En 1999 falleció Mr. Chasman creador del célebre muñeco Chirolita. Con sus excelentes dotes de ventrílocuo, Chasman le daba órdenes y hacía hablar a su criatura creando la sensación de que el títere tenía vida.
En estos tiempos surgió un binomio de titiritero y muñeco que viene a reemplazar al desaparecido dúo. Se trata de De Narvaez y de Alfonsín y en este caso Ricardito hace el papel de Chirolita.
En el diario La Nación con fecha del 23 de julio de 2011, la periodista Laura Serra hace unos comentarios que me trajeron a la memoria a Chasman y su muñeco. Según Laura Serra, Ricardito y su séquito de campaña debieron trasladarse de sus oficinas de la avenida Santa Fé al centro de operaciones de De Narváez sito en el coqueto barrio de Las Cañitas. Ver nota haciendo click aquí
De Narváez le manifestó, o a esta altura de las circunstancias le ordenó a Ricardito, que debía pulir su imagen y aggiornarse a los nuevos tiempos. El candidato presidencial aceptó sumiso y estoico las reglas a que lo está sometiendo su entrenador.
Se deja guiar en materia discursiva donde De Narváez le explica pacientemente como tiene que hablar, las frases que tiene que decir y el énfasis con que debe pronunciarlas. Sonrisa de triunfador, postura enérgica y no ese aspecto pusilánime, inseguro y gelatinoso con que se lo ha visto aparecer en las pantallas de televisión.
La metamorfosis de Ricardito por lo tanto será completa, ya pisoteó las banderas progresistas y de mejoras sociales que esgrimían su padre y sus partidarios y al cambio drástico de esta filosofía política por las nuevas ideas neoliberales, se agregan los cambios de su personalidad. Esto último es más fácil, porque nunca tuvo imagen propia, primero era copiada de su padre y ahora De Narváez le da la nueva forma con una pátina de barniz juguetón y superficial. Al fin y al cabo si a Macri le fue bien con ese estilo, porqué no seguirlo.
De Narváez lo lleva a la Sociedad Rural donde Ricardito le promete a Biolcatti que cumplirá los deberes que corresponden a un buen alumno de los terratenientes. En la Rural, el mismo ámbito que abucheó, silbó e insultó a su padre porque tuvo el coraje de no doblegarse ante los intereses de los señores de la patria oligárquica.
Todo señala que Ricardito carece completamente de los atributos necesarios para conducir un país nada fácil como es el nuestro. Ni siquiera manejó un quiosco de barrio y en eso Binner le lleva considerable ventaja y ni hablar de Cristina mujer enérgica, segura de sí misma y de lo que tiene que hacer.
Tan borroneada está la imagen de Ricardito que si yo le pregunto a 10 personas como se llama el partido que encabeza, con suerte una me dirá el nombre, donde la palabra radical no figura.
Recientemente, Ricardito fue rodeado por una nube de movileros que le preguntaron sobre su actitud ante las acusaciones que pesan sobre el juez Zaffaroni. Ricardito, envuelto en un poncho campestre de político de principios del siglo pasado, respondió que el juez debería dar un paso al costado.
Curiosa contradicción del ambivalente Ricardito que apoya a Macri quien está procesado y sugiere que Zaffaroni debería renunciar cuando no hay pruebas fehacientes en su contra.
Pero la cosa no termina allí. Seguidamente Ricardito, entusiasmado ante tantos micrófonos, se fue de boca y manifestó que el juez ya había renunciado. Uno de los movileros le preguntó de donde obtuvo tal información. Aquí, Ricardito empezó a titubear, perdió toda su compostura mientras manifestaba: “bueno no sé, ….así me dijeron, ….puede ser que no, ….no estoy seguro”. Realmente patético.
Hace unos meses pensé que Ricardito quizás podría conducir la comuna de Chascomús, pero ahora creo que ese distrito también le queda grande.
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