domingo, 27 de julio de 2014

LOS ESTRAFALARIOS HERMANOS COLLYER

La plazoleta de los hermanos Collyer
En la intersección de la quinta avenida con la calle 128, en pleno corazón de Harlem, existe una plazoleta de dimensiones reducidas protegida por una reja a lo largo de su perímetro. El Departamento de Parques de Nueva York la mantiene prolija y limpia y colocó un cartel que la identifica con el nombre de Collyer Brothers Park. Los pocos transeúntes que se detienen a mirar la placa ignoran su significado y para ello habría que recabar la ayuda de algún vecino memorioso y de edad avanzada que siendo adolescente en el año 1947, presenció un espectáculo insólito que ocupó la tapa de los diarios durante varios días.

Fue cuando la policía y un par de dotaciones de bomberos allanaron la casa de los hermanos Collyer que vivían en la esquina de la quinta avenida y la calle 128. Para llegar a este final conviene relatar la historia desde el principio.

                  Collyer Brothers Park

El excéntrico Dr. Collyer
La familia Collyer mostró siempre facetas extravagantes, Herman Livingston Collyer era un ginecólogo que atendía a sus pacientes en el City Hospital, situado en la vecina isla llamada Roosevelt Island, una estrecha franja de tierra en el East River que separa el distrito de Manhattan de la zona de Queens. Por entonces existía un cable carril (el subterráneo vino mucho después), que unía Manhattan con Roosevelt Island, pero el Dr. Collyer no usaba ese transporte. Los vecinos lo veían salir de su casa enfundado en impecable traje, arrastrando una canoa a lo largo de tres cuadras, llegar a la orilla, depositarla en el agua y después remar hasta alcanzar la costa de Roosevelt Island.

El Dr. Collyer estaba casado con su prima hermana, Susie Frost, una ex soprano y ambos sostenían, sin argumentos sólidos, que sus antepasados llegaron a América del Norte una semana después de que lo hizo la tripulación del Mayflower, o sea en el año 1620. Los dos hijos del matrimonio: Homer y Langley, que son los protagonistas de esta historia, nacieron en 1881 y 1885, respectivamente. 

En forma repentina en 1919, el Dr. Collyer abandonó a su familia y poco tiempo después su esposa Susie hizo lo mismo, quedando los dos hermanos como únicos habitantes de una mansión que poseía numerosas habitaciones. A partir de ese momento se aislaron totalmente del mundo y abandonaron los hábitos y costumbres que caracterizan a los habitantes normales de una ciudad.

Los estrafalarios hermanos Collyer
En el vecindario empezaron a correr los rumores de que los Collyer llevaban una vida extravagante rodeados de lujos y riquezas importadas de Oriente. La realidad era totalmente opuesta, los hermanos se estaban deslizando hacia la locura y vivían en un estado de pobreza extrema. En 1917 por morosos, les cortaron la línea telefónica y diez años después, la municipalidad también les cortó el gas. A partir de entonces se quedaron sin agua caliente y sin calefacción.

Langley salía todas las noches y rebuscaba restos de comida en los tachos de basura. Al mismo tiempo empezó a colectar cualquier tipo de objeto que pudiera despertar su interés y en este aspecto su fascinación por adornos, aparatos eléctricos, juguetes, muebles, revistas y diarios, era ilimitado. Todo lo que encontraba lo arrastraba al departamento. Temiendo que le robaran, Langley había distribuido varios tipos de trampas caza bobos en la vivienda.



                      Los objetos acumulados llegaban hasta el techo

Homer por su parte se quedaba en la casa, estaba prácticamente ciego y la artrosis lo había convertido en un inválido. Para la ceguera de su hermano, Langley había diseñado un tratamiento que consistía en el jugo de cien naranjas semanales, pan negro y manteca de maní. En 1942, el comportamiento de los hermanos Collyer atrajo la atención de un periodista del New York Herald Tribune. Cuando le preguntó a Langley cuál era la razón de las interminables pilas de diarios y revistas diseminadas en todas las habitaciones, este le contestó que estaba juntando ese material para que cuando Homer recuperase la vista, se pondría al día con las noticias. Con el tiempo, otros diarios, incluyendo el New York Times se referían a los Collyers como el fantasma Langley que sale a la medianoche y tiene un hermano escondido que no abandona la vivienda desde hace décadas.

El 21 de marzo de 1947, el Departamento de Policía de Nueva York, recibió una llamada anónima denunciando la presencia de olor a cadáver en putrefacción que emanaba de la mansión de los Collyer. Con la fama que ya habían adquirido en el barrio, fogoneada por los medios, fue lógico que tan pronto llegaron la policía y los bomberos, cientos de personas se convocaron en el barrio, bloqueando la circulación de las calles adyacentes. Cuando los bomberos lograron voltear la puerta, encontraron la entrada sellada por pilas de cajas. El mismo obstáculo tampoco permitió el ingreso por la puerta del subsuelo.

Policías y bomberos tardaron semanas en vaciar el departamento de los Collyer

Finalmente, después de forzar una de las ventanas los bomberos pudieron penetrar en el edificio. Caminar era prácticamente imposible por la cantidad de objetos de todo tipo que se elevaban a más de un metro del suelo, sin contar las ratas que pululaban en la habitación. Horas después, violentando otra ventana ingresaron a otra parte de la casa donde encontraron sentado en una silla, en estado de desnutrición extrema y semidesnudo, el cuerpo muerto desde hacía días de Homer.

Diez días después de vaciar toneladas de objetos entre los que había libros, diarios, cuadros, juguetes, candelabros, tapices, alfombras, relojes, pianos, violines, artefactos eléctricos, pelotas de bowling y ocho gatos vivos, los bomberos encontraron el cadáver de Langley en total descomposición.


Dos policías observan el cadáver de uno de los Collyer en total descomposición

Los hermanos fueron enterrados junto con sus padres en el cementerio de Brooklyn. Asistieron muchos vecinos, más los infaltables periodistas que cerraron el último capítulo de los extravagantes hermanos Collyer. Sus vidas inspiraron la creación de tres obras teatrales The Dazzle, Stuff y Clutter y novelas como Mi hermano, el acumulador, de Marcia Davenport. También afectaron a una generación de neoyorquinos, o mejor dicho a los niños y adolescentes, cuyas madres, al ver el desorden de sus habitaciones los amenazaban con que si no ordenaban sus cuartos, terminarían como los hermanos Collyer.

 El trastorno de acumulación
Los hermanos Collyer padecían de trastorno de acumulación (TA). Según el DSM-IV, el clásico manual de trastornos mentales, se entiende por tal, la colección descontrolada de objetos de valor dudoso, asociada con la incapacidad de desecharlos.
El caso de los hermanos Collyer es un grado extremo de TA, conocido como síndrome de Diógenes, el filósofo griego que decidió vivir en extrema pobreza y su hogar era un barril. Se cuenta la anécdota que un día Alejandro Magno se paró frente a él y le preguntó “¿Qué quieres que haga por ti? “Que no me quites el sol”, le respondió el filósofo.

Los estados extremos se caracterizan por un total abandono de la higiene personal y de la vivienda, aislamiento social y descuido de la salud. Generalmente fallecen por diabetes descontrolada, complicaciones cardiovasculares o infecciones. Tal fue el caso de los hermanos Collyer.


Mayo Clinic Staff. Hoarding. Mayo Clinic.



domingo, 20 de julio de 2014

LOS DESTINOS DE TRES PAÍSES

La reiterada frase de que a los ingleses cuando vinieron en tren de conquista en 1806 y 1807, les deberíamos haber arrojado flores en lugar de aceite hirviendo, es un concepto que encierra, como toda ilusión de ser otro, una frustración tanto individual como colectiva. Este pensamiento es consecuencia de la tendencia a compararnos con Australia y Canadá, ex colonias inglesas y que actualmente forman parte del Commonwealth, pero que también están en el primer mundo y nos llevan una considerable ventaja tecnológica.

Australia y Canadá se encuentran entre los 11 países más desarrollados, mientras que Argentina ocupa el lugar número 45. El PBI de Argentina es de 12.000 dólares por persona (el doble de hace una década), mientras que el de Canadá y Australia es de 50.000 y 60.000 dólares, respectivamente. Si en algo estamos parejos es que junto con estos dos países nos encontramos entre los cinco principales exportadores de granos. Los dos restantes son Estados Unidos y el Mercado Común Europeo. Sin embargo, como se verá luego, Argentina es el único que no regula ese sector.

La comparación de estos tres países es válida ya que conforman vastos territorios, con escasa población, tierras fértiles para la ganadería y la agricultura y grandes reservas de minerales. Los tres comenzaron a desarrollarse e independizarse en épocas similares, pero siguieron caminos diferentes. Aquí se analizan las razones de las diferencias, basadas en parte sobre el libro Tres destinos, tres países, del periodista y economista Daniel Muchnik y el comentario de Néstor Restivo en el programa Gente de a pie.

La colonización hispana
América latina fue colonizada por España y los conquistadores vinieron fundamentalmente en busca de oro y riquezas y no a desarrollar actividades agrícola ganaderas o iniciar una incipiente industria manufacturera. En la mente del hidalgo español, y esa fue la tragedia de España, el trabajo era un acto casi despreciable, aspecto que la mente observadora de Sarmiento destacó en su viaje por Europa.

La casa de los Austria y más tarde los Borbones, fueron dinastías decadentes que desaprovecharon totalmente las ventajas del continente americano. El oro que les llegaba a raudales, pasaba casi sin ser tocado para pagar las manufacturas importadas, los gastos de guerra y las deudas a la banca Fugger. Estas monarquías jamás desarrollaron la industria en el país, lo que determinó que España fuera durante siglos el país más atrasado de Europa. En alguna medida esta nefasta y suicida política económica también impactó en el comportamiento de las colonias americanas.



El banquero Fugger y Carlos V discutiendo sobre pago de deudas e intereses.

En contraste, Australia y Canadá fueron colonizadas por Inglaterra que estaba en plena Revolución Industrial y cuyos monarcas estimularon la industria local y ejercieron un fuerte proteccionismo totalmente opuesto a lo que pregonaba para el resto del mundo a través de las teorías de libre comercio de Adam Smith. Obviamente sería absurdo responsabilizar totalmente a los colonizadores de los propios fracasos, pero es evidente que Australia y Canadá al recibir de Inglaterra el culto al trabajo y una filosofía económica altamente progresista, obtuvieron un beneficio inicial del cual carecieron las colonias americanas.

Arriendo versus arraigo
En Argentina, en lo referente a la explotación de la tierra predominó el latifundio y la renta por la renta misma. Los dueños de los campos aplicaron el arriendo, mientras que las ex colonias inglesas incentivaron el arraigo. Se desarrollaron pequeños y medianos agricultores y ganaderos y no un sector oligárquico como en nuestro país, que utilizó sus ganancias para fastuosidades.

Argentina intentó hacer lo que Australia y Canadá ya habían logrado y en 1933 se creó la Junta Reguladora de Granos y la de Carnes. La función más importante de la Junta era la posibilidad de asistir al productor ofreciéndole un precio de referencia al cual el Estado estaba dispuesto a comprar, y si había ofertas mejores, el Estado no intervenía. Por medio de esta institución se transferían recursos entre los distintos sectores de la economía. También impedía la especulación de los productores reteniendo cosecha, como pretende el actual presidente de la Sociedad Rural Argentina Miguel Etchevehere que instó a los agricultores a no vender lo cosechado y además aplica una política de semiesclavitud con sus peones.

El primer gobierno peronista amplió los alcances de la Junta Reguladora de Granos con la creación del IAPI, trasladando el excedente de riqueza de la producción del campo para industrializar al sector manufacturero, que es lo que hicieron Australia y Canadá. El IAPI fue eliminado por la autotitulada Revolución Libertadora que posicionó en la cartera de economía a elementos afines con la Sociedad Rural Argentina.
Luis Etchevehere, presidente actual de la Sociedad Rural Argentina. Está acusado de evasión impositiva y de ejercer el trabajo esclavo en sus dominios. Dado que el diario La Nación es el órgano oficial de dicha sociedad, ha guardado un piadoso manto de silencio sobre estos cargos.

En 1973 se promulgó una nueva ley de comercialización de granos que fue anulada bajo la dictadura de Videla por su ministro José Alfredo Martínez de Hoz. Con el regreso de la democracia se revitalizó la Junta Reguladora de Granos hasta que durante el menemato, su ministro de Economía Domingo Cavallo la anuló mediante el decreto 2284/91. Actualmente, Argentina es el único de los cinco grandes exportadores, que no regula adecuadamente el sector agropecuario. En Australia y Canadá, estos entes reguladores se denominan Marketing Boards.

Estabilidad institucional
La solidez y la continuidad alcanzada por las instituciones propiciaron el desembarco de capitales y mano de obra en Canadá y en Australia mucho antes que en la Argentina. Las guerras civiles, el desencuentro entre Buenos Aires y el interior provinciano, las veleidades personalistas de los caudillos y sus empecinamientos demoraron la consolidación de una nación. El mayor daño sin embargo, fue causado por los golpes militares, ya que todos ellos desarrollaron políticas económicas neoliberales a favor del agro y en detrimento de la industria. Para lograr esos objetivos pusieron en las distintas carteras de Economía a ex miembros de la Sociedad Rural Argentina y economistas de la escuela de Chicago. El estancamiento económico de la Argentina desde hace décadas y según ciclos debería leerse como consecuencia del estancamiento político. Argentina quedó atrás de Canadá y Australia porque su sociedad fracasó en su intento de consolidar instituciones y una estructura política que organizara los intereses divergentes de sus regiones, de sus clases sociales, de sus movimientos partidarios.

Este no pretende ser un ensayo desilusionado, sino que, aprendiendo de los propios defectos y las virtudes ajenas, Argentina asuma, de una buena vez, un destino de desarrollo justo, maduro y sostenido. Esta última década señala el verdadero camino que siempre debió haber elegido la Argentina desde el aspecto geopolítico y económico. 

Esto significa una integración con los demás países de América latina, donde se ha dado una coincidencia feliz de gobiernos progresistas que deben profundizar instituciones como el UNASUR y el MERCOSUR. El acercamiento integral con China y Rusia son estrategias brillantes del gobierno de Cristina para alejarnos de la dependencia económica de Estados Unidos que jamás favoreció los intereses de los países latinoamericanos. 

El rictus de desagrado de los columnistas de la prensa hegemónica y de los economistas neoliberales, señalan que estamos en la senda correcta.

La presidenta Cristina con Xi Jinping, presidente de la República Popular China y con Vladimir Putin, presidente de la Federación Rusa.

Fuentes
-Fabian Bosoer. Los tres países, en tren de comparar.1Eco, 23/08/2013. 
-Daniel Muchnik. Tres países, tres destinos. Editorial Cúspide.
-Junta Nacional de Granos, una solución contra la evasión y la falta de controles. Tiempo Argentino, 28/10/2012.
-Nestor Restivo. Comentario en el programa Gente de a pie, en Radio Nacional el 26/08/2013.
-Las denuncias contra Etchevehere. Página 12, 08/07/2014.

-Martín Granovsky. Argenchina. Página 12, 20/07/2014.

lunes, 14 de julio de 2014

JENNER Y LAS ORDEÑADORAS



                                  Edward Jenner (1749-1823)

Edward Jenner era un médico muy observador, le encantaba la naturaleza, había escrito tratados sobre las aves y también escribía poesía. Amaba el campo y su gente, con la cual solía conversar especialmente con las ordeñadoras, mujeres sencillas y cordiales. Ahora se encontraba frente a Sarah Nelms, una joven campesina del condado de Berkeley en Inglaterra. Pero en esta ocasión, su presencia en la granja estaba motivada por la curiosidad científica. Se sabía, y él lo había escuchado en varias oportunidades, que la mayoría de las ordeñadoras de vacas no sufrían la viruela. No era este un dato menor, la viruela que había venido de Asia hacía estragos en Europa y las epidemias de la enfermedad mataban a cerca de medio millón de personas por año en el continente. Un tercio de los que sobrevivían quedaban ciegos o con el rostro deformado por las pústulas de la enfermedad y en los niños, la mortalidad era mucho más alta.

Sarah Nelms tenía en las manos las mismas lesiones que cubrían el cuerpo de los enfermos de viruela, pero en ella eran pequeñas y pronto desaparecerían y jamás se enfermaría del terrible flagelo que azotaba a Europa. Jenner recogió material de una de las lesiones de la ordeñadora y se lo inoculó en el brazo a un niño de ocho años, quién sólo registró un fugaz episodio febril. En el siguiente paso Jenner fue más audaz, le inoculó al niño material de un enfermo de viruela, un procedimiento que hoy en día violaría los principios de la ética médica, pero que en 1796, con gente muriendo diariamente por la enfermedad, el hecho era intrascendente. Para tranquilidad y alegría de Jenner el niño no experimentó ningún síntoma. 

El 14 de mayo de aquél año acababa de nacer la vacuna, el método de prevención más importante contra las enfermedades y un verdadero punto de inflexión en la historia de la medicina. Cuatro años más tarde, ya eran más de cien mil las personas en diversas partes de Europa y de Aisa que recibieron la vacuna. No se tenía conocimiento de la existencia de los virus y siglos después, se comprobó que el virus de la enfermedad de las vacas estaba genéticamente vinculado con el de la viruela y por lo tanto se producía una inmunidad cruzada.

Una enfermedad muy antigua


Momia de Ramsés V en la que se aprecia claramente las secuelas de la viruela

Existen registros de que la viruela era conocida en el antiguo Egipto y el rostro de la momia del faraón Ramsés V, conserva huellas de la enfermedad. Los mercaderes egipcios llevaron el virus a la India y la China y en Europa ingresó en el año 700 aproximadamente. Las cruzadas y el incremento del comercio diseminaron la enfermedad en mayor grado. Aún permanecía intacto el continente americano, pero con el segundo viaje de Colón la viruela se diseminó en forma violenta causando estragos en las poblaciones primitivas de América.

En su campaña hacia la India, las tropas de Alejandro el Grande fueron diezmadas por la viruela. En esta pintura clásica se lo ve a Alejandro conduciendo a su ejército .

El arma letal de Francisco Pizarro

Pintura inca que muestra indios enfermos de viruela

En el alto Perú a los oídos del inca Huaina Capac, padre de Huascar y de Atahualpa, llegaron noticias inquietantes. Un reducido grupo de hombres barbudos con trajes y cascos de metal que resplandecían al sol y montados en bestias desconocidas, se acercaban lentamente a las puertas del imperio.

Los mensajeros arrodillados y temblorosos con la mirada clavada en el suelo porque mirar el rostro del emperador era un sacrilegio, seguían entregando más detalles. Dijeron que esos hombres de otro mundo eran despiadados, robaban y mataban a su paso, pero también había una buena noticia, los extranjeros eran pocos y podrían ser eliminados fácilmente.

El emperador casi no escuchaba, su mirada borrosa por el delirio y la fiebre apenas alcanzaba a ver a los mensajeros, postrado en el lecho sabía que pronto moriría. Su rostro lleno de pústulas señalaba la terrible enfermedad que había diezmado a miles de sus súbditos.

La enfermedad del Viejo Mundo había llegado al Caribe en 1494, montada en la ropa y el cuerpo de los tripulantes del segundo viaje de Colón. Porque el virus de la viruela, es uno de los pocos que tiene la capacidad de sobrevivir fuera del organismo durante semanas. La enfermedad se extendió rápidamente entre los indígenas de Centroamérica, totalmente vírgenes de inmunidad natural. De la misma forma una plaga de viruela siguió a la expedición de Hernán Cortés, contra los aztecas, quienes llamaron huey zahuatk, gran sarpullido al espantoso mal. Así lo relataba el cronista Francisco López de Gomara en el siglo XVI:
“Era una enfermedad letal y mucha gente murió de ella. Nadie podía caminar, sólo yacían en sus camas. Nadie podía moverse, ni siquiera girar la cabeza. No se podían tumbar boca abajo ni ponerse de costado y si se movían gritaban de dolor”.

Después de arrasar a los aztecas, ayudando a Cortés a conquistar su imperio, la plaga de viruela entró en América del Sur y llegó al imperio inca antes que Francisco Pizarro. Él no lo sabía, ignoraba que la viruela le había allanado el camino para dominar un imperio de millones de habitantes. Los incas tampoco imaginaban que ese puñado de barbudos con armaduras iba a ser mucho más mortífero que la peor de las enfermedades.

Heather Brannon. The history of smallpox. About.Com Dermatology, 2004. http://dermatology.about.com/cs/smallpox/a/smallpoxhx.htm

Colette Flight. Smalpox: eradicating the scourge. BBC. History, 2011. http://www.bbc.co.uk/history/british/empire_seapower/smallpox_01.shtml

Riedel S. Edward Jenner and the history of smallpox and vaccination. BUMC Proceedings 2005;18:21–25.


Kim Macquarrie. Los últimos días de los incas. Inkaterra 2013, Lima, Perú.

martes, 8 de julio de 2014

COLTÁN


                                                        Coltán

Una adolescente sentada en el ómnibus se comunica por Facebook con su novio. Un científico prepara la conferencia que tiene que dar esa tarde ordenando en su tablet las proyecciones en formato Power Point. Dos niños compiten a distancia utilizando el videojuego de su computadora.
Cada una de estas personas es consciente de la enorme capacidad informativa que les brindan los equipos que están utilizando, una verdadera revolución en el conocimiento y la comunicación. Sin embargo, todos ellos ignoran que estos artefactos de alta tecnología son el resultado final de una cadena de producción cuyo punto de origen es a fuerza de mano de obra semi esclava, de obreros y mineros que trabajan en las peores condiciones y con una altísima mortalidad. Esta tragedia que muestra el aberrante inicio del siglo XXI gira alrededor de una sola palabra: coltán.

El nombre de la esclavitud se llama nuevamente blackberry


El blackberry con que sujetaban a los esclavos y el blackberry actual

En tiempos en que en los Estados Unidos imperaba la esclavitud, los terratenientes sureños encadenaban a los esclavos colocándoles en el tobillo una argolla de hierro unida por una cadena a una pesada bola. Se llamaba blackberry y así dormían los negros traídos de Africa en las barracas para que no pudieran escapar. Hoy en día un blackberry significa algo mucho más sofisticado, ya que se trata de un celular multifunción. Sin embargo, como una trágica ironía, estos aparatos son el producto del trabajo esclavo de los descendientes de aquellos africanos que murieron en las plantaciones de algodón de los estados sureños, sujetos a sus blackberries.

El trasfondo siniestro del coltán
El coltán es un mineral que tiene ese nombre por su contenido en dos metales que son columbita y tantalita, utilizados en varios componentes de la tecnología digital. Es muy escaso en el planeta y la República Democrática del Congo posee en las sierras de la zona de Goma el 80% de coltán.

La naturaleza bendijo al Congo con tierras fértiles, extensos bosques con árboles de los que se extrae el caucho y bajo tierra posee diamantes, oro, uranio y coltán. Sin embargo el Congo es un país pobre, con una expectativa media de vida que apenas araña los 50 años, alto índice de analfabetismo, precario sistema de salud, un PIB que lo ubica en el puesto 112 y el número 158 entre las naciones más pobres del mundo.

Todo comenzó con el rey Leopodo
En la Conferencia de Berlín en 1885, las potencias europeas se repartieron África dividiendo a su capricho el continente, separando etnias y tribus en forma arbitraria que décadas más tarde serían fuente de innumerables enfrentamientos y guerras locales. El más beneficiado fue el rey Leopoldo de Bélgica a quién le tocó el Congo, territorio gigantesco al que manejó como un feudo personal produciendo la más brutal de todas las colonizaciones y un genocidio que superó los seis millones de habitantes. Los esclavos debían traer diariamente una cuota de caucho y además los alimentos para su familia y para la fuerza de ocupación. A medida que se fue agotando aquella emulsión lechosa que emanaba de los árboles, los recolectores tenían que alejarse cada vez más en su búsqueda lo cual hacía cada vez más difícil cumplir con la cuota exigida. El no cumplimiento de la misma significaba latigazos, mutilaciones y muerte.
Recién en 1960 el Congo se constituyó en una República independiente, pero la situación de sus habitantes no mejoró. Ver La tragedia del Congo 


Viaje al infierno del coltán
La mina de coltán de Rubaya se encuentra en la zona montañosa de Masisi cerca de la ciudad de Goma. Forma parte de un parque nacional, lo que no impidió que se talaran miles de hectáreas de bosque, se expulsaran tribus enteras y se acabara con el 90% de la población de gorilas que tenían allí su hábitat.


       Mineros de Masisi, la mayoría son niños y adolescentes

Miles de personas trabajan a diario en esta mina, parte a cielo abierto, parte en profundas galerías. Era de propiedad pública hasta que sus explotadores se agruparon en cooperativas para gestionar mejor sus recursos. Aunque de sus entrañas sale mucho dinero, en Rubaya no hay hospitales ni colegios. Tampoco luz ni electricidad. En temporada de lluvias la montaña se derrumba y engulle con ella a muchos de los trabajadores negros constituidos en gran parte por adolescentes que reciben entre uno y dos dólares diarios, mientras que en Europa, un obrero recibe de 25 a 40 dólares la hora en trabajos no riesgosos. Las viviendas de los mineros son chozas de una sola habitación hecha de palos y plásticos. Los trabajadores no tienen ni casco ni botas para caminar sobre el suelo barroso, solo tienen zapatillas y muchos están descalzos y los accidentes mortales son hechos cotidianos.

Al llegar a la cumbre de la mina, se logra divisar a través de la niebla a cientos de figuras que con métodos arcaicos de picos y palas extraen tierra y piedras que luego cargan en bolsas sobre sus espaldas. Semejan zombis en una danza fantasmal. Todo es cráter y lluvia.




                            Mineros

La escalada de precios del coltán comenzó hace relativamente poco tiempo y tuvo que ver con el uso de tantalio para la fabricación de microchips de nueva generación que permiten que las baterías de los teléfonos móviles y las tablets, tengan vida más prolongada. Los precios se dispararían aún más, unos años antes del año 2000, cuando comenzaron a escasear las reservas de coltán en Brasil, Australia y Tailandia.
La mina está próxima a la frontera con Ruanda y es este país y no el Congo, el principal beneficiario de la explotación del coltán. La ONU envió expertos a la zona que produjeron informes lapidarios con éxito muy relativo.
Un verdadero infierno en la que el mundo cerró los ojos por claros intereses económicos. Mercenarios extranjeros alimentan los enfrentamientos tribales cambiando armas por el coltán, están pagados por el mundo civilizado, el mismo que utiliza las materias primas con olor a muerte, el mismo que mandó a los cascos azules a no hacer nada.

En el último decenio, las grandes transnacionales Nokia, Ericson, Siemens, Sony, Bayer, Intel, Hitachi, IBM y muchas otras han obtenido el material de esa zona para lo cual se han formado una serie de empresas (la mayoría fantasmas) asociadas con los grandes capitales, los gobiernos locales y las fuerzas militares rebeldes para la extracción del coltán y de otros minerales como el cobre, el oro y los diamantes industriales. Entre las más nombradas aparecen la Barrick Gold Corporation, de Canadá, la American Mineral Fields (en la que George Bush padre tenía intereses) y la surafricana Anglo-American Corporation.

A Ruanda y Uganda, los dos países principales beneficiarios de la explotación del coltán, los países centrales además de cancelarles parte de sus deudas externas los consideraron “modelos de desarrollo económico”. Como denunció Kofi Annan, antes de abandonar su cargo de secretario general de la ONU, “la guerra del Congo se libra por el control de sus riquezas naturales, con la anuencia y el apoyo de las naciones desarrolladas que han provocado un inmenso desastre humanitario en ese país”.




Mapa de la República del Congo que muestra la zona de la mina de coltán (flecha). Se aprecia que el país está fragmentado en tres grupos completamente antagónicos, manteniendo entre ellos un conflicto permanente.

Fuentes
-Pedro Pozas Terrado. Proyecto Gran Simio (GAP/PGS – España). www.proyectogransimio.org
-Raquel Villaécija, Alberto Rojas. Viaje al infierno del coltan. El Mundo, 19/12/2013
-Hedelberto López Blanch. El trasfondo económico del coltán. Rebelión. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=76377

-Miguel del Pino Luengo. Coltán: el mineral de la guerra. Libertad Digital Opinión. http://www.libertaddigital.com/opinion/miguel-del-pino/coltan-el-mineral-de-la-guerra-70814/

miércoles, 2 de julio de 2014

LUMUMBA



                                         Patrice Lumumba (1925-1961)

 

Patrice Lumumba nació en 1925 en una de las zonas más pobres del entonces Congo Belga. Decepcionado por las escasas posibilidades de acción social que le permitían las autoridades coloniales belgas, inició a partir de 1958 la lucha por la descolonización del Congo. Era imperativo crear una agrupación que concentrara, coordinara y unificara las diferencias tribales para las actividades de liberación y para ello fundó el Movimiento Nacional Congolés. (Ver capítulo anterior "La tragedia del Congo")

Las presiones ejercidas por este movimiento que contaba con gran apoyo de la población, forzaron al gobierno belga a iniciar tratativas de independencia a través de la Mesa Redonda de Bruselas, que dieron como resultado la independencia en 1960 y el país pasó a llamarse República del Congo con Lumumba como primer ministro.
Lumumba aplicó una política de descolonización y panafricana, pero el gobierno belga no estaba dispuesto a perder un territorio que transformó a Bélgica en una potencia a fuerza de látigo, mutilaciones y asesinatos, muchos de ellos en masa. Desde el comienzo, se inició una intensa campaña de desestabilización, que tuvo su foco de origen en Katanga donde capitales belgas de empresas mineras estaban haciendo fabulosas ganancias con la extracción de oro, cobre y estaño. Las compañías retiraron a sus técnicos y especialistas con la finalidad de provocar un colapso económico total.

Katanga se declaró independiente bajo el liderazgo de Moise Tschombé, un títere de las compañías mineras. Tschombé siguiendo directivas de estas empresas pidió ayuda militar a Bélgica, que rápidamente envió un cuerpo de paracaidistas. Por su parte, Lumumba ingenuamente, solicitó ayuda a las Naciones Unidas, donde se demostró por enésima vez la inoperancia de esta institución cuando están en juego los intereses de las grandes potencias. Los cascos azules, se limitaron a comportarse como simples espectadores ante el caos desatado por la secesión de Katanga.


               Moise Tschombé (1919-1969)

Desesperado, Lumumba pidió ayuda a la Unión Soviética e inmediatamente fue rotulado como comunista peligroso que pretendía diseminar el marxismo en el resto de África. Aquí entró a tallar Estados Unidos subvencionando una campaña para destituirlo.

Como en tantas otras ocasiones, el gobierno estadounidense encabezado por Eisenhower, dio la orden expresa de asesinar a Lumumba. Para ello envió al fogueado agente de la CIA Frank Carlucci, quién años más tarde ascendería a Secretario de Defensa de Ronald Reagan. Los resultados de la presencia del siniestro Carlucci se evidenciaron rápidamente. Un golpe de Estado derrocó a Lumumba, quién fue detenido, exhibido, escarnecido públicamente y torturado. El proyecto para matar a Lumumba se llamó Operation Barracuda” donde también intervino el ministro belga para los Asuntos Africanos, Count d'Aspremont. Estos personajes operaron entre bambalinas, ya que el brazo ejecutor fue Mobutu entonces jefe del ejército, quién traicionó a Lumumba y más tarde fue presidente de la República del Congo, donde acumuló una fabulosa riqueza a fuerza de corrupción.

En cuanto a Carlucci, al año siguiente de su participación en el asesinato de Lumumba, fue enviado a Tanzania para preparar un golpe militar contra el presidente Julius Nyerere, que se estaba acercando peligrosamente a la Unión Soviética. Esta vez el agente de la CIA no tuvo suerte, el levantamiento militar fracasó y fue expulsado de aquél país. En 1964 fue enviado a Brasil donde participó en el derrocamiento del presidente democráticamente elegido Joao Marques Goulart. De la mano de Carlucci asumió el poder el mariscal Castelo Branco afín a las políticas de Washington.  En 1974 fue designado embajador en Portugal donde participó en forma flagrante de los asuntos internos de ese país, tratando de evitar la radicalización hacia la izquierda del proceso revolucionario que se estaba gestando (la revolución de los claveles). Aquí también fracasó y fue nuevamente expulsado del país. Como se ve, la función de Carlucci consistía en tapar todos los agujeros del planeta por donde se pudiera filtrar el mínimo soplo de movimiento izquierdista. A veces lo lograba, otras no. De todas maneras fue generosamente recompensado por Washington.



Frank Carlucci (1930-) formó parte de la Operación Barracuda  para eliminar a Lumumba. Washington lo premió por todas sus nefastas intervenciones llegando en forma sucesiva a los siguientes cargos en el gobierno de los Estados Unidos: Director de la CIA, Consejero de Seguridad Nacional y finalmente Secretario de Defensa.

Las grandes potencias quisieron mostrar a las masas y a otros líderes africanos, cuál era el destino de quienes se oponían a los dictados imperialistas. En enero de 1961, en plena sabana de Katanga, iluminado por las luces de los automóviles de sus asesinos, Lumumba atontado por las torturas recibidas, fue atado a un árbol. Un mercenario belga, llamado Julien Gat, dio la orden de fuego y el líder que soñó con liberar a su pueblo, fue acribillado a balazos. Su cuerpo, fue descuartizado y disuelto en ácido sulfúrico, procediendo luego a esparcir sus restos en diversos lugares para que no fuera reconocido por nadie. Uno de los participantes de aquél espeluznante operativo, Gerard Soete, miembro de la policía de Katanga, más tarde relató: “estuvimos tres días completamente borrachos, porque hicimos cosas que no las hubiera hecho ni el peor de los animales.”

Lumumba en el momento de ser tomado prisionero. Le esperan terribles tormentos, antes de ser asesinado y descuartizado

Después de décadas de silencio la verdad terminó abriéndose paso. En el 2001, el parlamento belga reconoció la responsabilidad del Estado en la muerte del líder congoleño. Y ahora, los papeles de la administración norteamericana han dado a conocer a los otros partícipes del asesinato de un hombre, que hoy es considerado por su pueblo como Héroe Nacional.

Sin embargo, como se verá en el siguiente y último capítulo, el Congo continúa siendo explotado y su pueblo sumergido en la pobreza.

Linda Slattery The Congo: How and why the West organised Lumumba's assassination. Review of two BBC documentaries: Who Killed Lumumba?, 10 January 2001.


Nicolás Nagle. Un rey belga de regreso al Congo. Página 12, 30/06/2010. http://www.wsws.org/en/articles/2001/01/lum-j10.html

Las Joyitas del Tío Sam. Página 12, 22/6/2007.

Eduardo Galeano. Las guerras mienten. Página 12 11/09/2005

Georges Nzongola-Ntalaja. Patrice Lumumba: the most important assassination of the 20th century. The Guardian 17/01/2011

Thierry Meyssan. El honorable Frank Carlucci. Voltairenet. org. http://www.voltairenet.org/article126453.html