El
desierto de Nazca está constituido por una planicie de 1000 kilómetros
cuadrados rodeada de montañas de baja altura. El clima es relativamente benigno
con temperaturas que rara vez alcanzan los 40 grados. Durante la noche se
comporta como todo desierto, la atmósfera se enfría y el termómetro marca unos
pocos grados. También como todo desierto hay ausencia casi total de humedad, porque en Nazca,
la lluvia nunca ha osado asomarse por ese territorio. Durante la noche, una
atmósfera totalmente limpia permite ver la Vía Láctea en todo su esplendor.
Penetrar en esa monótona vastedad sin compañía alguna es temerario, no hay disponibilidad de agua y cualquier accidente se
puede transformar en mortal al no poder el infortunado recibir ayuda de nadie.
Sin embrago, durante gran parte del siglo XX una mujer lo habitó en soledad,
fascinada por el misterio de unas gigantescas figuras que una civilización preincaica
desconocida trazó hace 1500 años. Algunas hipótesis posicionan el origen de estos
geoglifos mucho más atrás en la historia remontándolos a varios siglos antes de
Cristo.
María Reiche nació en Dresden, Alemania en
1903 y llegó a Perú con el título de matemática cuando tenía 25 años y durante
un tiempo se desempeñó como institutriz del cónsul alemán en Cuzco. La
civilización Inca, la arqueología y la geografía del lugar la fascinaron, pero
le faltaba un toque más de magia para quedar totalmente cautivada por aquel
país tan lejano de su hogar. Ocurrió cuando conoció al doctor Paul Kosok, un
antropólogo norteamericano, para quien ofició de traductora al castellano sus
trabajos en inglés.
María
Reiche (1903-1998)
En esos trabajos Kosok había expuesto sus
observaciones sobre las líneas de Nazca. Líneas rectas que no parecen conducir
a ningún lado y otras con distintas curvaturas que carecen de significado.
Algunas son como canales de escasos centímetros donde la corteza superficial
fue removida exponiendo el subsuelo blanquecino que hace un fuerte contraste
con el polvo del terreno. En otras, el trazado está constituido por cordones de
piedras que como minúsculas murallas sobresalen en la superficie. La situación
cambia totalmente cuando se las ve desde la cima de una sierra, pero mucho
mejor aún desde una avioneta a más de 300 metros de altura.
Fue desde el aire que Kosok le mostró a
Reiche las líneas de Nazca y ante ella se abrió un mundo maravilloso de figuras
y las más destacadas eran las de un mono, con su cola enrollada, una araña y un
colibrí, pero hay muchas más. Reiche se enamoró sin concesiones de esa
gigantesca pizarra natural y se dispuso a estudiar su significado.
Araña
Kosok se volvió a su país en 1949 y ella se
quedó en aquel desierto hasta el día de su muerte. Munida de un sextante, escoba,
binoculares, una brújula, cinta métrica y una silla escalera intentó descifrar
su contenido. En Lima la llamaban la “dama de las líneas de Nazca” o “la
guardiana de las líneas” y los habitantes de los pueblos cercanos la apodaron
“la mujer que barre el desierto.” No faltaron quienes la tomaron como una bruja
que se pasaba el tiempo barriendo y midiendo el terreno.
Las líneas de Nazca están envueltas en un
halo de misterio cualquiera sea el ángulo en que se las quiera analizar y en
cada uno abundan las teorías. Uno de los primeros interrogantes es la razón de
todas esas figuras y líneas. Sobre este aspecto hay múltiples hipótesis, para
Reiche, que investigó su orientación astronómica, se trataría de marcadores del
inicio del verano, una especie de calendario de tamaño descomunal. Las líneas
estarían destinadas a fijar los ciclos y los cambios climáticos en las sociedades
agrarias de la civilización nazca. En 1949
publicó su primer artículo sobre las figuras: ‘Mistery on the desert. A study of the ancient figures and
strange delineated surface’ (Misterio en el desierto. Un estudio
de las figuras antiguas y la extraña superficie delineada).
Otra teoría que prevalece es la religiosa,
como los dioses se encuentran en los cielos, los nazcas realizaron esas
gigantescas figuras como ofrendas para que las vean desde las alturas en que se
encuentran. Solo pueden ser vistas
desde el cielo, fueron hechas por el hombre no para que goce contemplando la
perfección de su obra, porque simplemente no las puede ver, sino para los
dioses. Resulta maravilloso que estos habitantes fueran los únicos en la
historia del arte en realizar sus dibujos sin perspectiva alguna, sin poder
situarse a una distancia lo suficientemente lejana como para apreciar la
evolución de su obra y evaluar si el diseño es correcto, porque son figuras de
tamaños que oscilan entre 100 y 400 metros. Sin embargo, la geometría y
proporciones de las figuras son perfectas.
La incógnita que prevalece sobre cualquier
aspecto que pretende ser abordado sobre las líneas de Nazca, dio pie a que
surgiera la hipótesis de que una civilización extraterrestre fuera la creadora
de estos geoglifos. El paladín más entusiasta de esta teoría fue El escritor suizo Erich von Daniken
que la dio a conocer en 1968 en Recuerdos del futuro, libro del cual
vendió millones de ejemplares. Las consideraba una de las pruebas de que las
sociedades del pasado habían recibido la visita de extraterrestres que habían
influido en la historia. Para muchos académicos e investigadores, se trata de
una fantasía sin sostén alguno, pero la nebulosa de desconocimiento que
envuelve a las líneas de Nazca hace difícil descartar de plano la hipótesis
alienígena.
Colibrí
Gracias a las
gestiones y esfuerzos de Reiche las líneas de Nazca forman parte del Patrimonio
de la Humanidad de acuerdo a lo establecido por la UNESCO en 1994. Esto permite
generar reglamentos y leyes que contribuyen a la preservación del lugar.
María Reiche falleció el 8 de junio de 1998 a
los 95 años, sus restos descansan en un sencillo museo de la ciudad de Nazca.
Allí se puede encontrar toda la información sobre las misteriosas líneas a cuyo
estudio dedicó la mayor parte de su vida.
Alberto
López. María Reiche, la guardiana del misterio del desierto de Nazca. El País,
15/05/2018.
Julián
Varsavsky. Arte de la tierra al cielo. Página 12, 21/02/2016.
Oscar
Mercado. El verdadero misterio de las líneas de Nazca. Los Divulgadores,
23/07/2011.
Muy interesante!
ResponderEliminarUna posibilidad es que usaran el método de la cuadrícula. Yo lo usaba cuando era chico-adolescente para agrandar a voluntad dibujos pequeños.
Cómo están? Todo bien? Tu pié?
Cariños
Desconocía la historia de Reiche y su hipótesis del calendario. Re interesante!
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