miércoles, 29 de enero de 2014

EL LOCO DE LOS GATOS





                                                 Louis Wain (1860-1939).

En el mundo periodístico de la Londres victoriana, Louis Wain estaba catalogado como un buen dibujante de animales, escenas campestres, ferias y exposiciones que figuraban en varias revistas y diarios de la época. Su situación económica era estrecha, ya que con sus dibujos debía mantener además de su esposa, a su madre y sus cinco hermanas que permanecieron solteras por el resto de sus vidas. Sus trabajos eran apreciados porque Louis estudió en la Escuela de Arte de Londres, donde llegó a ser profesor, pero los editores eran mezquinos con quienes colaboraban en sus publicaciones.

Su esposa, Emily Richardson, era 10 años mayor que él, detalle que no era bien visto en la rígida y puritana sociedad victoriana. Louis amaba mucho a su esposa, llevaban sólo tres años de casados cuando a ella le surgió un cáncer de mama. Ya en una etapa avanzada de la enfermedad estaba postrada en cama y el trataba de llevarle un poco de alegría y distracción al escaso tiempo que le quedaba de vida. 

Los gatos humanos
Wain observó que el gato Peter, la mascota de la casa, reconfortaba y distraía a Emily, y eran los únicos momentos en que lograba sacarle una sonrisa a su pálido y emaciado rostro. Wain utilizó a Peter para entretener a su mujer y pronto comenzó a realizar dibujos de los felinos. A la enferma le encantaron los bocetos de gatos en distintas actitudes y lo estimuló a que los publicara.

                                       Primeros gatos

Pronto, los gatos de Wain adquirieron características antropomórficas y comportamientos humanas. En algunas escenas estaban jugando al golf o sentados platicando mientras tomaban el té. Más tarde empezó a vestirlos, les agregaba monóculos, galeras, bastones y frack y como era de esperar empezaron a caminar en dos patas. Este estilo, sumamente original para la época, lo hizo bastante famoso. 

Los felinos comenzaron a aparecer en tapas de revistas, tarjetas de Navidad, ilustraciones satíricas y libros infantiles.
Durante los treinta años siguientes, Wain fue un artista prolífico llegando a producir anualmente varios cientos de gatos. A menudo, los animalitos parodiaban actitudes y comportamientos de la época, satirizando modas, acontecimientos y costumbres. De esta manera, Wain se convirtió en un candidato indiscutido para la presidencia del National Cat Club, cargo que ejerció durante varios años, y también participó en otras sociedades relacionadas con estos mamíferos hacia los que los ingleses sienten una especial predilección.

                                Reunión social de gatos

A pesar de su fama y originalidad, Waine nunca se enriqueció ni supo especular con su brillante creatividad, era tímido, retraído y aceptaba sin discutir las ofertas que le hacían, que en varias ocasiones eran pagas miserables que no guardaban relación con su arte.

Los gatos psicodélicos
Hacia finales de la década de 1910 y después de su regreso de un viaje a Nueva York, Wain comenzó a sufrir cambios en su personalidad, se tornó excéntrico y retraído y pocos años después aparecieron síntomas de insania. Éstos se caracterizaron por trastornos en el lenguaje y falta de discernimiento entre la realidad y la fantasía, también aparecieron los primeros delirios que, con el transcurso de los años, se hicieron frecuentes.

         Gatos durante la primera etapa de la enfermedad mental de Waine

Pocas veces en la historia del arte se dio un caso como el de Wain, en el que sus obras, es decir los gatos, siguieron un paralelismo con la progresión de la enfermedad. Los felinos dejaron de ser convencionales para transformarse, poco a poco, en animales de expresión feroz y agresiva, rodeados de halos de distintos colores y formas fantásticas con explosión de radiaciones cargadas de energía. En sus últimas obras, es difícil distinguir la imagen de un gato. La evolución de sus pinturas ha sido incluida en libros de texto de psiquiatría para demostrar el deterioro progresivo de un trastorno mental como la esquizofrenia.

                  Gatos durante la etapa avanzada de la enfermedad

Varias conductas agresivas y violentas motivaron que, en 1924, a la edad de 64 años, sus hermanas lo internasen en el Springfield Mental Hospital, un hospital para indigentes. Sin embargo, Wain era ya lo suficientemente conocido como para que su situación se hiciera pública y, entonces, el Primer Ministro inglés gestionó su traslado al Napsbury Hospital, un sitio mucho más decoroso y confortable con extensos jardines… y con gatos.
Wain pasó los quince años restantes de su vida recluido en esa institución, donde siguió pintando gatos hasta su muerte en 1939. 

Aunque resulte cruel admitirlo, el trastornado mundo interior de la esquizofrenia de Wain fue el motor que transformó sus gatos convencionales en formas de notable originalidad y estilo revolucionario.
   
Referencias
·                    Fitzgerald, Michael. “Louis Wain and Asperger’s Syndrome”. Irish Journal of Psychological Medicine. 2002; 19:101.
·                    McGennis, Aidan. “Louis Wain: his life, his art and his mental illness”. Irish Journal of Psychological Medicine. 1999; 16:27.
·                    Parkin, Michael. “Wain, Louis William (1860–1939)”. Oxford Dictionary of National Biography. Oxford University Press. 2004.


6 comentarios:

  1. Muy interesante. Es notable el atractivo que los gatos ejercen sobre personas que no manejan muy bien su aparato psíquico. Hay también casos de vínculos muy especiales con perros, pero, suelen tener características diferentes.
    Sin ser reduccionista, las solteronas suelen rodearse de gatos hasta compartir la suciedad que producen. No hablo, por supuesto, de personas solteras, sino de "onas" u "ones", (que vaya si los hay!), que vuelcan en estos animalitos lo que no pueden volcar en otras personas.

    ResponderEliminar
  2. Muy interesante, Ricardo! que impresionante el cambio!aterrador!Siempre buenisimos tus posts.Gracias

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegro que te gusten, Paula, tu opinión es muy valiosa

      Eliminar
  3. Soy admiradora de los gatos y tuve y tengo gato. Me gustó mucho el artículo y lo agradezco.

    ResponderEliminar
  4. Muy interesante Ricardo.
    Le comento que los gatos que más me gustaron, por el estlilo y la originalidad, son los gatos psicodélicos, en la etapa de la enfermedad mental de Waine, como durante la etapa avanzada de la enfermedad.
    No se si algún psiquiatra me mandaría a consulta, pero a mi me encantaron.
    Creo que si no la medicaron todavía a Marta Minujín, todavía estoy a salvo.
    Un beso

    ResponderEliminar