José Stalin pertenece al grupo de los más grandes estadistas de la historia por haber realizado dos logros fundamentales: ser el artífice esencial de la derrota de la Alemania nazi y por haber transformado al país más atrasado de Europa en la segunda potencia mundial. También se lo conoce, y en esto sus detractores cuentan con sobradas pruebas y argumentos, como uno de los dictadores más terribles de su tiempo.
Nada escapaba a su
control y la más leve sospecha, una metáfora mal interpretada, un comentario
adverso a su gestión o su persona, eran despiadadamente castigados. Las artes,
particularmente la música, debían estar al servicio del proceso revolucionario
del “gran conductor”. En la Rusia de Stalin solo había dos clases de
compositores: los que estaban vivos y asustados y los que estaban muertos.
Dmitri Shostakovich (1906-1975) perteneció al primer grupo y fue un caso
paradigmático que vivió todos los estados de la matriz dictatorial del sistema:
fue ensalzado, sospechado, criticado, ridiculizado y perseguido durante las
décadas del estalinismo.
En 1925 cuando tenía 19
años compuso la Sinfonía número 1. Al año siguiente la
obra fue estrenada por la Orquesta Filarmónica de Leningrado y el júbilo se
apoderó de los medios artísticos de la joven República soviética. El caluroso
recibimiento de la sinfonía se extendió por Europa y América donde Shostakovich
fue considerado como el primer gran autor de la nueva Rusia.
Dmitri Shostakovich en los tiempos de su
primera sinfonía
En los años siguientes compuso las sinfonías 2 y 3 que fueron muy bien recibidas por el público y por el régimen, hasta que en 1934 produjo la ópera Lady Macbeth de Mtsenks donde incorporó elementos del impresionismo y del verismo. El argumento está inspirado en el relato del escritor ruso Nikolái Leskov y es un drama trágico donde abundan escenas de sexo explícito (no faltan quienes aún la consideran una obra pornográfica), crímenes y amor pasional. El personaje principal es Katerina Ismailova, una mujer casada con un pusilánime vendedor viajero en un oscuro lugar de la Rusia profunda. En la vida de hastío e insoportable rutina, Katerina es vigilada día y noche por su suegro, un hombre primitivo desagradable y violento.
Cuando se incorpora a la chacra un joven y recio empleado, Katerina cree encontrar el amor perdido y la tabla de salvación para cambiar su tediosa existencia. Con complicidad de éste, la mujer asesina a su esposo y su suegro, cae en la cárcel. Todos terminan mal.
La obra fue un éxito rotundo y tuvo 200 representaciones hasta que dos años más tarde Stalin, interesado por la celebridad que la rodeaba asistió a una de las funciones junto con gran parte de la plana mayor del Comité Central. Todo parecía ir sobre ruedas hasta que Stalin se levantó disgustado antes de que comenzara el tercer acto.
Al día
siguiente, el diario Pravda publicó
un editorial devastador bajo el título “Caos en lugar de música”. Entre otras
cosas decía: “…el oyente es abrumado desde el primer instante
de la ópera por un flujo de sonidos deliberadamente desmañado y embrollado.
Amagues de melodía, embriones de frases musicales, se ahogan, escapan y vuelven
a ahogarse entre choques, rechinadas y alaridos. Seguir esta 'música' es
difícil; recordarla es imposible".
La
realidad es que el argumento era un verdadero culebrón ya que incluía una historia con tres
asesinatos, un suicidio, una violación, una adúltera y tres hombres de baja
categoría, todos personajes ajenos a la tarea de educar al pueblo ruso para una
sociedad mejor. Además, para el régimen el sexo estaba al servicio de
la procreación y no del placer. Como si esto no bastara había una escena donde
la protagonista soborna al comisario del pueblo, algo impensable en un sistema
que consideraba a la policía como químicamente pura.
Lady
Macbeth de Mtsenks recibió el rótulo de “obra contrarrevolucionaria”
y salió de cartelera durante 26 años en que se volvió a representar cuando ya
habían pasado 7 años de la muerte de Stalin. En el resto del mundo continuó
subiendo a escena y siempre resultó un acontecimiento y éxito de taquilla, ya
que no es fácil conseguir un buen elenco lírico que hable y cante en ruso.
Para Shostakovich la
prohibición de la obra estuvo lejos de ser lo peor, se convirtió en un leproso
entre sus pares. Antiguos amigos dejaron de verlo y algunos desaparecieron, la
gente le rehuía y nadie se atrevía a tocar sus composiciones. Sus ingresos se
redujeron y algunos compañeros fieles, subrepticiamente le suministraron hojas
con el pentagrama para que siguiera trabajando en absoluta soledad. A llegar la
noche solía acostarse vestido con una valija preparada al pie de la cama, a la
espera de que en cualquier momento se presentaran miembros de la NKVD para
arrestarlo.
Un día le mandaron una
citación para presentarse ante una de los distritos de la temible institución.
En la fecha designada se despidió de su esposa e hijos, pensando que no
volvería a verlos. Al llegar a la oficina se produjo el siguiente diálogo:
─¿A quién viene a ver
camarada?─le preguntó el recepcionista.
─Al investigador camarada
Zakowesky─respondió Shostakovich.
─Usted no figura en la lista de hoy─ le respondió el
recepcionista luego de revisar la agenda─ regrese cuando lo llamen. Poco
después se enteró que al investigador lo habían arrestado.
En 1936 compuso la
Cuarta Sinfonía, pero mantuvo la partitura guardada para el día en que
mejorasen los tiempos. En cambio la Quinta y Sexta sinfonías las dio a
publicidad, fueron aceptadas por el régimen y decrecieron la vigilancia y los
ataques a su persona y su música.
En 1941 los ejércitos
alemanes, rompiendo el pacto de no agresión firmado por ambas partes,
invadieron Rusia llegando hasta 30 kilómetros de Moscú. Stalin no se movió del
Kremlin y pronunció uno de sus discursos más memorables, calmando a la
población que permaneció en sus casas.
Shostakovich se
encontraba en Leningrado y produjo su Séptima Sinfonía que lleva el nombre de
la ciudad. A un radiante comienzo de carácter épico le sigue el suave sonido de
los verdugos alemanes invadiendo Rusia, cada movimiento tenía un simbolismo. El
éxito fue rotundo en todas las ciudades donde se estrenó y Stalin, quien la
consideró su melodía favorita, ordenó tocarla en Leningrado. Por entonces la
ciudad estaba sitiada y la población sin alimentos perecía de hambre, gatos y perros
habían desaparecido y abundaron los casos de canibalismo sobre los muertos. La
gente se caía en las calles cubiertas de nieve para no levantarse más. La
ciudad carecía de iluminación, de agua y faltaba la leña en los hogares.
En esas circunstancias le
tocó al director Karl Eliasberg la difícil misión de conducir la Séptima
Sinfonía y comenzó a reunir a los músicos sobrevivientes. Faltaban la mitad de
los violines y la misma merma existía con los instrumentos de viento: las
maderas y los metales. Tres de los intérpretes murieron durante el único ensayo
que se pudo realizar. Las camisas y los sacos sobraban en los cuerpos
escuálidos de los músicos y sus rostros reflejaban el sufrimiento causado por
el frío y la falta de alimentos.
Karl
Eliasberg (1907-1978)
Antes de iniciar la función se produjo un feroz
contraataque ruso para silenciar a las fuerzas alemanas durante la
interpretación. Eliasberg se subió al podio y con manos temblorosas comenzó a
dirigir a la fantasmal orquesta y la sinfonía se retransmitió a las líneas
alemanas a través de altavoces como una táctica de guerra psicológica y con el mensaje al enemigo de ¡nunca nos vencerán!
Cuando finalizaron los últimos acordes, los exhaustos músicos fueron
gratificados con ovaciones interminables de un público que parecía haber
olvidado el hambre y las penurias.
No existió ni
existe en la historia de la música un antecedente con estas características. El director manifestó que “ese momento, supuso un triunfo sobre la
desalmada maquinaría de guerra nazi”. La Séptima Sinfonía se convirtió para el
pueblo ruso, tanto combatientes, como obreros y campesinos, en el símbolo de la
resistencia. Stalin y la gente la silbaban y tarareaban porque significaba el
mensaje de que nada ni nadie podía detener a Rusia, su cultura y su revolución.
La Octava Sinfonía fue una creación excelente de
Shostakovich y la produjo en 1943 cuando los ejércitos alemanes habían iniciado
una retirada permanente con derrota tras derrota ante la fuerza arrolladora de
las armas soviéticas. A Stalin no le gustó, consideró que le faltaba fuerza en
momentos en que el enemigo huía precipitadamente.
En 1945 con la derrota definitiva de Alemania y las fuerzas rusas en
Berlín, Shostakovich estaba imbuido por sentimientos ambivalentes, por un lado
la alegría del triunfo sobre el salvajismo nazi y por otro el miedo ante la
posible consolidación del despotismo y dictadura estalinista. En este aspecto
no se equivocó, el culto a la personalidad alcanzó ribetes superlativos. Stalin
bañado de gloria y adulación intensificó las persecuciones, las torturas, los
fusilamientos y las deportaciones a los campos de trabajos forzados. El mayor
ensañamiento se hizo contra los judíos y los pogroms no tenían nada que
envidiar a los de la Rusia zarista.
En tal estado de ánimo compuso su Novena Sinfonía que carecía de los
aires de victoria que el régimen esperaba. Stalin que imaginó una obra
apoteósica, estaba furioso. La música de Shostakovich fue prohibida, Se lo
expulsó del Congreso Nacional de Compositores y debió humillarse en un discurso
público cuyo contenido le fue entregado por un oficial de alto rango en el
instante en que tuvo que enfrentar al micrófono. ─Lea esto, dice todo lo
necesario─ le dijeron. Este tipo de autocondenas obligadas era un método
habitual en esos tiempos.
El documento redactado
en primera persona era una suma de críticas contra sí mismo y cuando llegó al
punto que decía: “He estado componiendo música contra el pueblo”, Shostakovich
dejó los papeles de lado, miró hacia el infinito y dijo perplejo como si fuera
un niño: “Pensaba que si expreso sinceramente mis sentimientos con la música,
no podría ir nunca contra el pueblo, porque yo soy parte del pueblo”.
Seguidamente recompuso su postura y siguió leyendo lo que le habían ordenado.
A partir de entonces fue
obligado a escribir música para películas de pésima calidad que ensalzaban la
figura de Stalin y la revolución. Esa claudicación, así como su autoincriminación
y declaraciones descalificadoras que tuvo que hacer contra su voluntad hacia
otros colegas, le valieron muchas críticas desde occidente por su sumisión y
cobardía ante el régimen. Quienes tan duramente atacaron a Shostakovich, no se
ubicaron ni en el tiempo ni en las circunstancias. De haberse negado le
esperaba la muerte o en el mejor de los casos la cárcel en condiciones
infrahumanas. Además, la ira de Stalin generalmente solía hacerse extensiva
hacia los familiares del condenado. Por lo tanto, aquellos que adoptaron una
postura de superioridad moral, tendrían que haberse preguntado qué habrían hecho ellos en esas
circunstancias.
Foto de Shostakovich tomada durante la década de 1960
Hubo quienes
después se retractaron como el reconocido director Georg Solti. Cuando le
preguntaron en una ocasión cual fue su mayor arrepentimiento, su respuesta fue:
“No haberle pedido perdón
a Shostakóvich por menospreciarlo y considerarlo un lacayo del Estado”.
Jason Cafrey. La hambrienta orquesta que desafió a Hitler y tocó una sinfonía durante
el asedio a Leningrado. BBC News, 17/01/2016.
Rodrigo González M. Lady Macbeth: La ópera por la que Shostakovich se
enfrentó a Stalin. La Tercera, 04/07/2009.
Rafael Fernández de Larrinoa. Shostakovich contra Stalin.
Documental. Netherland’s Radio Philarmonic. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=89258H0_dKQ
Julian
Barnes. Shostakovich, entre el arte y el poder. El País, 07/05/2016.
Andrés Amorós. Shostakovich, el músico del miedo.
Libertad Digital, 01/07/2016.
Enrique
López Aguilar. Los dos rostros de Shostakovich. La Jornada Semanal, 10/09/2006.
Felicitaciones por la magnífica reseña sobre Shostakovich, Ricardo. Tuvimos suerte que este compositor no fué liquidado por Stalin. En cuanto a Stalin mismo, no lo considero mejor que Hitler. Talvez el genocidio perpetrado por Hitler fué más organizato y eficiente. También es verdad que Rusia perdió más soldados y civiles que ninguna otra nación en la segunda guerra mundial. Los comunistas rusos llamaban a esa guerra la "guerra patria". Tuvimos que aliarnos con Stalin para poder vencer el nazismo. Me pregunto lo siguiente: si hubiese sido la unión soviética la que primero agredió a Inglaterra, Francia, etc,. nos hubiésemos aliado con Hitler?
ResponderEliminarYa te publicó la editorial española el libro con selecciones de El Mordaz?
Abrazos
Aquí seguimos muy mal, la deuda adquirida por este gobierno es impagable y va a ser agobiante durante varias generaciones. Lo que estamos viviendo es el neoliberalismo más puro llevado a sus extremos. Se basa sobre la mentira constante y repetida, la negación total de todos los errores y para eso se respaldan en la segunda pata de este sistema que es el control del 90% de los medios. La tercera pata es la prostitución del poder judicial mediante sobornos o extorsiones a los jueces que no les son afines y varias decenas de presos políticos sin juicio previo. El objetivo es el empleo del dinero no para producir bienes, ayudar a la industria, mejorar la salud la educación y la ciencia sino para la especulación financiera. Al CONICET, la principal institución científica del país le han quitado presupuesto y sabemos que una nación sin investigadores está condenada a ser una republiqueta bananera.
EliminarLos postulados de Goebbels sobre la propaganda aquí se aplican al pie de la letra.
Lamentablemente no tengo mejores noticias para darte sobre la situación del país. Personalmente nuestros ingresos sobre material científico para los laboratorios se redujeron un 50%, pero estamos todos bien de salud.
Abrazo
Ricardo
Muchas gracias"AMIGAZO", EXCELENTE INFORMACIÒN.!!!!!!!!
ResponderEliminarABBRACCIONE!!!!
UNA INFORMACION PRECISA Y PRECIOSA ,COMO SIEMPRE,,QUERIDORICARDO -EN ESTE CASO ME LLEGA PARTICULARMENTE,EMPECINADA MELOMANA -!COMO PODIA SABER TODOS ESTOS DATOS SINO POR EST INVESTIGADORTAN EXIGIDO Y COMPETENTE DE QUIEN TENGO EL ORGULLO DE CONSIDERARME AMIGA !!..!GRACIAS POR TU "MORDAZ " !!MERCEDES -
ResponderEliminarExcelente articulo, gracias Ricardo.
ResponderEliminarGracias por tu interés Paula
EliminarAbrazo