jueves, 12 de diciembre de 2013

ALLENDE Y ESTADOS UNIDOS

La importancia de repasar la historia
Chile está en democracia desde 1990, Bachelet acaba de ganar por amplio margen en primera vuelta y si consolida el triunfo, el UNASUR saldrá fortalecido. Hace 40 años la situación era completamente distinta, Estados Unidos había logrado desequilibrar la región usando a Pinochet como punta de lanza de donde surgiría el siniestro Plan Cóndor.
Conviene por lo tanto, repasar cómo se gestó el golpe contra Allende, porque a diferencia de lo que sugieren algunos políticos locales de no mirar hacia atrás, es imprescindible tener siempre viva la historia pasada para repetir errores catastróficos.



                            Salvador Allende (1908-1973)

La falsa teoría del efecto dominó
El 4 de septiembre de 1970, Salvador Allende, el candidato de la Unidad Popular –coalición formada por los partidos Comunista, Socialista y Radical y otras tres pequeñas agrupaciones políticas–, obtenía la primera minoría en las elecciones presidenciales chilenas. No tenía la mayoría absoluta y según la constitución de ese país, debía ser avalado por el Congreso. Para los Estados Unidos, existían sobradas evidencias, según el criterio del país del norte, de que Allende representaba un peligro comunista y por lo tanto, una grave amenaza para América Latina. La teoría del efecto dominó, que llevó al presidente Lyndon Johnson a entrometerse en la guerra de Vietnam, fue nuevamente enarbolada por la CIA y el Pentágono: si Chile caía en el comunismo, pronto le seguirían los países vecinos. Estados Unidos no estaba dispuesto a tolerar una segunda Cuba.

En realidad, Salvador Allende nunca tuvo la pretensión de exportar ninguna revolución y no guardaba relación con los intereses de la Unión Soviética. Era un demócrata íntegro y creyó utópicamente, que por la vía pacífica, podía reacomodar la economía chilena, nacionalizando las principales industrias y redistribuyendo los ingresos a través de una reforma de los impuestos y de la tierra. Además, intentaba restaurar relaciones con Cuba y otros países socialistas.

El golpe se gestó en Washington
Por orden de Nixon y bajo la organización de Henry Kissinger (Premio Nobel de la Paz), se inició desde la misma noche de la victoria de Allende, una feroz campaña para voltearlo. Según documentos desclasificados, Nixon estaba furioso y convocó a sus principales asesores diciendo: “Hay que salvar a Chile, vale la pena el gasto y no debemos preocuparnos por los riesgos implicados en la operación”. Sus instrucciones fueron:
  • no involucrar a la embajada en este operativo;
  • destinar 10 millones de dólares para gastos iniciales;
  • asignar los mejores hombres para el programa de desestabilización;
  • cortar toda ayuda económica a Chile. “Ni una tuerca ni un tornillo para ese país y quiero un plan de acción dentro de las próximas 48 horas”, fueron sus palabras al terminar la reunión.
Para Kissinger y sus asesores, que Allende accediera al gobierno democráticamente, era un dato menor y no importaba cuan injusta o corruptas fueran las medidas a tomar para voltearlo. Un día antes de que el Congreso se reuniera para confirmar su triunfo, un comando de la ultraderecha con apoyo de la CIA asesinó al general constitucionalista René Schneider, quién había señalado que las fuerzas armadas debían respetar la decisión de las urnas. Fue un mensaje explícito para que los diputados no ratificaran el triunfo de Allende y un tiro por elevación hacia las Fuerza Armadas chilenas.

                                           Richard Nixo y Henry Kissinger

Una feroz campaña de desestabilización en todos los frentes
La política de acción de la administración Nixon, se dividió en varias tácticas: por un lado volcó una ingente cantidad de dinero para distorsionar mediante propaganda la escena política y económica de Chile, generando inestabilidad y pánico financiero. 

El diario El Mercurio, la versión chilena de su equivalente La Nación de Argentina, recibió de la CIA un millón y medio de dólares para una campaña permanente contra la gestión de Allende. Este diario y otros medios de América latina, junto con la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), contribuyeron a difundir a nivel mundial el concepto absolutamente falso de que en Chile se estaba atentando contra la libertad de expresión. A la administración Nixon no le importó que el mismo senado de Estados Unidos oportunamente hubiera manifestado que en Chile, los medios de difusión gozaban de absoluta independencia.

La segunda táctica de Washington fue un bloqueo comercial, para afectar gravemente la industria de ese país que en buena parte dependía de insumos y piezas provenientes de Estados Unidos.

La tercera táctica implementada por la CIA fue derivar dinero a grupos paramilitares y terroristas como el muy conocido Patria y Libertad. Otros fondos fueron dirigidos para sobornar a diversos sindicatos, principalmente el de camioneros que llevaron a cabo dos huelgas en 1972 y 1973 que resultaron devastadoras para la economía chilena.

Finalmente, la otra línea de acción fue dirigida a las Fuerzas Armadas. El gobierno de Estados Unidos que había cortado toda exportación a Chile, se cuidó muy bien de no interrumpir la asistencia de logística militar al Ejército, la Aeronáutica y la Marina chilenas. La infiltración de la CIA en las tres fuerzas, le permitió a su director William Colby manifestar ante un comité de la Casa Blanca de que la situación en Chile había llegado a un grado tal de deterioro que la posibilidad de un golpe de estado era inminente. Este se produjo el 11 de septiembre de 1973.

                                Blindados y tropas contra un solo hombre

Menos de un año después, el presidente Gerald Ford defendió el accionar de la CIA, diciendo que fue para los mejores intereses del pueblo chileno y ciertamente para los de Estados Unidos. Con estos términos, el sucesor de Nixon justificó la brutal dictadura de Pinochet que eliminó a todos los partidos políticos, cerró el Congreso, censuró a la prensa y encarceló, torturó y asesinó a miles de chilenos.

La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), entre cuyos fundadores figuran familiares de la dinastía Edwards, dueños de El Mercurio, nunca criticó al régimen de Pinochet por la absoluta falta de libertad de prensa, ni por los periodistas muertos y encarcelados. Es ocioso señalar que tampoco lo hizo ese periódico. Más tarde, el diario La Nación repetiría la misma actitud con la dictadura de Videla. De este lado de la Cordillera, el periódico de los Mitre, no se cansó de desacreditar al gobierno de Allende y a través de sus principales plumas, puso su granito de arena para fomentar el derrocamiento del presidente chileno.
        Agustín Edwards Eastman y Bartolomé Mitre, dos almas gemelas

Una vez más en la historia de América latina, Estados Unidos participó activamente en la interrupción de un gobierno elegido democráticamente que no tenía la menor intención de alterar el orden político del continente. Por el contrario, el golpe contra Allende contribuyó a la creación del Plan Cóndor y al derrumbe de las democracias del cono sur.

De ahí la necesidad de tomar nota de las lecciones de la historia, no perder la memoria y tener siempre en cuenta que estas acciones perversas siempre cuentan con el apoyo de los cipayos y traidores de turno, sin los cuales a Estados Unidos le sería mucho más difícil ejercer su actividad desestabilizante.


Martín Granovsky. Allende, el cambio y la codicia. Página 12, 11/09/2013.

Morton Halperin, Jerry Berman, Robert Borosage, Christine Marwick . The CIA Campaign Against Salvador Allende. Penguin Books, 1976.

Atilio Borón.Victoria y desestabilización. Página 12, 11/09/2013.

Interrogan al dueño de El Mercurio por su apoyo al golpe de Pinochet. Tiempo Argentino, 27,09,2013.


3 comentarios:

  1. Esperemos que gane Bachelet, porque si gana Matthei sería un retroceso. Además es una energúmena y defensora a ultranza de Pinochet

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  2. Dr Ferreira, sigue sin responder, se lo pregunto por enésima vez. ¿Dónde andaba Ud en los años 70? No encuentro ninguna información que me diga que militancia tenía ni donde era activista.
    Sí encontré ésta:
    Dr. Ricardo Ferreira
    Director del Centro de Medicina Biomolecular.
    Consultor de Cirugía Cardíaca, Hospital Militar Central.
    Buenos Aires. Argentina
    E-mail: xxxxxxxxx@intramed.net.ar
    Ver:
    http://www.antioxidantes.com.ar/Com_001.htm

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  3. Arrasó Bachelet. Lamentable noticia para el diario El Mercurio, la prensa hegemónica y otros como el ingeniero fracasado de la oficina pedorra en la calle Soler, que usa el seudónimo de Jaime. Ya que menciona al Hospital Militar, me contaron que en esa institución, ganó una licitación (cometa de por medio) donde construyó unos locutorios que al mes tenían todas las repisas rotas.

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