martes, 27 de marzo de 2018

JAMES/MARGARET Y ENRIQUE/ENRIQUETA

Esta es la historia de dos personajes que vivieron durante la misma época en lugares diferentes del planeta y que para poder estudiar y ejercer la medicina cambiaron identidades y apariencias, violando las reglas de su tiempo.

James/Margaret
En una casa fúnebre de Londres, Sophia Bishop la encargada de preparar cadáveres se apresta a iniciar su lúgubre tarea. El que yace ante ella no es un muerto cualquiera, es el oficial, James Barry Inspector General de Hospitales Militares de Inglaterra y sus colonias, cirujano con una extensa trayectoria jalonada por grandes avances en los métodos de higiene hospitalaria y la prevención de enfermedades.

Antes de morir Barry solicitó que lo enterraran sin sacarle el uniforme, pero la encargada no cumplió el pedido y desvistió totalmente al muerto. ¡se equivocaron, me trajeron el cadáver de una mujer!, dijo entre asombrada e indignada, pero no existía error alguno, aquel destacado oficial, orgullo del ejército inglés, hacía más de 50 años que venía engañando a pacientes, colegas y superiores haciéndose pasar por hombre. Un examen más exhaustivo demostró que en la piel del abdomen había estrías atróficas, típicas de las mujeres después de un embarazo.

Margaret Ann Bulkley nació en el condado de Cork en los últimos años del siglo XVIII, desde su infancia adquirió la sólida vocación de ser médica, pero las escuelas de esa disciplina estaban vedadas para las mujeres.

El tío de Margaret, James Barry, tenía amigos influyentes, uno de ellos, era el general venezolano Francisco de Miranda, de gran prestigio en toda Europa, salvo en España, por sus ideas revolucionarias y de independencia. La otra persona era David Stuart Erskine, un ferviente partidario de la educación de las mujeres. Margaret tenía una mente brillante y era tan grande su fervor por la medicina, que estos dos hombres se complotaron para que ingresara a la facultad disfrazada de hombre. Una vez egresada iría a Venezuela a ejercer la profesión en su verdadero rol de mujer.

Con el nombre de James Barry completó la carrera de medicina y a la edad de 21 años, según el plan establecido, estaba todo dispuesto para su emigración a Caracas. 

En una actitud que ha sido extenso tema de discusión por los historiadores, Miranda fue traicionado por Simón Bolívar y encarcelado en España. El plan y los contactos con los que Barry contaba en Venezuela quedaron frustrados y entonces tomó la extraordinaria y mayúscula decisión de conservar la identidad masculina.

Se unió al cuerpo médico del ejército británico que lo destinó al Cabo de Buena Esperanza donde adquirió un sirviente negro que la ayudaba a vestirse colocándole una serie de toallas distribuidas en tal forma que resaltaran lo masculino y ocultaran los atributos femeninos. 

¿Fue el sirviente el único que supo su verdadera identidad sexual? Se especula que Barry mantuvo muy estrechas relaciones con Lord Charles Somerset, el gobernador de la colonia y que ambos fueron amantes. Esto explicaría la desaparición durante casi un año de Barry quien se había embarazado y regresó después de un parto prematuro de un bebé que nació muerto. Somerset se las arregló para tapar ese período sin despertar sospechas.


                                    Margaret Ann Bulkley/James Barry (1795-1865)

Barry tenía una voz poco masculina y rasgos delicados, que disimulaba detrás de un fuerte carácter y gran ejecutividad. Emitía las órdenes con dureza y no aceptaba quejas ni contradicciones. Durante su estadía en Sud África realizó la primera cesárea de la historia donde tanto la madre como el niño sobrevivieron la cirugía, algo nunca logrado hasta entonces.

Regresó a Inglaterra con una excelente foja de servicios y de allí lo destinaron a Santa Elena para dirigir el hospital militar. También cumplió funciones en Malta, Jamaica y Canadá y estando en Crimea conoció a Florence Nightingale la mujer que revolucionó la medicina creando escuelas de enfermería que jerarquizaron esta profesión a los estándares que hoy se conocen. Tanto Barry como Nightingale tenían la misma concepción sobre la higiene, la asepsia, el cuidado de las heridas y la atención de los enfermos y fueron pioneras en cambiar drásticamente la calidad de la atención hospitalaria, pero el fuerte temperamento de ambas produjo continuos choques y discusiones.

Barry también luchó contra la mala praxis médica y los medicamentos ineficaces, y a menudo tóxicos que se vendían en las farmacias. Su enfoque radical para la lepra y las enfermedades tropicales transformó los hospitales que trataban estas enfermedades.

Debido a los viajes que realizó por aquellas zonas adquirió una infección intestinal. Regresó a Londres muy enferma y murió al poco tiempo. Fue entonces que se descubrió que James Barry era una mujer.

La historia de la medicina en Inglaterra le otorga a Elizabeth Garrett Anderson (1836-1917), el crédito de haber sido la primera médica cirujana de ese país. La realidad es que mucho antes que ella, ese título lo merecía Margaret Ann Bulkey, pero ni las instituciones militares inglesas ni las academias de medicina tuvieron el coraje de admitir que habían sido engañadas durante 50 años.

Margaret Ann Bulkley yace enterrada en el cementerio de Kensal Green en Londres. En su lápida dice: Dr. James Barry, Inspector General de Hospitales, Muerto 26 de julio 1865, a la edad de 70 años.

Enriqueta Favez/Enrique Favez
Enriqueta Favez nació en Suiza, se supone que en el año 1791. Como era costumbre en aquellos tiempos, se casó muy joven a la edad de 15 años con un oficial del ejército Napoleónico. El matrimonio fue breve porque su esposo falleció en combate dejándola viuda a los 18 años. 

Entonces Enriqueta se trasladó a París y aquí se produce un vacío en la crónica de su vida que no explica las drásticas decisiones que ella tomó y debemos suponer que una decisión estaba necesaria y estrechamente vinculada con la otra. Enriqueta decidió estudiar medicina, ignoramos si se debió a que quería satisfacer una fuerte vocación, o porque significaba una salida laboral aceptable, o por ambas razones.

Las escuelas de medicina francesa tenían los mismos prejuicios que los que tuvo que afrontar Barry por la misma época: no aceptaban mujeres. Enriqueta tomó una decisión insólita extrajo del ropero un uniforme que era de su marido, se acondicinó el pelo y se presentó en la Facultad de Medicina de París donde se matriculó bajo el nombre de Enrique Favez , oficial del Regimiento de Cazadores 21. 


                                            Enriqueta Favez/Enrique Favez (1791-1856)

Una vez recibida se incorporó al ejército de la Grand Armée que en 1812, se dirigió a la conquista de Rusia. Sobrevivió de aquella desastrosa campaña porque permaneció en la retaguardia tratando a los heridos de guerra.

En 1814, después de haber sido hecha prisionera en España por las fuerzas de Wellington decidió probar suerte en el Caribe y se radicó en Baracoa, perteneciente a la provincia de Guantánamo, Cuba. Allí ejerció la medicina con tanto éxito que le otorgaron el título de protomédico que le permitió ejercer la docencia. 

Trabajó por varios años ayudando a todo tipo de personas sin importar su raza o condición social y en uno de sus viajes conoció a Juana de León, una joven pobre y enfermiza de quien se enamoró y con quien se casó.

Después de cuatro años de matrimonio su esposa la denunció lo que dio origen a uno de los juicios más infames de la historia del derecho en aquellas latitudes. La carátula del expediente, que aún se conserva en el Archivo Nacional de Cuba, dice: “Causa criminal contra Doña Enriqueta Favez por suponerse varón y en traje de tal haber engañado a Doña Juana de León con quien contrajo legítimas nupcias”.

El juicio que debió afrontar fue mucho más allá del supuesto ultraje hecho a Juana y de la responsabilidad de resarcir su maltrecho honor. Su atrevimiento no sólo ha ofendido a la De León, sino que además es un “agravio y escándalo […] ocasionado a la república no menos con tales delincuencias, que con el disfraz de hombre, que condenan todas las leyes del universo, en cuya suposición pudo obtener la licencia del Protomedicato y el título de su Fiscal para Baracoa, con insulto y burlas de ese respetable Tribunal, del Excelentísimo Señor Capitán General de la Isla, y de todas las demás autoridades y corporaciones constituidas en ella.”

Enriqueta estaba condenada de antemano, había cometido demasiadas transgresiones para la época y dejarla en libertad hubiera sentado un gravísimo precedente en la sociedad de entonces donde la iglesia ejercía un poder enorme. Careció de abogado que alegara a su favor y a pesar de defenderse en forma brillante, donde demostró que no solo no causó daño a nadie sino que ejerció su profesión como un verdadero apostolado, el juez la condenó a 4 años de prisión y al destierro “por los horribles crímenes de haber andado, desde que vino a esta Isla, disfrazada con el vestuario de hombre”.

A causa de la expulsión forzosa de los territorios españoles se mudó a Nueva Orleans (Estados Unidos), se hizo monja, tomó el nombre de sor Magdalena, y murió como madre superiora de un convento en 1856.

Patricia Duncker. The Doctor. Editorial Harper Perennial 1999.
Dr. James Barry/Margaret Ann Bulkely. Revista de Artes, marzo/abril 2014, número 43.
Victoria Moore. Dr Barry's deathbed sex secret: The extraordinary truth about a great war hero and medical pioneer. Mail online 10/03/2008.
Juliana Martinez. La horrorosa e impía conducta de Enriqueta Favez. 04/10/2013.

Enriqueta Favez. EcuRed. https://www.ecured.cu/Enriqueta_Favez

lunes, 19 de marzo de 2018

LA DIGNIDAD DE HOWARD FAST

Cuando Howard Fast escribió Espartaco, en la dedicatoria dirigida a sus hijos señaló: “Los héroes de esta historia albergaron el ideal humano de la libertad y la dignidad del hombre y vivieron noble y honradamente. Lo he escrito para, que aquellos que lo lean –mis hijos y los hijos de otros– adquieran gracias a él fortaleza para afrontar nuestro turbulento futuro y puedan luchar contra la opresión y la injusticia, de modo que el sueño de Espartaco llegue a ser posible en nuestro tiempo.”

En la dedicatoria hay todo un mensaje de esperanza hacia un mundo mejor donde pudiera imperar la justicia, porque Fast escribió esta obra estando en la cárcel. Su delito no estaba tipificado en los anales de la justicia norteamericana, lo habían encarcelado por razones políticas, peor aún, por mantenerse incólume en la defensa de sus ideales. Corría el año 1951 correspondiente a la época más oscura de Estados Unidos: el macartismo, que con Edward Hoover como director del FBI, formaron una dupla que convirtió a la sociedad norteamericana en un estado policial.

Para llegar a este momento que fue el peor en la vida de Fast y de no pocos de sus compatriotas, veamos un recorrido de su existencia. Nació en Nueva York en 1914 de padres judíos inmigrantes. La precaria situación de la familia hizo que antes de llegar a la adolescencia trabajara de diarero, mientras que en sus momentos libres devoraba libros de la biblioteca de la ciudad. 

Publicó su primera novela, Dos Valles, a la edad de 18 años y pronto se inclinó hacia el género de novelas históricas y entre ellas se destaca Mis gloriosos hermanos, la lucha de los hermanos macabeos contra la opresión griega que por el significado de la temática fue una antelación de Espartaco.


                                              Howard Fast (1914-2003)

Cuando en 1939 finalizó la Guerra Civil Española, a los derrotados republicanos les quedaban dos opciones: entregarse para ser fusilados o trabajar en esclavitud o cruzar los Pirineos para refugiarse en Francia escapando de la feroz dictadura franquista. Fast participó activamente en la organización “Comité de Ayuda a los Refugiados Antifascistas” (Joint Antifascist Refugee Comittee) que ayudó a un grupo importante que se había radicado en Toulouse, muchos de ellos enfermos o heridos. La organización recaudó dinero con el que compró un convento abandonado y los cuáqueros colaboraron con la asistencia humanitaria.

En esa época había un impresionante apoyo a la causa de la España republicana entre la gente de buena voluntad, y entre ellos figuraba Fast junto con numerosos ciudadanos norteamericanos que enviaron dinero para alimentación y medicamentos de los refugiados. En 1944 se hizo miembro del Partido Comunista de Estados Unidos con lo que resultó un blanco fácil para que poco después el senador Joseph McCarthy y Edward Hoover, creadores de un engendro punitivo denominado Comité de Actividades Antinorteamericanas, arrastraran a Fast ante los estrados judiciales.

McCarthy le exigió que denunciara a todos los que colaboraron con el Comité de Ayuda a los Refugiados Antifascistas, a lo que este se negó. Cuando se enfrentó a McCarthy en una de las audiencias del Senado, logró desesperarlo de tal manera al explicarle minuciosamente la historia estadounidense, que éste lo interrumpió gritándole: ¡Vaya y escriba un libro! Fast le hizo caso y mientras estuvo entre rejas durante 3 meses condenado por desacato, escribió Espartaco.

Nadie salió en su defensa, periodistas y escritores guardaron un temeroso silencio y Fast entró en la lista negra, lo cual significaba que una vez libre no podría editar ninguna obra. Tal era el miedo imperante en la sociedad del país de la estatua de la Libertad, que sus libros fueron retirados de las bibliotecas públicas, aunque no se llegó al extremo de quemarlos como durante la Inquisición española. 

Los directores de 7 editoriales, amenazados por Hoover, se negaron a publicar Espartaco. El director de Doubleday, George Hecht, salió furioso de la reunión del comité editorial y telefónicamente se comunicó con Fast diciéndole que nunca había asistido a un acto de semejante cobardía, pero agregó que estaba dispuesto a comprarle 600 ejemplares si lo publicaba por su cuenta.

Espartaco tuvo un éxito rotundo y se vendieron más de cuarenta mil ejemplares en tapa dura, y finalizado el macartismo, se editaron millones más y con el tiempo fue traducido a 56 idiomas. Diez años después, el actor Kirk Douglas convenció a los estudios Universal Pictures para que rodaran la adaptación cinematográfica dirigida por Stanley Kubrik y que fue éxito de taquilla.


                         Espartaco por Denis Foyatier. Museo del Louvre.

Espartaco es la epopeya de un hombre que luchando por su libertad organizó un ejército de irregulares en el año 73 a. C. que logró poner en jaque al Imperio Romano. Encabezó una gigantesca rebelión de los esclavos contra la República en los años finales de ésta. Sobre su obra Fast señaló: “Escribí esta novela porque creo que es una historia importante en el momento que nos ha tocado vivir. No se trata de establecer mecánicamente un paralelismo, sino que de este episodio se puedan extraer esperanzas y fuerzas, y resaltar el hecho de que Espartaco no vivió sólo para su tiempo, sino que su figura constituye un ejemplo para la humanidad de todas las épocas. He escrito este libro para infundir esperanzas y valor a quienes lo lean, y durante el proceso de su escritura yo mismo me sentí con más ilusiones y más coraje.”

Fast es autor de El ciudadano Tom Paine, Max, la mejor novela sobre los magnates de Hollywood, Torquemada, El caso Winston y siempre atento a luchar contra las injusticias escribió La pasión de Sacco y Vanzetti, una leyenda de Nueva Inglaterra.

En el ‘56, después de los acontecimientos de Hungría, rompió con el comunismo oficial y escribió un libro inquietante, El dios desnudo. No estaba en contra de la filosofía comunista sino contra la paranoia de Stalin y su régimen de terror. A partir de entonces Fast pasó a tener dos enemigos: los fascistas y los estalinistas.

Con su característica capacidad de provocación, en los años 80 volvió a la carga con La confesión de Joe Callen, una historia sobre los manejos sucios, las guerras secretas de la CIA en Centroamérica en apoyo de las dictaduras venales que cedieron soberanía y otorgaron todo tipo de concesiones a ciertas empresas norteamericanas.

Howard Fast fue un inagotable escritor que llegó a publicar más de 80 libros, además de cuentos cortos, guiones para la televisión y comentarios periodísticos. Tanto su vida personal como su obra expresan la lucha por la justicia y el deseo de un mundo mejor. En 1972 había dicho: “Creo que el punto de vista filosófico de una persona tiene poco significado si no está acompañado por la acción”.

Eric Homberger. Howard Fast. The Guardian 14/03/2003.
Paco Ignacion Taiblo II. La muerte de Howard Fast, el escritor de Espartaco. Página 12, 16/03/2003.
Howard Fast. Espartaco. Introducción al libro. Biblioteca digital. http://www.ladeliteratura.com.uy/biblioteca/espartaco.pdf
Mervin Rothstein. Howard Fast, 88, best seller novelist, dies. The New York Times 13/03/2003.


domingo, 11 de marzo de 2018

EINAR/LILI Y GERDA


En 2017, llegó a nuestro país la película inglesa “La chica danesa”, una joya de la cinematografía, con una estética insuperable y un broche final que es arte puro. 
El film relata las relaciones, o mejor dicho la turbulenta vida del matrimonio de dos artistas de la pintura. Ella se llamaba Gerda Gotlieb y el Einar Wegener, estos talentosos dinamarqueses, se conocieron en la Escuela de Bellas Artes de Copenhague y se sintieron atraídos uno al otro, tanto física como espiritualmente y en 1904 se casaron cuando tenían 22 y 19 años de edad.

                                                Einar y Gerda Wegener

La vida transcurría en  perfecta armonía en una exquisita mansión de Copenhague, hasta que a raíz de un episodio insólito Einar decidió que él era mujer. La historia merece ser contada por varias razones: la peculiaridad de los sucesos que acontecieron, la evolución de la relación entre Einar que pasó a llamarse Lili y su esposa Gerda y fundamentalmente porque fue la primera cirugía en la historia en que se realizó el cambio de sexo en un ser humano. Téngase en cuenta que estamos hablando de principios del siglo XX cuando en países como Inglaterra, la homosexualidad y peor aún la transexualidad, estuvieron penadas por la ley durante muchas décadas.

Einar se especializaba en pinturas de paisajes, exhibía en galerías, vivía de la venta de sus cuadros y gozaba de cierto prestigio en el ambiente artístico. Por su parte, Gerda pintaba rostros y figuras humanas con un enfoque más comercial ya que estaba contratada por revistas de moda como Vogue y La Vie Parissiene. Para un libro titulado Doce sonetos lascivos, Gerda incluso pintó motivos que incurrían en temas lésbicos y eróticos.

La vida entre ambos transcurría armoniosamente, se elogiaban sus obras y cuando uno exponía, el otro o la otra asistía con gusto a la exhibición. El matrimonio tenía una relación sexual aparentemente activa, aunque no tenían hijos.

                                   Gerda Wegener, autorretrato

Hasta que llegó el día en que se produjo un suceso que aparentaba ser trivial, pero que constituyó un punto de quiebre que no tendría retorno. Ocurrió cuando la modelo de Gerda faltó a la cita. La pintura estaba muy avanzada, pero aún restaban varios detalles para finalizarla. Entonces, una amiga en común de la pareja, la actriz Anna Larsen, sugirió que Einar vestido de mujer, podría ocupar el lugar de la modelo. La idea era algo bizarra aunque no absurda, ya que Einar era un hombre de rasgos atractivos y delicados y con un físico delgado y armónico.

Éste al principio se resistió, pero eventualmente cedió ante los ruegos de Gerda. ¿Fue un simple deseo inocente de finalizar el cuadro o quizás había algo en el subconsciente de ella que la impulsó a vestir a su esposo como mujer?
El calzado de Gerda era pequeño para los pies de Einar por lo que se dirigió presurosa a una tienda femenina y le compró un par de exquisitos zapatos azules del tamaño adecuado, junto con medias de seda del mismo tono. Más tarde Einar, ya metamorfoseado en Lili, confesaría que el roce con la piel de aquellas medias, le produjeron una extraña sensación placentera.

A partir de ese momento Gerda comenzó a pintar a Einar vestido con distintos modelos femeninos y en distintas poses y lo notable es que aumentó el éxito de sus obras. En una ocasión fueron juntos a una fiesta y Gerda lo presentó como su prima Lili, el nombre que él había adoptado.

Aparentemente, ella al principio hizo esfuerzos para disuadirlo, pero viendo que la situación era irreversible, se adaptó a las nuevas circunstancias y hasta estimuló este comportamiento en Einar. Que lo haya hecho por conveniencia comercial no justifica su actitud. Es muy probable que algo raro o más bien morboso existía en la mentalidad de Gerda.

Einar le confesó en varias oportunidades que por fuera era hombre, pero por dentro se consideraba mujer. Comenzó a utilizar ropa femenina en forma permanente y ella comenzó a llamarlo Lili. Seguidamente se desprendió de su apellido y la nueva personalidad pasó a llamarse Lili Elbe.


                                    Lili Elbe por Gerba Weneger

Cuando se produjo este cambio la pareja llevaba hasta entonces la vida corriente de cualquier matrimonio, pero en 1912, habiendo pasado ocho años de relación aparentemente estable, el fenómeno trascendió las fronteras del hogar, del barrio y hasta parte de la ciudad. No hay que olvidar que ambos llevaban una vida activa, relacionada con editoriales, galerías y críticos de arte. También hay que tener en cuenta en que si hoy en día semejante comportamiento genera sorpresa, a principios del siglo pasado adquiría ribetes escandalosos. Es así que decidieron trasladarse a París, donde Lili pudo asumir abiertamente su nuevo rol sexual, en fiestas y reuniones donde era presentado por Gerda como su hermana.

Por iniciativa a veces de Gerda y otras de Lili, acudieron a diversos especialistas, que no ofrecían soluciones científicas o consideraban a Lili como una demente. En una ocasión, después del interrogatorio, el médico se excusó para salir un momento, circunstancia que Lili aprovechó para espiar la historia clínica y comprobar que había puesto el diagnóstico de esquizofrenia. Alcanzó a escapar por la ventana antes de que el facultativo llegara acompañado por dos rudos enfermeros.

                                           Lili Elbe por Gerba Weneger

Lili quería transformarse anatómicamente en mujer y no encontraba una institución médica que resolviera su problema y empezó a entrar en pozos depresivos. Finalmente se enteraron que en Berlín acababa de inaugurarse el Instituto para Investigaciones Sexuales, cuyo director Marcus Hirschfield, le ofreció a Lili un procedimiento totalmente experimental con garantías de éxito muy relativas y riesgo de mortalidad importante.


                                   Lily Elbe fotografiada por Gerda

Lili consiguió sobrellevar la primera intervención quirúrgica, pero en las siguientes, realizadas con intervalos de semanas, el estado de salud de Lili se fue deteriorando. En la última operación, le implantaron un útero, cuando ya se sabía que el organismo rechazaba tejidos foráneos. Logró sobrevivir 14 meses que para ella fueron una vida entera y feliz. Falleció el 13 de septiembre de 1931, después de 27 años de matrimonio en que Gerda nunca lo abandonó.

En el movimiento transgénico mundial, Lili Elbe sigue siendo motivo de inspiración y orgullo.

Jorge Galeano. La verdadera historia de “La chica danesa”. La Izquierda. Diario, Cultura, 27/02/2016.
David Ebershoff. La chica danesa. Editorial Anagrama, Barcelona, España, 2002.
Susana Miyar. Fotos de la verdadera chica danesa. Actitud Femenina. http://www.actitudfem.com/guia/cine-y-television/peliculas/fotos-reales-de-lili-elbe-la-chica-danesa

La chica danesa. Película dirigida por Tom Hooper y estrenada en 2015.

sábado, 3 de marzo de 2018

EL HOMBRE DE LAS ESTRELLAS


En 1948, se inauguró el telescopio de Monte Palomar en California, por entonces el más grande del mundo, con una lente de cinco metros de diámetro. El universo se amplió enormemente y se confirmó lo que desde 1920 venía diciendo el astrónomo Edwin Hubble: existen otras galaxias además de la Vía Láctea.

Sin embargo, en el siglo XVI surgió una mente brillante que, anticipándose 500 años, sostenía que en el universo había miles de galaxias. Esta afirmación, junto con otras de orden filosófico y religioso, estaba tan adelantada a su tiempo que le costó la vida. El sujeto en cuestión era Giordano Bruno. De su fecha de nacimiento solo se conoce que fue en 1548, pero sí se sabe con exactitud el momento de su horrible muerte a manos de la Inquisición el 17 de febrero de 1600.



                      Giordano Bruno (1548-1600)

A los 14 años se dirigió desde Nola, su pueblo, a Nápoles, donde recibió lecciones avanzadas de los filósofos árabes y de Aristóteles, que constituyeron la base de sus futuras ideas. Pocos años después ingresó en la orden de los dominicos y adoptó el nombre de Giordano. Pero el hábito de monje no estaba hecho para aquella mente que hasta cuestionaba la divinidad de Cristo. Cuando detectó que se iba a iniciar un juicio de herejía en su contra, en una época que podía equivaler a la sentencia de muerte, se desprendió de las prendas sacerdotales y trasponiendo las puertas del monasterio, enfiló a toda prisa hacia Roma.

Ávido lector no se privó de leer tratados que figuraban en el recientemente creado Index Librorum Prohibitorum, donde entre otros, se encontraban obras de Averroes, Erasmus y Copérnico. De este último defendió a rajatabla su teoría heliocéntrica, donde el Sol y no la tierra, era el centro del sistema solar. Señaló además que el universo era infinito y existían innumerables sistemas como el nuestro. Además agregó que la Biblia debía ser consultada por sus enseñanzas morales y no por sus implicaciones astronómicas. 

Tampoco se privó de difundir los conceptos del gran médico y filósofo andaluz Averroes quien consideraba que la religión estaba hecha para instruir y gobernar a la gente ignorante, mientras que la filosofía era la disciplina de los elegidos capaces de conducirse por sí mismos y gobernar a los demás. Todas estas afirmaciones eran demasiado avanzadas para ser toleradas en tiempos donde las religiones, y no solo la católica, tenían enorme poder.

Cuando huyó a Génova el Calvinismo también atacó sus ideas y congeló las simpatías que Giordano estaba acumulando hacia esa religión. La Reforma no le perdonó sus discursos y fue temporalmente encarcelado por las autoridades. Tuvo que retractarse para poder salir del país.

En 1581 recaló en París y allí finalmente encontró un clima más acogedor, donde los protestantes franceses o hugonotes resultaron ser mucho más tolerantes. Viajero incansable, ya sea para evadir persecuciones o para ampliar sus conocimientos, estuvo un tiempo en Oxford donde sus exposiciones fueron recibidas con críticas unas y con halagos otras, pero sin rechazos frontales como le ocurrió en el continente.

El lector ya se debe haber percatado que la diplomacia y la prudencia no eran el fuerte de Giordano. Tan convencido estaba de sus ideas que las manifestaba no exentas de arrogancia y una pizca de soberbia que molestaban a sus interlocutores. Además, cuando discutía con otros académicos los destruía con sus argumentos en forma despiadada, generando mucho odio. 

La lista de sus enemigos se iba acrecentando y más tarde, algunos de ellos ejercerían su poder para destruirlo, pero también era muy conocido en los ambientes académicos europeos y crecía el número de filósofos, pensadores y poetas que se sentían atraídos por su oratoria y conocimiento. Sin embargo, la balanza entre admiradores y detractores se estaba inclinando a favor de los segundos, que además tenían poder.

En 1585 regresó a París donde encontró un ambiente muy cambiado del que había conocido en su primer viaje. Enrique III ya no reinaba y los conflictos religiosos entre católicos y hugonotes se habían exacerbado. Lejos de adoptar un comportamiento prudente, Giordano discutió con Fabrizio Mordente, uno de los líderes del partido católico y lo ridiculizó en cuatro diálogos. El ser humano suele ser mal perdedor y más cuando es derrotado en temas de ciencias y conocimiento. El ambiente se tornó muy hostil y Giordano abandonó París y huyó hacia Alemania. Recorrió varias universidades polemizando en todas hasta que la iglesia Luterana lo excomulgó.

Estando en Frankfurt recibió una carta de un noble e influyente patricio veneciano llamado Giovani Mocenigo.  Existen versiones de que este personaje estaba al servicio de la Inquisición italiana, una especie de agente secreto cuya misión era dejar actuar a Giordano, comprobar que seguía con sus pensamientos “heréticos” y condenarlo. 

Como en aquel entonces la ciudad de los canales era la más liberal entre los estados de lengua italiana y además el fanático Papa Sixto V había muerto, Giordano se dirigió a Venecia sin imaginar la celada que le tendían.

En mayo de 1592, el filósofo decidió volver a Frankort para supervisar la impresión de sus obras. Mocenigo insistió en que se quedara y, tras una larga discusión Giordano, que ignoraba los planes de aquel, accedió a posponer su viaje hasta el día siguiente. Decisión fatal, ya que al despuntar el alba Mocenigo ingresó a su habitación junto con unos gondoleros que lo sacaron a la fuerza del lecho, lo engrillaron y lo encerraron en un sótano. La próxima vez que volvería a ver el sol sería el día en que subiría a la pira.

Giordano tuvo que comparecer ante la Inquisición Veneciana y logró defenderse con relativa solvencia a tal punto que existían las chances de recuperar su libertad o al menos pasar varios años en la cárcel, pero entonces llegó un pedido de la Inquisición Romana, famosa por su rigidez y terrible con las sentencias.

En Roma fue arrojado a las mazmorras del Santo Oficio, celdas oscuras y húmedas desde las cuales se podían oír los gritos de los prisioneros torturados y donde el olor a cloaca era insoportable. Cuando al cabo de 6 años compareció ante el tribunal, su aspecto era irreconocible, la barba que le llegaba a la cintura, junto con una pelambre sucia y enmarañada que surgía de su cabeza cubierta de piojos y costras, apenas dejaban ver los ojos hundidos en el rostro afilado, pero su mente y fuerza espiritual estaban intactas. 

Refutó todas las acusaciones y se negó a retractarse. El tribunal le dio 40 días para que se autoculpara, tiempo que se extendió a 9 meses. El 4 de febrero de 1600 le leyeron la sentencia: “Giordano Bruno, el Santo Padre Clemente VIII lo considera un hereje intransigente y junto con sus libros será quemado en la Plaza de San Pedro”. La respuesta de Giordano fue: “Creo que vuestro miedo en enjuiciarme es mayor que el mío en recibir la condena”.

El 17 de febrero de 1600 fue llevado al Campo de Fiori, al sur de la Plaza Navona. Iba montado en una mula, con las manos atadas a la espalda y el bonete de hereje en la cabeza. Su boca sangraba porque le habían colocado una mordaza metálica que le destrozó la lengua. Para sus enemigos era el arma más peligrosa de Giordano.

Cuando ya estaba atado al poste, un monje se inclinó y le mostró un crucifijo, pero él volvió la cabeza. Las llamas consumieron su cuerpo y sus cenizas fueron arrojadas al Tíber.

Se ha considerado a Giordano Bruno símbolo del pensamiento libre rebelado frente al dogma religioso. Su figura es la de un héroe resuelto a defender a costa de la vida y la tortura el derecho a pensar de acuerdo con una razón autónoma. Su pecado fue su imprudencia, pero por sobre todo haberse adelantado demasiado a su época.

Giordano Bruno. Biografía y vidas. La Enciclopedia Biográfica en Línea. http://www.biografiasyvidas.com/biografia/b/bruno_giordano.htm
Giovanni Aquilecchia. Giordano Bruno. Italian Philosopher. Encyclopaedia Britannica. 22/12/2016. https://www.britannica.com/biography/Giordano-Bruno
Giordano Bruno, el filósofo que desafió a la Inqusición. National Geographic, España. http://www.nationalgeographic.com.es/historia/grandes-reportajes/giordano-bruno-el-filosofo-que-desafio-a-la-inquisicion_7273