El Centro Cultural Néstor
Kirchner
Del
otro lado de la Avenida Leandro Alem, se alzaba solitario el edificio del
Correo Central, uno de los más espectaculares palacios de la ciudad, pero
deshabitado, silencioso y postergado, esperando que alguien lo despertara de su
letargo. Primero Néstor Kirchner y luego Cristina, decidieron transformarlo en
un centro cultural y vaya si lo lograron. Es el más importante de América
Latina y el auditorio conocido como la Ballena Azul, es una maravilla
arquitectónica. Estuve tres veces asistiendo a conciertos y puedo decir que su
acústica es excelente. El Centro Cultural Néstor Kirchner además ofrece gratis
todas sus funciones, lo que permite el acceso de aquellos que no se pueden dar
el gusto de sentarse en las butacas del Teatro Colón. Por primera vez en su
historia, la sinfónica de Buenos Aires ha sido jerarquizada y elevada al plano
que merecía, ahora tiene su propia sede y su director, dice que desde entonces los
músicos tocan mejor.
El
viernes 17 de julio en una función histórica y ante una sala colmada, se
presentó Martha Argerich. Aprovecho la oportunidad para hablar de esta
talentosa mujer.
La beca peronista
-¿Y
a dónde querés ir ñatita?, le pregunta el hombre a la jovencita de 12 años que
lo miraba fijo y sin amedrentarse. –Mi deseo es poder ir a Viena para aprender
con Friedrich Gulda- le contestó.
Niña prodigio
Así
comenzó el diálogo entre el general Juan Domingo Perón y aquella adolescente
que no era otra que Martha Argerich. La noche anterior había dado un concierto
en el Teatro Colón, con la asistencia del Presidente de la República, quien la
había citado a la Residencia de Olivos. Martha fue acompañada por su madre, que
en un gesto de obsecuencia sugirió que su hija podría dar una función en la UES
(Unión de Estudiantes Secundarios). Perón captó inmediatamente el gesto atónito
de Martha y al mismo tiempo que le seguía el juego a la madre, le hizo un guiño
a la muchacha mientras le decía que no con el dedo.
Como
resultado de esa entrevista, la adolescente consiguió la beca necesaria para
estudiar con Gulda, uno de los mejores profesores de piano de Europa. Su padre
fue ubicado como agregado económico en Viena y la madre en un puesto de la
embajada.
Martha
pertenecía a ese grupo exclusivo de genios considerados como niños prodigio. A
los 8 años interpretó el concierto para piano número 20 de Mozart. Su maestro
en Buenos Aires fue Vicente Scaramuzza, quien también formó, entre otros a
Bruno Gelber.
En
1957, una vez completada su formación musical de 18 meses con Gulda, Martha se
lanzó decidida a tocar en los grandes escenarios, haciendo una carrera
meteórica de continuos éxitos bajo la batuta de los más prestigiosos directores
y recorriendo los principales teatros de Europa, Asia y América. En el Teatro
Colón nos deleitó en varias oportunidades hasta que en 2005, debido a un
conflicto interno del personal que afectó su programación, juró no volver a pisar
más nuestro coliseo. Sin embargo, 7 años después volvió de la mano de Daniel
Barenboim y en el 2015 ambos vuelven a repetir el éxito que tuvieron en 2013.
Sucede
que Martha no puede ofenderse con lo que le ocurrió en aquella oportunidad,
porque debido a su temperamental comportamiento hizo lo mismo en teatros de
Europa y Asia. Estas actitudes de suspender actuaciones en forma intempestiva,
le hubieran cerrado las puertas a cualquier otro intérprete, pero el talento y
virtuosismo de Martha es tan grande que todo se le perdona.
Un
caso emblemático fue su actuación en Japón donde la formalidad y el
cumplimiento de los compromisos son temas sagrados. Sirva como ejemplo que cuando
el pianista Benedetti Michelangeli no se presentó el día de su actuación, le
confiscaron el piano y lo declararon persona no grata de por vida. Martha hizo
lo mismo, con el agravante que esa noche asistiría el emperador. Había tenido
una feroz discusión con su segundo esposo, el director de orquesta Charles
Dutoit y no supo o no pudo desligar aquel conflicto de su actividad
profesional. Se tomó un avión y se fue a Alaska sin avisar a nadie. Entonces
tenía 30 años, era sumamente bella, sugestiva, cautivante y por sobre todo
poseía un talento único. Los organizadores y el público japonés, no solo la
perdonaron, sino que deliraron cuando al año siguiente regresó y dio 14
conciertos seguidos. En 2005, el hermano del Emperador le entregó el “Premio
Imperial”, el máximo galardón que se otorga en Japón a los artistas.
Sus
cancelaciones e interrupciones son famosas, la primera fue a los 17 años para
“ver que se sentía”. Tres años después interrumpió su exitosa carrera y se
recluyó durante otros tres años en un departamento de Nueva York donde pasó el
tiempo mirando televisión. A pocas cuadras de allí vivía Vladimir Horowitz a
quién ella admiraba. Ambos tenían en común lo que se conoce como “trastorno de pánico
escénico”, que obligó a Horowitz a recibir sesiones de electroshock. En el caso
de Martha, los episodios eran mucho más leves, ya que bastaba un empujoncito
para hacerla entrar en escena, pero detestaba ser la única en el escenario. Es
por eso que recién en el 2000, cuando ya tenía 59 años, tocó como solista por
primera vez y lo hizo en el Carnegie Hall de Nueva York. Daniel Barenboim, que
la admira, sentenció en una ocasión: “Martha ha hecho lo imposible para
arruinar su carrera, pero no lo puede lograr”
.
Es
que organizadores y público también saben que ella tocó en circunstancias donde
cualquier otro habría suspendido la función, porque ¿quién es capaz de
concentrarse en la partitura y tocar pasionalmente un concierto de Mozart,
Schumann o Beethoven, sufriendo al mismo tiempo fuertes dolores de lumbago o de
muelas?
Su
vida privada es igualmente desordenada y tormentosa, porque es difícil para
estos artistas, sometidos a constantes ensayos y compromisos, cumplir con las
funciones hogareñas. Martha contrajo matrimonio en tres oportunidades: con el
violinista chino Robert Chen, el director de orquesta Charles Dutoit y el
pianista Stephen Kovacevich. Con cada uno de ellos tuvo una hija, la mayor,
Lyda Chen siguió los pasos de sus padres y en un principio se dedicó al violín,
para después optar por las notas más cálidas de la viola. Como concertista la
tuvimos en Buenos Aires en varias oportunidades, donde considera que están sus
raíces. También realizó giras por el interior del país.
Su
segunda hija Annie Dutoit es profesora de letras en una universidad de Estados
Unidos, pero sigue a su madre a todos los conciertos que puede. Finalmente,
está Stéphanie Argerich hija del matrimonio con Kovacevich. Ella lleva el
apellido materno ya que sus padres estuvieron juntos poco tiempo. Cuando
Stephanie era adolescente, Martha le regaló una cámara filmadora y la joven
comenzó a filmar escenas familiares con las que armó la película documental “Bloody Daughter” que ofrece pinceladas de la compleja relación de
Stéphanie con sus progenitores, sobre todo con su madre, una persona alejada de
la prensa, que en el film aparece en situaciones de desnudez emocional.
El documental también muestra facetas desconocidas de la célebre
artista, como su trastorno de pánico escénico. O cuando, en pijamas
mientras toma el primer café del día, confiesa su miedo a que el envejecimiento
de su cuerpo influya de manera negativa en su interpretación musical. Pero
quizás el momento más duro de Bloody Daughter es el relato que hace Stephanie de la historia
de su hermana mayor Lyda, quién creció en un orfelinato hasta que a los ocho
años fue a vivir con su padre. A Martha Argerich le cuesta articular una
respuesta cuando Stéphanie le pregunta por qué su hermana no vivió con ellas.
Cuando describe a Martha, Stephanie admite que tiene una
personalidad tan fuerte que “chupa” la energía de quienes la rodean, pero así
como ejerce por momentos una dura crítica de Martha, también destaca sus
facetas positivas. Una de ellas, quizás la más importante, es la enorme ayuda
que ofrece a jóvenes músicos que quieren hacer carrera. Juan Forn relata que en
una de las giras a Japón llevó a uno de estos jóvenes y lo sentó a su lado para
que girara las páginas de la partitura. Se trataba de un angoleño que usaba una
túnica sin mangas poniendo al descubierto el abundante vello de sus brazos. Esa
exhibición de pilosidad masculina es muy mal vista en aquel país, pero una vez
más el público nipón no protestó, porque allá, Martha es una especie de diosa.
Y
ahora la tenemos aquí, en Buenos Aires, deleitándonos con su arte magistral. A
pocos metros de donde tocó Martha se yergue majestuosa la imagen en bronce de
Juana Azurduy inaugurada recientemente por la presidenta Cristina junto con Evo
Morales. Un aire fresco de arte y de resurgimiento de los verdaderos
protagonistas de nuestra historia, le dio vida a un sector hasta entonces
apagado de la ciudad.
En la Ballena Azul
Pablo
Gianera. Regreso magistral: Barenboin y Argerich en un concierto memorable. La
Nación 04/07/2014.
EMOL
Cultura y espectáculos. Pianista
Martha Argerich recibe "sorprendida" el premio imperial de artes de
Japón. 18/10/2005. http://www.emol.com/noticias/magazine/2005/10/18/198718/pianista-martha-argerich-recibe-sorprendida-el-premio-imperial-de-artes-de-japon.html
Lyda
Chen Argerich. Archivo, Buenos Aires Ciudad http://www.buenosaires.gob.ar/areas/cultura/dg_musica/lyda_chen.php?menu_id=23882
DW. Actualidad. Bloody daughter:
el misterio de Martha Argerich continúa. http://www.dw.de/el-misterio-de-martha-argerich-contin%C3%BAa/a-17241327
Juan
Forn. Trece maneras de decir Martha. Página 12, 20/02/2015.
Victoria
Reale. Stephanie Argerich: mi madre es un monstruo, chupa la energía alrededor.
Revista de cultura Ñ. 08/11/2013.
El Centro Cultural Kirchner es espectacular y es uno de los legados de Cristina y Néstor para muchas generaciones futuras. Seas fanático K o rabioso antiK, no podés dejar de conocerlo. La visita guiada vale la pena, porque descubre aspectos que de otra manera no conoceríamos.
ResponderEliminarCon respecto a Martha Argerich, está todo dicho.
Gracias por el interesante artículo, Ricardo. No conocía a esa famosa pianista.
ResponderEliminarSaludos para tí y para Alicia.
Oswaldo C de Maryland
Cambio, cambio, cambio…No señores, no se trata de un arbolito de la calle Florida, hablo de Macri que se la pasó diciendo durante meses esa palabra y anoche en un discurso forzado y cierta crispación en el rostro después de la ajustadísima e inesperado victoria del Guazón, se guardó en el bolsillo la palabra cambio. Parecía un discurso kirchnerista, decidió que mantendría todos los logros de los últimos 10 años, los mismos logros que atacó reiteradamente: jamás estatizaría Aerolíneas, es una barbaridad estatizar YPF, etc, etc.
ResponderEliminarSucede que solo el 15% de la población, según una encuesta, quiere cambios. Entonces dio una vuelta de campana a su proyecto. ¡Hombre de principios este Macri!
gracias a vos me entere que dijo el imbécil, por que yo no tengo la paciencia de escucharlo, y verlo significa que puedo atentar contra el televisor
EliminarEl ¿ingeniero? está triste, ¿qu´le pasará al ingeniero? Quizás, como la paloma, se equivocó, creyó que el sueño era realidad, que la derecha era la izquerda, que el sur era el norte, y el sueño se desvaneció.
ResponderEliminarPero, a diferencia de la paloma, no voló a lo alto de una rama, sino que se puso a picotear en campo ajeno, tratando de hacer creer que lo que es, no es, y lo que no es, a lo mejor puede ser. "Ser o no ser", ése es el dilema ingenieril, que la facultad no le ayuda a definir, ya que, como ingeniero no pasa de dirigente futbolero.
Si alguna cualidad se le podía reconocer, era su coherencia ideológica, ya no defiende como un Cid Campeador las posturas del egoísmo neo-liberal, sino que sostiene que siempre le simpatizaron las políticas del populismo nacional. Lo que parecía coherencia, resultó ausencia de convicciones, sólo la mediocridad es la que permanece.
¿Qué puede PROmeter o meter el PRO en el escenario político, cuando ignora lo que es, lo que tiene, lo que piensa y lo que quiere? Pero, esto, como Menotti, "es triste", porque marca la profunda decadencia de las dirigencias políticas, aquí, allá y acullá. La derecha, a partir de su centro, necesita de un partido que la canalice, que la ubique en el juego de la democracia representativa y la aleje de las tentaciones de los golpes, marciales, de mercado, mediáticos, duros o blandos.
Ya que ganó por barrido en la comuna de la Recoleta, convendría que se dieran una vuelta por el cementerio y buscaran inspiración en tantas tumbas ilustres que podrían brindársela.
JC
BUENÍSSSIMO!!!
EliminarEXCELENTE¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡.......lo voy a difundir.cristina deluca.-
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