La importancia de repasar la historia
Chile está en democracia desde 1990, Bachelet acaba de ganar por amplio
margen en primera vuelta y si consolida el triunfo, el UNASUR saldrá
fortalecido. Hace 40 años la situación era completamente distinta, Estados Unidos
había logrado desequilibrar la región usando a Pinochet como punta de lanza de
donde surgiría el siniestro Plan Cóndor.
Conviene por lo tanto, repasar cómo se gestó el golpe contra Allende,
porque a diferencia de lo que sugieren algunos políticos locales de no mirar
hacia atrás, es imprescindible tener siempre viva la historia pasada para repetir errores catastróficos.
Salvador Allende (1908-1973)
La falsa teoría del efecto dominó
El 4 de septiembre de 1970, Salvador Allende, el candidato de la Unidad
Popular –coalición formada por los partidos Comunista, Socialista y Radical y
otras tres pequeñas agrupaciones políticas–, obtenía la primera minoría en las
elecciones presidenciales chilenas. No tenía la mayoría absoluta y según la
constitución de ese país, debía ser avalado por el Congreso. Para los Estados
Unidos, existían sobradas evidencias, según el criterio del país del norte, de
que Allende representaba un peligro comunista y por lo tanto, una grave amenaza
para América Latina. La teoría del efecto dominó, que llevó al presidente Lyndon
Johnson a entrometerse en la guerra de Vietnam, fue nuevamente enarbolada por
la CIA y el Pentágono: si Chile caía en el comunismo, pronto le seguirían los
países vecinos. Estados Unidos no estaba dispuesto a tolerar una segunda Cuba.
En realidad, Salvador Allende nunca tuvo
la pretensión de exportar ninguna revolución y no guardaba relación con los
intereses de la Unión Soviética. Era un demócrata íntegro y creyó utópicamente,
que por la vía pacífica, podía reacomodar la economía chilena, nacionalizando
las principales industrias y redistribuyendo los ingresos a través de una
reforma de los impuestos y de la tierra. Además, intentaba restaurar relaciones
con Cuba y otros países socialistas.
El golpe se gestó en Washington
Por orden de Nixon y bajo la organización de Henry Kissinger (Premio Nobel
de la Paz), se inició desde la misma noche de la victoria de Allende, una feroz
campaña para voltearlo. Según documentos desclasificados, Nixon estaba furioso y
convocó a sus principales asesores diciendo: “Hay que salvar a Chile, vale la
pena el gasto y no debemos preocuparnos por los riesgos implicados en la
operación”. Sus instrucciones fueron:
- no involucrar a la embajada en
este operativo;
- destinar 10 millones de dólares
para gastos iniciales;
- asignar los mejores hombres
para el programa de desestabilización;
- cortar toda ayuda económica a
Chile. “Ni una tuerca ni un tornillo para ese país y quiero un plan de
acción dentro de las próximas 48 horas”, fueron sus palabras al terminar
la reunión.
Para Kissinger y
sus asesores, que Allende accediera al gobierno democráticamente, era un dato
menor y no importaba cuan injusta o corruptas fueran las medidas a tomar para
voltearlo. Un día antes de que el Congreso se reuniera para
confirmar su triunfo, un comando de la ultraderecha con apoyo de la CIA asesinó
al general constitucionalista René Schneider, quién había señalado que las
fuerzas armadas debían respetar la decisión de las urnas. Fue un mensaje
explícito para que los diputados no ratificaran el triunfo de Allende y un tiro
por elevación hacia las Fuerza Armadas chilenas.
Richard Nixo y Henry Kissinger
Una feroz campaña de desestabilización en todos los frentes
La política de acción de la administración
Nixon, se dividió en varias tácticas: por un lado volcó una ingente cantidad de
dinero para distorsionar mediante propaganda la escena política y económica de
Chile, generando inestabilidad y pánico financiero.
El diario El Mercurio, la versión chilena de su
equivalente La Nación de Argentina,
recibió de la CIA un millón y medio de dólares para una campaña permanente
contra la gestión de Allende. Este diario y otros medios de América latina, junto
con la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), contribuyeron a difundir a
nivel mundial el concepto absolutamente falso de que en Chile se estaba
atentando contra la libertad de expresión. A la administración Nixon no le
importó que el mismo senado de Estados Unidos oportunamente hubiera manifestado
que en Chile, los medios de difusión gozaban de absoluta independencia.
La segunda táctica de Washington fue un
bloqueo comercial, para afectar gravemente la industria de ese país que en
buena parte dependía de insumos y piezas provenientes de Estados Unidos.
La tercera táctica implementada por la CIA
fue derivar dinero a grupos paramilitares y terroristas como el muy conocido
Patria y Libertad. Otros fondos fueron dirigidos para sobornar a diversos
sindicatos, principalmente el de camioneros que llevaron a cabo dos huelgas en
1972 y 1973 que resultaron devastadoras para la economía chilena.
Finalmente, la otra línea de acción fue
dirigida a las Fuerzas Armadas. El gobierno de Estados Unidos que había cortado
toda exportación a Chile, se cuidó muy bien de no interrumpir la asistencia de
logística militar al Ejército, la Aeronáutica y la Marina chilenas. La
infiltración de la CIA en las tres fuerzas, le permitió a su director William
Colby manifestar ante un comité de la Casa Blanca de que la situación en Chile
había llegado a un grado tal de deterioro que la posibilidad de un golpe de
estado era inminente. Este se produjo el 11 de septiembre de 1973.
Blindados y tropas contra un solo hombre
Menos de un año
después, el presidente Gerald Ford defendió el accionar de la CIA, diciendo que
fue para los mejores intereses del pueblo chileno y ciertamente para los de
Estados Unidos. Con estos términos, el sucesor de Nixon justificó la brutal
dictadura de Pinochet que eliminó a todos los partidos políticos, cerró el
Congreso, censuró a la prensa y encarceló, torturó y asesinó a miles de
chilenos.
La Sociedad
Interamericana de Prensa (SIP), entre cuyos fundadores figuran familiares
de la dinastía Edwards, dueños de El
Mercurio, nunca criticó al régimen de Pinochet por la absoluta falta de
libertad de prensa, ni por los periodistas muertos y encarcelados. Es ocioso señalar que tampoco lo hizo ese periódico. Más tarde,
el diario La Nación repetiría la
misma actitud con la dictadura de Videla. De este lado de la Cordillera, el
periódico de los Mitre, no se cansó de desacreditar al gobierno de Allende y a
través de sus principales plumas, puso su granito de arena para fomentar el
derrocamiento del presidente chileno.
Agustín Edwards Eastman y Bartolomé Mitre,
dos almas gemelas
Una vez más en
la historia de América latina, Estados Unidos participó activamente en la
interrupción de un gobierno elegido democráticamente que no tenía la menor
intención de alterar el orden político del continente. Por el contrario, el
golpe contra Allende contribuyó a la creación del Plan Cóndor y al derrumbe de las democracias del cono sur.
De ahí la necesidad de tomar nota de las
lecciones de la historia, no perder la memoria y tener siempre en cuenta que
estas acciones perversas siempre cuentan con el apoyo de los cipayos y
traidores de turno, sin los cuales a Estados Unidos le sería mucho más difícil ejercer
su actividad desestabilizante.
Martín Granovsky. Allende, el cambio y la codicia. Página 12, 11/09/2013.
Morton
Halperin, Jerry Berman, Robert Borosage, Christine Marwick . The CIA Campaign Against
Salvador Allende. Penguin Books, 1976.
Atilio
Borón.Victoria y desestabilización. Página 12, 11/09/2013.
Interrogan
al dueño de El Mercurio por su apoyo al golpe de Pinochet. Tiempo Argentino,
27,09,2013.
Esperemos que gane Bachelet, porque si gana Matthei sería un retroceso. Además es una energúmena y defensora a ultranza de Pinochet
ResponderEliminarDr Ferreira, sigue sin responder, se lo pregunto por enésima vez. ¿Dónde andaba Ud en los años 70? No encuentro ninguna información que me diga que militancia tenía ni donde era activista.
ResponderEliminarSí encontré ésta:
Dr. Ricardo Ferreira
Director del Centro de Medicina Biomolecular.
Consultor de Cirugía Cardíaca, Hospital Militar Central.
Buenos Aires. Argentina
E-mail: xxxxxxxxx@intramed.net.ar
Ver:
http://www.antioxidantes.com.ar/Com_001.htm
Arrasó Bachelet. Lamentable noticia para el diario El Mercurio, la prensa hegemónica y otros como el ingeniero fracasado de la oficina pedorra en la calle Soler, que usa el seudónimo de Jaime. Ya que menciona al Hospital Militar, me contaron que en esa institución, ganó una licitación (cometa de por medio) donde construyó unos locutorios que al mes tenían todas las repisas rotas.
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