“No tengo
claro si lo que logré hacer en mi vida fue pese a esas experiencias de mi niñez
o gracias a ellas”
Mario Capecchi
La
sala infantil del hospital de Reggio Emilia, cerca de Bolonia, está atestada de
niños de distintas edades. En una de las camas se encuentra Mario cuyo
organismo de 9 años lucha por sobrevivir contra la fiebre tifoidea. Hace cerca
de un año fue recogido en la calle por la policía que lo halló
semiinconsciente. Porque Mario parece ser un huérfano, ningún familiar ha
venido a reclamar por él. ¿Qué le pasó y porqué se encuentra en estas
condiciones?
Lucy
Lucy Ramberg
Vayamos
un poco atrás en el tiempo. La madre de Mario se llama Lucy Ramberg y de ella
se conoce una foto cuando tenía 19 años que la muestra hermosa y atractiva.
Lucy es de origen estadounidense, pero siendo niña se trasladó con su madre y
su abuela a Italia. Estudió literatura en La Sorbona y llegó a ser docente en
esa institución. Escribió buena poesía y formó parte de un grupo de artistas
llamados “Los Bohemios”. Era una mujer inteligente que dominaba media docena de
idiomas. Conoció a Luciano Capecchi que era piloto de la Fuerza Aérea italiana
y ambos se enamoraron apasionadamente.
El
6 de octubre de 1937 nació Mario cuando el país ya estaba sumergido en el
fascismo de Mussolini. Las relaciones entre el dictador italiano y Hitler eran
cada vez más estrechas y una sensación de gran inestabilidad política, recorría
Europa. El grupo de Los Bohemios era abiertamente antifascista y antinazi y Lucy
era la encargada de repartir panfletos contra el régimen y contra el nazismo.
En 1939 estalló la guerra y Luciano debió abandonar el hogar para desempeñarse
como piloto en el conflicto. No volvieron a verlo.
Lucy
era previsora, sabía que podrían detenerla por sus actividades políticas y
había ahorrado un dinero para que alguien se hiciera cargo de su hijo. Mario
recuerda vagamente cuando soldados alemanes ingresaron a su casa en los Alpes
tiroleses para llevarse a Lucy en la primavera de 1941. Lucy tuvo tiempo de
entregar a Mario a una familia del lugar junto con la suma de dinero que había
ahorrado para que lo tuvieran bajo su cuidado.
Vagabundo y mendigo
Mario
vive un año con los granjeros gente simple semi analfabeta que trabaja
arduamente en el campo. No recuerda si el dinero se acabó o aquella familia
después de un tiempo consideró que habían hecho lo suficiente y lo arroja a la
calle. Mario tiene 4 años y medio, empieza a deambular, atravesando sendas,
campos cultivados y en los pueblos duerme en las ruinas de edificios destruidos
por los bombardeos.
Finalmente
llega a la ciudad de Reggio Emilia y allí decide quedarse. Conoce a otros niños
en una situación de extrema precariedad como la suya, huérfanos cuyos padres
murieron durante la guerra o por otras circunstancias. Integra una banda de ladronzuelos
que luchan por la supervivencia, mendigan, roban y se convierten en asiduos
concurrentes de comisarías y orfelinatos, algunos peores que la calle. Mario se
escapa de todos ellos, está sucio, enflaquecido, con la ropa hecha jirones y
siempre hambriento.
Pasan
más de 4 años en estas condiciones hasta que un día la policía lo encuentra
semi desvanecido y afiebrado y lo traslada al hospital de Reggio Emilia donde
le diagnostican fiebre tifoidea.
Aparece Lucy
Volvemos
al principio de la historia, Mario tiene 9 años y hace varios meses que está
internado en el hospital, ha superado la enfermedad pero está muy débil en su
convalecencia. Una mañana se acerca la Hermana María, la enfermera a su cargo.
No viene sola, está acompañada por una mujer desconocida, pero la Hermana María
le dice que es su madre. Al muchacho le cuesta asociar el recuerdo de Lucy,
cuando se la llevaron los alemanes, con esta señora envejecida, algo encorvada y
mirada triste. Es que los 4 años en el campo de concentración de Dachau minaron
terriblemente su organismo.
Terminada
la guerra, Lucy fue liberada y se dedicó frenéticamente a localizar a su hijo. Con
ella viene ropa nueva y la voluptuosa y olvidada sensación de un baño
refrescante.
Lucy
hace contactos con su hermano Edward Ramberg, un físico destacado radicado en
Princeton, New Jersey que trabaja para la Radio
Corporation America. El tío Edward les compra dos pasajes y en cuanto
llegan a Estados Unidos, al día siguiente su madre lo envía a la escuela. Mario
recién está aprendiendo el inglés que Lucy le fue enseñando durante la travesía
en el barco. Dado sus durísimos antecedentes callejeros, a Mario le cuesta ser
sociable e integrarse con los demás compañeros. Poco a poco lo va logrando y
cuando ingresa a la escuela preuniversitaria o college, se puede decir que es un joven civilizado.
Finalizada
esta etapa Mario logra ingresar al prestigioso MIT (Massachusetts Institute of Tecnology) en Boston, donde descubre su
verdadera vocación: la biología molecular, una ciencia que acababa de nacer y
se encuentra en plena ebullición. Del MIT se traslada a la Universidad de
Harvard que es la Meca de la biología molecular. Allí se entrevista con James
Watson quien junto con Crick descubrió a principios de la década del 40 la
estructura en doble hélice del ADN, el hallazgo más importante en toda la
historia de las ciencias biológicas. Mario le pregunta a Watson cual es el
mejor lugar para realizar sus estudios y graduarse. Watson le replica: “Aquí
mismo, sería un tontera que usted fuera a otro sitio”.
El ratón mutante
Terminadas
sus investigaciones en Harvard, que para Mario fueron cruciales en su carrera,
se traslada a las Montañas Rocosas donde se encuentra la universidad de Utah.
Allí comienza a investigar la forma para alterar la estructura genética de los
ratones, animales muy útiles en experimentación básica porque poseen una
estructura de ADN con muchas similitudes a las del humano.
El objetivo de la investigación es anularle al ratón un gen determinado, lo
que se llama knock out mouse o ratón
mutante y compararlo con otro roedor normal. Mario cultiva embriones de ratón
en su etapa más temprana y que por lo tanto están constituidos por células
madre o indiferenciadas, lo que significa que pueden transformarse en las de
cualquier tejido del organismo. Seguidamente introduce en el cultivo el gen de
un ratón que se quiere investigar. Algunas de las células madre incorporan el
gen en su estructura y es cuando el embrión es introducido en el útero de una
ratona. El nuevo ser es un ratón mutante que permite a los científicos
establecer los roles de genes individuales en la salud y la enfermedad y
estudiar enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas, la diabetes y el
cáncer. El descubrimiento se aplica en casi todos los terrenos, desde la investigación
básica hasta el desarrollo de nuevas terapias.
Mario Capecchi (1937-)
Mario
Capecchi tiene 79 años, su descubrimiento del ratón transgénico es ampliamente
utilizado por muchas instituciones en todo el mundo. Una madrugada del año 2007
suena el teléfono, la llamada es de Estocolomo, más precisamente del comité del
Premio Nóbel. Le anuncian que compartirá con otros dos científicos el máximo
galardón en Medicina y Fisiología «por sus trabajos sobre células madre y
manipulación genética en modelos animales».
Pedro
Lipcovich. El Premino Nobel de Medicina a los inventores del ratón mutante.
Página 12, 09/10/2007.
DW.
Cinecia: Mario
Capecchi: de niño mendigo a Premio Nóbel de Medicina 2007. http://www.dw.de/mario-capecchi-de-ni%C3%B1o-mendigo-a-premio-n%C3%B3bel-de-medicina-2007/a-2813324
DNA from de Beginning.
Mario Renato Capecchi (1937-) http://www.dnaftb.org/41/bio.html
Modelo de una superación ejemplar.
ResponderEliminarQuerido Ricardo: Como ves seguimos fieles lectores de tu producción. Pero en el último Mordaz
ResponderEliminarsobre Mario Capecchi me sorprendió ver la foto "Lucy con Mario". En efecto si bien nunca había
oído hablar de Mario Capecchi o de su historia, yo conozco muy bien la foto, que es también
ultradifundida. de una mujer llamada Florence Leona Thompson. La foto es parte de un encargo
hecho por una de las administraciones del New Deal: Farm Security Administration (FSA) y es
uno de los símbolos de la Gran Depresión en los EEUU. Podés ver su historia detallada en los
siguientes artículos de Wikipedia:
Hola Carlos:
ResponderEliminarMuchas gracias por tu valioso comentario que contribuye a que EL Mordaz mantenga los niveles de veracidad y excelencia que siempre busqué. En Google esa foto aparece en varias ocasiones en que se habla de la vida de Mario, pero no es la primera vez que comete esas imprecisiones. La foto ya ha sido eliminada.
Muchas gracias nuevamente por tu aguda observación.
Abrazo
Fascinante relato, Ricardo. No tenía idea quién desarrolló el ratón knock-out.
ResponderEliminarAbrazos
Oswaldo
Lindo comentario no se si será verdadero es difícil creer tanta suerte de una mama, aunque las mamás buenas o malas son capaces de cualquier cosa por sus hijos. También dudar de un campesino europeo(Suiso) que actuará de manera tan brutal con un niño al que acojino , también creer que ese niño porque fue al país que inventó la "democracia" logró tan altos logros sabiendo que a las universidades allí se llega si tienes dinero suficiente, sin despreciar con lo que digo la calidad científica. Además hace poco se me cayeron los Watson y Creek, cuando me enteré que estos dos verán unos holgazanes que levantaron las investigaciones de otro científico haciendo suyo con la publicación que ganara el Novel (distinción poco creíble ya desde antes y después del premio Novel de La Paz de Obama)
ResponderEliminarVoy a responder todas tus inquietudes: 1) ¿Vos crees que un campesino por ser Suizo es necesariamente humanitario? Suiza es un país con una banca corrupta. 2- A Mario lo ayudó el tío Edwards que estaba en muy buena posición económica. 3-La estructura del ADN la descubrió la inglesa Rosalind Franklin quien le envió material a Watson. Rosalind murió de cáncer y efectivamente Watson y Creek se adjudicaron el Nobel. Es bastante común que personas que lo merecían no lo recibieron, depende en gran parte del lobby y de las relaciones. Conozco varios casos y ni hablar en el tema de la paz. Ojo Nobel es con "b"
EliminarAbrazp
Bueno lamento haber escrito ma Nobel, imaginaras que nunca creí que ese premio fuera la máxima distinción a la que se pudiera llegar. Ni tampoco creo que la banca ni los factores de poder en Suiza sean buenas personas tampoco lo son en nuestro pais
EliminarSusana R
ResponderEliminarexcelente nota!!
la reenvio
un abrazo!