Coincido con el artículo de Hernan Invernizzi de que el gorilismo no nació como reacción contra el peronismo. Si tenemos que darle una fecha de bautismo se podría decir que el gorilismo nació con la Ley Saenz Peña. A partir de allí, los señores de la tierra, los que estaban subordinados al sistema económico que les impuso Inglaterra y los que en fin carecían de visión de grandeza comenzaron a mostrar sus uñas sin tapujos.
Son los que fruncieron el seño cuando la multitud desató los caballos y arrastró la carroza que llevaba al nuevo presidente Hipólito Yrigoyen, pero después sonrieron cuando el mismo gobierno toleró las matanzas de la semana trágica y de los peones de la Patagonia. Son los que le llenaron la cabeza al obtuso de Uriburu para que derrocara a un gobierno que no pudieron vencer por las urnas.
Son los que escribieron "Viva el cáncer" cuando Eva Perón estaba moribunda.
Son los que recibieron en la Sociedad Rural con algarabía a todos los presidentes de facto.
Son los que se pusieron un broche en la nariz y se abrazaron con la rata, porque si bien no era del palo les entregó todo lo que querían.
Son los que hablan con nostalgia del FMI y que miraron para otro lado o aprobaron cuando el proceso se llevó a treinta mil.
Son los que el miércoles recibieron a los censistas con una copa de Champan en la mano y gritando esta vez Viva el infarto.
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