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lunes, 29 de febrero de 2016

EL CASO DE LOS SACERDOTES PEDÓFILOS DE BOSTON

Los dos principales diarios del estado de Massachusetts son el Boston Herald y el Boston Globe y ambos compiten por las primicias. El Boston Globe, fundado en 1872, cuenta con un equipo de varios periodistas que actúan con independencia del resto de la planta del periódico. Bajo el nombre de Spotlight, este grupo se dedica a investigar casos de resonancia de carácter político económico o social. Para ello, se distribuyen en distintas líneas para desarrollar un tema, trabajo que a veces les lleva meses. A primera vista parecería que aportan poco al diario, sin embargo, varios de los numerosos premios ganados por el matutino, se deben a Spotlight.

                    Entrada principal de el Boston Globe

Cuando en enero de 2002 el nuevo jefe de editores Marty Baron convocó a los periodistas de Spotlight, encabezado por Walter Robinson y les dijo que abandonaran todo lo que estaban haciendo y se dedicaran a investigar las denuncias de pedofilia cometidas por el sacerdote John Geoghan, el tema no pareció entusiasmar al grupo. En ese momento ignoraban que estaban por develar a la opinión pública el caso más resonante en la historia del Boston Globe, que les valdría un premio Pulitzer y que desencadenaría una catarata de reacciones de todo tipo. La nota llevaría a la bancarrota a varias arquidiócesis de Estados Unidos, trascendería los límites del país y dejaría secuelas que todavía perduran.

La investigación duró 5 meses y empezaron por recabar datos acudiendo a la Iglesia. Pronto se dieron cuenta que por esa vía no lograrían absolutamente nada. La institución era un bloque monolítico impenetrable que no les aportó la menor información.

                                     El equipo de Spotlight

Contactaron a un tal Phil Saviano, un sobreviviente de pedofilia que dedicó gran parte de su vida a recolectar casos de sacerdotes violadores. Fue entonces cuando los periodistas recibieron la primera sorpresa, no se trataba solo del padre Geoghan, Saviano les aportó información sobre 13 sacerdotes más y esto era solo el comienzo. Una de las víctimas del padre Geoghan había sido la señora Mac Pherson, que fue quien lo denunció. A los 41 años esta mujer se decidió finalmente a enfrentar su pasado y se presentó ante la justicia para acusar al sacerdote que la había violado cuando solo tenía 6. Se contactó con un abogado y le mostró una foto de su infancia, un rostro triste que enfrentaba a la cámara, el rostro de una de las tantas víctimas del depravado Geoghan.

                                          Mitchell Garabedian

El abogado en cuestión se llamaba Mitchell Garabedian, quién desde hacía décadas venía representando a víctimas de abuso sexual. Al principio Garabedian se mostró reticente y poco colaborador, la Iglesia lo asediaba y creía que el periodista del Boston Globe era un señuelo tendido por la institución. Con paciencia que les llevó semanas, finalmente se ganaron la confianza de Garabedian y este les dio acceso a su portafolio de casos.

Fue el punto de inflexión de la investigación: al grupo de Spotlight se le abrió un universo donde reinaba el vicio y la degradación del ser humano. Geoghan resultó ser la punta de un iceberg de cientos de casos de pedofilia, producidos por 87 sacerdotes, cuidadosamente encubiertos por la Iglesia. Tuvieron acceso a numerosos testimonios y comprobaron que había una metodología sistematizada y perversa para atraer a las víctimas. 

En general se trataba de menores provenientes de familias de bajo nivel socioeconómico, preferiblemente de matrimonios disfuncionales. Los violadores no hacían discriminaciones de sexo ni de raza. Para el niño o niña que empezaba a ser sometido a un elaborado proceso de seducción, el individuo bajo la sotana era la representación de Dios y le era muy difícil escapar de esa imagen. En un buen número de casos la designación como monaguillo era el medio favorito para iniciar la conquista. Muchos de los entrevistados por los periodistas habían quedado devastados como consecuencia de aquellas experiencias, cayeron en la droga, o sufrieron problemas psiquiátricos y no escaseaban los que se suicidaron. 

Si había una denuncia, el cardenal Bernard Francis Law, arzobispo de la Arquidiócesis de Boston, echaba tierra sobre el asunto y en el legajo personal del victimario solo figuraba “ausentado por enfermedad”. El sacerdote era transferido a una nueva parroquia donde generalmente volvía a delinquir.

                       Cardenal Bernard Francis Law

Finalmente, Garabedian convenció a un juez para que obligara a la Arquidiócesis a entregar sus propios archivos secretos. Tener los documentos de la Iglesia hizo que la historia fuera a prueba de balas. Por primera vez la institución quedaba expuesta. En diciembre de 2001, el Boston Globe ganó la demanda judicial que le permitió el libre acceso a los documentos del juicio de Geoghan: éstos se hicieron públicos a mediados de enero. La arquidiócesis reaccionó enviando una carta al diario, amenazando con acciones legales si publicaba artículos basados en esos documentos. El editor Martin Baron ignoró las intimidaciones, a las que calificó de “absurdas” y ni siquiera se molestó en responder.

Comenzó una carrera contra el tiempo, ya que al estar disponibles los archivos la primicia podía ser utilizada por la competencia, es decir el Boston HeraldLa noticia emergió de las rotativas el domingo 6 de enero de 2002. Esa mañana, cuando los periodistas del equipo Spotlight llegaron a sus respectivos lugares de trabajo, esperaban ver a manifestantes frente al edificio del diario protestando en contra de los ataques del matutino hacia los católicos. Pero no había ni un solo manifestante. “Había un silencio inquietante,” manifestó uno de los periodistas. Entonces comenzó a sonar el teléfono y no paró de sonar durante días. La mayoría eran católicos leales, apasionados, llenos de rabia y enojo, pero no con el Boston Globe, sino con el Cardenal Law, por haber traicionado a la institución que amaban. El resto eran adultos que en su niñez habían sido abusados por sacerdotes.

La investigación de Spotlight se publicó en el momento exacto en que el diario empezó a salir online, lo que le permitió exceder los límites del estado y del país. Comenzaron a llover denuncias de pedofilia de todas partes del mundo.

La saga sobre los abusos del clero, que le valió el premio Pulitzer al equipo en 2003, desató un escándalo que iba a consumir a la Iglesia durante una década y que aún continúa.

A fines de 2002, unos 1.200 sacerdotes habían sido acusados de abusos y cinco prelados debieron renunciar. El más prominente de ellos fue el Cardenal Law, quien renunció a su cargo en diciembre de 2002, casi un año después del primer reportaje sobre el escándalo. Sin embargo, el Papa Juan Pablo II lo premió poniéndolo a la cabeza de la iglesia Santa María la Mayor de Roma, la más importante después de San Pedro.

En 2008, dos productores de California se contactaron con Spotlight para consultarlos sobre la posibilidad de realizar una película sobre el tema. Los periodistas se aseguraron que no tendría golpes bajos ni escenas escabrosas y finalmente en 2016, la producción  fue exhibida en todas las pantallas del mundo. En Argentina se llama Primera Plana y es una reproducción rigurosa de los acontecimientos, respetando a las víctimas así como a los victimarios en la medida de lo posible.

Como señaló uno de los periodistas: “La película no va a cambiar ni una pizca a la Iglesia. A ellos no les importa”, afirmó. “Pero, en sí misma, empodera a las víctimas para salir adelante e intenta esclarecer a los padres para que estén atentos y cuiden y protejan a sus hijos. La película esencialmente destaca la importancia que tiene el periodismo de investigación.”
                                          Afiche de la película

Todo esto mueve a varias reflexiones y preguntas a las que es difícil encontrar respuestas: ¿Por qué hechos tan depravados no ocurren en el ámbito de pastores protestantes, rabinos, sacerdotes ortodoxos y de otras religiones?

Una explicación fácil sería que los sacerdotes católicos son los únicos obligados al voto de castidad y eso los lleva a violarlo cuando no soportan la contención de una necesidad fisiológica. Este argumento carece de asidero porque se calcula que un 50% de los sacerdotes no respeta el voto, pero entonces ¿por qué muchos lo hacen con niños?

El otro interrogante es aún más alarmante: ¿Por qué la Iglesia ha ocultado sistemáticamente los casos de pedofilia, protegiendo a sus miembros?

David Osborne. La investigación que desnudó la pedofilia en la Iglesia. Página 12, 29,01,2016. The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

David Mizner. Reportear una verdad explosiva: Boston Globe y los abusos sexuales en la Iglesia Católica. The Journalism School Knight Case Studies Initiative. Columbia University.

Abuso sexual en la Iglesia. El infierno en Boston. La República.pe. 01/11/2015. http://larepublica.pe/impresa/mundo/714741-el-infierno-en-boston

Alfonso Llano Escobar. Pedofilia en la Iglesia de Boston: escándalo farisaico. 14/04/2002. http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-1378891


jueves, 23 de agosto de 2018

DEJAD QUE LOS NIÑOS VENGAN A MÍ


Llevaron unos niños a Jesús para que les impusiera las manos y orara por ellos, pero los discípulos reprendían a quienes los llevaban. Entonces Jesús dijo: “Dejad que los niños vengan a mí” (Mateo 19:13-15).


Estas palabras de Cristo fueron interpretadas en forma curiosa y perversa por muchos sacerdotes y obispos, en todos los países donde la Iglesia Católica tiene cierto peso. Convencieron mediante distintos artilugios para que los niños fueran a ellos, pero no para acariciarlos en la cabeza o la mejilla, sino en otras partes del cuerpo y someterlos sexualmente, cometiendo el horrible delito de la pedofilia.


Estados Unidos es el país que más casos ha tenido, aunque considero que no se debe a que allí los miembros de la Iglesia sean más corruptos, sino que son muchos más los que se animaron a denunciar los actos de pedofilia y el Poder Judicial no está corrompido como en nuestro país.


En 2002 el nuevo director del diario Boston Globe de Massachusetts, convocó a varios del plantel de periodistas a que investigaran las denuncias de pedofilia cometidas por el sacerdote John Geoghan. En un principio, el tema no pareció entusiasmar al grupo. En ese momento ignoraban que estaban por develar para la opinión pública el caso más resonante en la historia del Boston Globe, que les valdría un premio Pulitzer y que desencadenaría una catarata de reacciones de todo tipo. La nota trascendió los límites del país, llevó a la bancarrota a varias arquidiócesis de Estados Unidos y por sobre todas las cosas demostró las secuelas psicológicas que arrastraron de por vida la mayoría de los afectados y que oscilaron desde la depresión hasta el suicidio. Ver El caso de los sacerdotes pedófilos de Boston 

El grupo Spotlight del Boston Globe

El operativo del Boston Globe, conocido como Spotlight, porque ese es el nombre del grupo de periodistas abocados a detectar hechos de resonancia, al término de 5 meses, desenmarañó el entramado secreto ocultado por la Iglesia. El resultado superó todas las expectativas, el total de sacerdotes involucrados llegó a la escalofriante cifra de 1200. Cinco prelados debieron renunciar, entre ellos el cardenal Law, quien puso todos los obstáculos posibles para que los casos de pedofilia no salieran a la luz. El acontecimiento dio origen a la película Spotlight que en Argentina se la conoció como Primera Plana.

 Cardenal Law

Según un artículo reciente de Washington Uranga en Página 12, en Pensilvania estalló otro caso de pedofilia masiva cometida por más de 300 sacerdotes sobre un número superior a mil niños y niñas durante las últimas décadas. A modo de ejemplo se señala que, en una de las diócesis, un cura confesó haber cometido ochenta violaciones anales y orales a por lo menos quince niños, uno de ellos de solo siete años.


Según un reporte de un jurado investigador, los sacerdotes pedófilos del estado de Pensilvania para tocar, abusar y violar a menores, emplearon rituales religiosos, símbolos de la fe y la amenaza de una eternidad en el infierno, conducta que el principal fiscal del estado calificó de "armamentización de la fe".


El informe judicial detalla la existencia de una suerte de “manual para ocultar la verdad” que incluyó desde eufemismos para referirse a las violaciones (hablar de “contacto inapropiado” en lugar de violaciones), hasta iniciar investigaciones internas formales confiadas a personas no idóneas para hacerlo. Incluye también, el habitual recurso de trasladar a otro destino a los curas descubiertos como abusadores y denunciados ante la comunidad. El blindaje corporativo fue enorme y solo en pocos casos la Iglesia y sus autoridades trasladaron a la justicia ordinaria la información sobre los delitos.


Ni Jesús ni sus apóstoles hablaron de celibato entre sus miembros y seguidores. Esta fue una invención del papa Gregorio VII (Hildebrando Aldobrandeschi [1020-1085]), en plena Edad Media. El clero tenía numerosas propiedades e inmuebles y el objetivo era impedir de que a la muerte de algún miembro de la Iglesia, los hijos o la viuda pudieran heredar sus bienes y se perdieran para la institución.


Gregorio VII fue un papa autoritario que en 1075 publicó el Dictatus Pape, una serie de axiomas destinada a esclarecer la relación del Sumo Pontífice con los poderes terrenales, particularmente el emperador del Sacro Imperio Romano. Entre los axiomas se destacaba que el papa es señor supremo del mundo, todos le deben sometimiento, incluidos los príncipes, los reyes y el propio emperador y para despejar toda duda, munido de una soberbia mesiánica, añadió que la Iglesia Romana no erró ni errará jamás.


En las antípodas de Gregorio VII se encuentra el actual papa argentino Francisco a quien, por razones de simpatía, de ahora en adelante lo llamaré Bergoglio. Algunas de sus declaraciones son revolucionarias. Recientemente en Argentina hubo movilizaciones masivas de millones de personas a favor del aborto legal y contra el aborto clandestino, que llevó a la tumba a tantas mujeres embarazadas. Bergoglio, obviamente se manifestó en contra, pero dijo algo muy importante: “no voy a excomulgar a quienes estén a favor del aborto”.


Sin embargo, sus declaraciones más sobresalientes fueron las denuncias contra el neoliberalismo y el enriquecimiento descontrolado de unos pocos a costa de la pobreza de miles de millones. Varias de sus reflexiones fueron tiros por elevación contra la política económica del gobierno de Cambiemos, la falta de seguridad jurídica, la dependencia de Estados Unidos, la desocupación, la pobreza y la existencia de más de 40 presos políticos, hecho inédito en la historia de la democracia argentina. La poca simpatía de Bergoglio por Macri se evidenció cuando le concedió a él, su esposa y su hija 17 minutos de audiencia, mientras que con la ex presidenta Cristina estuvo dos horas, almuerzo incluido.

 

Relación forzada versus encuentro ameno y placentero


Cuando Bergoglio asumió el papado, La Nación, el ultraconservador diario del Opus Dei y órgano oficial de la Sociedad Rural Argentina, le dedicó durante semanas páginas enteras de panegírico. Al ver que sus ideas progresistas no concordaban con las del actual gabinete y los grandes terratenientes, sus loas fueron menguando discretamente y desde hace meses nuestro papa está ausente en las páginas del canónico diario.

Respecto de la pedofilia, Bergoglio la calificó de gravísima y agregó que se trata de la “lepra de la Iglesia” y sostuvo que el 2% de los curas son pedófilos, pero por lo que salió a la luz en Estados Unidos, el porcentaje puede llegar a triplicarse. Según el último censo vaticano de 2017 el número de clérigos en el mundo asciende a 466.215. Si aplicamos esta hipótesis del 2%, la cantidad de sacerdotes pedófilos superaría los 8000, lo que sugiere un daño incalculable sobre decenas de miles de niños y niñas.

Bergoglio realizó ingentes esfuerzos para combatir la pedofilia y no son pocos los sacerdotes expulsados durante su gestión, pero esto no es suficiente. Los sacerdotes deben casarse y formar una familia como el resto de los seres humanos. El matrimonio está permitido en las otras religiones y son rarísimos los casos de pedofilia. La eliminación del celibato sería una solución que reduciría sustancialmente el número de estos delitos. Por sus principios avanzados y por su enorme popularidad, Bergoglio sería el personaje indicado para resolver este crimen que significa un enorme estigma para la Iglesia y una verdadera tragedia para los que la sufren.

 

 David Osborne. La investigación que desnudó la pedofilia en la Iglesia. Página 12, 29,01,2016. The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

David Mizner. Reportear una verdad explosiva: Boston Globe y los abusos sexuales en la Iglesia Católica. The Journalism School Knight Case Studies Initiative. Columbia University.

Gabriel Andrade. Gregorio VII y el celibato del clero católico. Blog de Gabriel Andrade, 15/11/2015.

Washington Uranga. Pedofilia o el cáncer de la Iglesia. Página 12, 19/08/2018.

El Anuario Pontificio 2017, y el “Annuarium Statisticum Ecclesiae”2015. 06/04/2017.

https://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2017/04/06/ter.html

Una investigación judicial en Pensilvania acusa a 300 curas de pedofilia e identifica a más de 1.000 víctimas. El Mundo Internacional, 14/08/2018.