Por Mario Wainfeld (extracto)
Afiches insultantes
Una miríada de afiches atribuidos a Proyecto Sur y al Frente del Izquierda denuestan, con argumentos brutales e injuriantes, a los candidatos del Frente para la Victoria. Sus presuntos autores niegan haberlos confeccionado y es fácil creerles. En parte porque el costo de la pegatina excede los presupuestos de esas fuerzas. En parte porque su estética (tanto como su ética) y el diseño revelan un comando único. En parte, para colmo, porque con desparpajo excesivo los promotores terminan pegándolos juntos en una suerte de confesión involuntaria.
El ingenio para las maniobras de baja estofa no se detiene ahí. Cunden encuestas telefónicas que insertan pescado podrido en las preguntas, llenando de acusaciones a Daniel Filmus y a su padre, a quien se atribuye complicidades con Sergio Schoklender. Que se pretenda manipular a los votantes difundiendo datos falaces de los sondeos es una mala praxis conocida. Que varios medios tergiversen la realidad también. Esas trapisondas se renuevan o remixan, en mala hora, con un manejo taimado de recursos imprescindibles. La mirada distraída del público, su credibilidad a lo establecido... con eso buscan medrar quienes quiebran las reglas.
Imaginar al responsable es sencillo. Basta preguntarse, como hacía el inefable detective Hércules Poirot en las novelas de Agatha Christie, a quién favorece el delito. También indagarse quién cuenta con los recursos materiales y tecnológicos para tamaña jugada. El macrismo esconderá la mano y negará. La campaña sucia (que no es novedad ni monopolio de PRO, lo que no lo exculpa ni excusa) degrada la política como actividad. Serrucha el piso compartido que todos los contendientes comparten o deberían compartir.
Llamadas truchas
Por Raúl Kollmann (extracto)
La jueza federal María Romilda Servini de Cubría aceptó intervenir en el caso de la campaña sucia contra Daniel Filmus y ordenó medidas urgentes para esclarecer quién está detrás de las encuestas, los carteles truchos y hasta una página de Internet falsa que apareció ayer a nombre del candidato.
Como reveló ayer Página/12, se realizaron miles de llamadas con encuestas falsas en las que, por ejemplo, se les preguntó a los ciudadanos si sabían que el padre de Filmus, Salomón, es arquitecto y contratista de Sergio Schoklender. La supuesta información es falsa: Salomón Filmus no es arquitecto y no tiene relación alguna con la construcción de casas. Aunque la magistrada no quiso dar a conocer qué medidas tomó, trascendió que las llamadas con las encuestas falsas se hicieron desde uno de los call centers más grandes de la Argentina, ubicado en Martínez y propiedad de una poderosa multinacional de las comunicaciones. Los carteles, que también buscan vincular a Filmus con el ex apoderado de la Fundación de Madres de Plaza de Mayo, llevan la firma del Frente de Izquierda y Proyecto Sur, pero ambas fuerzas políticas desmintieron haber participado en la confección de esos afiches, lo que significa que las firmas son apócrifas.
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