viernes, 16 de septiembre de 2016

EJERCICIO PLÁSTICO

Habiendo pasado más de 70 años, el mural Ejercicio Plástico, salió de su escondrijo para ser llevado a su ubicación final después de una larga historia donde abundan anécdotas de pasiones, malos tratos e indiferencia. En forma directa e indirecta, participaron en su ejecución gente del arte, las letras y la política. De todos ellos, se destacan tres personajes esenciales: el artista, su musa inspiradora y el mecenas que facilitó la ejecución de la obra.

El artista

                              David Alfaro Siqueiros (1896-1974).

El genio creador del mural fue el pintor mexicano David Alfaro Siqueiros. Junto con Diego Rivera y José Clemente Orozco, Siqueiros integró la triada maravillosa que con fuerza telúrica imparable revolucionó el movimiento artístico del siglo XX con la creación de murales. Esta nueva expresión se basaba en el concepto de que la pintura, especialmente la pintura comprometida con la época y los problemas sociales, debía estar al alcance de las masas y no en colecciones privadas o encerrada en galerías de arte.
Activos participantes del partido comunista, Rivera, Orozco y Siqueiros pintaron murales sobre la colonización, los conquistadores, la explotación del indígena y las enormes desigualdades sociales del México contemporáneo.

La pintura de Siqueiros se caracteriza por su tremenda fuerza creativa, con personajes siempre pintados en gran tamaño y fuertes colores, que expresan ira, voluntad inquebrantable o dolor, según se tratara del explotador, del obrero en lucha o del campesino sometido. Sus inmensos murales se exhiben en los edificios públicos más importantes de México, entre los que se destaca el Palacio de las Artes.

La musa
                                       Blanca Luz Brum (1905-1985)

En mayo de 1929, Siqueiros recaló en Montevideo para participar en un congreso de sindicatos y entonces apareció en escena Blanca Luz Brum, el segundo personaje responsable del mural Ejercicio Plástico. Escritora y poeta uruguaya, viuda a la edad de 20 años del poeta peruano Juan Parra del Riego, Blanca Luz emigró a Perú, junto con su único hijo y se incorporó a una intensa actividad publicitaria para manifiestos comunistas. 

Al poco tiempo, la expulsaron y regresó a Montevideo donde conoció a Siqueiros iniciándose un apasionado romance. Se casaron en México y reanudaron sus actividades proselitistas sin descuidar él la pintura ni ella la poesía. Luego de un tiempo que incluyó el paso por la cárcel, viajaron a Estados Unidos de donde pronto fueron expulsados. La corriente marítima los trajo a las playas del Río de la Plata invitados por Victoria Ocampo para dar tres conferencias en la Sociedad Amigos del Arte. 

Las disertaciones de Siqueiros, con estilo de barricada impactaron a la audiencia que se dividió en detractores y simpatizantes a tal punto que la tercera conferencia no llegó a concretarse. El ruido, sin embargo, fue detectado por un individuo que se constituye en el tercer personaje de esta historia.

El mecenas

                     Natalio Botana (1888-1941)

Entra en escena Natalio Botana, dueño del diario Crítica que para 1930 se había convertido en la usina periodística más importante del mundo de habla hispana. En el periódico, pese a su perfil sensacionalista, colaboraron escritores nacionales y extranjeros de reconocida fama como George Bernard Shaw y Jorge Luis Borges, entre muchos otros. Botana tenía en Don Torcuato una casona, aunque el rótulo de palacio le sentaría mejor, llamada “Villa Los Granados”. 

Sería tedioso describir el lujo arquitectónico, el mobiliario, la biblioteca y las colecciones de arte que abrigaba la mansión. Pablo Neruda que la visitó por esa época la describió en sus memorias como “la encarnación de los sueños de un vibrante nuevo rico”.

Botana invitó a Siqueiros a su villa y le encomendó que transforme en un mural artístico las paredes de una de las habitaciones. Se trataba de un sótano, o mejor dicho una cripta de forma semicilíndrica destinada a juegos y otros menesteres menos santos donde además se guardaba y degustaba una gran colección de vinos. El volumen aéreo de su arquitectura era de noventa metros cúbicos y la superficie total de doscientos metros cuadrados. Entre Siqueiros y Botana convocaron a tres grandes de la pintura argentina Spilimbergo, Castagnino y Berni, a los que se agregó el escenógrafo uruguayo Enrique Lázaro.

La obra
La realización del mural fue todo un desafío en la historia del arte pictórico. Hicieron un gran descubrimiento encontrando la manera de retocar el fresco con silicatos para darle mayor firmeza y durabilidad, técnica que como se verá luego salvó al mural de posteriores ataques irracionales. Se emplearon herramientas y materiales antiguos junto con elementos modernos y por sobre todo cambiaron el trabajo individual por el trabajo colectivo.

La sensación de movimiento la dieron montando el ejercicio sobre un armazón fundamental de circunferencias paralelas y concéntricas, logrando así una multiplicidad sin límites de curvas y rectas correlativas. Realizaron reproducciones fotográficas dinámicas sustituyendo a la fotografía objetiva estática. Movilizaban el objetivo de la cámara siguiendo la trayectoria lógica, progresiva del espectador.

En síntesis, lograron el engranaje de la gráfica fílmica y de la plástica constructiva pictórica monumental. Ejercicio Plástico es en suma, una clase viva de plástica y de gráfica. Es el resultado de un método activo de aprendizaje. Es el producto de un esfuerzo y creatividad superiores junto con el trabajo colectivo y la confraternización de diferentes expresiones plástico-gráficas en un esfuerzo común más alto como intención humana creadora. Sus autores decían que había un solo antecedente de estos procedimientos y era la Pintura Monumental en los frescos exteriores de Los Angeles (California) hechos por el mismo Siqueiros.


 Es tiempo de hablar de la temática del mural. Por primera y única vez, Siqueiros no pintó escenas de luchas sociales, él que hasta entonces había comprometido sin concesiones su arte enteramente con los conflictos humanos, se volcó con pasión a expresar la belleza femenina. Por eso es tan importante la presencia de Blanca Luz en este relato. Ella fue su musa inspiradora y Siqueiros la expuso desnuda y repetida hasta la obsesión en el techo, las paredes y el piso de la cripta. Un verdadero canto a un puro y artístico erotismo.

Epílogo
Después los caminos se separaron, Siqueiros para no perder la costumbre fue expulsado de Argentina y siguió su peregrinaje artístico y político. Respecto de lo primero, sus murales se fueron superando en técnica y creatividad y trabajó hasta poco antes de su muerte. Su faceta política siguió siendo la del militante inquieto y rebelde, formó parte de las Brigadas Internacionales en la guerra civil española y su comunismo ortodoxo y estalinista lo llevó a participó en un intento de asesinato a Trotsky. Finalmente murió en 1947 dejando tras de sí maravillosos murales, junto con esposas, amantes, detractores y admiradores.

Blanca Luz se quedó en Buenos Aires engarzada en un romance con el propio Botana. En 1935 emigró a Chile, casándose dos veces más. Paralelamente, su ideología fue tomando un giro de 180 grados a tal punto que apoyó el golpe de estado contra Allende. Murió en Chile en 1985.

Por su parte, Botana y su Rolls Royce se despeñaron en las sierras de Jujuy en 1941, falleciendo a los pocos días del accidente.

Después de varios dueños y litigios judiciales, Villa Los Granados fue comprada por la familia Alsogaray. Según las crónicas de varios diarios, un día la señora dueña de casa decidió conocer la cripta y escandalizada ante los desnudos del mural ordenó rociarlo con ácido, pero viendo que las pinturas se resistían les echó cal y cerró definitivamente la cripta, no sea que su hijita María Julia entrara en contacto con lo que a todas luces para ella era pornografía pura. Evidentemente, el arte no era su fuerte.

Finalmente, en 1991 tras sortear un denso papelerío burocrático, el mural fue retirado de la cripta mediante un complejo operativo empleando cuidados extremos y técnicas especiales. Se lo montó en bastidores y quedó guardado en contenedores en un playón de San Justo. Después de un letargo de 16 años, la red burocrática que tenía inmovilizada a la obra fue destrabada gracias a las gestiones personales entre la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner y el presidente mexicano Felipe Calderón.



Actualmente, el mural se encuentra en su destino final sobre Paseo Colón detrás de la casa de Gobierno. Varios especialistas en restauración trabajaron contra reloj para tenerlo listo en la fecha del bicentenario de la Revolución de Mayo. Delicados pinceles y elementos de restauración se posaron sobre la pintura con cariño y ternura, como a un niño maltratado al que se pretende que recupere la alegría perdida por años de indiferencia y agresiones.

A cargo de la tarea de salvamento estuvo el restaurador azteca Manuel Serrano quién lo abandonó todo en su taller de México para dedicarse a pleno a recuperar una obra que para él constituía un punto de inflexión en su vida. “Llegué a Buenos Aires el 15 de noviembre con una maleta de ropa, un archivo fotográfico, una serie de planos para conocer mejor la estructura, algunas ideas, y la ansiedad tremenda sobre el estado en que hallaría al mural”, confesó Serrano en una entrevista.

Ejercicio Plástico es una obra que tiene características que la hacen única e invalorable: es probablemente el mural más grande que pintó Siqueiros, fue un trabajo en equipo con otros tres grandes de la pintura argentina, representa la única temática no política del artista y es uno de los poquísimos murales que están fuera de México. Podemos agregar una característica adicional, es también la única obra que Siqueiros, en contradicción con su ideología y la concepción de arte masivo hacia el pueblo, pintó para un multimillonario y sólo para el círculo de privilegiados amigos de Botana que tuvieron acceso a la cripta.
Esta es la resumida historia del patrimonio que se incorporó a Buenos Aires para alegría de todos los que aman la belleza y el arte.


María Lujan Picabea. Ejercicio plástico, una historia de resistencia. Clarín, Revista de Cultura 27/09/2013.
Daniel Schavelzon. Ejercicio Plástico: el mural envolvente de David Alfaro Siqueiros. http://www.danielschavelzon.com.ar/?p=2548
El Mural que vuelve a vivir. La Nación 05/07/2009.
Silvina Friera. En busca del esplendor perdido. Página 12 29/11/2008.

Beatriz Vignoli. El arte de devolver la belleza. Página 12, Rosario 12, 07/08/2011.

1 comentario:

  1. Aún no los hay, más debiera haberlos, fue y es una obra única y pertenece al patrimonio de la humanidad, se realizó aquí co la intervención de artistas e intelectuales argentinos y iuguayos, recaló en lugares equivocados, y fue dañado por lo peor de la oligarquía Argentina. Fue reivindicado por el gobierno anterior. Hoy vuelve a estar en peligro pues está a merced nuevamente por lo peor de la actual oligarquía. Juan Manuel dominguez

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