos pueden llegar hasta 50.000 dólares mensuales, según las tareas asignadas que son muy variadas e incluyen ataques, operaciones de seguridad y vigilancia, interrogatorio, tortura, espionaje y entrenamiento militar.

Descripción de algunas de las empresas de mercenarios

Bechtel. Es la mayor compañía dedicada a la ingeniería en los Estados Unidos, se sitúa en el número siete del ránking de mayores empresas privadas del país. Tiene su sede en San Francisco, y cuenta con 44.000 empleados en cerca de 50 países de todo el mundo obteniendo treinta y un mil millones de dólares en ingresos.

Bechtel participó en la creación de la Presa Hoover en los años treinta del siglo pasado. También se ha involucrado en otros proyectos de construcción de alto nivel, incluido el Eurotúnel, numerosos obras energéticas, refinerías, plantas de energía nuclear, etcétera. 

Una de sus ramas es el servicio de mercenarios. Bechtel es una de las gigantes que más ganancias obtuvo con su participación como contratista en Irak, cuenta entre sus accionistas, en una de sus megaempresas constructoras a la familia de Bin Laden. En Bolivia, Betchel es tristemente célebre por intentar en el año 2000, el proyecto Aguas del Tunari en Cochabamba, donde la empresa con mínima inversión, se adueñaba de los sistemas de riego existentes que habían sido construidos con los recursos y el esfuerzo de los campesinos y encima les cobraba por el consumo del agua.

                                Manifestaciones contra Bechtel en Bolivia

Se produjo una pueblada llamada La guerra del agua que duró 4 meses, tuvo varios muertos y numerosos heridos, pero finalmente Bechtel tuvo que desistir del proyecto. Hacer click aquí para ver La guerra del agua 

Kelloggs,Brown & Root. Esta empresa, subsidiaria de Halliburton, fue la más beneficiada por la invasión a Irak. El hombre de influencia en su directorio es Dick Chenney, el más poderoso vicepresidente en la historia de Estados Unidos. Este siniestro individuo se había opuesto a la campaña de desarme propuesta por Gorbachov, autorizó el ejercicio de la tortura a los prisioneros “importantes” y fue el promotor de la guerra contra Irak pese a que sabía que Sadam Hussein no poseía armas nucleares. Hacer click en OTAN  

                                Dick Chenney

Blackwater. A diferencia de las anteriores, se dedica exclusivamente a contratar y entrenar mercenarios. La sede principal está situada en Carolina del Norte, donde posee un complejo de entrenamiento táctico especializado. La empresa entrena a más de 40.000 personas al año procedentes de distintas ramas de las Fuerzas Armadas, así como otras agencias de seguridad de varios países. Es la contratista privada más importante del Departamento de Estado de los Estados Unidos. El 90% de sus beneficios procede de los contratos con el gobierno, cortesía que la empresa retribuyó apoyando la campaña electoral de George Bush y otros miembros del Partido Republicano. 

 Debido a las numerosas acusaciones por crímenes contra civiles cometidos en Irak y en Afganistán, Blackwater cambió de nombre llamándose actualmente Xe Service. A semejanza de las demás empresas contratistas, Blackwater abre sus puertas a mercenarios de otros países, entre ellos soldados chilenos que actuaron bajo la dictadura de Pinochet.

Cartel de bienvenida al centro de entrenamiento de Blackwater y mercenarios haciendo práctica de tiro. El aviso dice: "El centro de entrenamiento de armas de fuego más excelente del mundo",

DynCorp. Es una empresa con sede en Virginia, cuyos dueños son ex funcionarios de inteligencia del Pentágono y de la CIA. Su principal función es proveer apoyo logístico global, incluyendo la provisión de mercenarios a las bases norteamericanas. La empresa está plagada de denuncias por todo tipo de irregularidades, conflictos con los pobladores, ejecución de proyectos sin la autorización debida, e incluso tráfico y abuso de menores. Estos incidentes ocurrieron en Iraq, Ecuador, Colombia, Bosnia y Afganistán.

Las familias norteamericanas pueden dormir tranquilas, ninguna correrá el riesgo de que sus hijos sean convocados a luchar en algún país lejano. El Pentágono y la Casa Blanca también pueden estar tranquilos, ya no habrá levantamientos populares como los que frenaron la guerra de Vietnam. Aprendieron la lección, ahora todo se resuelve con drones y mercenarios.

Fuentes
Telma Luzzani. Territorios vigilados. Editorial Debat, 2012.


Josep Fontana. Por el bien del imperio. Editorial Pasado & Presente, Barcelona, 2011.

Stephen Armstrong. The new corporate mercenaries. The Telegraph, 20/07/2008. http://www.telegraph.co.uk/culture/books/non_fictionreviews/3556801/The-new-corporate-mercenaries.html

Mark Mazzetti, James Risen. Blackwater Said to Pursue Bribes to Iraq After 17 Died. The New York Times, 10/11/2009.


Reuters. Blackwater Successor to Pay Fine to Settle Arms Charges. The New York Times, 07/08/2012.

viernes, 7 de febrero de 2014

VINCENZO GALILEI Y SU HIJO GALILEO






Vincenzo Galilei hizo cinco cosas importantes en 
su vida: impulsó la Camerata Fiorentina, revitalizó 
la antigua música griega, realizó avances en el 
terreno de la acústica, publicó dos libros y tuvo 
un hijo: Galileo.

Galileo su hijo, a su vez, hizo cinco cosas 
importantes en su vida: fundó la física moderna, 
refutó a Aristóteles, escribió varios tratados 
de física y astronomía, revolucionó el sistema 
solar y agregó innumerables horas de trabajo 
al ya de por sí laborioso "Santo Oficio" de la 
Inquisición.

Vincenzo escribió: "Me parece a mí que 
aquellos que se apoyan en el peso de la 
autoridad para probar cualquier afirmación 
sin buscar los argumentos para fundamentarla, 
actúan absurdamente. Yo quiero preguntar y 
responder libremente sin ninguna clase de 
adulación. Eso es lo que corresponde a 
 quienes son sinceros en la búsqueda de 
la verdad." Con este enunciado, Vincenzo 
estableció las bases de la investigación y 
su importancia para transformar una hipótesis 
en una realidad.

Galileo escribió: "Me parece que, al estudiar los problemas de la naturaleza, no debemos partir de la autoridad de los textos de las Escrituras, sino de la experiencia de los sentidos y de las demostraciones necesarias. Porque ¿quién pondrá límites a la inteligencia e inventiva humanas? ¿Quién afirmará que todo lo que es perceptible y cognoscible en el mundo está ya descubierto y conocido? "

                        Galileo Galilei (1520-1591)

Vincenzo creó varias canciones para voz y laúd, libros sobre teoría de la música y realizó ciertos experimentos sobre la armonía, colgando pesas en cuerdas musicales, para encontrar la razón matemática entre las tensiones de las mismas que produjeran consonancias. Hizo importantes descubrimientos en el campo de la acústica; especialmente los que se refieren a la física que implica la vibración de cuerdas y columnas de aire.

Galileo leyó a Copérnico y comenzó a estudiar e investigar la mecánica, la periodicidad de las mareas, el movimiento del péndulo, la caída de los cuerpos y la trayectoria de los proyectiles. Vuelca estos conocimientos en dos grandes obras.

En mayo de 1609 tuvo noticias de la invención de un "instrumento que aproxima los objetos", Galileo lo adquirió y lo perfeccionó dando origen al telescopio. Comprobó que todo lo que observaba a través de ese instrumento, contradecía la Cosmología imperante y confirmaba la fiabilidad del Sistema Copernicano. Señaló que la Vía Láctea, no era un vapor uniforme, como se suponía desde Aristóteles, sino que estaba constituida por innumerables estrellas. Descubrió que el planeta Venus también gira alrededor del Sol y nació su conclusión revolucionaria: la Tierra no es el centro del Universo, también gira alrededor del Sol.


                    Nicolás Copérnico (1473-1543)

Vincenzo Galilei tenía un objetivo más ambicioso que el perfeccionar la música para el laúd. Pues sus investigaciones musicales se dirigían en último término a sustituir los antiguos modos eclesiásticos por el sistema de claves mayores y menores.

Galileo hizo pública su adhesión al esquema copernicano y debatió la necesidad de liberar el pensamiento científico del peso de la autoridad basada en las Sagradas Escrituras. Las reacciones de la Iglesia en ese momento fueron encontradas, pues van desde el ataque directo a Galileo, hasta el intento de refutar sus razonamientos y conclusiones.

                    Habitación de Galileo en Florencia

Vincenzo integró la Camerata Fiorentina, fundada por un grupo de músicos y literatos del llamado Renacimiento humanista. Consideraban que la Antigüedad Clásica, en sus valores estéticos y expresivos, era la solución para una Cultura que ya se había agotado. Revitalizaron la misma en su aspecto musical, con la revalorización del canto unido a líneas melódicas sencillas, e incorporaron la riqueza de la poesía y mitología griega. Fueron los creadores del nuevo recitativo y de lo que posteriormente fue la gran aria. Su influencia se extiende varios siglos hacia adelante, pues es considerada la cuna de la gran ópera italiana.

La ciencia contra el dogma
El largo debate entre Galileo y la Iglesia, se parece más a una partida de ajedrez que a un juicio. Da la impresión que Galileo intentaba llevar el tema al plano de la argumentación científica y no a un enfrentamiento. Lo que buscaba era interlocutores y no verdugos. Por su parte, los miembros más lúcidos de la Iglesia, como Bellarmino, percibían la seriedad de su adversario intelectual y quizás lo consideraban uno de ellos.

Lo que estaba en juego en el enfrentamiento entre Galileo y la Iglesia no eran solamente dos concepciones cosmológico-astronómicas contrapuestas, sino dos civilizaciones mutuamente excluyentes, la Medieval y la que inaugura el Renacimiento. Seguramente los jesuitas, mentes agudas en esta materia, sabían aunque callaban, que el sistema geocéntrico era insostenible. Pero lo que temían era que se derrumbara la credibilidad de la Iglesia como institución directamente encargada del poder 'espiritual' y del poder temporal que estaba a ella sometida. En otros términos, sacrificaron la ciencia para salvaguardar la imagen de la Iglesia.

El 21 de febrero de 1632, Galileo, protegido por el papa Urbano VIII y el gran duque de Toscana Fernando II de Médicis, publica en Florencia su diálogo de los Massimi sistemi (Diálogo sobre los principales sistemas del mundo), donde se burla implícitamente del geocentrismo de Ptolomeo. El Diálogo es a la vez una revolución y un verdadero escándalo. El libro es en efecto abiertamente pro-copernicano.

Agobiado por las amenazas y presiones de la Inquisición, Galileo aceptó retractarse. La sentencia le fue leída en el convento romano de Santa María Sopra Minerva, donde se lo condenó a prisión perpetua, y se le conminó a que abjurara de sus ideas, cosa que hizo seguidamente. Tras la abjuración, el Papa conmutó la prisión por arresto domiciliario de por vida.

Galileo ante la Inquisición. Cuadro de Joseph-Nicolás Robert- Fleury, siglo XIX.

En 1757, los tratados favorables al heliocentrismo, fueron autorizados por el Vaticano y las obras de Galileo son retiradas del Index Librorum Prohibitorum.

El papa Juan Pablo II pidió perdón por los errores que hubieran cometido los hombres de la Iglesia a lo largo de la historia y en 1979, propuso una revisión honrada y sin prejuicios. Pero la comisión que nombró al efecto, en la que estaba Ratzinger, dio por concluidos sus trabajos en 1992, insistiendo una vez más en la tesis de que Galileo carecía de argumentos científicos para demostrar el heliocentrismo. La comisión sostuvo la inocencia de la Iglesia como institución y la obligación de Galileo de prestarle obediencia y reconocer su magisterio, justificando la condena y evitando una rehabilitación plena. 

Joseph Ratzinger, devenido en Benedicto XVI, fue invitado a participar de la ceremonia de inauguración del curso académico prevista para el 17 de enero de 2008, pero tuvo que renunciar ante la protesta de 67 profesores de la Universidad de La Sapienza y apoyada después por numerosos académicos y estudiantes que lo declararon persona non grata.


  
"Historia de la Filosofía" de Felipe Martínez Marzoa, Colección Fundamentos 21 Ediciones Istmo Madrid 1973, Tomo 1 página 252-259.
Paul Henry Lang:"La Música en la Civilización Occidental" Editorial Eudeba Buenos Aires 2da.edición setiembre 1969
La vida de Galileo. Bertold Brecht