Que
la Tierra es redonda, no es novedad alguna y hasta la civilización más
primitiva del planeta lo sabe. Sin embargo, durante gran parte de la Edad
Media, la esfericidad del mundo en que vivimos era cuestionada en no pocos
ámbitos científicos.
En
los albores del Renacimiento, era un hecho aceptado que la Tierra es redonda,
pero se ignoraba su tamaño, o mejor dicho su circunferencia que es lo que más
interesaba para la navegación, especialmente después que ejércitos del Imperio
Otomano conducidos por Suleiman el Magnífico, pusieron grandes dificultades para
que los europeos, dirigiéndose por tierra hacia el este, llegaran a la India
y pudieran adquirir las preciadas especias.
La
solución era dirigirse hacia el oeste, atravesando un mar cuyo tamaño era
desconocido. Los atlas de la época de Colón consideraban que la circunferencia
terrestre era de aproximadamente 30.000 kilómetros. Por su parte, el navegante
genovés, quizás en su entusiasmo de convencer a los reyes católicos, cometió
gruesos errores de cálculo ya que consideró que Japón estaba a poco más de 4000
kilómetros de Europa, o sea en donde México se encuentra actualmente.
Cristóbal Colón (143 o 56- 1506).
Probablemente ningún personaje de la historia tuvo tantos retratos y
ninguno parecido al otro.
Conocimientos
mucho más precisos que los europeos sobre geografía, astronomía y cualquier
otra disciplina, ya la tenían los griegos dos mil años antes que la Europa
sumida en el oscurantismo de la Edad Media. Y si los reyes católicos en su
fanatismo religioso no hubieran tomado la trágica decisión de expulsar a los
judíos y a los árabes, las dos civilizaciones más desarrolladas de entonces,
muchos aspectos de la historia habrían sido distintos. Los árabes, en su
proximidad con Alejandría se nutrieron de la cultura grecorromana y por ello
sus conocimientos fueron mucho más avanzados que en el resto de Europa.
Eratóstenes y la
circunferencia terrestre
Eratóstenes
Eratóstenes
nació en Cirene, Libia en el año 284 antes de JC y se podría decir que era el Leonardo
Da Vinci del mundo griego de entonces. Sus conocimientos abarcaban la
geografía, la astronomía, la historia, las matemáticas y la filosofía y en sus
horas libres, entre otras actividades escribía poemas. Su fama llegó a los
oídos de Ptolomeo III, rey de Alejandría, el enclave griego en Egipto, que
junto con Atenas constituían los dos focos de ciencia del mundo antiguo.
Ptolomeo quería que Eratóstenes educara a sus hijos y en recompensa lo nombró
director de la famosa Biblioteca.
Fue
allí que un día leyó en un papiro que en el puesto militar de Siena, cerca de
las cataratas del Nilo, en el mediodía del 21 de junio del solsticio de verano,
una vara vertical no proyectaba sombra. Para cualquier lector este dato era
intrascendente, prácticamente insignificante, pero no para un observador como
Eratóstenes. Comprobó que en la misma fecha y a la misma hora en Alejandría el
sol producía una sombra en una vara semejante. La primera deducción que hizo
fue que el mundo no era plano, porque de ser así debido a la enorme distancia
entre el Sol y nuestro planeta, los rayos deberían caer verticalmente tanto en
Siena como en Alejandría.
Dedujo que la Tierra tenía una curvatura o sea que
era redonda y cuanto mayor fuera la curvatura, mayor será la diferencia entre
las longitudes de la sombras. Si se prolongan los palos hasta llegar al centro
de la tierra formarán un ángulo de 7 grados. Para eso, necesitaba un dato más:
la distancia entre Siena y Alejandría, entonces contrató gente que caminando,
midiera la distancia que fue calculada en 800 kilómetros (5040 estadios, que
eran la unidad de longitud griega). Siete grados es la cincuentava parte de los
trescientos sesenta grados de la circunferencia terrestre. Multiplicó 800
kilómetros por 50 y el resultado fueron 40.000 kilómetros, 76 kilómetros menos
que la circunferencia real calculada por medio de satélites artificiales.
Phileas Fogg y Nelly Bly: la ficción y la realidad
Julio Verne (1828-1905) y
una de las primeras portadas de su novela La
vuelta al mundo en 80 días.
En
1872, ya se conocía con bastante exactitud la circunferencia terrestre, por lo
tanto, el flemático caballero británico Phileas Fogg de la obra de Julio Verne,
apostó a los demás socios del aristocrático club que frecuentaba, que podía dar
la vuelta al mundo en 80 días. Fogg regresó a su casa un viernes 20 creyendo que
era sábado 21, porque había tardado 81 días según el registro meticuloso que
llevaba en su diario, pero como se había dirigido hacia el este había ganado 24
horas y también la apuesta que hizo a sus amigos.
Diez
y siete años después que Julio Verne escribiera su famosa novela; Nellie Bly
una periodista audaz del New York World
de Nueva York, repitió la hazaña de Fogg, pero tardó 8 días menos y a su
regreso en Jersey City una muchedumbre de gente, fotógrafos y periodistas la
aguardaba en la estación.
Nelly Bly (1864-1922)
Menos
afortunado que Fogg fue Magallanes, quién partió de San Lucar de Barrameda el
10 de agosto de 1519 con 5 naves y una tripulación de 265 hombres y se encontró
con que recién muy al sur se lograba acceso al océano Pacífico de una
inmensidad inimaginable. Casi tres años después sólo una nave con 18 hombres
arribó al mismo puerto. Desdentados por el escorbuto, flacos y envejecidos,
resultaban irreconocibles para quienes los vieron zarpar jóvenes y robustos.
Los detalles de la expedición figuran en el diario de uno de los tripulantes:
Antonio Pigafetta, quién fue tan minucioso en su registro, que al llegar a
España notó que a su diario le faltaba un día. A diferencia de Fogg, la
expedición zarpó hacia el oeste y por lo tanto perdió 24 horas.
Magallanes
murió en las Filipinas y no alcanzó a ver que su viaje fue la aventura más
extraordinaria en la historia de la humanidad.
Leonardo
Moledo. Cristóbal Colón y la redondez de la Tierra. Historia de la ciencia. http://leonardomoledohistoriadelaciencia.blogspot.com.ar/2009/09/cristobal-colon-y-la-redondez-de-la.html
Carl
Sagan. Cosmos. Editorial Planeta, Barcerlona 1980.
Stefan
Sweig Magallanes.
Julio
Verne. La vuelta al mundo en ochenta días.
Eratóstenes
y la medición de la esfera terrestre. AstroMía. http://www.astromia.com/biografias/eratostenes.htm
Eratóstenes.
Biografía y vidas. http://www.biografiasyvidas.com/biografia/e/eratostenes.htm
Eratóstenes un grosso! Bien explicado, por fin entendí cómo se hacían las mediciones de la tierra, a mí no se me hubiera ocurrido
ResponderEliminarExcelente el artículo!
Los gorilas que niegan los logros de esta década me remontan al recuerdo de los monjes de la Inquisición que negaban el heliocentrismo
ResponderEliminarAsí como en otros tiempos algunos veían a la tierra cuadrada, viene al caso los comentarios de la prensa hegemónica sobre la cantidad de ómnibus que "llevaron a la rastra" a la concurrencia. De acuerdo a los cálculos de la multitud, se necesitarían más de veinte mil ómnibus. Cristina dió un discurso proselitista y me pareció perfecto. A este gobierno no lo para nadie y lo del traslado del sable corvo fue genial. Me parece que muchos gorilas lo sintieron metido en esa parte del cuerpo por donde eliminamos la materia fecal.
ResponderEliminarRealmente estamos ante un fin de ciclo y otro que comienza...del FPV