lunes, 27 de mayo de 2019

LAS CORTESANAS ILUSTRADAS


         Según la Real Academia Española, entre las varias acepciones del término cortesana se refiere a la mujer que ejerce la prostitución, especialmente si lo hace de una manera elegante y distinguida. Creo que la canónica institución debería agregar: “en las cortes europeas también se llamaba cortesanas a mujeres que, en general, poseían un título de nobleza y que por su belleza, sagacidad o inteligencia accedían a convertirse en amantes de un monarca”. Quedaba excluido el ejercicio de la prostitución, aunque eran compensadas con numerosos favores.
Varias de ellas pasaron a la historia por el aporte que hicieron a la cultura y a las artes. Aquí me referiré a dos: Ninon de Lenclos y Madame de Pompadour.                

                   Ana "Ninón" de Lenclos
               Ana de Lenclos nació en París en 1615, quien más se destacaba en la familia era su padre, un militar cuya fama de valiente y arrojado había trascendido largamente el grupo familiar. Su esposa tímida y aficionada a la oración gustaba del retiro en lugar de las intrigas de la corte. Ana la única hija del matrimonio era amada por ambos. El padre le inculcó las artes y habilidades para pertenecer a la burguesía y la alta sociedad, pero además la impulsó a desarrollar los conocimientos para transformarla en una mujer culta.                       Podemos decir sin equivocarnos que recorriendo la historia buscando relaciones entre padres e hijas, el comportamiento del señor de Lenclos era totalmente atípico, máxime tratándose de un militar.Por su parte la madre trató de inclinarla hacia la oración, el recato y el amor a Dios. Es ocioso señalar que la joven eligió lo primero.
Su madre, y poco después su padre, fallecieron cuando ella tenía 16 años. Éste antes de morir le dijo: “Tú, hija mia, que vas a sobrevivirme un considerable número de años, cuida de aprovechar desde muy luego un tiempo tan precioso, y sé más escrupulosa en la elección que en el número de tus placeres”. Ana cumplió al pie de la letra los deseos de su padre, vivió 85 años en lugar del promedio de 45 de la época, siguió cultivándose, eligió como amistades las mentes más brillantes del siglo XVII y rechazó de plano el matrimonio. No estaba dispuesta a ser ama de casa y criar hijos, quería gozar de la vida tener amores y amistades, pero conservando su integridad y su honor y sobre todo su libertad.



                             Ana “Ninón” de Lenclos (1615-1705)

La vida disipada de su padre le enseñó que debía cuidar la modesta fortuna heredada y lo hizo con tan buena administración que se aseguró una renta adecuada a todo lo largo de su vida. Ana era moderadamente hermosa, pero lo que la hacía irresistible a los hombres era su encanto personal, su rica y elaborada conversación, su postura, sus gestos y su sonrisa. Por estímulo de sus padres leía a los clásicos desde los 10 años, dominaba el español y el italiano y sacaba hermosos arpegios tocando el laúd. 
Las tertulias parisienes pronto admitieron a la señorita de Lenclós que invariablemente concentraba el centro de las conversaciones donde hombres y mujeres la escuchaban atentamente. Marqueses, condes y destacados hombres de letras pasaron por su lecho, algunos duraron pocas semanas otros varios meses y muy pocos la tuvieron como amante durante varios años. Buscaba a los hombres por su talento y virtudes, nunca por dinero o para escalar posiciones en la sociedad. Tenía la habilidad de desprenderse de ellos sin dejar ninguna estela de rencor o celos y de todos conservó la amistad a través de los años. Moliere acudía a verla cada vez que terminaba una de sus obras para conocer su opinión. El abate de Chateauneuf, amigo de Ninón, recibió de ella una fuerte suma para que le comprara libros a su hijo Francois-Marie Arouet quien los leyó y se convirtió en Voltaire.

                Francois-Marie Arouet (Voltaire) (1694-1778)

De las numerosas anécdotas que se contaban sobre Ninón rescato una por lo trágica e impactante. Uno de sus amantes, el marqués de Gersai la embarazó y al niño siempre se le ocultó su origen materno. Vivió siempre con su padre quien lo educó bajo el nombre del caballero Villiers hasta que en un momento el joven fue presentado en sociedad y como sitio obligado de entonces recaló en la mansión de Ninón y participó en sus tertulias.
Por entonces Ninón tenía sesenta años físicamente muy bien llevados y muy pronto Villiers se enamoró de ella sin saber que era su madre. Su pasión adquirió ribetes de tal magnitud que ella después de intentar disuadirlo en innumerables ocasiones, terminó prohibiéndole la entrada a su mansión, pero en una ocasión en que ella estaba pasando sus vacaciones en su casa de campo la fue a visitar. La pasión de Villiers no había menguado en absoluto y fue tal su vehemencia que Ninón se sintió conmovida y bajó su resistencia, actitud que fue interpretada por el joven como una aceptación. Creyendo cercano el momento de su felicidad, se arrojó sobre ella intentado pasar a la acción. Ninón retrocedió angustiada y se vio en la necesidad de confesarle que era su madre. Desesperado Villiers huyó como alma en pena de la casa, se dirigió al bosque y se clavó su propia espada. Ninón fue presa durante meses de angustia y depresión que no se calmaba con las solicitudes y afectos de sus amigos quienes supieron guardar discreción sobre el episodio.
Pese a su riqueza intelectual y la posibilidad de rodearse de filósofos y literatos, Ninón escribió muy poco durante su vida y de sus obras la que más se destaca es el intercambio epistolar que tuvo con el marqués de Sevigné: Lettres de Ninon de L’Enclos au marquis de Sévigné. A los 85 años decidió que había gozado de la vida lo suficiente y expiró. Fue una epicúrea dispuesta a disfrutar lo más posible de la vida, sin caer en excesos ni frivolidades. Una de sus frases lo dice todo: “El amor es una comedia en la cual los actos son muy cortos y los entreactos más largos: ¿cómo llenar los intermedios sino mediante el ingenio?”. Ninón supo muy bien llenar esos intermedios.


             Jeanne-Antoinette Poisson (Madame Pompadour) 
Jeanne tenía 9 años cuando su madre la llevó a la casa de una vidente gitana para que le predijera el futuro. La mujer miró a la niña un largo rato, contempló su hermosura y su rostro inteligente, inspeccionó sus manos y sin titubear le dijo: “Querida niña reinarás en el corazón de un monarca”.
La infancia de Jeanne fue difícil, su padre era un fugitivo de la justicia acusado de estafa a la Hacienda Pública. Su madre una hermosa mujer llamada Madeleine de la Motte, para sobrevivir recurrió a la ayuda de sus amantes, pero nunca descuidó la educación de la hija y puso a su disposición los mejores maestros. A la edad de 20 años Jeanne contrajo matrimonio con Carlos Guillermo le Normant d’ Etiolles, el hijo de uno de sus protectores que también había sido amante de su madre. De esta unión nació la única hija que se llamó Alexandrina.

Jeanne-Antoinette Poisson (Madame Pompadour) (1721-1764)

En la nueva mansión de casada abrió los salones a sus amigos influyentes con cercanía a la nobleza. La joven estaba convencida de que para hacer real la predicción de la vidente, también tenía que poner su propio ingenio y esfuerzo. La ocasión se presentó cuando Jeanne tenía 24 años y el rey Luis XV organizó un baile de disfraz abierto al público. El rey se apareció acompañado de varios nobles todos con el mismo disfraz, el desafío consistía en que alguna de las damas reconociera quien era el monarca. Jeanne era inteligente, sagaz y observadora, se percató que uno de los disfrazados se expresaba con voz más ruda y más borbónica y tenía un aire autoritario. Se acercó, giró alrededor de él coqueteando y finalmente se quitó la máscara. Como en el cuento de la Cenicienta, Luis XV quedó prendado de su belleza.
La joven tenía un punto a su favor, la amante oficial del rey hacía poco que había fallecido, pero tenía otro punto en contra, la costumbre exigía que para conquistar el favor del monarca la dama debía tener un título de nobleza. De lo contrario solo podía aspirar a ocasionales revolcones, pero nunca sería una amante estable. Había otro inconveniente aunque menor, era una mujer casada.



                                             Luis XV (1715-1774)

Sin embargo, el enamorado monarca fue resolviendo uno por uno los obstáculos. En estos casos siempre suele haber un perdedor, a las pocas semanas el esposo, Carlos Guillermo, recibió una fuerte suma y junto con ella una notificación para que abandonara París. El tema del título de nobleza Luis XV lo resolvió en forma expeditiva. El marquesado de Pompadour había quedado sin heredero y lo apropió la familia Condé. El monarca compró los derechos por una fuerte suma y se lo otorgó a Jeanne, quien a partir de ese momento ingresó a la historia como la marquesa de Pompadour.
Había un último trámite que podía convertirse en un obstáculo, se requería el visto bueno de la esposa del rey: la reina María Carolina, princesa de Polonia. Cuando le presentaron a madame Pompadour después de un corto diálogo la reina dijo: “Si el rey va a tener un amante, prefiero que sea ésta”.
Luis XV, a diferencia de su predecesor, era haragán y pusilánime, rodeado de una corte de aduladores dejó que madame de Pompadour manejara muchas de las decisiones del palacio. Transformó a Versailles con detalles de buen gusto, incorporó tapices, muebles, impuso el estilo rococó y fue la creadora de la fábrica que produjo las famosas porcelanas de Sevres. Convocó artistas, organizó conciertos y en sus salones ingresaron los iluministas franceses: Diderot, d’Alembert, Voltaire y Rousseau.
Pero lo que hace a madame de Pompadour merecedora de ingresar en la historia fue su apoyo incondicional para que se publicara la Encyclopédie, el mayor tratado del conocimiento humano producido hasta entonces.

J.R. Losañez. Cartas de Ninon de Lenclos al marqués de Sevigné. Madrid 1844. En la imprenta de D. Antonio Yenes.
Meetings: Ninón de Lenclos and Voltaire. Rodama: a blog of 18th century & Revolutionary French trivia, 02/02/2014.
Will y Ariel Durant. La edad de Voltaire. Editorial Sudamericana; Buenos Aires 1973, pag.155-172.

viernes, 17 de mayo de 2019

EL PRÍNCIPE DEL TENEBRISMO


Caravaggio huye de la justicia y pasa sus últimos años trasladándose de una ciudad a otra. Personaje violento y pendenciero, al término de un partido de pelota había discutido con otro y lo mató con su espada. Perseguido por las autoridades y los compañeros del muerto y con tantos admiradores como enemigos, abandona Roma, su amada Roma que le dio la gloria y la fama y se dirige a Nápoles. Allí lo acoge la poderosa familia Colonna que admira su talento artístico. Pinta varios cuadros, quizás los mejores de su arte creativo.

              Michelangelo Merisi da Caravaggio (1593-1610) Autorretrato

Su espíritu inquieto hace que abandone la protección de los Colonna y escapando de la justicia se dirige a Malta. Los templarios, ignorantes del crimen que había cometido, pero conocedores de su arte, lo nombran caballero de la orden. Su comportamiento pacífico dura poco, imposibilitado de controlar los arranques explosivos de su mente, participa en nuevas riñas callejeras y el gran maestre de los templarios, informado de que Caravaggio cargaba sobre sus espaldas un crimen y se encuentra prófugo de la justicia romana, lo expulsa de la orden y de la isla. Aquel es un golpe moral que hunde al pintor aún más en el abismo de la desesperación. Su vida se ha vuelto tan tenebrista como su arte.

                     La cena de Emaús

Tras un breve paso por Sicilia regresa a Nápoles donde es atacado por un grupo de desconocidos, probablemente encabezado por alguno de sus enemigos. Queda tan mal herido, que según relatan los contemporáneos, su rostro es irreconocible. A partir de entonces duerme armado y desconfía de cualquier persona de su entorno.
Pese a todos estos avatares, mantiene intacto su espíritu creativo y su deseo de continuar con sus obras. La calidad de su arte no mengua en absoluto y durante ese período vuelca en el lienzo motivos brillantes, entre ellos David con la cabeza de Goliath, que se supone fue su última creación.

                     David con la Cabeza de Goliath. Galleria Borghese, Roma

David es representado como un adolescente que sostiene de los cabellos la cabeza de Goliath. La mira con una expresión mezcla de lástima y desprecio. En su mano derecha luce la espada que le quitó al propio gigante después de haberlo desplomado de un certero hondazo en la frente. Goliath tiene los ojos abiertos pero su rostro es inexpresivo como corresponde a un muerto. De su frente mana sangre porque es allí donde impactó la piedra arrojada por David.
El cuadro posee el juego impecable y perfecto de luces y sombres que resaltan el estilo tenebrista, una innovación genial que sería imitada a lo largo de los siglos por otros grandes artistas, porque Caravaggio fue un revolucionario del barroco. El fondo es negro, carente de paisajes o de cualquier otro elemento, una de las características del tenebrismo del autor.
Sin embargo, lo más interesante de esta pintura es el rostro del decapitado. Aquí Goliath es Caravaggio y la mayoría de los expertos han coincidido en este aspecto, a tal punto, que también la obra es considerada como el autorretrato del artista.
¿Qué lo lleva a Caravaggio a realizar tan macabra representación de su rostro? Hay varias hipótesis, él no es una persona mentalmente equilibrada, su vida violenta y pendenciera está jalonada de episodios en los que no puede controlar sus impulsos y es probable que también vuelque esta agresividad sobre sí mismo y el cuadro sea una premonición de un intento de suicidio. Otra hipótesis, quizás la más acertada, sostiene que Caravaggio pinta esta escena para entregarle el lienzo al Sumo Pontífice como un acto de arrepentimiento en busca del perdón. Esta entrega nunca llegó a concretarse.
Finalmente logra el indulto, un documento sellado por las autoridades de Roma que sentencia que Michelangelo Merisi da Caravaggio, ya es un hombre libre. Entonces, munido de algunas pinturas y ligero de equipaje parte hacia la ciudad eterna en el verano de 1610. La nave que lo transporta hizo escala en un puerto a 150 kilómetros de Roma y allí Caravaggio es brevemente detenido. Cuando se aseguran que sobre él no pesa condena alguna y queda libre comprueba desolado que el barco acababa de zarpar.

                      Baco

Lo persigue por la playa agitando los brazos, pensando en sus pinturas que han quedado a bordo, pero las velas se van alejando cada vez más. Agotado por el esfuerzo y el paludismo que sufría desde hace varios años, cae sobre la arena para no volver a levantarse.
Así, de la misma forma en que transcurrió su existencia, termina la vida turbulenta de uno de los más grandes pintores de la historia quien con su estilo revolucionó el arte y fue admirado e imitado por las siguientes generaciones. Su mente, a intervalos desquiciada, jamás interfirió con su obra la que hasta último momento mantuvo los más altos estándares de belleza y creatividad.

Juan Narbona. Caravaggio, el pintor amado que se odió a sí mismo. Nuestro Tiempo, diciembre 2017.
Mario Goloboff. El realismo mágico de Caravaggio. Página 12, 19/08/2016.
Claudia Campaña. Más allá de Caravaggio: el legado de un genio del tenebrismo. El Mostrador 12/12/2016.


lunes, 6 de mayo de 2019

EL DÚO CÓMICO DEL SIGLO


Si una película cómica filmada en 1930, la vemos nuevamente habiendo transcurrido ochenta años y nos hace reír, significa que sus protagonistas eran geniales, o al menos muy buenos. Esto sucede con el dúo más brillante en la historia de la risa: Stan Laurel y Oliver Hardy, que en los países de habla española no son otros que el Gordo y el Flaco.


Los cines rebalsaban cuando las carteleras los anunciaban y las salas estallaban de risa. Recuerdo una escena que me pareció magistral. El Flaco volvía de la guerra, junto con otros combatientes, muchos de los cuales habían sufrido heridas graves y habían quedado discapacitados. Las autoridades del puerto habían dispuesto en el muelle varias sillas de ruedas para la ocasión. El Flaco desciende del barco y mientras espera la llegada del Gordo se sienta en una de las sillas. Al verlo, a su compañero se le llenan los ojos de lágrimas, lo alza con ternura y lo lleva de un lado para otro. Trata de buscar un taxi y lo deja al Flaco en el suelo cuando regresa, éste lo está esperando perfectamente de pie. ─Tu no me dijiste que podías caminar ─le espeta indignado el Gordo ─ tu no me lo preguntaste le contesta el Flaco.
            Arthur Stanley Jefferson nació en Inglaterra en 1890 y Oliver Norvel Hardy vio la luz dos años después en el barrio de Harlem de Nueva York. En 1927 el destino los encontró en Hollywood y se transformaron en la pareja más perfecta de la comicidad. Veamos brevemente los inicios de cada uno.
            Arthur Stanley llevaba el teatro en la sangre ya que creció en el seno de una familia de actores. Desde muy joven no solo participó como intérprete en las tablas británicas, sino que también fue guionista. A la edad de 11 años ya formaba parte del conjunto actoral de Fred Karno donde también se encontraba el casi desconocido Charles Chaplin. La compañía viajó a los Estados Unidos en dos oportunidades durante las cuales Stanley solía suplantar a Chaplin hasta que éste adquirió alas y se asentó definitivamente en Hollywood donde produjo en el arte de la cinematografía un talento creativo que sigue maravillando al mundo.
            Cinco años después Stanley siguió el mismo camino que Chaplin y se radicó en California donde realizó varios cortos de comicidad. Fue entonces que decidió que su nombre era demasiado largo para las carteleras y lo cambió por el de Stan Laurel. Poco tiempo después conoció a quien sería su compañero inseparable tanto dentro como fuera de las cámaras.
Oliver Hardy provenía de una familia de prosapia y de guerreros sureños, ambos en decadencia, pero de buena posición económica ya que su madre regenteaba varios hoteles. La afición de Hardy por el teatro y por el canto proviene de la contemplación de las diversas actuaciones de cómicos que la madre contrataba para amenizar los momentos de ocio de sus clientes. Un día en Madison, su ciudad natal del estado de Georgia, se abrió una sala de cine. Corría el año 1910 y se trataba de cortos mudos y Oliver quedó fascinado con el nuevo fenómeno de las imágenes en movimiento. En esa época recibió el mote de “Baby”, que le duró por el resto de su vida.


En 1917 se trasladó a Los Ángeles donde trabajó sin contratos en varias películas y en una de ellas participó junto con Laurel, en una actuación que despertó el interés de Leo McCarey, supervisor y guionista de los estudios Roach. McCarey poseía un olfato agudísimo para detectar talentos y celebridades y consideró que actuando en forma independiente ninguno de los dos iba a llegar muy lejos, pero actuando en dúo adquirían una alquimia mágica basada sobre la perfecta explotación de sus físicos y caracteres contrapuestos.


Stan Laurel (el Flaco), representaba a un personaje tímido, inocente, no dejaba de cometer torpezas que indefectiblemente terminaban afectando a los dos. Entonces Oliver Hardy (el Gordo) lo recriminaba y el Flaco empezaba a sollozar. Ambos tenían estereotipos, el Flaco ponía cara de inocente o de no entender nada mientras se rascaba el mechón de pelo parado que tenía sobre la cabeza. El Gordo jugaba con su corbata y la enrollaba, mientras lanzaba una sonrisa con cara de circunstancias a un tercer personaje al cual habían afectado con las torpezas del Flaco. Pero inmediatamente el Gordo olvidaba los desatinos de su amigo y el dúo mantenía la armonía que invariablemente era interrumpida por un nuevo desacierto del Flaco.
            A diferencia de Chaplin que cuando salió el cine sonoro decidió abandonar a su personaje Charlot, Laurel y Hardy se incorporaron con entusiasmo a la nueva tecnología manteniendo el estilo rozagante que los hizo famosos. Mientras en los Estados Unidos sus películas se presentaban con los nombres verdaderos de ambos, en el resto del mundo los bautizaron con distintos apelativos. En los países de habla española eran El Gordo y El Flaco, en Alemania eran Dick und Doof (Gordo y tonto), en Italia Stanio e Ollio, en Suecia Helan och Halvan (El uno y la mitad), y no faltaban los motes en otros alfabetos como el cirílico, el hebreo, el árabe, el chino, etc. Las aventuras y las personalidades adoptadas por el dúo ejercieron enorme influencia en actores como Alec Guinnes y Peter Sellers, en escritores como Jerome Salinger y Samuel Beckett y en pintores como el surrealista René Magritte. Fueron recreados por imitadores cientos de veces en el mundo del music hall, en los shows de cabarets, en las fiestas de disfraces y en los programas de la televisión.


            En la vida real sus caracteres eran los opuestos a los representados en la ficción. Laurel colaboraba en los guiones, era un adicto al trabajo y permanecía hasta altas horas refinando las tomas y corrigiendo los diálogos. Por su parte Hardy dedicaba la mayor parte de su tiempo libre al golf que era su pasión y donde ganó varios premios. La actividad fílmica de ambos es una de las más prolíficas, cerca de cien cortometrajes y alrededor de 25 largometrajes. En cuanto a la vida privada, la de Laurel fue caótica, se casó en cinco oportunidades y se divorció otras tantas hasta que encontró a Ida Kitaeva, una hermosa rusa de papeles secundarios en el mundo de Hollywood, que lo acompañó hasta el final de sus días.
            Oliver Hardy sufrió un derrame cerebral que lo confinó en silla de ruedas hasta su fallecimiento el 7 de agosto de 1957. Stan Laurel nunca pudo recuperarse de la ausencia de su amigo y compañero de trabajo y se negó a seguir filmando, porque para él, el Gordo y el Flaco habían muerto. Lo mismo pensó el resto de la humanidad que los siguió y admiró.
  
Stan Laurel y Oliver Hardy. Biografías y vidas. Disponible en: https://www.biografiasyvidas.com/biografia/l/laurel_hardy.htm
AlohaCriticón. Laurel y Hardy (el Gordo y el Flaco). Aloha Criticón. Disponible en: https://www.alohacriticon.com/cine/actores-y-directores/laurel-hardy/
Martin Chilton. Todo empieza y termina con ellos, nadie pudo mejorarlo. Página 12, 28/10/2018.
Oscar Ranzani. Aquel viejo dúo inolvidable. Pagina 12.  08/04/2006
Daniel Dopierala. Stan Laurel. Biography. IMDb. Disponible en https://www.imdb.com/name/nm0491048/bio?ref_=nm_ov_bio_sm