viernes, 2 de agosto de 2013

¡A TU SALUD, NENA!





Me ha pasado unas cuantas veces que haciendo zapping en la TV se me aparece la película. No importa que la haya visto incontables veces ¿Quizás 15? No lo sé. De lo que estoy seguro, es que es el film que más he visto en mi vida. Entonces, quedo atrapado como la primera vez hace más de 50 años y la tengo que seguir hasta que dice FIN, como en los viejos tiempos. Anoche fue una vez más.

Me conozco los gestos de los protagonistas, lo que van a decir, la acción siguiente, ya todo me resulta previsible, sin embargo quedo clavado hipnotizado ante el televisor.A veces la agarro a los comienzos cuando Ilse con su blanco sombrero de alas anchas levemente inclinado sobre su rostro que la hace aún más hermosa, ingresa al bar de Rick de la mano de Lazlo. Después, ella se sienta junto al negro del piano y le pide que toque otra vez aquella canción que ambos tan bien recuerdan. El pianista se resiste, pero ella le implora: “tócalo de nuevo Sam, hazlo por mí" y él comienza a desgranar en las teclas la inolvidable melodía de “Según pasan los años”.



                                 Tócalo de nuevo Sam

Otras veces me encuentro con la escena de Rick, semiborracho en su escritorio recordando la época feliz en París junto con Ilse cuando descorchan un champan y él le dice “a tu salud nena”, una traducción extraña de “here’s looking at you kid”, frase que se va a repetir 3 veces más a lo largo de la película.


                                       Marsellesa
 
Después, viene la escena donde Lazlo ordena a la orquesta que toque la Marsellesa y todo el bar se pone de pie y comienza a cantarla y a mi se me pone la piel de gallina, como la primera vez.

Si hay un final de antología en el cine, indiscutiblemente recordado por todos, es la escena en el aeropuerto bajo la neblina donde se cruzan las miradas entre Rick e Ilse y a ella se le humedecen los ojos porque lo va a abandonar. “Siempre nos quedará París”, trata él de consolarla y de consolarse a sí mismo. 


                                   Siempre nos quedará París
 
No es un final feliz, es melancólico y así debe ser. Si Rick se hubiera ido con Ilse y lo hubieran dejado solo a Lazlo habría sido impúdico, una concesión grotesca del director o el guionista. Pero era el Hollywood de antes, el imprevisible, el que no solía hacer concesiones, el buen cine yanqui que hoy solamente reaparece con chispazos fugaces sólo de tanto en tanto.

Finalmente, Rick y el sargento Renault se van alejando por la pista y mientras la niebla los va perdiendo, Rick le pone el broche de oro a la escena final con la frase: “creo que este es el comienzo de una hermosa amistad”.


                                     Creo que este es el comienzo de una hermosa amistad

Casablanca, dirigida por Michael Curtiz, atravesó décadas y generaciones y se sigue manteniendo fresca como una lechuga, requisito esencial para sentenciar sin margen de error que una película estuvo muy bien hecha. Nadie se atrevería a realizar un remaque, como sucedió con otras producciones, porque ¿quién podría superar a esa dupla descomunal que fueron Ingrid Bergman y Humphery Bogart, o que canción se cantaría en lugar de Según pasan los años

Es difícil establecer cuál es la mejor película en la historia del séptimo arte, algunos hablan de Muerte en Venecia del genial Visconti con Dirk Bogarde deslizándose por el Gran Canal teniendo como fondo los sublimes acordes del adagietto de la Quinta sinfonía de Mahler. Otros sugerirán la Dolce vita de Fellini y por supuesto El séptimo sello, la obra cumbre y perfecta de Bergman. El ciudadano de Welles, es señalada por muchos como la mejor película, pero la considero sobrevalorada y no me produce emoción alguna. Para mí, si debo juzgar una película por los sentimientos que me genera, por enésima vez con la misma intensidad que si la hubiera visto cuando era adolescente, sin duda Casablanca es la reina.
Ricardo




5 comentarios:

  1. Es el mito hecho celuloide, la más grande entre las grandes. "Casablanca" es la obra maestra absoluta, un icono de la historia del cine que cautiva con un guión sublime sembrado de diálogos insuperables, envuelto en una dirección, puesta en escena e interpretaciones mágicas, que alcanzan el techo del séptimo arte. Puede que nunca se haga una película mejor.

    Me fascina al igual que al autor de esta hermosa nota.
    Cordialmente
    Josephine

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  2. ¡Me gustó mucho como está escrita esta nota! Tan melancólica como la película misma...

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  3. Comparto el sentimiento por esa película.
    Primero se pensó en Ronald Reagan y Ann Sheridan para interpretar a Rick e Ilsa pero, por fortuna, los elegidos finalmente fueron Bogart e Ingrid.
    Dooley Wilson (Sam) cantaría acompañado por su piano la canción más recordada de la historia del cine, "As time goes by".
    Muy buena nota!

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    1. Aprovecho el comentario de Javier para hacerlo extensivo a Josefina e Ingrid. Se ve que cuando la vemos compartimos la misma nostalgia y recuerdos.
      Ricardo

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  4. "Los alemanes iban de gris, tú ibas de azul..."

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