Se entregó solitario
a su complejo
Destino de inventor
de pesadillas
Quizá, del otro lado
de la muerte,
Siga erigiendo
solitario y fuerte
Esplendidas y atroces
maravillas.
Jorge Luis Borges
Edgard Allan Poe
(1809-1849)
Poe se nos ofrece a través de distintos
daguerrotipos de la época, siempre con gesto melancólico, jamás con una sonrisa
o con expresión afable porque, desde la infancia, tuvo desdichas y su mundo
interior era tan terrible como los cuentos que escribía.
Trató de ganarse la
vida como escritor, pero las editoriales lo explotaron comercialmente,
subestimaron su obra influenciados por la presencia de ese hombrecito que se
les presentaba tímido, desaliñado y con mirada triste. Tenían ante sí a uno de los más grandes
cuentistas de los Estados Unidos, al inventor de la novela policial, al que
desarrolló el suspenso mucho antes de que se inventara la palabra psycho-thriller
y al autor de poemas de notable belleza. No lo entendieron, lo consideraron
un poeta menor y le pagaron sumas miserables que lo convirtieron poco menos que
un mendigo que terminaría buscando consuelo en el lento suicido del alcohol.
Pero había otro Poe, el que en
circunstancias ordinarias podía ser una excelente compañía, que hablaba de
literatura con brillante elocuencia y conocimiento y leía sus poemas con voz
agradable.
Edgar Allan Poe nació en Boston en 1809,
pero salvo un breve período en Inglaterra, la mayor parte de su vida
transcurrió en el sur hostil y racista de los Estados Unidos, donde imperaba la
esclavitud. Quedaba por delante casi medio siglo para que la Guerra de Secesión
terminara con ese estigma.
El hogar de los Poe era francamente
disfuncional. Sus progenitores, actores trotamundos, no figuraban en su
memoria, ya que el padre alcohólico abandonó a los suyos y desapareció del
mundo sin dejar rastros. En cuanto a su madre, falleció cuando él tenía sólo 2
años.
Edgar fue adoptado por una familia, los
Allan, en la ciudad de Richmond, estado de Virginia, quienes si no le
ofrecieron afecto adecuado, al menos le brindaron educación en una escuela
privada de las afueras de Londres. Cinco años después, la familia regresó a
Richmond y Edgar continuó sus estudios en escuelas locales.
Durante ese período, uno de sus compañeros
lo llevó a su casa y le presentó a su bella y joven madre, de la cual Edgar se
enamoró de inmediato. Fue una relación platónica, ya que acudía a ella en
momentos de desasosiego, en busca de la madre ausente. El vínculo resultó efímero
porque, apenas pasado el año, Jane Stannard falleció y fue una de las varias
mujeres que, al cruzarse en su vida, escaparon del olvido perpetuadas en
hermosos poemas.
Jane Stannard. Poe le
dedicó en 1831 el poema To Hellen.
A sus 17 años, el señor Allan lo envió a
la Universidad de Virginia, pero no fue un período feliz para Edgar. Su padre
adoptivo le retaceaba los fondos y se transformó en un joven pobre rodeado de compañeros
ricos, hijos de hacendados que poseían plantaciones de algodón, que amasaron
sus fortunas gracias al látigo y al sudor de los esclavos negros. Edgar buscó
la salida económica de la peor forma: el juego, entrando en un círculo vicioso
de deudas y empobrecimiento, lo que lo condujo por el camino del alcohol.
Con los bolsillos vacíos, se alistó
durante unos años en el ejército para tener un salario, mientras empezaba a
escribir cuentos y poemas. Posteriormente, se trasladó a Baltimore, donde se
alojó temporariamente en la casa de su tía Maria Clemm, que vivía con su hija
Virginia, de 7 años.
En la misma casa vivían William Henry y Rosalie,
dos hermanos de Edgar que en la diáspora familiar habían sido adoptados por la
señora Clemm. La presencia de sus hermanos afectó profundamente su espíritu, ya
que William Henry era alcohólico y estaba muriendo de tuberculosis, mientras que su hermana tenía cierto retardo mental. Los
espectros de esa familia devastada lo perseguirían por el resto de su vida.
La falta de dinero seguía asfixiándolo, y para paliar
esta situación, logró ingresar a la Academia Militar de West Point, gracias a
las influencias de su padre adoptivo. Sólo la desesperación para eludir la pobreza puede explicar la decisión de ingresar a la
milicia. Su espíritu era lo más lejano a esa vida rígida y estructurada. Pronto
mostró una negligencia de tal magnitud que las autoridades del instituto terminaron
haciéndole una corte marcial expulsándolo de la Academia.
Después, Poe consiguió trabajos menores en
editoriales y publicó con poco éxito sus primeros cuentos y poemas. Se unió a
la familia Clemm y todos vivieron en una humilde pensión a expensas de magro
salario de Poe. Por entonces, contrajo matrimonio con Virginia; él tenía 27
años, ella, 13. Entre quienes estudiaron su vida existe controversia sobre las
características de ese matrimonio. Se especula sobre su consumación o si el escritor
se casó para tener proximidad con su tía en busca de la madre que nunca tuvo,
pero es evidente que amaba a Virginia, porque así lo manifiestan las cartas que
le escribía.
Virginia Clemm Poe
Poe se trasladaba de una ciudad a otra,
sea en búsqueda de nuevos horizontes laborales o huyendo de acreedores y
locatarios. La familia se desplazó a Nueva York y luego a Filadelfia, lugares
donde Poe consiguió trabajos fugaces en varias editoriales y logró publicar su
primera colección de historias cortas: Cuentos de lo Grotesco y lo Arabesco.
En 1841, formó parte del comité editorial del Graham’s Magazine, donde
publicó Los crímenes de la calle Morgue y, más tarde, La máscara de
la muerte roja y La caída de la Casa Usher, todos llevados al cine
con el inolvidable Vincent Price como protagonista.
Vincent Price con el
cuervo del famoso poema The Raven
Fue un brevísimo período de cierta
felicidad y bienestar económico que se interrumpió cuando su esposa tuvo un
accidente vascular del cual nunca se recuperó. Poe cayó en profundos pozos
depresivos y en el abuso del alcohol, lo que no impidió que produjera varios de
sus mejores cuentos como El pozo y el péndulo, El gato negro y El tonel
de amontillado.
En 1847, Virginia fallece, pero Poe logró
superar el golpe gracias al intercambio de poemas y cartas con la viuda Sarah
Helen Whitman, lo que generó una profunda amistad que se transformó en amor. Al
principio, los padres de Sarah opusieron una feroz resistencia a que se casara
con ese escritor de dudosa reputación y sin un cobre. Poe intentó suicidarse
con láudano, pero en una cantidad que sólo lo enfermó gravemente sin llegar a
matarlo. Una vez recuperado, insistió con Sarah, juró abandonar el alcohol y
reformarse. Finalmente, su persistencia triunfó y se fijó fecha para la boda,
pero el fuerte componente autodestructivo de Poe lo condujo a una noche de
juerga con un amigo y poco después se presentó totalmente ebrio en la casa de
su prometida. El proyecto matrimonial murió en ese instante y ya era evidente
que estaba en un pozo sin salida, llevando una vida de total desorden.
Entró en períodos de síndrome de
abstinencia que le producían alucinaciones y delirios. El deterioro de su
organismo y de su mente comenzó a precipitarse rápidamente. Finalmente, en una
de las hospitalizaciones, expiró después de gritar “Dios ayude a mi pobre alma”.
Era el 7 de octubre de 1849, y Poe sólo tenía 40 años.
La obra de Edgar Allan Poe no pasará nunca
de moda porque es atemporal. Sus relatos fantásticos y sin relación con el
mundo verdadero marcaron a futuras generaciones de escritores e influenciaron en
Europa a la flor y nata de la literatura como Baudelaire, Mallarmé, Verlaine y
Rimbaud.
Poe sigue vivo. Su fantasma incansable
merodea por los barrios pobres de Richmond, husmea bodegones en Filadelfia,
espía los lupanares del Bronx y curiosea los conventillos de Baltimore. Nadie puede
escapar a la fascinación terrible de sus relatos, porque Poe es inmortal.
Bibliografía
• Edgar Allan Poe Biography. Bio True Story,
2010. Disponible en:
http://www.biography.com/articles/Edgar-Allan-Poe-9443160
• Encyclopaedia Britannica. Edgar Allan Poe. 540-42. Encyclopaedia
Britannica Inc,
Chicago, 1995.
• Merriman CD. Edgard
Allan Poe. The Literature Network, 2006. Disponible en:
http://www.online-literature.com/poe/
• Meyers J. Edgar
Allan Poe: His Life and Legacy. New York, Cooper Square Press,
1992.
• Van Doren Stern
P. The Portable Poe. The Viking Press, New York, 1972.
“Se entregó solitario a su complejo
e Jorge Luis Borges.
Me gustó mucho !
ResponderEliminarSi te gusta Poe, podés escuchar a Christopher Lee recitando "The Raven":
¡Buenísimo, que bien recitado y que buen inglés!
EliminarMuchas gracias por tu nota
ResponderEliminarGracias por tu magnífico relato biográfico de Poe, Ricardo. Es uno de mis autores favoritos. Cuando vengas con Alicia podremos ir a Baltimore, done creo está su tumba.
ResponderEliminarNo se a cual persona de la vida real se refiere Poe cuando en su poesía "El Cuervo", menciona la "rara y radiante doncella a quien los ángeles nombran Leonor". No se trataba de su joven esposa Virginia, ya que ella murió meses después de escrito el poema.
Si no los has leído, o no leído recientemente, te recomiendo el cuento "El Entierro Prematuro", en el cual sugiere evitar los cuentos terroríficos. También "La Narración de Arturo Gordon Pym", aunque es un poco más larga que sus otros cuentos.
No creo que era católico, pero también escribió un himno (adjunto) a la Virgen inspirado por una visita a una iglesia de los Jesuitas en Nueva York después de oir sus campanas que llamaban a la oración del Angelus.
Abrazos,
Oswaldo
Hola Oswaldo te recomiendo que escuches The Raven por Christopher Lee, vale la pena
EliminarAbrazo