Barenboim vení!!!!

Debido a recortes a la cultura, los trabajadores del teatro La Scala de Milán hicieron manifestaciones el día de la apertura de la temporada lírica que terminaron en serios enfrentamientos con la policía. El famoso coliseo inauguraba su ciclo con la Walkiria de Wagner y el director era Daniel Barenboim, genio musical del siglo XX y paladín de los derechos humanos.

Antes de iniciar la obra, Barenboim denunció la decadencia que está sufriendo Italia y aparentemente el resto de Europa en materia artística por falta de apoyo gubernamental.

Mal de muchos, consuelo de tontos, pensé. Aquí nos pasa lo mismo, con un jefe de la ciudad, verdadero patán inoperante que sólo piensa en sus negocios personales y cuya única vocación artística es imitar a Freddy Mercury. Obviamente, esto también lo hace mal ya que en el día de su boda, remedando al genial cantante se puso un bigote postizo que casi se traga y hubo que socorrerlo para que no tuviera un final ignominioso.

Sería bueno que Barenboim viniera y se quejara de que el Colón es una fachada para muestra propagandística de Macri y que detrás de esa vidriera hay una infraestructura incompleta y deficiente, con personal mal pago al cual el gestor de lo superfluo hace oídos sordos a sus reclamos.

Muchísimo peor es la situación de las escuelas y hospitales de la ciudad y como muestra ejemplar tenemos el caso del Garraham, la institución pediátrica más importante del país a la cual Macri le retaceó sensiblemente el aporte que por su parte le corresponde. El argumento que esgrime este desacertado empresario es que la mayoría de la población infantil que allí se atiende proviene del resto del país en detrimento de los niños de la ciudad de Buenos Aires. Le importa un rábano que el Garraham sea nacional y considera que la salud se termina en la General Paz.

Es evidente que su manifiesta xenofobia no se limita a bolivianos y paraguayos sino a todas las personas que se encuentran fuera de la delgada franja del barrio norte, sector que cargará por el resto de sus días con la culpa de haberlo votado.

Hay un personaje genial de Capusotto que se llama Micki Vainilla y es la imagen exacta de Macri: xenófobo, racista y elitista. Mauricio podría hacer campaña con este poster en su iluso intento de llegar a presidente.