Me ha pasado unas cuantas veces que haciendo zapping en la TV se me
aparece la película. No importa que la haya visto incontables veces ¿Quizás 15?
No lo sé. De lo que estoy seguro, es que es el film que más he visto en mi vida.
Entonces, quedo atrapado como la primera vez hace más de 50 años y la tengo que
seguir hasta que dice FIN, como en los viejos tiempos. Anoche fue una vez más.
Me conozco los gestos de los protagonistas, lo que van a decir, la acción
siguiente, ya todo me resulta previsible, sin embargo quedo clavado hipnotizado
ante el televisor.A veces la agarro a los comienzos cuando Ilse con su blanco sombrero de
alas anchas levemente inclinado sobre su rostro que la hace aún más hermosa,
ingresa al bar de Rick de la mano de Lazlo. Después, ella se sienta junto al
negro del piano y le pide que toque otra vez aquella canción que ambos tan bien
recuerdan. El pianista se resiste, pero ella le implora: “tócalo de nuevo Sam, hazlo por mí" y él comienza a desgranar en las
teclas la inolvidable melodía de “Según
pasan los años”.
Tócalo de nuevo Sam
Otras veces me encuentro con la escena de Rick, semiborracho en su
escritorio recordando la época feliz en París junto con Ilse cuando descorchan
un champan y él le dice “a tu salud nena”, una traducción extraña de “here’s looking at you kid”, frase que
se va a repetir 3 veces más a lo largo de la película.
Marsellesa
Después, viene la escena donde Lazlo ordena a la orquesta que toque la Marsellesa y todo el bar se pone de pie
y comienza a cantarla y a mi se me pone la piel de gallina, como la primera
vez.
Si hay un final de antología en el cine, indiscutiblemente recordado por
todos, es la escena en el aeropuerto bajo la neblina donde se cruzan las
miradas entre Rick e Ilse y a ella se le humedecen los ojos porque lo va a
abandonar. “Siempre nos quedará París”, trata él de consolarla y de consolarse
a sí mismo.
Siempre nos quedará París
No es un final feliz, es melancólico y así debe ser. Si Rick se
hubiera ido con Ilse y lo hubieran dejado solo a Lazlo habría sido impúdico, una
concesión grotesca del director o el guionista. Pero era el Hollywood de antes,
el imprevisible, el que no solía hacer concesiones, el buen cine yanqui que hoy
solamente reaparece con chispazos fugaces sólo de tanto en tanto.
Finalmente, Rick y el sargento Renault se van alejando por la pista y
mientras la niebla los va perdiendo, Rick le pone el broche de oro a la escena
final con la frase: “creo que este es el comienzo de una hermosa amistad”.
Creo que este es el comienzo de una
hermosa amistad
Casablanca, dirigida por Michael Curtiz, atravesó décadas y generaciones
y se sigue manteniendo fresca como una lechuga, requisito esencial para
sentenciar sin margen de error que una película estuvo muy bien hecha. Nadie se
atrevería a realizar un remaque, como
sucedió con otras producciones, porque ¿quién podría superar a esa dupla
descomunal que fueron Ingrid Bergman y Humphery Bogart, o que canción se
cantaría en lugar de Según pasan los años?
Es difícil establecer cuál es la mejor película en la historia del
séptimo arte, algunos hablan de Muerte en
Venecia del genial Visconti con Dirk Bogarde deslizándose por el Gran Canal
teniendo como fondo los sublimes acordes del adagietto de la Quinta sinfonía de Mahler. Otros sugerirán la Dolce vita de Fellini y por supuesto El séptimo sello, la obra cumbre y
perfecta de Bergman. El ciudadano de Welles,
es señalada por muchos como la mejor película, pero la considero sobrevalorada
y no me produce emoción alguna. Para mí, si debo juzgar una película por los
sentimientos que me genera, por enésima vez con la misma intensidad que si la
hubiera visto cuando era adolescente, sin duda Casablanca es la reina.
Ricardo
Es el mito hecho celuloide, la más grande entre las grandes. "Casablanca" es la obra maestra absoluta, un icono de la historia del cine que cautiva con un guión sublime sembrado de diálogos insuperables, envuelto en una dirección, puesta en escena e interpretaciones mágicas, que alcanzan el techo del séptimo arte. Puede que nunca se haga una película mejor.
ResponderEliminarMe fascina al igual que al autor de esta hermosa nota.
Cordialmente
Josephine
¡Me gustó mucho como está escrita esta nota! Tan melancólica como la película misma...
ResponderEliminarComparto el sentimiento por esa película.
ResponderEliminarPrimero se pensó en Ronald Reagan y Ann Sheridan para interpretar a Rick e Ilsa pero, por fortuna, los elegidos finalmente fueron Bogart e Ingrid.
Dooley Wilson (Sam) cantaría acompañado por su piano la canción más recordada de la historia del cine, "As time goes by".
Muy buena nota!
Aprovecho el comentario de Javier para hacerlo extensivo a Josefina e Ingrid. Se ve que cuando la vemos compartimos la misma nostalgia y recuerdos.
EliminarRicardo
"Los alemanes iban de gris, tú ibas de azul..."
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