La autotitulada “Revolución Libertadora”, intentó borrar de la memoria de los argentinos la imagen de Juan Domingo Perón a quién por decreto era obligatorio bajo pena de sanción llamarlo por su nombre. Quién quisiera hacer referencia a este “execrable” personaje debía citarlo como “el tirano prófugo”.
Sabemos que estas medidas, tan pueriles y burdas, sólo son eficaces mientras dura el poder que las decretó. Con el transcurso del tiempo, se produce un fenómeno de rebote, es como tratar de tapar el sol con la mano.
La “Libertadora” hizo extensivo su odio a todos aquellos que simpatizaron con el régimen depuesto en todos los ámbitos, laboral, científico, cultural, artístico y deportivo. En el mejor de los casos, perdieron su trabajo, se les cerraron todas las puertas y debieron exiliarse.
En el ámbito del deporte hay tres casos paradigmáticos, la tenista Mary Terán de Weiss, José Gatica y la Primera Generación Dorada del básquetbol.
Mary Terán de WeissMary Terán de Weiss, fue la primera tenista argentina que alcanzó los primeros planos del tenis mundial. Disputó 1.100 partidos internacionales de tenis, de los que ganó 832 y de estos triunfos, 28 fueron certámenes internacionales.
Fue número uno de la Argentina en 1941, 1944, 1946, 1947 y 1948. Ganó dos medallas de oro y una de bronce en los Primeros Juegos Deportivos Panamericanos En 1951, era considerada entre las mejores veinte tenistas del mundo.
Su belleza y atrevimiento para la indumentaria de la época la convirtieron en una deportista seductora. Así fue como encantó a Haroldo Weiss, su compañero, con quien se casó en 1943 y luego se afilió al peronismo. En el movimiento buscó difundir el tenis, deporte que era exclusividad de la elite a mediados de siglo. Su militancia la llevó a asumir como jefa de los Campos Deportivos Municipales en 1952 y de la mano de la Fundación Eva Perón consiguió los insumos necesarios para la enseñanza del juego. Por entonces, ignoraba que esa sería su perdición.
Con la instalación en 1955 de la dictadura militar, quedó frustrado el objetivo de sacar al tenis del círculo clasista en que se hallaba. Habría que esperar hasta la llegada de Guillermo Vilas, quién estableció un antes y un después en este deporte y lo abrió al resto de la sociedad.
Cuando el gobierno de Perón fue derrocado, Mary estaba jugando las finales del Abierto de Alemania. Intervenida la Asociación Argentina de Tenis, las nuevas autoridades argentinas, con Enrique Morea a la cabeza, enviaron un telegrama a la Federación Internacional de Tenis para que no la dejara participar más en sus torneos. La solicitud tenía mucho tufo a persecución política y la institución rechazó el pedido y le permitió a Mary seguir jugando, pero su vida como deportista había llegado a su fin.
Durante décadas permaneció ignorada por el Estado, los medios de comunicación y las organizaciones deportivas hasta que víctima de un cuadro depresivo se suicidó en 1984, a los 66 años.En 2007 con la decisión de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires se decidió denominar Estadio Mary Terán de Weiss, al estadio de tenis construido en el Parque Roca de esa ciudad. Hasta el momento, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, del procesado Macri, afecto al incumplimiento de las leyes, junto con la Asociación Argentina de Tenis que aún conserva bolsones elitistas, se niegan a denominar con su nombre al estadio donde se juega la Copa Davis.
José María Gatica
José Gatica vuelve de la cancha de fútbol, donde vende muñequitos, camina rengueando y parece un anciano. Son pocos los que lo reconocen y saludan, el apenas les responde, está cansado de la vida y bebió más de la cuenta. Intenta subir al colectivo, resbala y la rueda le pasa por encima. “No me dejés solo, hermano", exclama desde el suelo sacudido por espasmos de dolor, mientras la vida se le va escapando del cuerpo. Falleció a las pocas horas de ese 12 de noviembre de 1963. Tenía tan solo 38 años y había sido uno de los más grandes boxeadores argentinos, que en su momento de gloria despertó pasiones de amor y odio como ningún otro en la historia del deporte.
Gatica, oriundo de la provincia de San Luis se desempeñó en su infancia como lustrabotas en Plaza Constitución. La habilidad adquirida en peleas callejeras para conservar su puesto de trabajo, atrajo la atención de un comerciante local que tenía vínculos con el Sailor’s Home, un alojamiento para marineros ingleses que en sus borracheras habían perdido el barco. El ambiente era de bribones y granujas y las diferencias se dirimían a puñetazos.
En poco tiempo, Gatica saltó a escenarios más distinguidos hasta que el 7 de diciembre de 1945, bajo las luces del Luna Park, de un directo a la mandíbula puso en la lona a su rival Mayorano en el primer round. A semejanza de su vida, su carrera deportiva fue fulminante realizando 95 combates de los que ganó 85. A Perón le gustaba el boxeo, pero más le gustaban los deportistas carismáticos que se convertían en ídolos de multitudes, porque convenía a su movimiento. Lo saludó en el ring y Gatica con desenfado le contestó con una frase que pasaría a la historia: “General, dos potencias se saludan”.
Ganó fortunas y las derrochó con la misma rapidez, vestía en forma extravagante y logró dividir al público en el sector paquete del ring-side que despectivamente le decía “Mono” y la popular que le decía “Tigre”. Prevaleció el primer mote, dicho con cariño por sus admiradores y con desprecio por la elite antiperonista.
Cuando Perón fue derrocado, el golpe militar y la Asociación Argentina de Boxeo lo sancionaron de por vida. Hay una escena de la brillante película “Gatica el Mono” de Leonardo Favio con el siguiente diálogo: Gatica “¿Porqué me persiguen?” Segunda voz: “Porque usted Gatica estuvo muy metido en política". Gatica: “Si yo nunca me metí en política, yo siempre fui peronista”.
Los últimos años vivió en una villa miseria junto a su segunda mujer y sus dos hijas hasta que la muerte lo encontró a su salida de la cancha de fútbol.
La primera Generación Dorada del básquet
Acaba de estrenarse Tiempo Muerto, un documental que hace justicia a la Primera Generación Dorada del básquet. La historia indica que la Selección argentina liderada por Oscar Furlong y Ricardo González fue una potencia en el básquet. Estuvo en el podio de todos los torneos en que se presentó llegando a ser campeona del mundo en 1950.
Con el arribo de Aramburu y su golpe militar, que arrasó con todo lo que tuviera relación con el peronismo, el básquet no fue excepción. Un apoyo concreto por parte del gobierno peronista había sido extender licencias laborales que permitieran a los integrantes del seleccionado dedicarse por completo y perfeccionarse. Por aquellos años imperaba todavía la regla del amateurismo, por lo que todos los jugadores trabajaban en otras profesiones para mantenerse.
Este punto del reglamento sería una de las excusas de los militares para castigar a los campeones aduciendo que los jugadores habían recibido favores de Perón, ergo acusándolos de profesionalismo. Los que enorgullecieron a La Argentina con su impecable actuación deportiva, fueron suspendidos de por vida y la Argentina quedó prácticamente borrada del mapa del básquet mundial.
Tuvieron que pasar sesenta años para que el país se recuperara en este deporte. Tiempo muerto, documental de Iván y Baltazar Tokman vuelve sobre ese grupo de hombres que de héroes nacionales fueron enviados al anonimato de un plumazo.
BRILLANTE RACONTO
ResponderEliminarMUY APROPIADO, AHORA QUE VAMOS A LONDRES. MUY BUEN RECUERDO.
TE CUENTO ALGO, RICARDO, QUE NOS LLAMÓ LA ATENCIÓN.DÍAS PASADOS APARECIÓ TU FOTO ENTRE LOS SEGUIDORES Y LUEGO DESAPARECIÓ ¿TUVISTE ALGÚN PROBLEMA?
NOS LLEVAMOS TU TRABAJO Y UN ABRAZO FUERTE
IQT
INDEC QUE TRABAJA