sábado, 1 de agosto de 2015

6 DE AGOSTO DE 1945

Yayoi se había levantado muy temprano esa mañana, está ansiosa por mostrarle a sus pequeños amigos de la cuadra el triciclo que acaban de regalarle. Sale pedaleando a la vereda cuando de pronto el cielo estalla en un flash de luz más intenso que el sol, pero ella no alcanza a verlo, se ha evaporado en innumerables moléculas que se dispersan en una atmósfera cuya temperatura ascendió súbitamente a un millón de grados. Su triciclo vuela por los aires y llevado por un viento huracanado cae muy lejos transformado en hierros retorcidos.

Yayoi es una de las cien mil personas afortunadas que murieron en forma instantánea. Otra cifra semejante de seres humanos morirían minutos, horas o días después, presas de horribles quemaduras. Los que podían moverse se arrastraron como pudieron hasta el hospital más cercano con los rostros desfigurados o ayudados por un tercero ya que donde tenían los ojos solo quedaban cuencas vacías de las que chorreaba un fluido blanquecino.

Los hospitales estaban abarrotados de pacientes moribundos, con amputaciones, la piel que se desprendía junto con la ropa y casi todos irreconocibles. No iban a recibir ningún socorro, la mayoría de los médicos y casi todas las enfermeras habían muerto. Era la mañana del 6 de agosto de 1945 en la ciudad de Hiroshima.




Las quemaduras, primero eran amarillas, luego se tornaban rojas, se hinchaban y comenzaban a supurar, exhalando un olor nauseabundo. Sobre la piel de algunas mujeres se dibujaban las flores del kimono, ya que el blanco había reflejado el calor de la bomba y el negro lo había absorbido contra la piel. Con los meses y los años continuaría muriendo gente de anemia e infecciones causadas por la radiación. Los pocos habitantes que sobrevivieron y superaron todas estas secuelas quedaron estériles definitivamente, tanto hombres como mujeres.


                                                      Sobrevivientes

El proyecto Manhattan
El proyecto Manhattan, fue el programa científico creado por el gobierno de los Estados Unidos en colaboración con su Estado Mayor destinado a desarrollar la energía nuclear y, obviamente, su aplicación dentro de la carrera armamentística. Participaron 37 fábricas y laboratorios de 19 estados y de Canadá, se emplearon 120.000 personas y los mejores científicos e ingenieros. Y así, bajo la supervisión del físico nuclear Robert Oppenheimer, se crearon tres bombas atómicas, entre los años 1941 y 1945. El costo total del proyecto fue de dos mil millones de dólares.

                    Robert Oppenheimer (1904-1967)

Las razones y las justificaciones para crear un arma con una potencia como nadie hasta entonces se había imaginado (20.000 toneladas de TNT), son temas de discusión que aún perduran. El argumento más importante era que la Alemania nazi también estaba enfrascada en un  operativo similar, por lo que  el asunto parecía dirimirse en quién la tiraba primero y con eso ganaba la guerra. Además, varios de los científicos que participaron en la elaboración de la bomba atómica eran judíos, comenzando por el propio Oppenheimer y todos tenían conocimiento del genocidio que estaba llevando a cabo Hitler con los de su raza. Sin embargo, el espionaje aliado llegó a la conclusión que los alemanes habían abandonado la idea porque no podían afrontar costos que les resultaban insuperables.

Razones económicas y estratégicas, primaron para evitar la cancelación del proyecto que ya estaba muy avanzado. La construcción de la bomba se terminó y políticos, militares y científicos, estuvieron presentes en la prueba realizada en Álamo Gordo y por lo tanto todos sabían la enorme capacidad destructiva de aquel diabólico artefacto. ¿Cuáles fueron entonces las razones para arrojarla sobre Hiroshima, una ciudad industrial con alto número de población civil?
Hubo dos justificaciones: una de ellas era que para derrotar a Japón se requería un desembarco masivo de marines y se calculaba la pérdida de un millón de hombres. Este argumento carece de sustentabilidad, Japón estaba exhausto, se había quedado sin marina y sin aviación, carecía de recursos naturales como petróleo y hierro, por lo tanto bastaba con bloquear las islas por vía marítima para desgastarlo totalmente hasta lograr la rendición.

El otro argumento era puramente especulativo, donde primaban el orgullo y la soberbia. Se trataba de demostrar a la Unión Soviética, que Estados Unidos era más poderoso y que se cuidara de cualquier intento expansionista después de salir triunfante en la guerra. El gobierno de Estados Unidos parecía olvidarse que sin la participación decisiva de la maquinaria bélica e industrial de su aliado, el conflicto se hubiera prolongado varios años más. La guerra produjo la muerte de 500.000 norteamericanos y 20.000.000 de rusos, por lo tanto la desaparición de un millón de marines en un hipotético desembarco en Japón, ni remotamente alcanzaría para equilibrar la balanza de pérdidas humanas por ambos lados.


Enola Gay 
Después de innumerables pruebas y entrenamientos, muy a la madrugada de ese 6 de agosto, partió con su mortífera carga desde la isla de Tinian, situada a 2700 kilómetros de Hiroshima, el bombardero B-29 que llevaba el nombre de una de las madres de los tripulantes: Enola Gay. El primer temor, que era un accidente en el despegue con consecuencias impredecibles, quedó superado cuando la nave se elevó normalmente por los aires y todos los que estaban a cargo del proyecto suspiraron aliviados. Durante el vuelo, uno de los tripulantes, fue introduciendo los detonantes en Little Boy, que así se llamaba la bomba. Había ensayado ese procedimiento incontables veces, pero ahora, con el avión volando a diez mil metros de altura y 50 grados bajo cero, se esforzaba para mover sus entumecidos dedos. Finalmente lo logró, se había salvado sin inconvenientes el segundo escollo. Minutos antes de llegar al blanco, la tripulación se colocó antiparras especiales para no quedar cegada por el brillo de la explosión.

                                 El Enola Gay y su tripulación

Días antes Washington le había exigido al Emperador Hirohito y al alto mando japonés la rendición incondicional, pero no hubo aviso previo a las poblaciones de Japón, si no acataban el mensaje, sobre la magnitud devastadora de la nueva arma que se abatiría sobre sus ciudades.

Por su parte, el presidente Truman, quien se encontraba en esos momentos en un crucero que navegaba por el Pacífico, esperaba ansioso novedades sobre el resultado del operativo. Poco antes había expresado: “Por fin se va a utilizar el arma contra Japón que es la más terrible que se ha inventado jamás”. Cuando llegó la noticia de que la bomba había sido lanzada exitosamente, Truman festejó junto con la tripulación mientras expresaba: “Es lo más grande que ha ocurrido en la historia”.



                                                  Harry Truman (1884-1972)

En Los Álamos, se descorchaban botellas de champan, los científicos y todo el personal que se involucró en el proyecto Manhattan, festejaba entusiasmado el éxito ¿de la ciencia?
Para ellos todo se reducía a innumerables cálculos fisicomatemáticos en pizarrones, cuadernos y láminas. Estaban a miles de kilómetros de la horrible destrucción de vidas humanas que había ocurrido como producto de sus investigaciones.

                 David Alfaro Siqueiros Hiroshima Museo MOMA Nueva York



John Hersey. El ataque atómico a Hiroshima. Japón. El eterno resurgir. Le Monde Diplomatique. Explorador 3 Segunda serie.

Hiroshima. DVD de la BBC.

Segunda Guerra Mundial. De Iwo Jima a la rendición del Japón. Tomo 20 Editorial Planeta 2009.


Aguilera EL, Rodriguez P, Sastre MA. Manhattan Project: El papel de los científicos en el desarrollo de la bomba atómica. ES/L/diandres de la ETSETB.

6 comentarios:

  1. Arnoldo José Epelbaum2 de agosto de 2015, 11:39

    Constituyó un crimen de lesa humanidad no juzgado por que el vencedor históricamente siempre tiene razón, justicia aparte. Efectivamente ya la bandera de la Union Sovietica ondeaba en el Reichstag, el holocausto se había consumado y Japon ya estaba vencido militarmente con los rusos y chinos volcando definitivamente la balanza militar, por lo que directamente Hiroshima y reincidiendo con Nagasaki fue la inauguración extraoficial de la guerra fría donde centenares de miles de civiles japoneses fueron victimas y escusas para crear una nueva relación mundial. Y no se atrevieron a lanzarse directamente a la guerra contra el ya constituido campo socialista porque no tenían y temían que no fuera suficiente para imponerse dada la contundente victoria por el protagonismo de la URSS y de la perspectiva ascendente de Mao Tse Tung en China. Arnoldo Jose Epelbaum

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  2. Como siempre, muy buena reseña de lo sucedido, Ricardo. Como dice el dr. Epelbaum otro crimen de lesa humanidad que queda impune. ES muy interesante ver cómo Japón pudo reponerse de esta guerra espantosa, convertirse en una potencia económica, y terminar aliado a su verdugo, los EE:UU: ES cierto que razones de estrategia geopolítica, al tener conflictos milenarios con China y Rusia, lo obligan a esta política que sería incomprensible en otra situación.Pero, cuál es el costo cultural para esta cultura milenaria? Abrazo

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  3. Al sólo efecto de informar, y como no encontré la manera de responder en su Blog, por mi ignorancia en el manejo de estas técnologías. Le comunico que en el Instituto Santa Juana de Arco de la pequeña Localidad de Cruz Alta, guiados por docentes y con el apoyo de directivos del Instituto, los alumnos del mismo están contruyendo 1000 Grullas para llevar al Monumento a la Bandera de Rosario donde se realizará un Acto Conmemorativo.
    Por lo expuesto quería expresar a través de su Blog, mi agradecimiento a los alumnos y mis compañeros por mantener viva la memoria de tan aberrante episodio de la historia.
    Desde ya, amplío a Ud. este agradecimiento

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  4. Te acrodás hermana que desde muy lejos
    un olor a espanto nos enloqueció
    era de Hiroshima donde tantas chicas
    tenían 20 años como vos y yo.
    Fragmento de "El 45" de María Elena Walsh

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  5. Oswaldo C de Meryland5 de agosto de 2015, 10:40

    Muy buen artículo, Ricardo. Gracias por compartirlo.

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  6. En el diario La Nación de hoy hay una columna de Héctor D'Amico que, si se esfuerza un poco más, podría ser una apología a la bomba de Hiroshima. La justificación es que de no haberse arrojado el artefacto, hubieran muerto decenas de miles de "gloriosos" marines.

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