El poder del cine
El
cine, por su capacidad de llegar a millones de personas, con imagen y sonido
muchas veces impactante, es una de las mejores herramientas y de las más
efectivas para denunciar, dar a conocer abusos y exigir reparaciones. Dos películas exhibidas con un intervalo de 12 años,
la primera en 2002 llamada En el nombre
de Dios (el título original es Las
Hermanas de la Magdalena) y la segunda Philomena,
estrenada en 2014, ponen al descubierto, el lado oscuro y siniestro de la
Iglesia Católica. Junto con la pedofilia, los asilos de las Hermanas de
la Caridad, constituyeron dos comportamientos perversos y estremecedores que la
jerarquía eclesiástica toleró y ocultó ante la sociedad.
Afiches: izquierda: "En el
nombre de Dios" (The Magdalene Sisters),
de Peter Mullan y estrenada en 2002. Derecha: "Philomena" de Stehpen Friars,
estrenada en 2013, con la conocida actriz Judi Dench
La infamia nació en Irlanda
Todo
comenzó en Irlanda, más precisamente en Dublin en 1767, cuando la filántropa
irlandesa Arabell Deny fundó El Asilo de
las Magdalenas, en recuerdo de Santa María Magdalena, quién según la
tradición, era una mujer disoluta que arrepentida de sus pecados y
siguió a Jesús junto con los demás discípulos. Por lo tanto, esta institución estaba destinada a la
asistencia de las prostitutas que deseaban cambiar y escapar de una actividad
degradante y peligrosa. El asilo proveía a estas mujeres de alojamiento, ropa,
comida, e instrucción religiosa y cuando estaban en condiciones de
independizarse, eran restituidas a la sociedad.
El
movimiento de las Magdalenas en Irlanda fue rápidamente apropiado por la
Iglesia Católica y las casas, que fueron abiertas inicialmente como refugios
transitorios, se fueron convirtiendo rápidamente en instituciones a largo
plazo. Pasaron a ser regenteadas por monjas de la orden de las Hermanas de la
Caridad o de la Misericordia y en poco tiempo, el objetivo inicial se desvirtuó
totalmente.
Lavanderías de la Magdalena
Los
conventos empezaron a recibir gran número de adolescentes que por decisión
propia, o como ocurrió en la mayoría de los casos, eran traídas por sus padres
por su “mal comportamiento sexual” o porque estaban embarazadas. En el caso de
la película En el nombre de Dios, la
protagonista había sido violada por su primo quién la llevó engañada a una
habitación de la casa durante una fiesta. El padre consultó con el cura del
pueblo y ambos convinieron en alojar a la adolescente, en forma forzada, en El Asilo de las Magdalenas. Al primo violador no
le ocurrió absolutamente nada. Conviene detenernos en este episodio para
destacar que los prejuicios y el comportamiento fuertemente machista y misógeno
de la sociedad ultraconservadora de Irlanda facilitó en gran medida la
existencia y el comportamiento perverso de estas instituciones.
Cuando se
exhibió la película, el diario del Vaticano L’Osservatore
Romano la consideró una provocación llena de odio y rencor.
Una
historia semejante ocurre en la película dirigida por Frears: Philomena, basada en el libro El niño perdido de Philomena Lee, de
Martin Sixsmith, un periodista de la BBC. La adolescente tuvo sexo con un amigo
y en cuanto aparecieron los primeros signos de embarazo, su padre la internó
contra su voluntad en el convento Sean
Ross Abbey, situado en Roscrea, pueblo del condado de Tipperary en Irlanda.
La institución estaba regenteado por las Hermanas
del Sagrado Corazón de Jesús, monjas que desde 1930 hasta 1970, se
dedicaron al tráfico de bebés. Philomena fue castigada con tres años de
encierro en Sean Ross Abbey. Cuando el niño nació, fue confiscado por las
monjas y Philomena estaba autorizada a verlo diariamente tan solo unos instantes, junto
con otras madres adolescentes que compartían la misma situación. Al cumplir
tres años las monjas lo vendieron a un matrimonio que vino de Estados Unidos.
Fue una separación definitiva y desgarradora que soportó en silencio, como
otras muchas Philomenas en Irlanda, que alimentaron en los años cincuenta y
sesenta el mercado de bebés manejado por la Iglesia Católica. Los bebés no eran
entregados gratis a los padres adoptivos, las monjas los vendían en valores que
oscilaban entre mil y tres mil dólares. Finalmente en 1970, la congregación fue
clausurada.
Sean Ross Abey
Las lavanderas esclavas
En
los conventos de la Magdalena, las jóvenes estaban obligadas a trabajar los 365
días del año bajo la estricta vigilancia de las monjas. Lavaban, planchaban y
reparaban las ropas que los vecinos de la comunidad entregaban sin cuestionarse
que quienes hacían las tareas, estaban relegadas a un estado de esclavitud ya
que no percibían remuneración alguna por su trabajo y se encontraban en una situación
de encierro. Obligadas a guardar silencio entre ellas, sufrían una rutina monacal
agobiante, intercalada por tediosas oraciones, mientras “expiaban sus pecados”
trabajando. Las monjas les inculcaban en forma permanente y despiadada la
culpabilidad de sus actos y la ofensa que habían cometido ante Dios y la
Virgen, solo redimible con el trabajo forzado cuyo rédito económico iba
exclusivamente para el convento.
Internadas trabajando
Las
lavanderías de la Magdalena se extendieron por varios países de Europa y
llegaron a Estados Unidos. Cada una tenía su propio régimen de disciplina y
grado de explotación y castigos físicos, pero solo algunos, la mayoría en
Irlanda, incurrieron en el delito de traficar bebés. En ese país, el último de
ellos se cerró recién en 1960 después de que por sus puertas habían pasado miles
de mujeres. No fueron cierres espontáneos ni por razones éticas o principios
morales, las lavanderías de la Magdalena habían dejado de ser rentables por la competencia de las empresas de lavandería y
los lavarropas particulares.
En 2011, después de una larga campaña realizada por agrupaciones feministas
y de derechos humanos, el Comité de las Naciones Unidas Contra la Tortura, le
solicitó al gobierno irlandés una investigación independiente por no haber
protegido los derechos de las mujeres en los conventos de monjas.
En
2013, Enda Kenny, el Primer Ministro del gobierno irlandés, pidió perdón en
nombre de los gobiernos de su país por su incapacidad de proteger a miles de
adolescentes y niñas sometidas a una virtual esclavitud en las llamadas Magdalene laundries (lavanderías
Magdalena).
Enda Kenny
Quedaban
mil sobrevivientes que finalmente recibieron una compensación moral y económica
por los años pasados, pero ninguna recuperó jamás los hijos que les
sustrajeron. Los archivos fueron quemados o no se llevaron registros de este
tráfico ilegal y siniestro.
Begoña
Arce. Monjas ladronas de bebés. El Periódico, 07,12,2013
Begoña
Piña. Philomena, la película que debería ver el Papa. Público.es 28/02/2014.
Douglas Dalby.
Irish Government Apologizes in Laundry Scandal. The New York Times, 19/02/2013.
Fintan O’Toole. The sisters of no mercy. The Guardian
16/02/2003.
Muy parecido a
ResponderEliminarLa Madre Teresa no predicaba con el ejemplo
Un estudio elaborado por académicos canadienses demuestra que sus misiones eran verdaderas "casas de la muerte" y que los millones que recibió su fundación no se corresponden con el coste de sus obras de caridad.
"Su manera dudosa de cuidar a los enfermos, sus contactos políticos cuestionables, su sospechosa gestión de las enormes sumas de dinero que recibió y sus puntos de vista excesivamente dogmáticas relativos, en particular, al aborto, la anticoncepción y el divorcio" han levantado recelos sobre una de las santas más aclamadas del siglo XX: la Madre Teresa de Calcuta. Según se desprende de un estudio de la universidades canadienses de Ottawa y Montreal, y del que se hace eco el diario del mismo país UdemNouvelles, el mito de altruismo que rodea la figura de Agnes Gonxha, como se llamaba realmente, no se correspondería con la vida de una mujer que podría no haber sido tan santa como se ha dicho hasta ahora.
http://www.publico.es/internacional/451792/la-madre-teresa-no-predicaba-con-el-ejemplo
Tengo la misma sospecha que usted. Un día me voy a dedicar al tema de esta inflada Madre Teresa
EliminarYa que le interesó... publíquelo o mejor úselo si algún día aborda el tema. Gracias por difundir.
ResponderEliminarDurante su vida la Madre Teresa abrió 517 misiones de acogida para los pobres y enfermos en más de 100 países. Sin embargo, estas misiones han sido descritas como "casas de la muerte" por los médicos que las visitaron y trabajaron en ellas en la ciudad de Calcuta. Dos tercios de las personas que acudieron esperaban encontrar atención médica, mientras que el otro tercio sólo esperaba encontrar una muerte en mejores condiciones. Lo que se encontraron los doctores fue una gran falta de higiene, unas pésimas condiciones de atención, alimentación inadecuada y una importante falta de analgésicos.
No obstante, le problema no era la falta de dinero, pues la Fundación creada por la propia Agnes Gonxha había recaudado cientos de millones de dólares. Más bien el problema resultó ser su particular concepción cristiana sobre el sufrimiento y la muerte. Ella misma dijo que "hay algo hermoso en ver a los pobres aceptar su suerte, sufren como la Pasión de Cristo. El mundo gana mucho de su sufrimiento", para responder a las críticas, según el periodista CHRISTOPHER HITCHENS. Pero ella no se consideraba pobre, por lo que su sufrimiento no ayudaba a nadie. Cuando requirió cuidados paliativos los recibió en un hospital moderno de Estados Unidos.
Tras recibir millones de dólares del dictador Duvalier sólo envió oraciones a la India. Se desconoce qué fue del dinero Tras las inundaciones en la India y la explosión de una planta de pesticidas en Bhopal, ofreció numerosas oraciones y medallas de la Virgen María, pero en ningún momento envió una ayuda monetaria directa, pese a que su fundación ya contaba con importantes recursos. Además, no mostró ningún tipo de reparo para aceptar la Legión de Honor y una beca de la dictadura de Duvalier en Haití. Con esa operación, le fueron transferidos millones de dólares a cuentas bancarias de la Orden de las Misioneras de la Caridad. A día de hoy el estado de esas cuentas sigue siendo secreto. "Teniendo en cuenta la gestión parsimoniosa de las obras de caridad de la Madre Teresa, uno puede cuestionarse dónde se han ido los millones de dólares que iban para los más pobres de los pobres".
Tras esta realidad perturbadora, los académicos también se preguntaron cómo consiguió construir su imagen de santidad y bondad. Y sus investigaciones les llevaron a la reunión que tuvo lugar en Londres en 1968 con el periodista británico de la BBC Malcom Muggeridge, conocido por sus posiciones políticas derechistas y en contra del aborto, algo en lo que coincidían ambos personajes. De esta forma, en 1969 el periodista rodó un elogioso documental que pintaba a Teresa como una verdadera santa bienhechora a los ojos del mundo. En los años siguientes, y gracias a esta imagen construida, ella pudo viajar por todo el mundo y recibir, entre otros premios, el Nobel de la Paz. En la gala de entrega, aseveró que "el mayor destructor de la paz hoy en día es el aborto, porque es una guerra, una matanza, un asesinato de la propia madre".
Después de su muerte, en el momento en el que el Vaticano decidió santificarla, le atribuyeron el milagro de haber curado a una mujer, quien había estado sufriendo de dolor abdominal intenso. Ella dijo que después de que Gonxha le colocara una medalla se esfumó su dolor. Sin embargo, lo que la Iglesia consideró "milagro" varios médicos aseguraron entonces que fueron medicamentos y drogas los que hicieron desaparecer el dolor del quiste de ovario y la tuberculosis que sufría.
Excelentes datos!
EliminarSiempre desconfié de esa que dan por " Santa", aún gente habitualmente bien informada.
Muy bueno, Ricardo! Ví una de las películas que comentás.
ResponderEliminarAbrazo!
Cuál viste?
EliminarPorque a Philomena la vimos todos, pero la otra me interesaría y no sé de qué año será.
Hola Rosario:
Eliminar"En el nombre de Dios", es una película dirigida por Peter Mullan y estrenada en 2002. Se puede conseguir en los buenos videos.
Saludos
Gracias por el dato. La buscaré.
EliminarImpactantes los datos que manda Gustavo H. sobre la Madre Teresa. Habría que difundirlos y desenmascarar así a esta falsa santa.
ResponderEliminarA mí esa señora siempre me inspiró mucho rechazo, ya desde antes de conocer su biografía. Ella siempre predicó la resignación, que mantiene el status quo. Si los que ella "cuidaba" eran pobres, enfermos y famélicos, que ni se los ocurriera rebelarse y luchar. debían resignar porque así lo quiso Dios.
Sus métodos con los pacientes dejaban bastante que desear. Utilizaba jeringas sin esterilizar porque "no había tiempo" para esos detalles. Lo mismo hacían las monjas belgas que trabajaban en Zaire (ex Congo, actual República Democrática del Congo), gracias a lo cual diseminaron, sin querer, el virus del ébola en la década de 1970. Ponían inyecciones de vitaminas a las mujeres embarazadas, usando agujas sin esterilizar. ¿Sería que siendo de "razas inferiores" no valía la pena tomarse el trabajo de esterizar las agujas?
Los que vieron "La grande belleza" recordarán la parodia de la Madre Teresa que hacen allí.
¡Saludos!
Eleonora
Leo muy asombrado una serie de comentarios sobre la Madre Teresa cargados de odio y resentimiento.
ResponderEliminarAunque es probable que me equivoque al verlo así porque seguramente quienes los expresan han de tener en sus hogares, bajo su protección, no menos de una docena de personas pobres de toda pobreza, incluyendo varios muy enfermos, algunos sufriendo enfermedades terminales, dedicándoles casi la totalidad de su tiempo. No contentos con eso, además saldrán de noche, varios días a la semana a llevar algún alimento a las miles de personas en situación de calle, tanto por la Ciudad como por el Conurbano.
Incluso también han de ser activos colaboradores, tanto pecuniarios como brindando parte de su tiempo para organizaciones como la Fundación Pequeños Gestos que con destacable dedicación dirige la eximia cantante popular Patricia Sosa.
Seguramente esté equivocado. No deberá considerarse este comentario proveniente de un judío desvergonzado a quien se acusa de aprobar la política del Premier Netanyahu, aunque ignoro con qué fundamentos.