sábado, 22 de octubre de 2011

CON TODO RESPETO

Con todo respecto, Dr. Tabaré Vázquez, pero me llama la atención de que usted, un político fogueado haya analizado la hipótesis absurda de un conflicto bélico entre Argentina y Uruguay.
Es una idea exótica, por darle un término piadoso y siendo usted médico debería sentirse preocupado de elucubrar semejante dislate en su cerebro y rápidamente solicitar consulta con su psicoanalista, o quizás un psiquiatra ya que parece tratarse de un brote delirante que preludia futuros cuadros paranoides mucho más difíciles de controlar.
Pero su reacción doctor, fue mucho más alarmante puesto que le pidió ayuda al gobierno de los Estados Unidos y nada menos que a George Bush, a la sazón presidente de ese país.

¿Tiene usted idea Dr. Tabaré Vázquez del riesgo que se corre al trabar amistad con las instituciones del país del norte? Permítame que me tome el atrevimiento de refrescarle la memoria.
Empecemos por Manuel Antonio Noriega, narcotraficante al servicio de la CIA, institución que financió sus actividades y facilitó su ascenso al poder en la República de Panamá. Para hacerla corta, Noriega con el tiempo se fue de mambo, se transformó en dictador y fue acusado de crímenes políticos. La CIA y la Casa Blanca le soltaron la mano y Bush padre le impuso un bloqueo comercial. La maniobra no fue suficiente y los marines desembarcaron en Panamá previo bombardeo aéreo que mató entre 3000 y 5000 civiles de las áreas más pobres del país. Ah, me olvidaba, Dr. Tabaré Vázquez, la operación se llamó “Causa Justa”

                              
Noriega se refugió en la embajada del Vaticano y como se supone que ingresar por la fuerza hubiera generado un conflicto con el estado papal, los marines durante 3 días rodearon el edificio con parlantes de enorme potencia tocando heavy metal las 24 horas corridas. Se lo podría llamar tortura psicológica, de la cual el ejército estadounidense tiene vasta experiencia. En resumen, Dr. Tabaré Vázquez, Noriega todavía sigue preso, o sea que lleva 21 años detrás de las rejas.
Pasemos a otro de los amigos de la Casa Blanca, el señor Sadam Hussein. Siendo presidente dictador de Irak, en 1979, las multinacionales petroleras lo indujeron a entrar en guerra con Irán, donde recibió amplio apoyo de los Estados Unidos, de Francia y de la Unión Soviética. Un conflicto estéril, desangrante y sin vencedores ni vencidos. Aquí también Sadam Hussein se fue de mambo y años después invadió Kuwait lo que desencadenó la inútil Guerra del Golfo, con participación activa de los Estados Unidos, que esta vez le dio la espalda a Sadam y apoyó a Kuwait. Doce años más tarde, los intereses de las multinacionales petroleras, convencieron al Pentágono y a Bush (hijo), de que había que invadir Irak. A George, todo lo que fuera invadir y bombardear lo fascinaba y es así que se gestó un complot contra Sadam bajo el cargo de que poseía armas nucleares, hecho que jamás se comprobó. Estados Unidos devastó a Irak destruyendo, Bagdad y su economía junto con 300.000 civiles. Finalmente Sadam Hussein fue capturado y tras un juicio de dudosa imparcialidad fue condenado a la horca.


Siguiendo con los amigos de los Estados Unidos, Dr. Tabaré Vázquez, nos quedan dos más, Osama Bin Laden y Khadafi. El primero fue entrenado por la CIA en temas militares, movimiento de dinero a través de paraísos fiscales, preparación de bombas, códigos secretos, en fin todas aquellas disciplinas que la CIA domina con extrema solvencia. Fue aliado de los Estados Unidos en la guerra de Afganistán, pero súbitamente se transformó en un monstruo asesino y buscado como perro rabioso hasta que finalmente el primero de mayo de 2011, su guarida fue atacada, Osama murió ametrallado y su cuerpo, completamente desfigurado, fue arrojado al mar.


Recientemente, Barak Obama anunció con satisfacción la muerte del que hasta hace muy poco era su socio, el dictador Khadafi. Con el visto bueno de Estados Unidos, la OTAN con Francia a la cabeza, cuyos aviones Mirage bombardearon un convoy en retirada violando normas internacionales de los conflictos bélicos, dieron fin al que era el hombre fuerte de Libia. La imagen de Khadafi, golpeado y ensangrentado fue impúdicamente mostrada por todos los medios de la civilización occidental y cristiana.
Se equivoca usted, Dr. Tabaré Vázquez si piensa que esto forma parte de la primavera árabe. En realidad es el fin de la misma y el comienzo de los verdaderos conflictos dentro de Libia. Salvo el caso de Noriega, en todos los hechos que le relato, Dr. Tabaré Vázquez, el olor a petróleo, fue el pivote central, siendo las petroleras francesas los buitres rapaces de turno, pero siempre con la colaboración del presidente norteamericano, en este caso el Premio Nobel de la Paz Barak Obama.

                                        Hasta hace muy poco
Con todo respeto, está lejos de mí la intención de compararlo a usted, doctor Tabaré Vázquez, con estos sujetos de averías, simplemente le recomiendo no estrechar amistad profunda con los gobiernos de Estados Unidos. Uruguay no tiene petróleo, pero ese aspecto no le da garantía absoluta que el día de mañana un marine lo levante de la cama a punta de fusil y ya vio usted como terminan estas amistades.
Con todo respeto
Ricardo

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