Susana y los viejos. Pintado por
Artemisia Gentileschi. Colección privada, la Graf von Schönborg
Kunstsammlungen
El tema de “Susana y los viejos“,
suscitó el interés de numerosos pintores y entre los más destacados figuran
Rembrandt, Rubens, Tintoretto, Van Dyck y Artemisia Gentileschi. Ignoramos el
motivo por el cual este episodio, que parece remontarse al Antiguo Testamento
en el libro del profeta Daniel, ejerció una especial atracción sobre los
artistas durante los siglos XVI y XVII.
Es probable que el interés suscitado
por el relato, se deba a que expone los escasos valores éticos que pueden tener
personajes cuya principal función es justamente defender la moral y administrar
la justicia con equidad.
Susana era una joven y bella mujer de
buena posición social y esposa del judío Teodoción. En momentos en que se
estaba bañando, irrumpieron en su casa dos viejos que eran jueces de Babilonia.
Excitados por el deseo al contemplar el cuerpo esbelto de la muchacha
intentaron seducirla, primero con palabras, pero ante su rechazo, recurrieron a
las amenazas extorsivas para doblegarla. Le señalaron que ambos la denunciarían
ante la justicia alegando que la encontraron en su jardín cometiendo adulterio
con un desconocido. La joven llevaba todas las de perder, ya que serían dos
testimonios en su contra con el agravante de que se trataba de jueces.
Sin embargo, ella los rechazó violentamente
y pidió ayuda a gritos. Amilanados, los viejos terminaron abandonando la casa y
seguidamente la denunciaron. Susana fue llevada a juicio y de acuerdo con la
ley imperante de la época, el tribunal la condenó a morir lapidada. Fue
entonces que surgió el profeta Daniel y pidió escuchar el testimonio de los
viejos en forma separada.
Aquí es importante señalar otro
aspecto del relato y es el aporte que hizo a la ciencia del Derecho la
introducción de este procedimiento
del interrogatorio separado de los testigos o denunciantes, ya que permite
aclarar y deslindar acciones y participaciones de las partes involucradas en
litigios, o hechos delictivos. Al no coincidir en las versiones
Daniel determinó que los viejos mentían y que Susana era inocente y debía ser
liberada. La suerte se invirtió, los acusadores se transformaron en acusados y
terminaron en el cadalso.
Todos los artistas coinciden en
representar a Susana completamente desnuda o protegiéndose parcialmente con una
toalla y aterrorizada ante la aparición de los viejos. Su belleza contrasta con
los rostros lascivos y grotescos de los viejos que en algunas pinturas la
espían detrás de una columna, mientras que en otras ya se encuentran junto a
ella susurrándole sus deseos e incluso llegan a tocarla viciosamente.
Una de las mejores versiones es la de
Artemisia Gentileschi, que la elegí porque además de la excelente técnica, se
trata de una pintora, terreno prácticamente vedado a las mujeres que no tenían
acceso a las escuelas de arte del Renacimiento.
Artemisia Gentileschi (1593-1653).
Autorretrato
Artemisia
Orazio Gentileschi es un pintor
toscano de estilo manierista que sigue el tenebrismo de Caravaggio. Es
requerido por sus contemporáneos, por la calidad de su arte, y recibe encargos
de familias pudientes que desean adornar sus mansiones con las pinturas del
maestro. Podemos iniciar la historia de Artemisia en el momento en que Orazio
es llamado de una escuela de monjas, pero no por una obra sino por un problema
con su hija, que por entonces tiene 13 años. La madre superiora lo recibe, lo
hace pasar a su despacho y le muestra indignada unos bocetos al lápiz de
desnudos humanos. ¡Mire en que se entretiene su hija!- le dice con acento duro.
Orazio contempla los hermosos torsos
de mujeres y otros estudios anatómicos y dice: “Realmente es hija de artista” y
dirigiéndose a la monja le dice: “En adelante Artemisia estudiará pintura en mi
taller”.
Orazio fue el primer maestro de
Artemisia y su primer obra que alcanzó trascendencia fue justamente “Susana y
los viejos”, que actualmente pertenece a una colección privada.
Cuando
ella cumplió 19 años estaba en condiciones de ingresar a las escuelas de Bellas
Artes, pero un reglamento prohibía el ingreso de mujeres. Entonces, su padre le
consiguió un maestro privado, llamado Agostino Tassi, quien por entonces
colaboraba con Orazio en la decoración de las bóvedas de un palacio de Roma.
Tassi era un brillante pintor, pero la belleza de sus obras se contradecía con
sus oscuros instintos. Orazio ignoraba que le abría las puertas de su casa a un
violador, que había abusado de su cuñada y además se sospechaba que era
responsable de la desaparición de su esposa. Artemisia era inteligente y muy
atractiva y Tassi, sucumbiendo a su depravado instinto la violó.
Se
conserva el testimonio de Artemisia tomado durante el juicio que muestra que a
Tassi no le resultó fácil poseerla: “Cerró la habitación con llave y me lanzó
sobre un lado de la cama dándome con una mano en el pecho, me metió una rodilla
entre los muslos para que no pudiera cerrarlos, y alzándome las ropas, que le
costó mucho hacerlo, me metió una mano con un pañuelo en la garganta y boca
para que no pudiera gritar y habiendo hecho esto metió las dos rodillas entre
mis piernas y apuntando con su miembro a mi naturaleza comenzó a empujar y lo
metió dentro. Y le arañé la cara y le tiré de los pelos y antes de que pusiera
dentro de mí el miembro, se lo agarré y le arranqué un trozo de carne”.
Enterado Orazio denunció a
Tassi y lo llevó a un largo juicio que duró ocho meses donde abundaron los
careos y las ofensas durante el cual la joven, además de injurias sobre incesto
y prostitución, debió escuchar cómo su amiga Tuzia –seducida por Tassi– la
traicionaba frente al tribunal declarando que había sido ella la que había
provocado y seducido al “desventurado” pintor. Para saber si mentía o no, Artemisia
fue sometida a un humillante examen ginecológico y a sesiones de tortura donde,
con cruel sadismo, el método elegido consistió en atarle los dedos con tirantes
y estirarlos hasta casi destruir las articulaciones. Para Tassi la pena se
limitó a un año de cárcel y el destierro.
Un mes después del juicio
Orazio la casó con un pintor florentino, con lo que salvó la reputación de la
joven. En Florencia, donde ambos se radicaron, Artemisia disfrutó
de un gran éxito. Fue la primera mujer que ingresó a la Academia del Disegno de
la ciudad. Se convirtió en una exitosa pintora de corte, mantuvo buenas
relaciones con los artistas más respetados de su tiempo y fue capaz de
conquistar los favores y la protección de personas influyentes, comenzando por
el gran duque Cosme II de Médici.
Artemisia Gentileschi. Autorretarto. Se destaca el estilo tenebrista de Caravaggio.
Las pinturas de Artemisia no tienen altibajos, todas fueron
exquisitamente realizadas y muestran que la artista, adoptando la técnica
tenebrista de Caravaggio, supo desarrollar su propio estilo. Sus obras se
encuentran en numerosos museos de Europa, Estados Unidos y colecciones
privadas.
El mito de Susana y los viejos nos
muestra que, a lo largo de los siglos, la justicia, está lejos de ser una
estructura químicamente pura y la existencia de jueces corruptos es una lacra
permanente en la historia de la institución. Asimismo, sigue teniendo vigencia
la óptica perversa que tienen los magistrados hacia las mujeres, especialmente
cuando se trata de casos de mal trato y de violación.
Tanto el episodio mitológico como el
deplorable juicio al que fue sometido Artemisia, evocan un paralelismo con el
sistema judicial actual de la Argentina, obscenamente politizado y con bolsones
de alta corrupción serviles al actual gobierno.
Jonathan
Jones. More savage tan Caravaggio: the woman who took revenge in oil. https://www.theguardian.com/artanddesign/2016/oct/05/artemisia-gentileshi-painter-beyond-caravaggio
Marisa Avigliano. La víctima acusada.
Página 12, suplemento Las 12, 25,11,2011.
Ismael Monzón. La primera pintora
feminista: Artemisia Gentileschi. El Español. http://www.elespanol.com/cultura/arte/20170102/182982171_0.html.
Magnífico como siempre, Ricardo, tu relato de los juicios paralelos de Artemisia y Susana. Me alegro que hayas estudiado el pasaje de Susana en la biblia (católica, ya que ese texto del libro de Daniel no es acceptado por las biblias protestantes). Qué triste lo del juicio de Artemisia. Me alegro que terminó con casarse bien y llegar a un merecido éxito.
ResponderEliminarAbrazos,
Muy bueno.
ResponderEliminarel libro sobre Tangos es una maravilla! nuevamente gracias
ResponderEliminarNecesito pedirte que incluyas a otra gran amiga de Cipolletti a tu Mordaz.
Trabaja en Derechos Humanos y tiene tres hermanos desaparecidos por la dictadura.
Te lo cuento para que sepas lo importante que son tus entregas y tu posición política para nosotros.
muchas gracias y beso
alicia